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Opinión

Carlos Nieto Palma Feb 12, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Presos armados

@cnietopalma

El problema de los presos armados en las cárceles y centros de detención preventiva de Venezuela no es asunto nuevo. Basta con recordar el homenaje que los reclusos del Internado Judicial de San Antonio en la isla de Margarita le rindieron al que por muchos años fue su pran, Teófilo Rodríguez Cazorla, alias el Conejo, cuando fue asesinado a finales de enero de 2016.

Podemos considerar la exhibición de armas de todo tipo, calibre y modelo en la azotea del mencionado penal, acompañadas de ráfagas de disparos por un buen tiempo, como la muestra más grande del poderío armamentista de los presos venezolanos en la historia penitenciaria venezolana.

Presos armados, por Carlos Nieto Palma
Captura de pantalla del video donde los presos del Internado Judicial de San Antonio, en la isla de Margarita, le rinden tributo a su pran, El Conejo, abatido en enero de 2016.

Los presos venezolanos siempre han estado armados. Anteriormente solo usaban armas de fabricación casera, como los chuzos y chopos. A finales del siglo pasado, de 1998 en adelante, se comenzaron a ver armas de otro tipo, cada vez más sofisticadas y modernas. Ello, sumado al surgimiento de los pranes, aproximadamente desde el 2005 en adelante, hizo que los presos estuvieran, en muchas ocasiones, mejor armados que los funcionarios encargados de su custodia.

Para no irnos muy lejos, el pasado fin de semana un motín arrojó un saldo de un recluso muerto y al menos once heridos en el Centro de Detención Preventiva, CDP, de la Coordinación Policial de la Policía del estado Mérida, ubicado en la población de El Vigía, municipio Alberto Adriani de esta entidad andina. En este motín algunos de los reclusos fueron heridos con armas de fuego. Igualmente, un muerto y 16 reclusos heridos, tres de ellos graves, fue el saldo que dejó la explosión de una granada en el calabozo C del centro de detención preventiva de la Policía del estado Monagas, al oriente de Venezuela. El hecho ocurrió la madrugada de este domingo, 7 de febrero. Y también dejó daños en la infraestructura del calabozo.

Como vemos, los reclusos de Venezuela siguen armados. Los eventos antes narrados son una prueba de ello; de hecho, lo ocurrido en la Policía del estado Monagas fue producto de la explosión de una granada, un arma de guerra que debería únicamente estar en poder de las Fuerzas Armadas Nacionales, pero que aquí son usadas por los privados de libertad como si se tratara de juguetes de uso personal.

Podría narrar en este artículo infinidad de eventos similares que han ocurrido en nuestras cárceles y ahora en los centros de detención preventiva, las nuevas cárceles venezolanas. Acontecimientos donde los presos han demostrado el gran poderío armamentista que poseen. Lo que sí me costaría mucho recordar es en cuál de estos múltiples eventos las autoridades nacionales abrieron una investigación para determinar cómo ingresaron estas armas a los recintos carcelarios.

Las armas que ingresan a las cárceles y centros de detención preventiva no entran volando, alguien debe meterlas.

Y realmente dificulto que sean los familiares quienes lo hacen. No solo porque los visitantes, en su mayoría mujeres, son sometidas a fuertes requisas para su ingreso a estos recintos; sino que porque es imposible que estos puedan ingresar armas del calibre que poseen los reclusos.

Realmente el ingreso de armas a los recintos carcelarios y centros de detención preventiva que se encuentran en poder de los reclusos es otra de las tareas pendientes para darle una solución al problema penitenciario venezolano.

Es necesario que se investigue quiénes y cómo ingresan estas armas a los centros de reclusión. Y que se sancione a los responsables de estos delitos. Cuando eso ocurra podremos decir que hay algún interés de las autoridades en solucionar este grave problema.

cnietopalma@gmail.com

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

La neblina mental del G4 y el dilema ciudadano

@ArmandoMartini

No es un dilema, son varios. El oficialismo exiguo pero intenso, armado, apunta a conductores para abrir senda. El interinato en terapia intensiva y espiritual se debate entre legitimidad e ilegitimidad. Bolichicos, enchufados empresariales, cómplices y oportunistas con sus códigos cleptómanos. Diplomacia desconcertada y blandengue, organizaciones internacionales confusas, ambiguas. Y lo único que se le ocurre al G4 es convocar marcha para el 12 de febrero, emplazando a los ciudadanos agotados de jugarse la vida y libertad por una oposición dividida en mendrugos que no honran la palabra empeñada, se burlan y desconocen el mandato ciudadano.

