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La periodista bielorrusa Svetlana Alexiévich es la premio Nobel de Literatura de 20015, informó hoy la Academia Sueca, que explicó que el galardón se le otorga por su obra polifónica que le hace un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo.
La obra de Alexiévich, en la que destacan sus reportajes literarios sobre Chernóbil o sobre mujeres en la Segunda Guerra Mundial, tiene que ver ante todo con la extinta Unión Soviética.
Sin embargo, hay otros trabajados en los que también aborda también la situación actual de su país, Bielorrusia, y de Rusia.
En sus reportajes, Alexiévich suele crear una especie de “collage” de voces de personas comunes y corrientes y a través de ellas documenta una historia de dolor relacionada en ocasiones con Chernobil, en otras con la guerra de Afganistán -tras la invasión soviética- y a veces con asuntos más recientes.
El recurso del collage de voces lo utilizó Alexiévich por primera vez en “La guerra no tiene rostro de mujer” de 1983. En ese libro recoge testimonios de mujeres que formaron parte del Ejército Rojo en la II Guerra Mundial.
Alexievich estaba entre los favoritos para ganar el Nobel al lado de otros nombres habituales en las quinielas de los últimos años como Philipp Roth, Joyce Carol Oates o Haruki Murakami.
El premio está dotado con 8 millones de coronas suecas (algo más de 970.000 dólares) y será entregado, como todos los años, el 10 de diciembre en Estocolmo.
“Es maravilloso recibir este premio”, dijo Alexiévich en una primera reacción al canal sueco SVT.
La escritora añadió que se sentía orgullosa de estar ahora en una lista de escritores a la que pertenece alguien como Boris Pasternak, autor de la célebre novela “El doctor Zhivago” a quien en su momento las autoridades soviéticas le impidieron recoger el Nobel de Literatura.
En 2013 Alexiévich había recibido el Premio de la Paz de los Libreros Alemania.
Perfil
Svetlana Alexándrovna Alexiévich es una periodista y escritora bielorrusa nacida en Stanislav (hoy Ivano-Frankivsk), en Ucrania el 31 de mayo de 1948, y es la decimocuarta mujer en lograr este premio.
En la capital bielorrusa, Minsk, comenzó en 1967 a estudiar periodismo y, después de licenciarse, se marchó a la ciudad de Biaroza, provincia de Brest, para trabajar como reportera en el periódico local y como maestra en la escuela.
Tras años de dudar entre el periodismo o la enseñanza, tuvo la oportunidad de trabajar en un diario de Minsk, del que saltó a la revista literaria Neman para la que escribió reportajes, ensayos y narraciones.
Alexiévich considera al escritor Ales Adamovich como su principal maestro y figura clave en su carrera.
Gracias a él se decantó finalmente por la literatura. Su contribución a ésta pasa por la llamada “novela colectiva” o “coro épico”, un género a caballo entre literatura y periodismo, donde la autora va yuxtaponiendo los testimonios individuales de sus entrevistas, con el que logra llegar al lado más humano de los acontecimientos.
Un ejemplo de ello es su primera novela, “La guerra no tiene rostro femenino” (1983), donde a base de entrevistas y monólogos ahonda en el papel de la mujer rusa durante la Segunda Guerra Mundial y la postguerra.
Ya en su libro “Pueblo” -con monólogos de personas que abandonaron sus lugares de origen- se ganó la fama de periodista disidente, anti-soviética, que le costó que el Comité Central de Bielorrusia del libro la cuestionara, además de ser amenazada con perder el trabajo por no pertenecer al partido comunista.
En “Los chicos del zinc” (1989) narra los aspectos penales de la guerra afgano-soviética que se había ocultado al pueblo soviético durante diez años. Para recoger el material para el libro la autora viajó por todo el país durante cuatro años y recopiló los testimonios de madres y veteranos de la guerra de Afganistán víctimas de la guerra.
En “Encantado con la Muerte” (1993), trató el suicido como una opción para algunos tras la caída del sistema socialista, una historia que fue llevado al cine (La Cruz) y en “Voces de Chernóbil” (1997), su obra más conocida, recopila diez años de entrevistas a más de quinientas personas que fueron testigos de la tragedia.
Alexiévich ha contado con éxito la historia de pueblo ruso durante los setenta años de socialismo, desde la Revolución de 1917, hasta los tiempos actuales, pasando por el terror de Stalin y los gulags o la caída de el sistema socialista.
En una entrevista recogida en su página web, señala que estuvo buscando durante mucho tiempo un método literario que le permitiera “la aproximación más cercana posible a la vida real”.
“La realidad siempre me ha atraído como un imán, me torturaba e hipnotizaba, quería capturarla en papel”.