El Parlamento Europeo como vanguardia de la libertad, por Milos Alcalay
No es la primera vez que los oficialistas del PSUV usan improperios en las reuniones internacionales. En anteriores reuniones de EuroLat, por el simple hecho de que los Parlamentarios Demócratas manifiesten su preocupación por la realidad que sufre Venezuela, la agresión es la respuesta de los seguidores del Comandante Eterno. Así fue con el Diputado Darío Vivas quien ya protagonizó un espectáculo similar al armar un berrinche en la reunión de EuroLat en Lisboa. Antes, en Estrasburgo, cuando la eurodiputada del Grupo Liberal, Renate Weber, fue designada para presidir la Misión de la Unión Europea para observar las elecciones en Venezuela (que fueron rechazadas por el Gobierno) se vio obligada a desmentir lo afirmado por la Cancillería venezolana al afirmar que el Parlamento Europeo no podía pronunciarse sobre Venezuela porque “atentaba contra la soberanía nacional”, para responder “Nuestra expresión es de respaldo a la democracia y a los derechos humanos, en un país a cuyo pueblo respetamos”
Puedo dar el testimonio de los intentos de atropello que recibí del entonces Embajador de Venezuela en Bruselas Alejandro Fleming -quien de simple segundo secretario dio un salto inusual en diplomacia para convertirse en Embajador-Express, y quien realizó un escándalo para impedir mi presencia en el Acto inaugural de EuroLat. Tuve el honor de ser invitado por el entonces Presidente de Eurolat, Jose Ignacio Salafranca (Partido Popular Europeo), para asistir al acto público y abierto de instalación, como reconocimiento a que en el pasado gracias al apoyo del maestro Arístides Calvani y del Parlatino- tuve el honor de coordinar durante la década de los 80, varias reuniones de solidaridad con el Parlamento Europeo, institución que siempre estuvo en contra de las dictaduras en América Latina, y siendo nuestro país –en ese entonces- una isla democrática y un punto de referencia permanente. Por ello cuando se convocó la primera reunión de EuroLat en el 2006 para formalizar la tradición de las Conferencias Interparlamentarias Europa- América Latina, fui invitado. Pero el Sr. Fleming presentó tres “notas diplomáticas de protesta” (una tras otra) para tratar de impedir mi presencia en el Parlamento Europeo, sin resultado, salvo el del ridículo.
Estas insólitas actitudes ni siquiera las habían asumido anteriormente embajadas de gobiernos militares como los de Pinochet o Videla. La “diplomacia de los carritos chocones” – si bien se ha radicalizado gracias al ímpetu de la Canciller Rodríguez- no es nueva, y lo que hace es dejar muy mal parado al Gobierno ante la comunidad internacional. Maduro no ha podido ocultar la verdad al amenazar con salir de organismos internacionales a fin de “prohibir” que se trate la situación venezolana. Así reaccionó contra la OEA, en Mercosur, en la Comunidad Andina de Naciones, en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la CIDH, en UNASUR, en la ONU, en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU o en cualquier otro organismo que se “atreva” a incorporar en la agenda el tema de la grave crisis humanitaria, política, social y ética que vive nuestro país. Tampoco en el reciente escándalo propiciado en la Reunión de EuroLat, pudieron silenciar el tema de Venezuela. Lo que si pudimos constatar es que el Parlamento Europeo demostró estar a la Vanguardia de la Libertad, tal como lo ha demostrado en sus múltiples resoluciones adoptadas sobre Venezuela, y al final decidió invitar formalmente como interlocutor al Presidente de la Asamblea Nacional, Diputado Julio Borges quien próximamente recibirá las muestras de apoyo de los diferentes grupos políticos, de los representantes institucionales del Parlamento, y de la Unión Europea
@milosalcalay