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Más allá del show mediático la corrupción en organismos públicos incrementará escasez

Zea
Hace 11 años

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Entre el “Electroshow” y el punto de no retorno, la corrupción oficial (V.J. Los Arcos Ayape)

(Agencia Sigla) El “Electroshow” entra en una nueva fase, en la cual el gobierno deberá proceder rápidamente a un control de daños, ya que no todo fueron beneficios. Si algo pudo aprender el ciudadano medio no comprometido o maniatado por el pernicioso sistema clientelar creado, es que la economía no puede ser (mal)tratada como lo está siendo.

Y si algo le quedó en claro al gobierno es que, por encima del alboroto, ese ciudadano medio observó que los abusos con los precios –cuando hubo abusos- fueron causados ¡otra vez más! por la propia corrupción gubernamental.

A menos que Nicolás Maduro Moros emprenda un giro importante y las políticas y normas derivadas de ello sean ejecutadas con funcionarios distintos a los que dispone, todo quedará en palabras, palabras y más palabras. En realidad, la insultante presencia militar ayer en la cadena de ferretería EPA deja pocas esperanzas a la racionalidad democrática.

A estas alturas del “Electroshow”, Maduro debe haber sido informado ya por gente de su confianza que hubo comerciantes del sector de electrodomésticos que no solamente dieron la cara y demostraron un comportamiento ético, sino que, a pesar de ello, tuvieron que soportar estigmas promovidos desde sus abusivas cadenas de medios. Tendrá que contar con ellos si no quiere ver que el venezolano pierda contacto con la modernidad asociada al confort del hogar, pero, de nuevo, la torpeza de EPA indica que hasta la elementalidad militar de controlar los daños se está desdeñando.

El gobierno, representante del régimen más corrompido y corruptor de la historia colonial y republicana de Venezuela, sabe que está atrapado en sí mismo; se descubre corrompido por la ciudadanía y no tiene capacidad para neutralizar la corrupción; trabajando en solitario, nunca la tendrá. En este sentido, la discrecionalidad que la Ley Habilitante concentrará en Maduro preconiza lo peor.

Hoy mismo, a más tardar mañana, los grandes distribuidores de electrodomésticos comenzarán a despachar todo lo que puedan para “mediollenar” los vacíos anaqueles de unas cuantas tiendas. Lo harán, mediante un acuerdo con el gobierno, con un descuento de 40%, pero se trata de una “solución” puntual que no es “solución”, sino una ilusión de que la cadena comercial no fue dañada, cuando sí fue dañada severamente y, quizás, irrecuperablemente.

Por mal que vaya la economía venezolana, el sector electrodoméstico no puede o al menos no debe morir. El anunciado acuerdo de asociación entre el gobierno con Mabe ha sido bien recibido en el sector, siempre y cuando el gobierno deje hacer a los que saben hacer; ya existen ejemplos de cuentos chinos, iraníes,… de proyectos que se anuncian y hasta se pagan, para que luego no se ponga la primera piedra o transcurran un tiempo de ejecución interminable.

Es posible que la velocidad de los acontecimientos atropelle todo, incluso la posibilidad de recuperación de la economía, pero mientras el “Electroshow” esté “caliente”, es bueno explorar las posibilidades de su “recuperación”, ya que lo esencial de ésta es aplicable igualmente el resto de otros sectores que necesariamente tendrán que balancear los componentes nacionales e importados.

Si el gobierno no puede ocultar que los abusos cometidos en Daka, Cyberlux, Distribuidora de Ensamblajes de Venezuela,… se dieron desde sus propias entrañas, lo mejor que puede hacer es asumirlo y, si tiene intención honesta de restablecer la racionalidad económica, ponerse a trabajar en serio

Con divisas abundantes, como dice mintiendo Maduro, o con mayor razón si son escasas, porque la realidad así lo dice, lo primero que debe tenerse presente es que el restablecimiento no queda garantizado con el solo eventual manejo impecable de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) cuyo primer basamento debe radicar, como ya se ha previsto, en la construcción de un nuevo Registro de Usuarios del Sistema de Administración de Divisas (RUSAD).

