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El liderazgo a la vanguardia de la guerra ucraniana

En escasos días, Ucrania ha comenzado a verse como una nueva tierra de sangre. Con un presidente heroico

 

@ajmonagas

Aunque la guerra se considera como uno de los hechos más comunes en la historia del hombre, no así son calificadas las tácticas y estrategias bélicas. Cada evento producido a consecuencia de cualquier contingencia que llame a la guerra, convoca cambios que son analizados como prelaciones de próximos reacomodos o nuevos comportamientos tácticos o estratégicos.

Las dinámicas social, tecnológica, científica, organizacional y cultural que movilizan al mundo, han provocado significativos cambios que terminan fortaleciendo los factores que determinan el éxito de toda guerra. Sin embargo, cabe reconocer que cualquier confrontación entre actores militares en representación de las correspondientes doctrinas políticas, depende indiscutiblemente del liderazgo que precede y preside la operación guerrera respectiva.

Este exordio vale a manera de contexto teorético para abordar el problema que conmociona al mundo libre, como la guerra entre Ucrania y Rusia la cual se remonta a décadas atrás. Además, motivada por razones que rayan con el oprobio, la desfachatez y la codicia del régimen ruso.

Ucrania, tierra de sangre

Desde la madrugada del jueves 26 de febrero de 2022, el presidente ruso ordenó a sus tropas lanzarse sobre Ucrania para someterla. Su capital, Kiev, se convirtió en el foco de una innegable tragedia. Así, el continente europeo puede estar a la entrada de una contienda cuyos riesgos bélicos son impredecibles. En escasos días, Ucrania ha comenzado a verse como una nueva tierra de sangre.

La bruma bajo la cual se produce esta guerra ucraniana, a todas luces injustificada, da para narrar cientos de cuartillas. Sus implicaciones, tanto como sus fuentes, son reveladoras de catastróficas contradicciones.

Razones omitidas de una guerra repudiada

Cabe decir que las tensiones que avivaron el referido conflicto no son recientes. Datan de 2014. Incluso, llevan a mediados del siglo XX, cuando Ucrania se desliga del imperio ruso aglomerado para entonces alrededor de la URSS. Desde entonces, el régimen ruso considera a Ucrania cual país ficticio, toda vez que es “fruto de costurones históricos y diplomáticos”.

En principio hay que reconocer que esta guerra se suscita en medio de situaciones que la hacen diferente de cualquier contienda anterior. Sin embargo, entre sus razones deben contarse aquellas de contenido político y económico, lo cual pone al descubierto no solo el agotamiento y debilidad expuesta de ideologías.

No obstante, en el centro de lo que todo ello compromete, se halla el concepto de liderazgo cuya praxis es profundamente determinante al momento de tomar parte de las conflagraciones que se dan alrededor de tan críticas situaciones. Según el académico Fushan Yuan, “nada es más esencial para el liderazgo que discernir cuidadosamente qué tomar y qué dejar de lado”. Igualmente, cómo hacia qué lado el liderazgo debe equilibrar la balanza en cuyos platos reposan valores que exhortan libertades y derechos.

El terror de la guerra ucraniana

No hay duda que una guerra tienda a verse manipulada por el miedo que causan no solo el silbido de las balas, el rugido de los cañones y la explosión de obuses, morteros y misiles causando muerte y terror. Igualmente, por las persistentes amenazas de los “perros de la guerra”, sanguinarios mercenarios y politiqueros envilecidos por la corrupción. Coacciones e intimidaciones que apuntan al corazón del adversario mediante frases degradantes, crueles y capciosas.

No habría otra forma de justificar tan aberrantes formas de manipulación, que la de pensar que ese género de “guerreristas” e instigadores está fuertemente alentado por retorcidas motivaciones que rayan con el sadismo, el fascismo y el nazismo. Tanto así que el régimen ruso ha comenzado a perder la guerra de la información y de la opinión mundial.

