Felices fiestas decembrinas Venezuela, por Armando Martini Pietri - Runrun
Felices fiestas decembrinas Venezuela, por Armando Martini Pietri

LLEGAMOS A LA GRAN FIESTA DE QUIENES FORMAMOS PARTE DE LAS RELIGIONES CRISTIANAS en el mundo, la Navidad. Este 24 de diciembre y los días siguientes, nos preparamos para el reencuentro familiar, los abrazos en un ambiente de alegría y reconciliación que es igual en todos los países cristianos o donde existen comunidades cristianas. Por eso, el lapso entre el 24 y el 25 es de buenos sentimientos en Caracas, toda Venezuela, Norteamérica, Europa desde las heladas, bien organizadas y conservadoras monarquías del norte, hasta las siempre animadas playas mediterráneas, desde las revoltosas costas atlánticas y la alegría del Caribe hasta las lejanías del Océano Pacífico, porque la interminable Rusia con sus eternidades siberianas es profundamente cristiana, ortodoxa para más detalle, y en 70 años de implacable tiranía atea comunista no lograron acabar con esa fe.

Habrá celebraciones navideñas en los países de religiones dominantes radicalmente diferentes y con sistemas de gobierno tajantemente ateas, como China, Japón, Vietnam y toda el Asia Lejana; sólo en los países musulmanes ponen trabas y dificultades a sus pequeñas comunidades cristianas -o las asesinan, como hacen los fanáticos criminales del llamado Estado Islámico-.

Venezuela se ha estado preparando para una Navidad compleja y complicada en lo social, económico y político, carísima y con serias dificultades para conseguir los insumos tradicionales para las hallacas y bollos, además de las fallas de abastecimiento que hemos venido padeciendo insistentemente durante los años de Gobierno de Maduro, especialmente en este 2018 que, tal como se presenta la economía, podría llegar a ser recordado como mejor que el 2017. Pero estos dos días navideños, el 24 de las compras apresuradas y la emoción de lo que viene, y el 25 que es la fiesta real, la celebración del nacimiento de Jesús, la gente olvidará la mayoría de los problemas actuales y por venir.

La noche del 24 al 25 de diciembre es período de obsequios, apretones, sonrisas, se trata de compartir, reunirse en familia y con amigos que son como familia. Hay que aprovechar las festividades navideñas para reflexionar, sosegarse, disfrutar, pasarla bien pensando en lo que hicimos bueno, mal o pudimos hacer mejor. Mucha de la alegría y cordialidad de la Navidad viene de esa tendencia tradicional a recordar, reconocer, abrir horizontes y tener nuevas ilusiones.

Este año muchos venezolanos pensarán, inevitablemente, en los cambios políticos, sociales y económicos que aspiran, sueñan y esperan. No sólo por el hastío de la población, chavistas y militares incluidos, errores y terquedad pecaminosa de Maduro y su equipo, empeñados en “profundizar” un socialismo anticuado, obtuso e ineficiente, postrados en la trampa de un supuesto “legado de Chávez” que fue quien empujó a Venezuela a la desesperante calamidad actual.

Habrá los pesimistas, que comerán sus carísimas hallacas convencidos de que la oposición no podrá cambiar nada y que el chavismo seguirá gobernando y arruinando -si es que es posible aumentar la ruina actual-. Pero habrá también, que son mayoría, los optimistas, los que creen que la oposición verdadera, del coraje y coherencia, capaz de entender la trascendencia actual, que tiene las mujeres y hombres capacitados, dispuestos a unir experiencias y esfuerzos para cambiar drásticamente el desastroso rumbo castro-chavista-madurista del país. La cena y las visitas navideñas estarán esta semana llenas de ese tipo de comentarios y especulaciones.

Esas discusiones no van a arruinar la noche navideña. Serán parte de la realidad que vivimos, animarán las reuniones, brindis y sabor de la comida tradicional de época. Porque este año los optimistas van a tener más argumentos.

Lo que estén pensando y discutiendo los dirigentes políticos puede contener elementos diferentes, conocimiento más pragmático de la realidad actual y la que comience a vivirse el 1 de enero 2019. Pero lo quieran o no, no podrán estar alejados de lo que piensen, discutan y esperen los ciudadanos en estas fiestas navideñas. ¡Cambio!

Después de todo Navidad es natividad, nacimiento, renovación; es el despuntar de una nueva esperanza. Y la esperanza es alegría, la que deseamos a cada uno de ustedes.

En lo a quien suscribe respecta, deseo profundamente a todos mis amigos y quienes no lo son pero especialmente a quienes han tenido la gentileza, paciencia y cortesía de leer y comentar estas líneas que desde hace años venimos publicado gracias al maravilloso equipo de Runrunes, Nelson Bocaranda, y las queridas, apreciadas, respetadas Luisana Solano y Yeannaly Fermín quienes nos han brindado la magnífica e invaluable oportunidad de expresar nuestro punto de vista, sentir y parecer de lo que sucede y sucederá en el futuro en este increíble y grandioso país que se llama Venezuela.

Felices fiestas decembrinas Venezuela, y que Dios Bendiga a sus ciudadanos.

@ArmandoMartini