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#MonitorDeVíctimas | Masacre en Lara: Matan a seis personas en una finca, cinco eran familiares

La familia de Liliana Rafaela Mavare relató que los cuerpos de las seis víctimas fueron sacados de la finca a caballo un día después de la masacre.

Foto: Liz Gascón

 

Ángel Gabriel Barahona Mavare, de 14 años de edad, fue uno de los tres menores asesinados en el hecho. Los otros dos eran sus primos de 6 y 8 años. Lo mataron a machetazos una semana antes del viaje que tenía previsto para reencontrarse con su madre

 

 @LizGascon

 

Cinco de las seis víctimas de la masacre registrada el pasado 28 de noviembre en el caserío Cerro Alto del municipio Torres, estado Lara, se habían mudado de Barquisimeto al campo en marzo de este año, cuando el Gobierno decretó la cuarentena por la pandemia del COVID-19. Eran familia. 

Los occisos fueron Ángel Gabriel Barahona Mavare, de 14 años de edad; sus tíos Liliana Rafaela Mavare y Noval Ramón Serrano Vargas, dos primos suyos de 6 y 8 años de edad identificados como Isaac y Josué Serrano Mavare, así como el propietario de la finca La Polonia, en la que ocurrió el crimen, Octaviano Antonio Serrano.

Mavare y Serrano, tíos del menor, habían decidido irse a la finca de un hermano de este último, junto a sus tres niños de 6, 8 y 13 años de edad, porque estaban desempleados y necesitaban una fuente de ingresos. Así lo relató la madre de Ángel Gabriel, quien prefirió mantener su nombre en reserva.

La tía del adolescente le había pedido permiso a su hermana para llevarse a su sobrino al campo. La idea era que tuviera la oportunidad de criar unos animales que le habían regalado y de colaborar con sus tíos en la producción de queso y en los sembradíos de maíz y caraotas.

El adolescente había aceptado irse a la finca con la promesa de volver en navidad a Barquisimeto, ciudad donde residía. El muchacho fue asesinado a machetazos una semana antes del viaje que tenía previsto para reencontrarse con su familia. 

Ángel Gabriel tenía ocho meses separado de su madre, recordó entre lágrimas su progenitora. “Había dejado sus estudios para irse a trabajar. Yo lo esperaba en diciembre porque no lo veía desde marzo”, agregó la mujer.

Seis personas, incluyendo dos niños y un adolescente, fueron asesinadas por un agricultor

que había sido despedido de la finca de la familia en 2019

 

El homicida es un extrabajador de la finca

Un día después de la masacre fue capturado por estos hechos Jesús Concepción Arriechi Carrasco, un extrabajador de la finca en cuestión. El agricultor admitió su autoría en el crimen, según sostiene un reporte de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

Arriechi, de 26 años de edad, fue despedido en 2019 por presuntamente haberse quedado con las ganancias de unos sacos de caraotas que habían cultivado en La Polonia, comentaron dos parientes de las víctimas. 

El día que ocurrieron los homicidios, en horas de la tarde, el agricultor irrumpió en la propiedad con una escopeta y un machete mientras todos cocinaban. Arriechi le disparó a Serrano y con el machete mutiló al resto de la familia, aseguró un primo de las víctimas. “No sabemos si lo hizo con ayuda de alguien más”, explicó.

Arriechi huyó tras robarse dos caballos de la finca, pero fue detenido el pasado 29 de noviembre a las 5:00 a.m. gracias a que la PNB había acordonado los accesos hacia El Empedrado, al saberse la noticia de la masacre. Una comisión interceptó al hombre.

De acuerdo con las pesquisas del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), el móvil de la masacre sería la venganza. Una minuta del caso señala que Arriechi actuó contra el propietario de la finca y los demás presentes porque desconocía el paradero de una cosecha de caraotas que habían sembrado en conjunto. Los allegados de las víctimas no avalan esta versión.

Solo un integrante de la familia sobrevivió: el hijo mayor del matrimonio Serrano Mavare. El adolescente de 13 años de edad escapó cuando Arriechi hirió de bala a su padre. Parientes contaron que el muchacho se tiró por un barranco y después se refugió en la casa de unos conocidos, que quedaba a más de una hora de distancia de la finca. Cuando alertó a sus allegados del ataque, desconocía que todos habían muerto.