Para José Gregorio Ibarra, profesor de la UCV, una de las principales trabas para dar fiel cumplimiento a la ley es que las instituciones, tanto públicas como privadas, en ocasiones son gerenciadas por un personal que no está preparado
A pesar de que en Venezuela existe la “Ley para Personas con Discapacidad”, hay tareas pendientes por cumplir para garantizar los derechos de estas personas, a la par de que existen discriminaciones por género.
Con 17 años, Omarlys Acosta viajaba de copiloto en una moto que manejaba su novio. Tuvieron un accidente en el que su compañero falleció y ella quedó con una lesión grave en su arteria femoral que ocasionó la amputación médica de uno de sus miembros inferiores.
Tras ese evento, su vida se detuvo. “Me tocó cancelar todo lo que para ese momento era mi vida. Iba a la universidad, estudiaba Contaduría en la Universidad de Oriente-Nueva Esparta (Udone), hacía un curso de asistente jurídico. Me gustaba salir”, comenta.
De acuerdo con un reportaje de Constructoras de Paz, iniciativa del Instituto Venezolano de Prensa y Sociedad (IPYS), luego del proceso de cicatrización y de recuperación de las heridas físicas llegó la gran pregunta: “Ahora, ¿qué hago?”.
“Comencé a buscar las maneras (…) Así puedo cocinar, así puedo bañarme, así puedo hacer esto y aquello. En la terapia me decían que me aceptara, que me quisiera así. Pero para mí era muy difícil porque me decía: ´yo no quiero estar en esta condición´ y volvía a caer en lo mismo: ´soy joven, ¿por qué yo?´” agrega. Esa pregunta le atormentaba.
El correr de los meses fue permitiendo -poco a poco- la autoaceptación. “Con el tiempo fui asimilando que así es la vida, que no puedo hacer nada más, que así voy a seguir. Ni porque llore la pierna me va a crecer. Ni porque llore, él va a revivir ni las cosas van a cambiar”, dice Omarlys, quien en la actualidad es una “mujer que no se detiene”. Así se describe por la cantidad de actividades que realiza.
Muchas mujeres y niñas, como Omarlys, enfrentan desigualdades vinculadas con las discriminaciones por género y discapacidad. En su caso, sufre una discapacidad física motora o motriz irreversible que le impide moverse con plena funcionalidad.
Letra muerta
El 15 de noviembre del año 2006 se anunció en el país la aprobación de la Ley para Personas con Discapacidad, la cual nació con el propósito de garantizar una “verdadera inclusión”.
Sin embargo, casi 20 años después, contar con un sistema de transporte público acorde, con atención médica, acceso a la educación o el poder insertarse al mercado laboral, continúan siendo materia pendiente.
“Tenemos una ley muy rica, muy explícita, además con respecto a las garantías y derechos de las personas con discapacidad, que incluye distintas áreas como salud, educación, cultura, deporte, trabajo, vivienda. El problema es que no se adecua a la realidad”, explica José Gregorio Ibarra, profesor universitario y director de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Para el experto, una de las principales trabas para dar fiel cumplimiento a la ley es que las instituciones, tanto públicas como privadas, en ocasiones son gerenciadas por un personal que no está preparado, “o no ha desarrollado las competencias para el relacionamiento con las personas con discapacidad y puedan brindar la atención que se necesita. Es decir, una ley muy completa, pero que no se cumple”.
En consecuencia, señala que es bastante difícil que las personas con discapacidad sean contratadas.
“En algunos casos tienen empleos no adecuados, además, de que la infraestructura no es apta para quienes tienen movilidad reducida”, señaló, agregando que esto se convierte en otra agravante que les impide poder llegar a ser autónomos.
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