Monseñor Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, reiteró su condena contra los actos vandálicos cometidos el viernes por colectivos contra cuatro estudiantes del seminario menor San Buenaventura y al hermano menor de uno de ellos en las inmediaciones de la avenida Tulio Febres Cordero.
El arzobispo Porras expresó: “Es lamentable como estas personas actúan a mansalva contra la integridad de la gente que camina tranquilamente por la calle. Este grupo de estudiantes de bachillerato iban a sus clases de idiomas cuando fueron agredidos, desnudados y golpeados brutalmente con un candado. Todo ocurrió en ausencia de los efectivos de seguridad de la entidad que debían ser los garantes de la integridad física, moral y espiritual de los ciudadanos”.
Monseñor Porras afirmó que esa no es la forma de manifestar el descontento. “Todos somos seres humanos, racionales y no se puede utilizar la fuerza bruta y el abuso”. Hizo un llamado a la reflexión porque no es la manera de dirimir las diferencias que puedan existir en la sociedad.
En una exhortación pastoral de la Arquidiócesis de Mérida, Monseñor Porras se preguntó «¿cómo es posible que durante horas estas hordas generen un caos sin que intervengan los órganos de seguridad del Estado? No es la primera vez que sucede esto en nuestra ciudad. No es descabellado pensar que obran así porque tienen la anuencia de quienes tienen como primera obligación resguardar la vida y los bienes de los habitantes»
Calificó el comportamiento de los atacantes como «fascistas y comunistas, que irrespetan los valores espirituales, lo cual es inaceptable desde cualquier punto de visto. La forma como actuaron indica a todas luces que es gente entrenada, tipo comando, para realizar con destreza este tipo de acciones», aseguraba la exhortación.
En el texto, la Arquidiócesis lamenta la inacción del estado. «Sacerdotes, religiosas, instituciones eclesiales y civiles, obispos y personas de la más diversa índole, condenan de forma contundente estos abominables episodios. Nos duele constatar no haber recibido ni una palabra de parte de las autoridades oficiales. Es un silencio que cuesta asimilar», indican.
A estas palabras se unen las del equipo de sacerdotes formadores del Seminario Arquidiocesano San Buenaventura, quienes en un comunicado rechazó la agresión. “Rechazamos de manera contundente estos acontecimientos, que reflejan una sociedad carente de valores y, por ende, la descomposición. Llamamos al encuentro constante en la solidaridad del diálogo y la paz social”, se lee en el texto.
El Ministerio Público investiga la agresión contra los seminaristas para esclarecer el hecho y determinar las responsabilidades penales correspondientes.
*Con información de El Nacional
