La candidatura de María Corina y el debate adelantado - Runrun
La candidatura de María Corina y el debate adelantado

De manera subrepticia, y con alguna progresividad, ciertos políticos y activistas civiles comienzan a deslizar a la audiencia consultas en las redes sociales en torno a la hipotética elección de un candidato de consenso que sustituya a María Corina Machado, ante la aparente inexorabilidad de su inhabilitación política.

 Apenas salió ganadora de las primarias opositoras, algunas voces comenzaron a dudar de la posibilidad de que llegase a ser la abanderada opositora y parecían poner la prioridad en su sustituto en vez de forzar la participación. Casi de inmediato, Sergio Garrido, gobernador de Barinas, advirtió que “no nos vamos a parar por ella y escogeremos entre todos un nuevo candidato o candidata”.

 Es una proposición que parte de una aproximación anímica mucho más frágil con el compromiso político que generaron las elecciones primarias el pasado 22 de octubre, y -todavía más evidente- de un desencanto personal respecto al candidato ganador.

 Estos planteamientos por ahora lucen relativamente marginales y por ahora la mayoría de la oposición rechaza sustituir a Machado y también Estados Unidos. “En este momento estamos enfocados en la inhabilitación. Ella es la candidata de oposición y debe tener el derecho a participar”, afirmó el jefe de Misión de Estados Unidos para Venezuela, Francisco Palmieri, en entrevista realizada con la Alianza Rebelde Investiga (ARI), conformada por los medios El Pitazo, Runrun.es y TalCual, el 1 de febrero de 2024.

Las voces que piden un reemplazo de consenso parecen destinadas a aumentar en intensidad y frecuencia en unas semanas. Sin embargo, no parece sencillo. “Luego de Machado, pocos cuentan con ese puntaje de intención de voto”, estimó Jesús Seguías, director de Datincorp, en conversación con la Voz de América.

Machado, firme en su candidatura

 Parece muy obvio que, así como el gobierno difícilmente le permita participar, Machado no declinará en nadie su papel como candidata presidencial y líder del campo democrático en esta hora y así lo ha ratificado tanto la propia candidata como los principales partidos de la oposición.

No se trata sólo de los votos de las primarias.  María Corina Machado en este momento triplica a Maduro en intención de voto; en un escenario democrático normal, no trastornado por el autoritarismo como el nuestro, sería capaz de derrotar a todos sus enemigos unidos, chavistas alacranes y opositores, si decidieran enfrentarle.

 Por mucho que a algunos en la oposición les moleste, habría que reconocer que tal renuencia a entregar el mando, mucho más si es antes de tiempo, es legítima, puesto que Machado es portadora de un capital político gigantesco, bastante inusual en estos tiempos, por lo demás.

 Como vivimos en una sociedad mediatizada por el miedo y el oportunismo, es obvio que el contenido, las dimensiones y los quilates de este liderazgo emergente no pueden ser evaluados por la opinión pública, medios de comunicación, programas de opinión y firmas encuestadoras, con la misma naturalidad, cabalidad y libertad de consciencia con la cual fue analizado el arrastre que tuvo Hugo Chávez en un año como 2005.

 Cuesta figurarse que las dificultades legales planteadas coloquen a Machado en trance de ofrendar sus logros personales voluntariamente a un adversario interno. Es mucho más probable que la veamos haciendo sus recorridos, exigiendo su legitimidad, cuestionando los procedimientos institucionales chavistas que la han sacado del juego. María Corina Machado tiene algunas herramientas para jugar un papel en las presidenciales de 2024, y va a usarlas.

 Estas tendencias contrapuestas podrían generar momentos de tensión dentro de la Plataforma Unitaria. El “consenso Machado” puede comenzar a ser cuestionado cuando aumente el apremio ante el llamado a presentar algún candidato, y la grieta puede venir con la consigna de las enseñanzas del escenario Barinas 2021.

La oposición “ tiene el reto de tomar prontas decisiones estratégicas ante el escenario que impulsa el Gobierno para adelantar las elecciones”, considera Benigno Alarcón,  director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello.

Y es cierto que el tiempo será un factor que juegue. Independientemente de la popularidad de Machado, existen en la oposición venezolana tendencias con ópticas diferentes, y estas aproximaciones tiene expresión ciudadana cotidiana en las calles. Alguna válvula de desahogo, algún desarrollo alternativo, será invocado por ciertos sectores minoritarios, y esta tentativa podría tomar vuelo en un escenario desesperado.

 Lo que no es posible, de momento, es interpretar que hará Machado ante la magnitud del desafío que se aproxima. Independientemente de sus atributos y las reflexiones electorales sobre el arrastre, el oficialismo chavista, que ha tomado nota del ocaso de su arrastre popular, ha ido achicando todas las opciones de la política, e impulsa con total descaro sus pareceres desde la fuerza de los hechos.