Debe ser muy divertido,
camarada hackeador,
hablar desde el interior
de todo aquel que haya sido
en su cuenta intervenido
por usted tan hábilmente.
Ponerlo como demente
a decir barbaridades
de todas las amistades
que lo siguen diariamente
Encontrarse de repente
con que Leonardo Padrón
dice que hace culebrón
para estafar a la gente,
que Laureano está consciente
de que, en cuestiones de humor,
el gran jefe es el mejor
chistoso de la comarca,
que Chúo es un oligarca
y Semtei no es jodedor
Qué entretenido, señor,
hablar por vidas ajenas,
para pasarlas de buenas
a seres de lo peor.
Por supuesto, el dictador
debe estar gozando un mundo
cada vez que ve iracundo
al opositor twittero
que se queda en el tintero
confundido y errabundo.
Pero atiéndame un segundo,
cibernauta camarada:
lo suyo es menos que nada,
comparándolo al inmundo.
Él hackeó en lo más profundo
de su líder mandamás,
engañando a los demás…
y hasta a usted, si es de la tierra,
con ese verbo de guerra,
pues quien habla es Satanás
Octavio Montiel