¿Quo vadis Capriles? por Luis De Lion

La democracia es un ideal que necesita cada día ser defendido y reforzado. No con actos de autoridad arrinconada como el que hizo recientemente Capriles al declarar que: “Hay personas que están en la alternativa democrática y el 70% de su tiempo critican a la oposición” ¿Un gesto político? Mostrarse viril sin arriesgar nada, dejando entender que hay aliados que molestan.
Esperemos la decisión del TSJ, ya veremos si Capriles actúa con la necesaria autoridad que su posición exige. Dicho esto, el gobernador de Miranda junto a la MUD, han venido aumentando los riesgos al permitir que, sus respectivas imágenes se sigan deteriorando, debilitando de esa manera la indispensable unidad del movimiento opositor.
En cuanto a la imagen, cada día se hace más evidente la incoherencia entra las obligaciones del líder opositor y la política que pretende llevar adelante. ¿Dónde quedó la necesaria audacia visionaria? Ese sobresalto de la última semana de la campaña electoral que lo enfrentó a Maduro.
Cierto es que, el régimen no se ha detenido un solo instante en su marcha por cerrar todas las ventanas, pero es que el problema actual de Capriles no es sólo de medios comunicación. Una severa crisis de discurso, agravado por una escasez de ideas que han paralizado la necesaria militancia ciudadana. Ya se le acabó la grandilocuencia del fraude, del ilegítimo.
Es una grave crisis de comunicación política la que atraviesa Capriles. La cual debe ser corregida de urgencia.
Yo nunca creí realmente en la fuerza de las convicciones ciudadanas de Capriles. Su cultura jurídica, parasita su necesario reflejo político, algo paradójico en un político de carrera. Atención, no estamos ante una enfermedad incurable, una terapia de realismo político puede aliviar el mal. ¿Pero es Capriles, a pesar de su juventud, un hombre audaz en su forma de mirar el futuro? ¿Tiene la actitud que lo ayudaría a evitar caer por el barranco de la historia?
Lo que se le exige, es una vez más, claridad y coraje, a pesar de la coerción que impone un régimen autoritario como el de Maduro. Los demócratas venezolanos tienen razones para preguntarse sobre la sinceridad de los compromisos asumidos por Capriles, una vez que hacen el balance de las contradicciones y desatinos, desde que al gobernador de Miranda, le ha dado por negar la realidad.
Tratándose de las cabezas del liderazgo de la oposición democrática. Capriles y la MUD se exponen a una crisis entre los aliados que conforman dicha unidad. Muy a pesar, que a ninguno de ellos, le conviene un conflicto por el estilo.
Ante las interrogantes, se impone un sobresalto de audacia visionaria. La MUD, tiene que ayudar, aportando así sea una pizca de ese discernimiento necesario para imponer una leve inflexión del asfixiante dogmatismo electorero. Ni a los adecos tan necesitados de una fuerza parlamentaria, ni al chavismo sin Chávez de oposición, quienes talanquera y amnesia mediante gozan de un estatus inesperado y desproporcionado dentro de la MUD, ni al escandaloso UNT, les conviene seguir de espaldas a la ciudadanía, mientras se ridiculizan en sus fanfarronadas municipales. Muchos están viviendo de gratis, como cortesía del inagotable espíritu democrático de los ciudadanos.
Todo lo que debilita a las fuerzas democráticas refuerza implacablemente el poder de los extremos. Castrochavismo y mariscales de la derrota.
@LDeLION
luisdelion@gmail.com