¿Casualidad? No, causalidad por V.J. Los Arcos Ayape
Jun 09, 2016 | Actualizado hace 8 años
¿Casualidad? No, causalidad por V.J. Los Arcos Ayape

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Dos eventos en desarrollo, a cada cual más revelador y conflictivo, son atribuidos a Nicolás Maduro Moros, pero eso es un error: el responsable último es el Comandante Supremo y Eterno teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías.
Claro que, buscando responsabilidades compartidas, habría que volar a Cuba y señalar a los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz, obsecuentes por hacerse con Venezuela desde la invasión de Machurucuto hasta nuestros días.

Maduro Moros, formado ideológicamente en el pensamiento comunista cubano, es, simple y llanamente, un bueno-para-nada (salvo para el propósito).

En los análisis políticos y situacionales, está de moda el objeto conocido como CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción). No son ningún invento del “gobierno” de Maduro, una entelequia conformada por ígnaros y vivos; ni siquiera es un invento de un fraudulento ministro de Alimentación; al señor general, quien muy probablemente debería estar sentado delante de un juez, si es que la Justicia existiese en Venezuela, no le da para eso.

Las bolsas del CLAP son, ni más ni menos, la sustancia del concepto de “consumo necesario” expuesto en más de una oportunidad por Chávez Frías.

No es por casualidad que los cubanos que asesoraron a Chávez inventaron las bolsas para salir del paso de un evento económico sobrevenido a Maduro, sino que fueron esos mismos cubanos quienes, planificadamente, crearon las condiciones para que el “consumo necesario” sea visto como una solución social, cuando no es sino la dependencia total del ciudadano respecto al Estado. Totalitarismo que llaman, vamos.

Lo mismo ocurrirá con las medicinas. Si con sinvergüenzura similar a la de Tibisay Lucena Ramírez, ministra de Elecciones y Referenda del régimen, la ministra de Salud, Luisana Melo Solórzano, afirma en estrados internacionales, que “en Venezuela no hay escasez de medicamentos”, lo menos que puede intuirse es que está en camino un “CLAP Farmacéutico”.

… y es para temblar cuando entre los bodrios ilegales que está aplicando el régimen, ya está asomado el corralito financiero. La lógica comunista que está gobernando Venezuela indica que, si no se necesitan alimentos, ni medicinas, ni escuelas, ni medios de comunicación,… porque todo “lo necesario” ya está cubierto… ¿para qué se quiere dinero?

El otro evento en desarrollo, en el cual los hilos que manejan marioneta son cubanos, aunque parezcan chinos o canadienses, es el Arco Minero del Orinoco. Es un proyecto “cubierto” con una pátina de legalidad en cuyo desarrollo los mayores vagabundos militares y civiles están demostrando una prisa inusitada. Bajo la excusa de la “certificación” de minerales, se quiere extraer riquezas como sea y a como dé lugar.

El Arco Minero del Orinoco es, como el “consumo necesario” un legado de Castro y Chávez al incompetente, pero dócil, Maduro Moros.

En este mismo momento, mientras se leen estas líneas, y se estrena un flamante Ministerio del Poder Popular del Desarrollo Minero Ecológico, militares venezolanos están traficando en la zona alimentos a precios 20 veces el normal.

El régimen miente bellacamente cuando, reuniendo a un reducido grupo de indígenas, Maduro Moros hace farsa bailando con ellos y proclama tener “el apoyo” de los pueblos indígenas, cuando sabe de sobra que no es así. Para que nadie se entera de nada, militares asaltan Radio Upata y se lleva los equipos. Luego, la Comisisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) ya inventará.

En ciertos despachos se están analizando ya qué cachivaches comprar, al amparo de decretos ilegales no autorizados por la Asamblea Nacional (AN) que, además de conculcar derechos humanos, ciudadanos y laborales, crea un ambiente de contrataciones similares al que, al amparo de la emergencia eléctrica, dio lugar al reinado de “boligarcas” y “bolichicos”.

Hay mucha prisa, demasiada, con la excusa de la certificación de las riquezas del subsuelo, después que, en la superficie, está certificado que aflora con abundancia el hambre, la miseria y la corrupción. (VJLA-Sigla)