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¿Qué les pasa? por Juan Carlos Zapata


El jefe recibe premio de periodismo en Argentina. Y se llena la boca. En Venezuela hay completa libertad de expresión. Estas cosas se oyen. Porque lo dice, y en el fondo, la sombra de Gadafi.

El subjefe, en Caracas, desde que es diputado, viene elaborando un extraño discurso.

Mejor dicho, desde la sesión aquella en que silenció a Julio Borges, Diosdado Cabello luce descabellado. Es tosco en las palabras. Nada sutil. Y claro, quién le puede creer que en el PSUV no hay patente de corso para los corruptos.

Tal vez lo áspero de su estilo entraña la misma realidad.

Un dirigente a quien le siguen preguntando si es millonario, si es el líder del chavismo sin Chávez, o si esconde testaferros, está obligado a hablar de esa manera. Y como siempre, como Hugo Chávez, como Rafael Ramírez, como Adán Chávez, como Acosta Carles y muchos otros, dirá lo mismo: que presenten las pruebas.

Ya el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonsky las presentó. Pero el diputado, el sub-jefe de la revolución, se escurre en plan de víctima. Este fin de semana le declaró a La Verdad que es un perseguido político del gobernador. De pronto Chávez dirá lo mismo en el Sur: que es un perseguido de los medios venezolanos y por eso lo premian afuera.

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El jefe recibe premio de periodismo en Argentina. Y se llena la boca. En Venezuela hay completa libertad de expresión. Estas cosas se oyen. Porque lo dice, y en el fondo, la sombra de Gadafi.

El subjefe, en Caracas, desde que es diputado, viene elaborando un extraño discurso.

Mejor dicho, desde la sesión aquella en que silenció a Julio Borges, Diosdado Cabello luce descabellado. Es tosco en las palabras. Nada sutil. Y claro, quién le puede creer que en el PSUV no hay patente de corso para los corruptos.

Tal vez lo áspero de su estilo entraña la misma realidad.

Un dirigente a quien le siguen preguntando si es millonario, si es el líder del chavismo sin Chávez, o si esconde testaferros, está obligado a hablar de esa manera. Y como siempre, como Hugo Chávez, como Rafael Ramírez, como Adán Chávez, como Acosta Carles y muchos otros, dirá lo mismo: que presenten las pruebas.

Ya el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonsky las presentó. Pero el diputado, el sub-jefe de la revolución, se escurre en plan de víctima. Este fin de semana le declaró a La Verdad que es un perseguido político del gobernador. De pronto Chávez dirá lo mismo en el Sur: que es un perseguido de los medios venezolanos y por eso lo premian afuera.

Todavia hay más
Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.