Discrepancias en organismos de inteligencia y política de estado tapan secuestro de Nairobi Pinto - Runrun
Discrepancias en organismos de inteligencia y política de estado tapan secuestro de Nairobi Pinto

EL SECUESTRO DE LA PERIODISTA Nairobi Pinto deja todavía muchas preguntas sin contestar. Desde que fue liberada y habló a la prensa con el ministro del Interior, las dudas que antes se tuvieron han seguido presentes y lo que es peor -ante su silencio y su resguardo de la prensa, de sus colegas en Globovisión y de sus amistades más cercanas- las interrogantes han aumentado.

Con el descaro que la secuestraron los que lo hicieron no dejaron ninguna duda de que al actuar con esa impunidad y por su modus operandi pertenecían al menos a un colectivo de seguridad, un grupo policial o para policial y de cualquier modo esa tranquilidad, coordinación y violencia en el hecho nos permitió darles ese beneficio de la duda.

La periodista tiene múltiples vínculos con distintos sectores, desde el gremio periodístico independiente hasta el que obedece las líneas rojas rojitas. Por su profesionalismo trabajó en Cantv hasta que se fue a Globovisión como jefa de corresponsales. Igualmente con la pastoral católica a la que pertenece y hace trabajo parroquial. Sus amistades son un calco de quienes la acompañaban al momento del secuestro:

Douglas José Álvarez León, escolta de Maripili Hernández; Milagros Ledezma, empleada de VTV;  y Yeiza Álvarez, empleada de Cantv. El caso del escolta es solo por ser novio de una de las amigas de Nairobi.

El secreto, el miedo, las amenazas y los compromisos que habría tenido que lograr con sus captores son razones suficientes para que la periodista tenga el bajo perfil demostrado tras su libertad.

Mis fuentes me indican que presumen que los captores hayan sido integrantes de un grupo policial cercano al ex ministro del Interior y actual gobernador del estado Aragua Tareck El Aissami. Hombre de la más absoluta confianza del presidente y su combatiente, este miembro del PSUV tiene agallas suficientes para considerarse “precandidato”  presidencial desde ya. Por ello no sería de extrañar que hubiera querido ganar unos puntos con Maduro al tratar de conseguir información de la señorita Pinto quien es una de las mejores amigas de la dirigente estudiantil Gaby Arellano quien con mucha contundencia ha participado en los movimientos estudiantiles en Táchira, Mérida, Carabobo, Lara y Caracas.

Hay que recordar que mientras estuvo al frente del MIJ El Aissami tuvo muy malas relaciones con quien era el director del Sebin, Miguel Rodríguez Torres, quien hoy está en el cargo que antes ostentaba el gobernador.

En el seguimiento que el gobierno ha hecho desde hace meses a la dirigente Arellano fue identificado el hogar de Nairobi como uno visitado con frecuencia. La amistad de Gaby con Nairobi y su familia data de mucho tiempo atrás y por eso fue que luego de la libertad de la periodista la aguerrida estudiante fue llevada a declarar ante la Fiscalía.

Veamos quienes controlan los organismos de inteligencia actualmente: La dirección del Sebin está a cargo de una persona de absoluta confianza del presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, el mayor general retirado Gustavo González López quien por cierto compartió aulas militares con dos ex directores de la Disip-Sebin: Henry Rangel Silva y Carlos Aguilera. Antes de ese cargo comandaba la Milicia Bolivariana. En la nueva Dirección de Contra Inteligencia Militar está el general de brigada Iván Hernández Dalá cuyos agentes se han encargado de reseñar fotográficamente a todos los estudiantes de los campamentos y manifestaciones así como a muchos de los periodistas que cubrimos esos eventos.

El haber podido esconder a la secuestrada por más de una semana sin haber pedido rescate es un asunto harto extraño. Una pesquisa sencilla podría haber sido determinar los portadores de los teléfonos utilizados para las llamadas incesantes previas al secuestro. Si no se dieron los nombres fue por algo nada extraño. El colega Gerónimo Figueroa Figuera publicó en el portal “elrepublicanoliberal.blogspot.com”, el pasado 19 de abril, una crónica de la que copio un extracto importante para el tema que hoy detallo:

“En este secuestro es importante tocar algunos detalles que permitan desenredar nudos sobre lo ocurrido.  Nairobi fue secuestrada frente a su residencia, lo que pudiera dar pensamientos que sus secuestradores saben donde vive, lo hicieron en horas de la tarde cuando todavía estaba claro y usando capuchas, tal como actúan los grupos paramilitares y durante 8 días la mantuvieron secuestrada, sin hacer una llamada indicando alguna extorsión o solicitud de dinero por su liberación, lo cual pudiera descartar que haya sido el hampa común  que actúa por dinero. A Nairobi la mantuvieron  durante más de 8 días secuestrada sin que ningún cuerpo de Seguridad del estado haya podido tener alguna pista sobre su paradero, por lo menos nunca lo dijeron,  aunque el ministro Rodríguez Torres diga que desplegó 600 funcionarios en La Guaira y más de 3000 en los Valles de Tuy para buscarla. Para mantener a una persona durante más de 8 días secuestrada y no pedir ningún rescate económico por su liberación, se necesita de muchos recursos financieros y humanos, hace que el  hecho en sí, esté protegido por un manto de misterio y de presunta impunidad de quienes tienen el monopolio de la investigación.A Nairobi sus secuestradores la dejaron en libertad frente a la sede de Protección Civil de Cua, en los Valles del Tuy, estado Miranda, sin que ninguno de los 3000 mil “expertos” sabuesos en secuestro, como los califica el ministro Rodríguez Torres, haya podido enterarse por investigaciones previas, pudiera indicar que los secuestradores le madrugaron a los cuerpos de seguridad, que los “expertos no son tan expertos, o hay complicidad e impunidad con fines inconfesables sobre el caso. El ministro Rodríguez Torres dijo que no podía dar detalles sobre el secuestro para poder proteger la vida de Nairobi, y la vez descartó que cuerpos policiales pudieran estar involucrados en el secuestro, aunque hayan usado capucha al momento de actuar frente a la residencia de Nairobi y mantenerla durante tanto tiempo secuestrada sin que hayan pedido dinero por su liberación. Sin embargo, el ministro reconoció que el móvil del secuestro no estaba definido, lo cual es una contradicción en cualquier investigación policial. Si el móvil no está definido, como es que se descarta la participación de cuerpos paramilitares o parapoliciales en el secuestro. Cuando no hay definición sobre el caso, no se puede descartar a priori o por solidaridad automática, ninguna hipótesis.El ministro Rodríguez Torres por solidaridad automática está obligado a decir que no hay cuerpos paramilitares o parapoliciales involucrados en el secuestro, pero que algunos directivos del Colegio de Periodistas de Caracas, descarten a priori cualquier hipótesis, es un error de cálculo en la investigación criminal. Cuando la dirigente estudiantil Gaby Arellano dijo ser amiga de la periodista de Globovisión, y que posiblemente el secuestro fuese político, algunos directivos del CNP Caracas, al igual que el ministro Rodríguez Torres,  la tildaron de irresponsable por ese tipo de declaraciones que ponía en riesgo la vida de Nairobi. El doctor Héctor Mujica, maestro de muchas promociones de periodistas, decía que los periodistas deben ser como los policías de investigación, y que en materia de algún hecho policial noticioso, no se debe descartar ninguna hipótesis”.

El diario La Verdad de Maracaibo trajo una crónica al día siguiente de la liberación de Nairobi firmada por el periodista Juan José Faría que añade otros puntos importantes para el tema:

“La joven declaró ante la prensa acompañada del ministro del Interior. Lo hizo con férreo hermetismo, “por seguridad”. Habló ante sus  colegas incluso antes de conversar con su familia. Dijo que no puede reconocer a sus secuestradores, pues siempre la mantuvieron vendada. Miguel Rodríguez Torres admitió  que no saben quién la raptó, aunque dejó colar que pudo tener un móvil político.Su liberación generó más suspicacia que el propio secuestro. Ayer liberaron a Nairobi Pinto, la periodista de Globovisión a quien atacaron el pasado 6 de abril frente a su residencia en la urbanización Los Chaguaramos de Caracas. Sus captores no se responsabilizaron, no pidieron rescate y no contactaron a sus familiares. Las autoridades no dieron detalles del caso hasta ayer y la misma Nairobi no tuvo mucho que decir después del plagio. “Empiezo a caer en conciencia de todo lo vivido”, dijo. Las dudas siguen.Las autoridades y medios caraqueños afirmaron que a la jefe de corresponsalías de Globovisión la liberaron aproximadamente a la 1.00 de la mañana de ayer frente a la sede de Protección Civil de Cúa, en el estado Miranda. Allí los médicos confirmaron que está bien de salud y después la trasladaron a la sede del Cicpc en ese municipio, Urdaneta. Al mediodía dio una rueda de prensa en la sede del Ministerio de Interior y Justicia. En la rueda de prensa el ministro Miguel Rodríguez Torres aseguró que la liberaron por la presión policial, ya que había dos mil funcionarios en los Valles del Tuy buscándola y otros 300 en Vargas.También se preguntó a quién beneficiaba ese plagio y explicó que el caso impacta en tres sectores de la sociedad: los medios y la política (por su profesión), la Iglesia Católica (por ser coordinadora de una pastoral) y el sector estudiantil (Pinto estudia en la UCV). Nairobi tampoco tuvo muchos argumentos para aclarar. Explicó que no sabe cuántos hombres participaron en su plagio, reconoció que no la maltrataron físicamente, que recibió sus tres comidas al día y que estuvo todo el tiempo con los ojos cerrados. Después de su breve declaración, agradeció a todo el país por las oraciones y reconoció que era fuerte conversar con los medios antes que con su familia”.

Hasta hoy no han explicado absolutamente nada del incidente. Nos dicen que las divisiones internas entre los funcionarios han hecho que se conozcan detalles extraoficialmente pero ninguno por parte de las autoridades. Comprendemos el temor de la colega a la que han debido de martirizar psicológicamente en demasía durante el secuestro. Sabiendo que  la impunidad del crimen en el país está en un 93% entendemos el silencio de la joven colega.