El rechazo del mundo libre

Hoy, el mundo unido está contra Rusia. En consecuencia, la Unión Europea se ha visto revestida de un liderazgo político jamás imaginado. Importantes sanciones decididas por Europa en asociación con EE. UU. inician una contundente arremetida contra Rusia.

Así, han impuesto mecanismos de retención y paralización financiera dirigidos a frenar la ofensiva rusa sobre Ucrania. Al lado de esta decisión de la Unión Europea, se determinó el envío de material militar a Ucrania, pese a saber que se tendría un combate desigual toda vez que el apresto operacional de Rusia es poderosamente superior.  

La guerra desde la perspectiva del liderazgo

Vale reconocer que una el éxito de una guerra no lo define la fuerza o la capacidad de terror que pueda ponerse en juego. Lo determina el poder de las ideas, el poder de la inteligencia. En resumen, el poder de motivación cuya fuerza “mueve montañas”. Es la voluntad aupada por la fuerza del verbo inspirado en ejemplos de dignidad, solidaridad y honestidad, por encima de la disposición armamentística.

A decir por la férrea perseverancia del presidente de Ucrania, quien ha demostrado el arrojo y el tesón propio de un líder nato, podría decirse, como bien lo expresó John Steinbeck, premio nobel de literatura 1962, “la guerra es un síntoma del fracaso del hombre como animal pensante”.

Igual cabe asentir, como animal político capaz de sorprender con la sagacidad que puede llevarlo a ganar el espacio necesario sin siquiera arrimar una bala contra el antagonista. Y es lo que define al liderazgo, en un sentido mejor accedido. 

Para Sun Tsu, considerado como experto en estrategia militar, quien vivió hace 2500 años aproximadamente, las guerras se ganan con base en la organización. O en la exaltación del guerrero que cuente con la ventaja competitiva mayor. O sea, el recurso humano más informado en torno a la perspectiva mejor visualizada, la actuación mejor cumplida y la formación de respuestas eficientes, rápidas y adaptables.

Aunque igual vale estar convencido del papel que confiere el liderazgo en el fragor de toda guerra. Aparte de manejar estrategias que permitan antelar los visos que puede tomar esta antes que recrudezca la batalla. Y es lo que le brinda el carácter de líder a quien se maneja con la claridad que exige la confusión y la incertidumbre.

El liderazgo como premisa en toda conflagración

Es precisamente lo que ha investido al presidente de Ucrania. O sea, la motivación que transmite dada su condición de líder militar, para quien todas las funciones organizacionales exigidas por las circunstancias son impulsadas por la actuación que asume. No solo con valentía y arrojo, sino además, ejerciendo un liderazgo procurado con base, primeramente, en el propósito debidamente definido.

Ha sido capaz Volodímir Zelenski de inducir la suficiente emoción y compromiso en los soldados y civiles combativos. Es la manera de actuar de la mano de un liderazgo valiente. Y al mismo tiempo, heroico. Es lo que está demostrando cuando amalgama su valor con el coraje de un ejército que busca mostrarse irreductible. Ahí está el poder arrollador propio de un liderazgo ejercido a conciencia ante la crisis por la que la nación atraviesa.

El servidor del pueblo

El servidor del pueblo

En escasos días, Ucrania ha comenzado a verse como una nueva tierra de sangre. Con…

Y aunque Rusia tenga un ejército superior en cantidad ¿de qué sirve eso para vencer? La fuerza radica en la capacidad emocional que la población ucraniana organizada puede demostrar para la lucha armada. Sobre todo, a la hora de apegarse al sentimiento de patriotismo que su historia de lucha ha revelado a lo largo del tiempo. Ahí está el secreto mejor guardado de Ucrania: que lo difícil parezca fácil y lo fácil parezca complicado.

