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Galliano: sancionado y premiado por Camilia Diaz Petkoff

A pesar del escandaloso episodio antisemita y racista que el diseñador John Galliano protagonizó, el taller de la firma que lleva el nombre su nombre, ha recibido la etiqueta “Entreprise du Patrimoine Vivant” (“Empresa del Patrimonio Vivo”) el pasado 20 de noviembre de este año. Esta categoría es otorgada por el Gobierno francés en reconocimiento a su excelencia en el mundo de la moda. La etiqueta “Entreprises du Patrimoine Vivant” (EVP) fue creada en 2005 por el Ministerio de Economía, Finanzas y de la Industria, para conmemorar a las empresas francesas destacadas por su saber hacer artesanal e industrial de excelencia.

La etiqueta de “Empresa del Patrimonio Vivo” o EVP fue creada para promover el desarrollo de las empresas en las que se distingue que ellas tienen “una riqueza económica única, que consiste especialmente por un know-how peculiar, raro o ancestral, que se basa en el dominio de técnicas tradicionales y de alta tecnología. En el caso de la casa de John Galliano, fue su taller el que se llevó este año dicha distinción, etiqueta que por cinco años le proveerá de múltiples beneficios; como por ejemplo apoyo económico y disminución en los pagos fiscales al Gobierno de Francia.

Este importante reconocimiento llega en un momento álgido y crítico para Galliano y las firmas que están –o estaban bajo su batuta-, este año el diseñador perdió la dirección creativa de una de las marcas más significativas e influyentes de la moda, Christian Dior (desde entonces las colecciones son creadas por un ex-mano derecha de Galliano, Bill Gaytten).

Para muchos este premio está cargado de un gran significado y un mensaje que se lee entre líneas. Francia o, al menos una parte de Francia, pareciera gritarle al mundo su indiferente y poco valuada percepción sobre los episodios racistas de Galliano.

Pero más allá de cualquier mensaje oculto que pueda traer dicha distinción de Galliano, éste es un digno ejemplo a seguir de un sistema que funciona: un tribunal francés lo sanciona y un Ministerio francés lo premia; todo esto dentro de un mismo país con una misma Constitución. Una democracia que funciona a la perfección, en dónde los poderes son independientes en la que pueden ejercen su voluntad con plena descentralización y libertad.

Camilia Diaz Petkoff

@cdiazpetkoff

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A pesar del escandaloso episodio antisemita y racista que el diseñador John Galliano protagonizó, el taller de la firma que lleva el nombre su nombre, ha recibido la etiqueta “Entreprise du Patrimoine Vivant” (“Empresa del Patrimonio Vivo”) el pasado 20 de noviembre de este año. Esta categoría es otorgada por el Gobierno francés en reconocimiento a su excelencia en el mundo de la moda. La etiqueta “Entreprises du Patrimoine Vivant” (EVP) fue creada en 2005 por el Ministerio de Economía, Finanzas y de la Industria, para conmemorar a las empresas francesas destacadas por su saber hacer artesanal e industrial de excelencia.

La etiqueta de “Empresa del Patrimonio Vivo” o EVP fue creada para promover el desarrollo de las empresas en las que se distingue que ellas tienen “una riqueza económica única, que consiste especialmente por un know-how peculiar, raro o ancestral, que se basa en el dominio de técnicas tradicionales y de alta tecnología. En el caso de la casa de John Galliano, fue su taller el que se llevó este año dicha distinción, etiqueta que por cinco años le proveerá de múltiples beneficios; como por ejemplo apoyo económico y disminución en los pagos fiscales al Gobierno de Francia.

Este importante reconocimiento llega en un momento álgido y crítico para Galliano y las firmas que están –o estaban bajo su batuta-, este año el diseñador perdió la dirección creativa de una de las marcas más significativas e influyentes de la moda, Christian Dior (desde entonces las colecciones son creadas por un ex-mano derecha de Galliano, Bill Gaytten).

Para muchos este premio está cargado de un gran significado y un mensaje que se lee entre líneas. Francia o, al menos una parte de Francia, pareciera gritarle al mundo su indiferente y poco valuada percepción sobre los episodios racistas de Galliano.

Pero más allá de cualquier mensaje oculto que pueda traer dicha distinción de Galliano, éste es un digno ejemplo a seguir de un sistema que funciona: un tribunal francés lo sanciona y un Ministerio francés lo premia; todo esto dentro de un mismo país con una misma Constitución. Una democracia que funciona a la perfección, en dónde los poderes son independientes en la que pueden ejercen su voluntad con plena descentralización y libertad.

Camilia Diaz Petkoff

@cdiazpetkoff

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