Sacar al Tesorero Nacional, Alejandro Andrade, concentró el esfuerzo de más de dos. Los ministros Jorge Giordani, Alí Rodríguez, el presidente del BCV, Nelson Merentes, y al final Chávez, que se convenció. El gobernador Rafael Isea ayudó, pero más por su combate directo contra Andrade que por poner orden en el Ministerio de Finanzas. Cuánto costó lo de Andrade, pese a las evidencias en contra de sus nexos con bolibanqueros, bolicatiras y bolioperadores. Ahora Giordani ha llegado a PDVSA. Su llegada ha significado también el desmantelamiento de parte del grupo de control en la estatal. Salió uno de los más encopetados de todos: Eudomario Carruyo. Costó también, pese a las evidencias de sus nexos con bolioperadores y bolimagnates. Pero en PDVSA el problema sigue. Una parte del poder chavista enfoca la lucha contra Rafael Ramírez y su grupo. Giordani sabe que solo no puede. Que allí requiere el esfuerzo no sólo de Elías Jaua -que ya ha hecho parte de lo suyo sin resultado pues Ramírez sigue en el cargo- sino de Alí Rodríguez, uno de los mentores del presidente de PDVSA, y ahora de Nicolás Maduro. El canciller mientras anduvo en 1999 y un poco después haciendo llave con Pedro Carreño levantó pésimos comentarios entre sus compañeros de su causa. Pero una vez que pasó por la Asamblea Nacional y alcanzó la Cancillería, Maduro pasó a ser otro. Ahora se le ve como un factor más comprometido con lo político y el sentido histórico que con los intereses particulares. De allí que sea clave a la hora de ejecutar cualquier operación quirúrgica PDVSA. Hay quienes afirman que Giordani lo propuso para que lo acompañara en PDVSA. La pugna no será fácil. Tampoco gratuita. Todo se hará en silencio. Al puro estilo de Giordani.
Sacar al Tesorero Nacional, Alejandro Andrade, concentró el esfuerzo de más de dos. Los ministros Jorge Giordani, Alí Rodríguez, el presidente del BCV, Nelson Merentes, y al final Chávez, que se convenció. El gobernador Rafael Isea ayudó, pero más por su combate directo contra Andrade que por poner orden en el Ministerio de Finanzas. Cuánto costó lo de Andrade, pese a las evidencias en contra de sus nexos con bolibanqueros, bolicatiras y bolioperadores. Ahora Giordani ha llegado a PDVSA. Su llegada ha significado también el desmantelamiento de parte del grupo de control en la estatal. Salió uno de los más encopetados de todos: Eudomario Carruyo. Costó también, pese a las evidencias de sus nexos con bolioperadores y bolimagnates. Pero en PDVSA el problema sigue. Una parte del poder chavista enfoca la lucha contra Rafael Ramírez y su grupo. Giordani sabe que solo no puede. Que allí requiere el esfuerzo no sólo de Elías Jaua -que ya ha hecho parte de lo suyo sin resultado pues Ramírez sigue en el cargo- sino de Alí Rodríguez, uno de los mentores del presidente de PDVSA, y ahora de Nicolás Maduro. El canciller mientras anduvo en 1999 y un poco después haciendo llave con Pedro Carreño levantó pésimos comentarios entre sus compañeros de su causa. Pero una vez que pasó por la Asamblea Nacional y alcanzó la Cancillería, Maduro pasó a ser otro. Ahora se le ve como un factor más comprometido con lo político y el sentido histórico que con los intereses particulares. De allí que sea clave a la hora de ejecutar cualquier operación quirúrgica PDVSA. Hay quienes afirman que Giordani lo propuso para que lo acompañara en PDVSA. La pugna no será fácil. Tampoco gratuita. Todo se hará en silencio. Al puro estilo de Giordani.