Ya que las necesidades de la economía venezolana continuarán obligando a importaciones inevitables, deberá tenerse en cuenta dónde radican otros factores de corrupción y encarecimiento del producto final:

  • Bolivariana de Puertos, S.A. (Bolipuertos)

  • Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT)

  • Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB)

 

Son tres fuentes de corrupción y encarecimiento de las nacionalizaciones de mercancías y, por ende de costos finales, que funcionan en “convergencia paralela”, a las cuales se añade, por si fuera poco, la que brota de las normativas MILCO y SENCAMER, de incidencia muy importante en el sector, pero de ningún modo exclusiva, ya que se manifiesta también en otros sectores.

Basta una breve revisión de acontecimientos fundamentales a esto último para prever que, si Maduro no emprende cuanto antes cambios políticos y administrativos radicales a ser ejecutados por profesionales no contaminados, lo que se haga con los cuadros actuales no haría sino empeorar lo actual.

MILCO es acrónimo de Ministerio para las Industrias Ligeras y el Comercio, desaparecido en 2009 y dividido en dos, con “permisería MILCO” intacta.

Una parte del antiguo MILCO pasó a integrar el Ministerio para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, en el cual el actual Vicepresidente Ejecutivo, Jorge Alberto Arreaza Montserrat, tuvo mucho que decir. Alguien explicará algún día a relación entre Arreaza y “el árabe de Síragon”, compañía a la cual según unos, “no han tocado ni con el pétalo”, y según otros, “jamás le tocarán”.

Otra parte del antiguo MILCO pasó a conformar el Ministerio para el Comercio. Por aquí pasó Eduardo Samán Namel, quien manejó tanto las “areperas socialistas” como el programa “Mi Casa Bien Equipada” (con cachivaches chinos). Hoy, Samán el presidente del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (INDEPABIS); unos cuantos de sus inspectores enfermaron de náusea ante la arbitrariedad que les obligaban a ejercer.

Pasó también pasó por el Ministerio para el Comercio, Edmée Betancourt, antes de pasar por el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES) y por el Banco Central de Venezuela (BCV). Betancourt debió haber acumulado conocimiento sobre cómo se bate el cobre en la institucionalizada corrupción.

También depende del Ministerio de Comercio el Servicio Autónomo Nacional de Normalización, Calidad, Metrología y Reglamentos Técnicos (SENCAMER).

Si es verdad que Nicolás Maduro quiere intentar algún equilibrio en la economía venezolana, no estaría nada mal que alguien que se atreva a decir que el rey está desnudo, le cuente de-verdad-verdad a qué se redujeron los efectos positivos del “Electroshow” y la estampida de inversiones y desempleo que ya causó… y seguirá causando.

Está bien que la mexicana Mabe, minimizada por la corrupción gubernamental empacada en maletines, regrese a la escena de la producción nacional. La corporación, dedicada a líneas de producción de exigencia tecnológica intermedia, parece bien adecuada para el ensamblaje local de distintas proporciones de componentes locales e importados; eso sí, nunca levantaría cabeza si su operación normal es interferida por Bolipuertos, Seniat, FANB, “Milco”, Sincamer,…

En cuanto a  bienes electrodomésticos de alta tecnología (léase Samsung, Whirpool, Sony, LG… y ¿por qué no algunas marcas chinas que se vayan a acercando en calidad?, Maduro no puede ignorar la enorme conveniencia de no romper la todavía existente, pero debilitada aproximación del venezolano medio con lo tecnológico; un aspecto en el cual todavía se destaca a nivel internacional. Quebrar esta aproximación es condenar definitivamente al país.

Y quien dice librar de la intacta corrupción al “nuevo sector electrodoméstico”, lo dice para todos los demás sectores económicos, si es que de verdad se quiere evitar llegar a un punto sin retoro, mucho más cercano de lo que muchos creen. (VJLA-Sigla)

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