La quiebra inducida por Luis DE LION
Varias horas de cadena nacional, en la tarde del pasado miércoles, solo sirvieron para poner en evidencia las grandes debilidades del caótico régimen heredado por Maduro.
El arcaísmo presidencial, con el que pretende el oficialismo perpetuar el desastre legado, hizo anuncios tales como; centralización de importaciones en una nueva corporación, creación de un sistema de fijación de precios de todos los productos, implementación de un plan cívico-militar para fiscalizar industrias y comercios. Al tiempo que, anunciaba el nacimiento de un sistema de mayor control en la asignación de los dólares, acompañado de un nuevo registro para seleccionar a las empresas importadoras.
De esa forma, quedaba ratificado el abismo que separan las ideas de Maduro del mundo real. Un maniqueísmo, que se apoya en la impericia propia de quienes le acompañan en éste locura.
En términos generales, el país padece una fuerte aceleración de la inflación, el salto en los precios acumula un aumento de 54% en los últimos doce meses. Según cifras del BCV, en lo que ha transcurrido de 2013 los hogares han visto cómo el precio de los productos agrícolas aumentó 56% y los pesqueros 94%.
Junto a los alimentos, el impacto inflacionario también repercute en otros aspectos que conforman la calidad de vida. Por ejemplo, vestido y calzado, acumulan un aumento de 49%, restaurantes y hoteles 56%, transporte 44%, equipos del hogar 37% y salud 25%.
Como las desgracias nunca vienen solas, a la inflación se le agrega, una gigantesca crisis de desabastecimiento, producto de una serie de expropiaciones salvajes, de empresas, las cuales hoy en manos del Estado depredador no producen nada. Por si fuera poco, a esa ruina industrial propiciada por el Estado, se suma el control de precios y la sequía de divisas que experimenta el agonizante sector privado.
“El gobierno es quien tiene el 42% de la harina precocida, el 40% del arroz, 80% de la leche en polvo, los productos que no se consiguen” declaraba éste viernes, Jorge Roig, presidente de Fedecámaras. Ante el anuncio presidencial de la puesta en marcha de un plan cívico-militar para fiscalizar industrias y comercios, señaló el presidente de Fedecámras: “el ejército sabe muy poco de economía hay que ver cuales son los criterios que tienen para definir si hay acaparamiento o no, hay que explicarles qué significa el término de inventarios razonables”.
Quince años han transcurrido desde que la clase media llevó en hombros al Teniente Coronel Chávez hasta Miraflores. Esa misma clase, ya abandonó al inclasificable Maduro y por su parte, los pobres se sienten traicionados.
Maduro, es lo más cercano a un apparatchik petrificado en su ideología, incapaz de admitir y comprender como es que se crea la riqueza. Característica que ha llevado a Maduro, a rodearse de unos bufones, civiles y militares, cuyo único objetivo en sus miserables vidas políticas, es enriquecerse, y no precisamente en el plano intelectual.
Todo ello como consecuencia de la enseñanza binaria del mundo que Fidel Castro y Hugo Chávez, le inculcaron a Maduro; odiar a los ricos y esclavizar a los pobres.
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