Es la forma de manejar todo problema, mediante estrategias que solo un liderazgo compenetrado con el poder de las emociones sabe brindar. Por eso se tiene, y así debe estimarse, el liderazgo a la vanguardia de la guerra ucraniana.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

En escasos días, Ucrania ha comenzado a verse como una nueva tierra de sangre. Con un presidente heroico

 

@ajmonagas

Aunque la guerra se considera como uno de los hechos más comunes en la historia del hombre, no así son calificadas las tácticas y estrategias bélicas. Cada evento producido a consecuencia de cualquier contingencia que llame a la guerra, convoca cambios que son analizados como prelaciones de próximos reacomodos o nuevos comportamientos tácticos o estratégicos.

Las dinámicas social, tecnológica, científica, organizacional y cultural que movilizan al mundo, han provocado significativos cambios que terminan fortaleciendo los factores que determinan el éxito de toda guerra. Sin embargo, cabe reconocer que cualquier confrontación entre actores militares en representación de las correspondientes doctrinas políticas, depende indiscutiblemente del liderazgo que precede y preside la operación guerrera respectiva.

Este exordio vale a manera de contexto teorético para abordar el problema que conmociona al mundo libre, como la guerra entre Ucrania y Rusia la cual se remonta a décadas atrás. Además, motivada por razones que rayan con el oprobio, la desfachatez y la codicia del régimen ruso.

Ucrania, tierra de sangre

Desde la madrugada del jueves 26 de febrero de 2022, el presidente ruso ordenó a sus tropas lanzarse sobre Ucrania para someterla. Su capital, Kiev, se convirtió en el foco de una innegable tragedia. Así, el continente europeo puede estar a la entrada de una contienda cuyos riesgos bélicos son impredecibles. En escasos días, Ucrania ha comenzado a verse como una nueva tierra de sangre.

La bruma bajo la cual se produce esta guerra ucraniana, a todas luces injustificada, da para narrar cientos de cuartillas. Sus implicaciones, tanto como sus fuentes, son reveladoras de catastróficas contradicciones.

Razones omitidas de una guerra repudiada

Cabe decir que las tensiones que avivaron el referido conflicto no son recientes. Datan de 2014. Incluso, llevan a mediados del siglo XX, cuando Ucrania se desliga del imperio ruso aglomerado para entonces alrededor de la URSS. Desde entonces, el régimen ruso considera a Ucrania cual país ficticio, toda vez que es “fruto de costurones históricos y diplomáticos”.

En principio hay que reconocer que esta guerra se suscita en medio de situaciones que la hacen diferente de cualquier contienda anterior. Sin embargo, entre sus razones deben contarse aquellas de contenido político y económico, lo cual pone al descubierto no solo el agotamiento y debilidad expuesta de ideologías.

No obstante, en el centro de lo que todo ello compromete, se halla el concepto de liderazgo cuya praxis es profundamente determinante al momento de tomar parte de las conflagraciones que se dan alrededor de tan críticas situaciones. Según el académico Fushan Yuan, “nada es más esencial para el liderazgo que discernir cuidadosamente qué tomar y qué dejar de lado”. Igualmente, cómo hacia qué lado el liderazgo debe equilibrar la balanza en cuyos platos reposan valores que exhortan libertades y derechos.

El terror de la guerra ucraniana

No hay duda que una guerra tienda a verse manipulada por el miedo que causan no solo el silbido de las balas, el rugido de los cañones y la explosión de obuses, morteros y misiles causando muerte y terror. Igualmente, por las persistentes amenazas de los “perros de la guerra”, sanguinarios mercenarios y politiqueros envilecidos por la corrupción. Coacciones e intimidaciones que apuntan al corazón del adversario mediante frases degradantes, crueles y capciosas.

No habría otra forma de justificar tan aberrantes formas de manipulación, que la de pensar que ese género de “guerreristas” e instigadores está fuertemente alentado por retorcidas motivaciones que rayan con el sadismo, el fascismo y el nazismo. Tanto así que el régimen ruso ha comenzado a perder la guerra de la información y de la opinión mundial.

