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Fotógrafo venezolano galardonado por la mejor foto del año por el World Press Photo

El certamen de fotografía World Press Photo (WPP) anunció este jueves a los ganadores de este año, en que una fotografía de un joven en llamas, tomada por el fotografo de AFP Ronaldo Schemidt, se llevó el más alto premio como Mejor Foto del Año y el primer lugar como Spot News Singles.

Schemidt es el segundo venezolano en ganar este premio, tras el venezolano Héctor Rondón,  quien además del título de World Press Photo, ganó también el Pulitzer.

El fotoperiodista venezolano de la agencia AFP, Juan Barreto, también fue galardonado por el certamen al obtener el tercer lugar en la categoría Spot News Stories con una fotografía.

 

El premio, que emergió de entre cinco finalistas en un concurso en el que participaron más de 4.500 fotógrafos de 125 países, galardona al fotógrafo que ha captado con “creatividad y talento visual (…) una imagen o acontecimiento de gran importancia periodística ocurrido el año pasado”.

La página cuenta el dictamen del jurado sobre la fotografía ganadora, titulada “Crisis en Venezuela”.

Magdalena Herrera, directora de fotografía de Geo France y presidenta del jurado,  describió la foto como “clásica, pero tiene una energía y una dinámica instantáneas. Los colores, el movimiento, y está muy bien compuesta, tiene fuerza. Tengo una emoción instantánea …”

Otro miembro del jurado Whitney C. Johnson, subdirectora de fotografía de National Geographic, también agregó: “Es bastante simbólico, en realidad, es una máscara en su rostro, ha llegado a representar no solo a él mismo y a sí mismo en el fuego, sino más o menos esta idea de quemar a Venezuela”.

El miembro del jurado Bulent Kiliç, jefe de fotografía de la AFP en Turquí, añadió: “Y hay un pequeño detalle en la imagen. Había una pistola en la pared que decía” paz “. Significa paz. Eso también hace que esta imagen sea duradera”.

El miembro del jurado Eman Mohammed, fotoperiodista, agregó: “Simplemente te da esa sensación de más poder para la gente. Para los que hablan”.

El fotógrafo de la AFP Ronaldo Schemidt, al recoger el premio a la foto del año del World Press Photo 2018, el 12 de abril de 2018 en Ámsterdam (AFP | EMMANUEL DUNAND)

Para Schemidt significa mucho más. “Esa foto representa la terrible situación de un país, el mío, en desgracia: atrapado en un espiral de violencia política y social”, declaró desde Amsterdam a la oficina de AFP en Caracas.

Al aceptar el premio, Schemidt dedicó la foto a su familia y “a toda la gente de Venezuela”.

“Esta fotografía para mí es la muestra de lo que pasó el año pasado en Venezuela con violencia: los enfrentamientos, el descontento social, la incomodidad de una población con un gobierno”, señaló.

“La gente salía a protestar con la esperanza de que algo pasara, de que hubiese un cambio. No sucedió. Y ahora […] el país sigue estando en unas condiciones peores que el año pasado”.

“Ser prensa en Latinoamérica y en países como en los que trabajo yo últimamente es bastante difícil”, explicó el fotógrafo.

Quíen es el joven en llamas

El joven corrió desesperado, hecho una bola de fuego. Agitaba sus manos instintivamente queriendo apagar las llamas. Su máscara antigás apenas dejaba escapar unos gritos de dolor. En una pared, detrás de él, el graffiti de una pistola dispara una palabra: “PAZ”.

A pocos centímetros, el fotógrafo de la AFP Ronaldo Schemidt inmortalizaba ese instante de las violentas protestas que sacudieron a Venezuela entre abril y julio de 2017.

La fotografía captó el momento en el que Víctor Salazar, un estudiante de bioanálisis de 28 años, ardía como una antorcha. Con otros jóvenes manifestantes, había hecho estallar el tanque de gasolina de una motocicleta militar el 3 de mayo en la Plaza Altamira, en Chacao, en el este de Caracas.

