A Karla Parra no le respetaron que estuviera embarazada
A la joven le asignaron un abogado público que en dos oportunidades ha introducido documentos que certifican que su salud está en peligro, pero no han obtenido respuestas sobre alguna medida cautelar para Karla
La tragedia de Karla Parra de 20 años y de su pareja, Abraham Armas de 19, comenzó la tarde del 30 de julio, dos días después de las elecciones presidenciales, cuando juntos iban a bordo de una moto a casa de Rosa Machado, suegra de Karla, a buscar a su hija de dos años.
A pocos metros de su casa, en la avenida Las Industrias en Valle de la Pascua, estado Guárico, cuatro funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) los interceptaron y se los llevaron detenidos a una comandancia policial acusándolos de estar “involucrados en la muerte de unos supuestos policías a nivel nacional”.
Al momento de la detención, Karla Parra tenía tres meses de embarazo. Aunque dijo muchas veces que estaba en estado, los funcionarios no le creyeron porque “no se le notaba la barriga” y la golpearon y torturaron, según el testimonio de Rosa Machado.
“Les pusieron unos trapos negros en la cabeza y les decían que por culpa de ellos estaban matando a sus compañeros. Allí los torturaron, les pusieron tirraks en las muñecas, los pusieron a que se comieran unas arepas crudas, y los golpearon bastante, hasta dejarlos morados”, narró Machado.
La suegra de Karla detalló que cuando se enteró que a su yerna y a su hijo se los habían llevado detenidos, los buscó por varios puestos policiales y en todos (PNB, Conas, GNB) les negaron información sobre el paradero de sus familiares.
Horas después, cuando pasaron un listado, en un comando de la Guardia Nacional Bolivariana, se enteró de que ambos estaban detenidos ahí, después de que le dijeron que no había nadie detenido con las características de sus familiares.
La vida de Karla y Abraham cambió por completo. Ella de ser ama de casa y él empleado en un taller mecánico, pasaron a formar parte de los más de 1.800 presos políticos que contabiliza la ONG Foro Penal Venezolano (FPV).
De Guárico para la PVG y Tocorón
La pareja que tiene una hija de dos años y que quedó al cuidado de su abuela paterna, fueron acusados por terrorismo, asociación para delinquir y traición a la patria.
A Karla Parra la trasladaron a la Penitenciaría General de Venezuela (PGV) y desde ahí transcurre su embarazo. Comentó Rosa Machado que en el mes de noviembre tuvo una amenaza de aborto, contracciones fuertes y sangrado. “Se la llevaron a un hospital para que la atendieran, pero cuando mejoró la devolvieron a la PGV”.
“Karla sufre de ataques de epilepsia y también de una condición de venas varicosas que hace que se le hinchen mucho los pies”, mencionó Machado.
Karla ya va a cumplir ocho meses de embarazo y está a la espera de una nueva fecha para el juicio en donde le van a dictar sentencia. Rosa Machado afirma que aunque su yerna está bastante delgada, está bien.
Comentó que su hijo si ha perdido “mucho peso” y aseveró que ahí (en Tocorón) no tienen una buena alimentación. “Lo único que les permiten en una paquetería son galletas y dulces, pero no que uno les pase comida ni agua. A Carla sí, a Carla sí le permiten todo”, dijo.
“Terrorista no tiene beneficio”
Rosa Machado explicó que tanto a Karla como a Abraham les negaron la defensa privada. Sin embargo, en el caso de la joven, le asignaron un abogado público que en dos oportunidades ha introducido documentos que certifican que la salud de la joven está en peligro, pero no han obtenido respuestas.
“Cuando ella fue a la audiencia preliminar el abogado pidió dos veces medidas cautelares para ella y se la negaron porque le dijeron que el terrorista no le tiene ningún beneficio, así esté embarazada, o así tenga alguna patología”, dijo Machado y sumó que en todo el embarazo la joven solo ha tenido dos controles prenatales.
A Rosa Machado le preocupa el destino del bebé que está por nacer en las primeras semanas de enero. Explicó que el niño puede estar con Karla los primeros meses, pero después no sabe qué va a pasar.
Indicó que Karla está dispuesta a entregárselo apenas nazca, pero confiesa que para ella sería muy difícil porque ya tiene bajo su cargo a la niña de dos años.
“No es que no pueda tenerlo conmigo, sí puedo pero es que va a estar demasiado chiquito y un bebé recién nacido necesita mucho de su madre. Que ella lo tenga allí hasta que, bueno, si el bebé llega cuatro meses y ella todavía permanece ahí, yo me lo traigo conmigo, pero no antes”, explicó Machado.
Para Rosa Machado tener a su hijo y a su yerna detenidos es “muy difícil” y representa para ella un gasto económico “tremendo” porque debe viajar constantemente del estado Guárico al estado Aragua (unas tres horas de camino) para visitar a su hijo en Tocorón.
Asegura que siente mucha rabia y odio en su corazón porque “Karla y Abraham son inocentes y no cometieron ningún delito”.
“Todo esto es muy injusto, siento que es una pesadilla. Hay personas que quieren venir a hablarme bien, a justificar lo injustificable y yo todavía no puedo entender porque nos está pasando esto”, finalizó Machado.
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