El rechazo del mundo libre

Hoy, el mundo unido está contra Rusia. En consecuencia, la Unión Europea se ha visto revestida de un liderazgo político jamás imaginado. Importantes sanciones decididas por Europa en asociación con EE. UU. inician una contundente arremetida contra Rusia.

Así, han impuesto mecanismos de retención y paralización financiera dirigidos a frenar la ofensiva rusa sobre Ucrania. Al lado de esta decisión de la Unión Europea, se determinó el envío de material militar a Ucrania, pese a saber que se tendría un combate desigual toda vez que el apresto operacional de Rusia es poderosamente superior.  

La guerra desde la perspectiva del liderazgo

Vale reconocer que una el éxito de una guerra no lo define la fuerza o la capacidad de terror que pueda ponerse en juego. Lo determina el poder de las ideas, el poder de la inteligencia. En resumen, el poder de motivación cuya fuerza “mueve montañas”. Es la voluntad aupada por la fuerza del verbo inspirado en ejemplos de dignidad, solidaridad y honestidad, por encima de la disposición armamentística.

A decir por la férrea perseverancia del presidente de Ucrania, quien ha demostrado el arrojo y el tesón propio de un líder nato, podría decirse, como bien lo expresó John Steinbeck, premio nobel de literatura 1962, “la guerra es un síntoma del fracaso del hombre como animal pensante”.

Igual cabe asentir, como animal político capaz de sorprender con la sagacidad que puede llevarlo a ganar el espacio necesario sin siquiera arrimar una bala contra el antagonista. Y es lo que define al liderazgo, en un sentido mejor accedido. 

Para Sun Tsu, considerado como experto en estrategia militar, quien vivió hace 2500 años aproximadamente, las guerras se ganan con base en la organización. O en la exaltación del guerrero que cuente con la ventaja competitiva mayor. O sea, el recurso humano más informado en torno a la perspectiva mejor visualizada, la actuación mejor cumplida y la formación de respuestas eficientes, rápidas y adaptables.

Aunque igual vale estar convencido del papel que confiere el liderazgo en el fragor de toda guerra. Aparte de manejar estrategias que permitan antelar los visos que puede tomar esta antes que recrudezca la batalla. Y es lo que le brinda el carácter de líder a quien se maneja con la claridad que exige la confusión y la incertidumbre.

El liderazgo como premisa en toda conflagración

Es precisamente lo que ha investido al presidente de Ucrania. O sea, la motivación que transmite dada su condición de líder militar, para quien todas las funciones organizacionales exigidas por las circunstancias son impulsadas por la actuación que asume. No solo con valentía y arrojo, sino además, ejerciendo un liderazgo procurado con base, primeramente, en el propósito debidamente definido.

Ha sido capaz Volodímir Zelenski de inducir la suficiente emoción y compromiso en los soldados y civiles combativos. Es la manera de actuar de la mano de un liderazgo valiente. Y al mismo tiempo, heroico. Es lo que está demostrando cuando amalgama su valor con el coraje de un ejército que busca mostrarse irreductible. Ahí está el poder arrollador propio de un liderazgo ejercido a conciencia ante la crisis por la que la nación atraviesa.

El servidor del pueblo

El servidor del pueblo

En escasos días, Ucrania ha comenzado a verse como una nueva tierra de sangre. Con…

Y aunque Rusia tenga un ejército superior en cantidad ¿de qué sirve eso para vencer? La fuerza radica en la capacidad emocional que la población ucraniana organizada puede demostrar para la lucha armada. Sobre todo, a la hora de apegarse al sentimiento de patriotismo que su historia de lucha ha revelado a lo largo del tiempo. Ahí está el secreto mejor guardado de Ucrania: que lo difícil parezca fácil y lo fácil parezca complicado.

