Así es la vida sexual en Venezuela, un país donde no hay anticonceptivos
Así es la vida sexual en Venezuela, un país donde no hay anticonceptivos

Condones

 

«El sexo muchas veces dejó de ser placentero por la presión de no terminar adentro. Mi novia y yo no podíamos disfrutar como cualquier pareja normal. Mi vida sexual cambió», cuenta Francisco Araujo, ingeniero civil venezolano, de 24 años. «A finales del 2015 incluso tuve que pedirle a un familiar que vive en Miami que me mandara condones, ya que por esa época de verdad desaparecieron de los anaqueles».

Además de la inseguridad en las calles y la terrible situación económica que ha llevado a nuestra moneda a ser el hazmerreír del mundo, tenemos que pasar más de la mitad de nuestros días resolviendo cómo vamos a encontrar productos que en cualquier parte del planeta abundan en todos los mercados y farmacias. Y encima de todo esto, lo que muchísima gente no sabe es que en este momento Venezuela se ha convertido en un país en donde a las personas les da miedo tener sexo.

«Utilizo mucho el Grindr ya que es una manera rápida de encontrar pareja sexual, pero la escasez de condones realmente ha afectado, por lo que me tocó guardar los que tenía para utilizarlos con la persona con la que realmente no aguante las ganas», platica Alejandro Bohórquez, arquitecto de 28 años. La otra opción es «aguantarse las ganas o no tener penetración. Tengo miedo de contraer alguna enfermedad, así que prefiero abstenerme y no correr el riesgo de tener sexo sin protección».

La organización StopVIH ha recibido reportes de escasez de condones en estados como Amazonas, Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Lara, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Sucre, Táchira y la gran Caracas. Esto significa que en casi el 50 por ciento de Venezuela es difícil conseguirlos, cosa que afecta el trabajo de prevención del VIH y de otras enfermedades de transmisión sexual que realizan distintas ONGs en el país. Además, Venezuela es el tercer país con mayor número de infecciones de sida por habitante en Sudamérica y tiene una de las tasas de embarazos de adolescentes más altas del continente.

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¿Ya esto parece lo suficientemente terrible? ¿Qué pasa si les cuento que no hay pastillas anticonceptivas? Seguro estarán pensando: «Compra una pastilla de emergencia para el día después y sales de ese rollo». Pues tampoco existen. En Venezuela puedes pasar el día entero recorriendo tu farmacia favorita —si es que no te asaltan a medio camino— y ten la certeza que no vas a encontrar ninguno de estos productos. Las palabras más comunes en las farmacias y mercados venezolanos son: «no hay».

Vivo en el país del rebusque, en el que si no tienes el teléfono del dealer de (inserte aquí cualquier producto) te vas a tener que prostituir para poder pagarlos en el mercado negro. En Venezuela hay dos precios para todo debido a la escasez: neumáticos, leche, pasta de dientes, papel sanitario, pastillas anticonceptivas, DirecTV, pasajes de avión.