La secuencia de esa impactante imagen si acaso duró 10 segundos.

“Sentí un calor, el fogonazo y voltée. Yo no sabía qué era, sólo vi que venía una bola de fuego hacia mí. La seguí, disparando mi cámara sin parar, escuché sus gritos y fue hasta ahí que me di cuenta lo que era”, dijo Schemidt a la AFP en Caracas.

“Me impresionó mucho la escena. Fue sorpresivo para mí porque no sabía que iba a tener toda la secuencia de fotos”, reconoció el fotógrafo.

En ese entonces, el fotógrafo venezolano, de 46 años y quien dejó su país natal hace casi dos décadas, había sido enviado desde su oficina en México para reforzar al equipo de Caracas en la extenuante cobertura de las protestas opositoras.

“Ya no quería vivir” 

Clamando auxilio, Víctor, despojado ya de su camiseta encendida, se tiró en el asfalto, revolcándose contra el suelo para tratar de poner fin a su suplicio. Otros manifestantes lograron apaciguar la llamarada, a punta de manotazos.

Se quemó 70% del cuerpo y fue sometido a 42 cirugías de injertos de piel. “Su tratamiento fue muy doloroso, muy traumático, gritaba, ya no quería vivir. Ahora está cicatrizando”, contó a la AFP recientemente su hermana Carmen Salazar.

Las quemaduras lo dejaron incluso sin algunas huellas dactilares. Un año después, aún sigue en tratamiento, ya en su casa en Ciudad Guayana, en el sur de Venezuela. Víctor no quiere exposición en la prensa y, según su hermana, rechaza siquiera oír hablar del tema.

Quiere dejar atrás el día en que estuvo en el grupo de jóvenes que, con el rostro oculto por pañuelos y capuchas, golpeaba la motocicleta, tomada como trofeo de guerra, poco después de ser arrastrada por una tanqueta de la militarizada Guardia Nacional, que los manifestantes incendiaron parcialmente con cócteles molotov.

 

 

*Con información de AFP

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El certamen de fotografía World Press Photo (WPP) anunció este jueves a los ganadores de este año, en que una fotografía de un joven en llamas, tomada por el fotografo de AFP Ronaldo Schemidt, se llevó el más alto premio como Mejor Foto del Año y el primer lugar como Spot News Singles.

Schemidt es el segundo venezolano en ganar este premio, tras el venezolano Héctor Rondón,  quien además del título de World Press Photo, ganó también el Pulitzer.

El fotoperiodista venezolano de la agencia AFP, Juan Barreto, también fue galardonado por el certamen al obtener el tercer lugar en la categoría Spot News Stories con una fotografía.

 

El premio, que emergió de entre cinco finalistas en un concurso en el que participaron más de 4.500 fotógrafos de 125 países, galardona al fotógrafo que ha captado con “creatividad y talento visual (…) una imagen o acontecimiento de gran importancia periodística ocurrido el año pasado”.

La página cuenta el dictamen del jurado sobre la fotografía ganadora, titulada “Crisis en Venezuela”.

Magdalena Herrera, directora de fotografía de Geo France y presidenta del jurado,  describió la foto como “clásica, pero tiene una energía y una dinámica instantáneas. Los colores, el movimiento, y está muy bien compuesta, tiene fuerza. Tengo una emoción instantánea …”

Otro miembro del jurado Whitney C. Johnson, subdirectora de fotografía de National Geographic, también agregó: “Es bastante simbólico, en realidad, es una máscara en su rostro, ha llegado a representar no solo a él mismo y a sí mismo en el fuego, sino más o menos esta idea de quemar a Venezuela”.

El miembro del jurado Bulent Kiliç, jefe de fotografía de la AFP en Turquí, añadió: “Y hay un pequeño detalle en la imagen. Había una pistola en la pared que decía” paz “. Significa paz. Eso también hace que esta imagen sea duradera”.

