El apego al poder de Evo Morales, el presidente con más tiempo al frente de Bolivia
El apego al poder de Evo Morales, el presidente con más tiempo al frente de Bolivia

EvoMorales

 

En una nación de presidentes de corta duración donde, en diversas etapas de su historia, los líderes caían como moscas, Evo Morales está a punto de convertirse en el mandatario que más tiempo ha estado en el poder de manera consecutiva: 9 años y casi 9 meses.

El primer presidente indígena de Bolivia supera este miércoles el tiempo que Andrés de Santa Cruz estuvo al frente del poder en el siglo XIX: 9 años, 8 meses y 24 días; en la segunda mitad del siglo XX Víctor Paz Estenssoro estuvo casi 12 años en el poder, pero en mandatos no consecutivos.
El liderazgo de Morales podría prolongarse hasta casi dos décadas si se aprueba en un referendo para modificar la Constitución boliviana que le permitiría presentarse a las elecciones de 2019.
¿Cuáles son los motivos del idilio de Morales con el poder?

Límites cambiantes

Los detractores de Morales acusan al presidente de querer aferrarse al poder y de ir cambiando los límites de los mandatos a su conveniencia.

La Constitución Boliviana de 2009, aprobada en su primer mandato, permite que un presidente cumpla dos términos consecutivos.

Y pese a que, según esa norma, no se podía haber presentado a los comicios de 2014, el gobierno defendió el derecho de Morales a concurrir una vez más, puesto que, decían, la primera no contaba por haber sido con la vieja Constitución.

Esa versión fue respaldada por la Corte Constitucional y Morales llegó al poder por tercera vez consecutiva en 2014.

En la campaña de esas elecciones, el presidente boliviano dijo que acabado su tercer mandato en 2019, se retiraría de la política para montar un restaurante.

Pero esa opción cada vez parece más lejana.

 

Morales sigue teniendo un amplio respaldo popular.

El pasado 26 de septiembre, el Parlamento boliviano aprobó una reforma para permitirle presentarse a  otro mandato.

Pero la decisión final está en manos de los bolivianos que el 21 de febrero deberán decidir en un referendo si dejan que Morales se presente, lo que le podría mantener en el poder hasta 2025.

El analista político Jorge Lazarte advierte, en declaraciones a Univision Noticias, que el gobierno está “asumiendo un gran riesgo” porque “la población en Bolivia nunca ha expresado su apoyo a las reelecciones continuas”.

La popularidad de Morales

Pero ahora los ciudadanos deben decidir si pueden reelegir a un presidente que ha demostrado ser muy popular.

Que Morales cuenta con un amplio apoyo de la población se ha visto desde 2005, cuando un 53.7% de los bolivianos catapultaron a la presidencia a quien se había hecho un hueco en la política como líder cocalero.

En 2009, el apoyo subió a un 64% y en 2014, un 61.3% de la población respaldó al presidente en las urnas.

Frente a las críticas de quienes en sus inicios consideraban a Morales poco preparado para la gestión pública, los números han  jugado a su favor.

 

En casi una década en el poder, la economía boliviana ha repuntado y se ha reducido la pobreza.

La nacionalización de los hidrocarburos y el alto precio de las materias primas fue aprovechada por el gobierno socialista de Morales para crear programas de redistribución de la riqueza.

Pero el desplome de los precios de los hidrocarburos y los minerales está ralentizando la economía boliviana en los últimos tiempos y eso, apuntan los analistas, puede afectar a la popularidad del mandatario.

“Están empezando los problemas económicos como efecto de la caída de las materias primas y eso puede acabar en problemas sociales”, apunta Jorge Lazarte.

A su juicio, el “cansancio y la fatiga” de parte de la población con el gobierno comenzó a sentirse en las elecciones regionales y locales de marzo pasado, en los que el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) perdió algunos de sus bastiones electorales.

Pero el gobierno también cuenta con una nueva y potente carta a su favor como el fallo a favor de la demanda presentada por Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) contra Chile para recuperar una salida soberana al Pacífico.

La falta de un líder alternativo 

El propio Morales ha reconocido que su partido tiene problemas de liderazgo y que el evismo (el poder de su figura) es más fuerte que el masismo (el de su partido).

Y pese a que en diferentes ocasiones han sonado nombres que podrían relevar a Morales como el canciller, David Choquehuanca o la presidenta de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño, para muchos en las filas del MAS, el mandatario es “insustituible”.

 

Hay incluso quien pide “Evo para siempre”, como le dicen muchos de sus seguidores.

Y Morales dice estar dispuesto a dejar la decisión en manos de la gente como aseguró cuando la Asamblea Legislativa dio luz verde al referendo sobre su posible reelección.

«Esta aprobación con más de dos tercios en la Asamblea Legislativa hay que someterla al pueblo, es lo más democrático. Si el pueblo dice sí, entonces hay que presentarse el 2019», dijo el presidente.