¡¿Quién quiere ser Presidente?! por Francisco J. Quevedo
El próximo gobierno se topará con un caos económico, un país con gravísimos problemas de caja, la recesión más pronunciada del mundo, la inflación más elevada del mundo, la capital más peligrosa del mundo, niveles de escasez que tienen a la gente haciendo “cola sabrosa” hasta por ocho horas para conseguir bienes regulados, para comer y bachaquear, una desinversión que nos descapitaliza y destruye, tasas de interés reales negativísimas y un adefesio cambiario que es la madre de mucho de lo que pasa, porque el padre es otro, súmesele que somos uno de los países más corruptos del mundo, un país la desmoralizado, por un lado, e inmoral por el otro, y métase en ese cocktail el secuestro de las instituciones, con parapetos inconstitucionales como “la milicia” y “el estado comunal”, y una patria entregada a Cuba, y uno piensa, ¡¿Quién se va a echar esa vaina?!.
¿Cómo se le entra a este pellejo? Los precios del petróleo no van a subir a lo que un fisco tan voraz requiere, así que lo primero es lograr un financiamiento que nos permita pasar el tarugo, cifra que algunos estiman sobre US$ 50,000 millones para 2016 y 2017. La escasez requiere primero la sinceración de los precios, y luego la promoción de las inversiones privadas con el esclarecimiento de las reglas de juego, y algunas reprivatizaciones, sin miedo, así como la expropiación de activos mal habidos que hay bastantes. Contener la inflación exige contener primero la liquidez, cortando la impresión de billetes y la creación de dinero con un ajuste de tasas para retornar gradualmente a lo “normal”. Y la disparidad cambiaria debe abordarse progresivamente para llegar a una eventual unificación.
Dicen los expertos que para atacar la criminalidad solo hay que agarrar la lista de cerca de 20.000 bandas y colectivos e ir tachando. Para sacar a los cubanos de los cuarteles y demás cuerpos del estado, como lo anterior, solo requiere un par bien puesto. Recuperar las instituciones, el TSJ, el CNE, la FANB, la CGR, la FGR, incluso los tribunales, requiere un mandato claro que seguramente se tendrá, y otro par más.
Habría que sincerar las asignaciones presupuestarias a universidades, alcaldías, policías, y demás órganos que lo requieran para recuperar la descentralización, y la institucionalidad del Estado, además, de dejar cuanto parapeto ilegítimo exista en mengua, incluyendo toda emisora y medio de comunicación, no social, sino socialista, sin perturbar las libertades, eso si.
@qppasociados