El miembro del jurado Eman Mohammed, fotoperiodista, agregó: “Simplemente te da esa sensación de más poder para la gente. Para los que hablan”.

El fotógrafo de la AFP Ronaldo Schemidt, al recoger el premio a la foto del año del World Press Photo 2018, el 12 de abril de 2018 en Ámsterdam (AFP | EMMANUEL DUNAND)

Para Schemidt significa mucho más. “Esa foto representa la terrible situación de un país, el mío, en desgracia: atrapado en un espiral de violencia política y social”, declaró desde Amsterdam a la oficina de AFP en Caracas.

Al aceptar el premio, Schemidt dedicó la foto a su familia y “a toda la gente de Venezuela”.

“Esta fotografía para mí es la muestra de lo que pasó el año pasado en Venezuela con violencia: los enfrentamientos, el descontento social, la incomodidad de una población con un gobierno”, señaló.

“La gente salía a protestar con la esperanza de que algo pasara, de que hubiese un cambio. No sucedió. Y ahora […] el país sigue estando en unas condiciones peores que el año pasado”.

“Ser prensa en Latinoamérica y en países como en los que trabajo yo últimamente es bastante difícil”, explicó el fotógrafo.

Quíen es el joven en llamas

El joven corrió desesperado, hecho una bola de fuego. Agitaba sus manos instintivamente queriendo apagar las llamas. Su máscara antigás apenas dejaba escapar unos gritos de dolor. En una pared, detrás de él, el graffiti de una pistola dispara una palabra: “PAZ”.

A pocos centímetros, el fotógrafo de la AFP Ronaldo Schemidt inmortalizaba ese instante de las violentas protestas que sacudieron a Venezuela entre abril y julio de 2017.

La fotografía captó el momento en el que Víctor Salazar, un estudiante de bioanálisis de 28 años, ardía como una antorcha. Con otros jóvenes manifestantes, había hecho estallar el tanque de gasolina de una motocicleta militar el 3 de mayo en la Plaza Altamira, en Chacao, en el este de Caracas.

La secuencia de esa impactante imagen si acaso duró 10 segundos.

“Sentí un calor, el fogonazo y voltée. Yo no sabía qué era, sólo vi que venía una bola de fuego hacia mí. La seguí, disparando mi cámara sin parar, escuché sus gritos y fue hasta ahí que me di cuenta lo que era”, dijo Schemidt a la AFP en Caracas.

“Me impresionó mucho la escena. Fue sorpresivo para mí porque no sabía que iba a tener toda la secuencia de fotos”, reconoció el fotógrafo.

En ese entonces, el fotógrafo venezolano, de 46 años y quien dejó su país natal hace casi dos décadas, había sido enviado desde su oficina en México para reforzar al equipo de Caracas en la extenuante cobertura de las protestas opositoras.

“Ya no quería vivir” 

Clamando auxilio, Víctor, despojado ya de su camiseta encendida, se tiró en el asfalto, revolcándose contra el suelo para tratar de poner fin a su suplicio. Otros manifestantes lograron apaciguar la llamarada, a punta de manotazos.

Se quemó 70% del cuerpo y fue sometido a 42 cirugías de injertos de piel. “Su tratamiento fue muy doloroso, muy traumático, gritaba, ya no quería vivir. Ahora está cicatrizando”, contó a la AFP recientemente su hermana Carmen Salazar.

Las quemaduras lo dejaron incluso sin algunas huellas dactilares. Un año después, aún sigue en tratamiento, ya en su casa en Ciudad Guayana, en el sur de Venezuela. Víctor no quiere exposición en la prensa y, según su hermana, rechaza siquiera oír hablar del tema.

Quiere dejar atrás el día en que estuvo en el grupo de jóvenes que, con el rostro oculto por pañuelos y capuchas, golpeaba la motocicleta, tomada como trofeo de guerra, poco después de ser arrastrada por una tanqueta de la militarizada Guardia Nacional, que los manifestantes incendiaron parcialmente con cócteles molotov.

 

 

*Con información de AFP

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