El Presidente regresó a Caracas para conmemorar los 200 años de independencia. No podía estar ausente, a pesar de haberse intervenido dos veces para extirparse un tumor cancerígeno. Sus declaraciones y su mitin en el “balcón del pueblo” hacen pensar qué tan grave es su enfermedad. Venezuela oficialmente ha entrado a una dimensión absurda del manejo informativo oficial. Primero no se sabía cuál era la enfermedad que realmente tenía el Presidente; luego sale en cadena nacional –desde La Habana– indicando el tratamiento médico al que se había sometido; publica fotos y videos en off desde Cuba donde muestra su “evolución”; llega en la madrugada de sorpresa a Maiquetía y se le ve mucho mejor que hace unos días.
No quiero caer en el “Hugo centrismo”, pero es inevitable dedicarle unas líneas a lo que ha sido una falta de respeto para los venezolanos, no solo por el tratamiento informativo, sino por los vínculos con Cuba, otro capítulo que corrobora el impacto directo que tiene la política exterior venezolana, manejada por lazos ideológicos y no con carácter de Estado. Según Chávez, fue el propio Fidel Castro que le informó sobre el tumor maligno. Cuba le ha brindado todas las facilidades para tratarse médicamente, lo que representa una cachetada a la medicina venezolana. Son los propios medios cubanos que publican las informaciones sobre el jefe de Estado venezolano. La relación La Habana-Caracas sobrepasa los acuerdos absurdos de petróleo barato por médicos, profesores o entrenadores deportivos. Ya sabemos de la influencia de los Castro en Venezuela, siempre condenada por quien escribe, pero ante la enfermedad del Presidente, pareciera que ya nos están gobernando. Son Fidel y Raúl los que deciden qué es mejor para el gobierno, cómo debe actuar y cuándo se debe ejecutar. A lo mejor todo este tema del absceso pélvico se trate de una campaña electoral, lo mencioné en el último artículo, y no ha existido una respuesta contundente por parte de las fuerzas democráticas. Ya decía Chávez cuando aterrizó que “Cuba y Venezuela son lo mismo, son la patria grande”. Ha
Estamos viviendo días de incertidumbre. Ahora no sabemos cuándo va a regresar el Presidente a la isla, tomando en cuenta que sigue un proceso de rehabilitación, si se regresa, cuántas veces va a estar yendo y viniendo y, peor aún, por cuánto tiempo el país va a estar ante esta situación. No se sabe donde fue el cáncer ni que médico está tratando al Presidente. Lo único que sí sabemos es que reina la desinformación, la irresponsabilidad y la injerencia cubana.