Es la forma de manejar todo problema, mediante estrategias que solo un liderazgo compenetrado con el poder de las emociones sabe brindar. Por eso se tiene, y así debe estimarse, el liderazgo a la vanguardia de la guerra ucraniana.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

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En escasos días, Ucrania ha comenzado a verse como una nueva tierra de sangre. Con un presidente heroico

 

@ajmonagas

Aunque la guerra se considera como uno de los hechos más comunes en la historia del hombre, no así son calificadas las tácticas y estrategias bélicas. Cada evento producido a consecuencia de cualquier contingencia que llame a la guerra, convoca cambios que son analizados como prelaciones de próximos reacomodos o nuevos comportamientos tácticos o estratégicos.

Las dinámicas social, tecnológica, científica, organizacional y cultural que movilizan al mundo, han provocado significativos cambios que terminan fortaleciendo los factores que determinan el éxito de toda guerra. Sin embargo, cabe reconocer que cualquier confrontación entre actores militares en representación de las correspondientes doctrinas políticas, depende indiscutiblemente del liderazgo que precede y preside la operación guerrera respectiva.

Este exordio vale a manera de contexto teorético para abordar el problema que conmociona al mundo libre, como la guerra entre Ucrania y Rusia la cual se remonta a décadas atrás. Además, motivada por razones que rayan con el oprobio, la desfachatez y la codicia del régimen ruso.

Ucrania, tierra de sangre

Desde la madrugada del jueves 26 de febrero de 2022, el presidente ruso ordenó a sus tropas lanzarse sobre Ucrania para someterla. Su capital, Kiev, se convirtió en el foco de una innegable tragedia. Así, el continente europeo puede estar a la entrada de una contienda cuyos riesgos bélicos son impredecibles. En escasos días, Ucrania ha comenzado a verse como una nueva tierra de sangre.

La bruma bajo la cual se produce esta guerra ucraniana, a todas luces injustificada, da para narrar cientos de cuartillas. Sus implicaciones, tanto como sus fuentes, son reveladoras de catastróficas contradicciones.

Razones omitidas de una guerra repudiada

Cabe decir que las tensiones que avivaron el referido conflicto no son recientes. Datan de 2014. Incluso, llevan a mediados del siglo XX, cuando Ucrania se desliga del imperio ruso aglomerado para entonces alrededor de la URSS. Desde entonces, el régimen ruso considera a Ucrania cual país ficticio, toda vez que es “fruto de costurones históricos y diplomáticos”.

En principio hay que reconocer que esta guerra se suscita en medio de situaciones que la hacen diferente de cualquier contienda anterior. Sin embargo, entre sus razones deben contarse aquellas de contenido político y económico, lo cual pone al descubierto no solo el agotamiento y debilidad expuesta de ideologías.

No obstante, en el centro de lo que todo ello compromete, se halla el concepto de liderazgo cuya praxis es profundamente determinante al momento de tomar parte de las conflagraciones que se dan alrededor de tan críticas situaciones. Según el académico Fushan Yuan, “nada es más esencial para el liderazgo que discernir cuidadosamente qué tomar y qué dejar de lado”. Igualmente, cómo hacia qué lado el liderazgo debe equilibrar la balanza en cuyos platos reposan valores que exhortan libertades y derechos.

El terror de la guerra ucraniana

No hay duda que una guerra tienda a verse manipulada por el miedo que causan no solo el silbido de las balas, el rugido de los cañones y la explosión de obuses, morteros y misiles causando muerte y terror. Igualmente, por las persistentes amenazas de los “perros de la guerra”, sanguinarios mercenarios y politiqueros envilecidos por la corrupción. Coacciones e intimidaciones que apuntan al corazón del adversario mediante frases degradantes, crueles y capciosas.

No habría otra forma de justificar tan aberrantes formas de manipulación, que la de pensar que ese género de “guerreristas” e instigadores está fuertemente alentado por retorcidas motivaciones que rayan con el sadismo, el fascismo y el nazismo. Tanto así que el régimen ruso ha comenzado a perder la guerra de la información y de la opinión mundial.

