Más de 300 comerciantes delegados acuerdan seguir defendiendo a los consumidores y a sus empleados
Los más de 250 dirigentes gremiales afiliados a las Cámaras de Comercio de todo el país concluyeron la celebración de su XLIV Asamblea Anual en Caracas, acordando no cesar en su defensa de los consumidores venezolanos, como de los puestos de trabajo, al encontrarse sometidos a restricciones en la adquisición de los bienes básicos para su diario sustento como consecuencia de la lentitud productiva del país, la imposibilidad de surtir los anaqueles de productos importados en las cantidades y variedades que demandan las familias venezolanas, y al riesgo de que se incremente la desaparición de pequeños negocios.
Asimismo, todas las organizaciones gremiales del sector terciario y que están afiliadas al Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), decidieron formular un pronunciamiento público dirigido a motivar a las autoridades a responder con una mayor celeridad en sus respuestas, luego de que diversas Cámaras sectoriales y regionales que han estado participando en las Conferencias Económicas por la Paz, han expuesto que mucho de lo convenido en dichos encuentros no se ha concretado.
Los organismos gremiales del Comercio y los Servicios temen que se repita la experiencia del año pasado. En el 2013, después de asistir a diversas reuniones con funcionarios de diferentes despachos, precisamente en procura de decisiones que se tradujeran en soluciones reales a la multiplicidad de dificultades que estaban imposibilitando una mayor dinamización de la oferta, como de condiciones cambiarias, fiscales, monetarias y de precios que hicieran posible un funcionamiento menos complejo para el sector, todo quedó en un diferimiento que no terminó de concretarse.
A poco más de dos meses de reuniones, encuentros, definición de posibles medidas, la impresión que comienza a tomar fuerza a nivel sectorial, es que, una vez más, reaparece la figura del diferimiento, sin que, por otra parte, termine de precisarse un cronograma de eventuales soluciones que superen el coyunturalismo, lo inmediato.
Inclusive, cuando las autoridades anunciaron la segunda fase de la 0fensiva Económica, se generaron las inevitables expectativas alrededor de que, finalmente, se producirían las decisiones que se enunciaron y hasta describieron durante las reuniones. Pero lo que ha sucedido hasta ahora, ha sido un recrudecimiento del proceso fiscalizador del comercio formal, bajo el argumento de que hay que enfrentar la inflación de la manera que sea, mientras se consolidan hasta cuatro tipos de cambio, y a los importadores que se les llama a participar en subastas, luego les corresponde vivir la espera interminable de la liquidación de las asignaciones.
Consecomercio teme que el primer semestre del 2014 termine para el sector sin que se aclaren las verdaderas opciones de funcionalidad, sostenimiento y posibilidades ciertas de sobrevivencia de los más diversos establecimientos representados por las Cámaras del Comercio y los Servicios a nivel nacional. Y eso, definitivamente, atenta contra los millones de consumidores que, día a día, acuden a los puntos de venta en procura de artículos que no van a poder seguir consiguiendo, pero, además, compromete la estabilidad de distintas empresas que ya han hecho saber sus limitaciones para seguir funcionando y, desde luego, continuar garantizando puestos de trabajo.
A las autoridades, les corresponde no seguir posponiendo decisiones, porque de ellas depende que cambien las expectativas para el segundo semestre del 2014.