El rechazo del mundo libre

Hoy, el mundo unido está contra Rusia. En consecuencia, la Unión Europea se ha visto revestida de un liderazgo político jamás imaginado. Importantes sanciones decididas por Europa en asociación con EE. UU. inician una contundente arremetida contra Rusia.

Así, han impuesto mecanismos de retención y paralización financiera dirigidos a frenar la ofensiva rusa sobre Ucrania. Al lado de esta decisión de la Unión Europea, se determinó el envío de material militar a Ucrania, pese a saber que se tendría un combate desigual toda vez que el apresto operacional de Rusia es poderosamente superior.  

La guerra desde la perspectiva del liderazgo

Vale reconocer que una el éxito de una guerra no lo define la fuerza o la capacidad de terror que pueda ponerse en juego. Lo determina el poder de las ideas, el poder de la inteligencia. En resumen, el poder de motivación cuya fuerza “mueve montañas”. Es la voluntad aupada por la fuerza del verbo inspirado en ejemplos de dignidad, solidaridad y honestidad, por encima de la disposición armamentística.

A decir por la férrea perseverancia del presidente de Ucrania, quien ha demostrado el arrojo y el tesón propio de un líder nato, podría decirse, como bien lo expresó John Steinbeck, premio nobel de literatura 1962, “la guerra es un síntoma del fracaso del hombre como animal pensante”.

Igual cabe asentir, como animal político capaz de sorprender con la sagacidad que puede llevarlo a ganar el espacio necesario sin siquiera arrimar una bala contra el antagonista. Y es lo que define al liderazgo, en un sentido mejor accedido. 

Para Sun Tsu, considerado como experto en estrategia militar, quien vivió hace 2500 años aproximadamente, las guerras se ganan con base en la organización. O en la exaltación del guerrero que cuente con la ventaja competitiva mayor. O sea, el recurso humano más informado en torno a la perspectiva mejor visualizada, la actuación mejor cumplida y la formación de respuestas eficientes, rápidas y adaptables.

Aunque igual vale estar convencido del papel que confiere el liderazgo en el fragor de toda guerra. Aparte de manejar estrategias que permitan antelar los visos que puede tomar esta antes que recrudezca la batalla. Y es lo que le brinda el carácter de líder a quien se maneja con la claridad que exige la confusión y la incertidumbre.

El liderazgo como premisa en toda conflagración

Es precisamente lo que ha investido al presidente de Ucrania. O sea, la motivación que transmite dada su condición de líder militar, para quien todas las funciones organizacionales exigidas por las circunstancias son impulsadas por la actuación que asume. No solo con valentía y arrojo, sino además, ejerciendo un liderazgo procurado con base, primeramente, en el propósito debidamente definido.

Ha sido capaz Volodímir Zelenski de inducir la suficiente emoción y compromiso en los soldados y civiles combativos. Es la manera de actuar de la mano de un liderazgo valiente. Y al mismo tiempo, heroico. Es lo que está demostrando cuando amalgama su valor con el coraje de un ejército que busca mostrarse irreductible. Ahí está el poder arrollador propio de un liderazgo ejercido a conciencia ante la crisis por la que la nación atraviesa.

El servidor del pueblo

El servidor del pueblo

En escasos días, Ucrania ha comenzado a verse como una nueva tierra de sangre. Con…

Y aunque Rusia tenga un ejército superior en cantidad ¿de qué sirve eso para vencer? La fuerza radica en la capacidad emocional que la población ucraniana organizada puede demostrar para la lucha armada. Sobre todo, a la hora de apegarse al sentimiento de patriotismo que su historia de lucha ha revelado a lo largo del tiempo. Ahí está el secreto mejor guardado de Ucrania: que lo difícil parezca fácil y lo fácil parezca complicado.

Es la forma de manejar todo problema, mediante estrategias que solo un liderazgo compenetrado con el poder de las emociones sabe brindar. Por eso se tiene, y así debe estimarse, el liderazgo a la vanguardia de la guerra ucraniana.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

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