Próxima estafa: morder o no el anzuelo de las elecciones regionales sin cese de la usurpación con Asamblea Nacional espuria, no reconocida. Lo que resulta un deleite placentero, casi orgásmico, para el dos veces perdedor, que busca renovados aires para surgir de la inopia y concluir imponiendo autoridades electorales de acatamiento al castro-madurismo. Y partidos contrarios que no se ponen de acuerdo e incapaces de unirse en un objetivo; por ello son impotentes para definir una voz representativa unitaria. Ilusorio interés de avenencia entre facciones “enfrentadas”.

Solo existe una estéril e infecunda coincidiendo en soberbias, regodeándose en pedanterías, concordando en vanidades, atiborrados de guisos financieros y comerciales.

De allí, partidos opositores deseosos de participar en elecciones con el estulto, viejo, desgastado argumento de “conservar espacios” y los que rechazan con valentía competir en las actuales circunstancias. Alrededor de ellos, el poder castro-madurista, y una mayoría abrumadora de ciudadanos, incrédula en vacunas del régimen como tampoco en tratamientos de una oposición que, más allá de una economía destruida -mérito indiscutido chavista-, sobrevivir al coronavirus, destrucción del sistema de salud, pobreza y miseria, observa con temor, escepticismo y repugnancia al régimen y a la oposición, con la excepción de quienes jamás han vacilado, nunca dado su brazo a torcer, negados a renunciar o negociar, principios éticos y morales que bien merecen los venezolanos.

La Unión Europea, sus timideces, poquedades, adeudos y compromisos. Estados Unidos con la embarazosa complicación de una democracia en crisis. Rusia demuestra intolerancia flagrante ante su propia oposición que pone nervioso al Kremlin. China recompensado en su esfuerzo de ayuda al fraude electoral, espera una Casa Blanca menos intensa y provocadora. Irán negociando acuerdos que le permitan crecer como potencia nuclear; ven lejano a un encargado que ha perdido toda esperanza ciudadana, al cual ya varios países no reconocen como “presidente interino” sino “interlocutor privilegiado”, mientras el castrismo con astucia rescata a un buen aliado, que no es tonto como para desaprovechar la oportunidad de protección y proyección.

Venezuela enferma de coronavirus, hambre, desesperanza y escepticismo, allí el corazón de la tragedia, la frustración de haber cambiado una democracia imperfecta por una tiranía que ofrece construir horizontes solo después que algún estólido mequetrefe, termine de destruir lo que encontró funcionando, por cambiar parlanchines controlados por una Constitución no tan vieja por majaderos bulliciosos que no saben poner nada en funcionamiento y culpan al mundo de su torpeza mientras roban y arrasan.

Con un panorama desolador, mórbido y famélico, la oposición no parece comprender qué sucede; hala cada uno para su lado y el único ruido que se escucha es del intercambio de balas bandidas, cuyas patotas parecen ser lo único que progresa en Venezuela; mientras solo atina a discutir si sufragan para “disfrutar” las escasas gobernaciones y alcaldías que le sean asignadas, las limosnas llamadas “espacios” que el régimen obsequie para distraerlos mientras el socialismo se las arregla para continuar desbarrando en el poder.

Noruegos aterrizan en Venezuela a ver si entienden algo, y algunos en el mundo advierten que al dejar de ser presidente de la Asamblea Nacional tampoco es presidente interino, mientras la nación se hunde y deprime en su triste tragedia. Y por fallar, el arribo demócrata deja claro, no irá frontal contra la fechoría, y, aunque parezca dispuesto ablandar sanciones, precisa las mantendrá y su interlocutor es el encargado sin control territorial.

¿Votar para legitimar, mantener la usurpación y “opositores” en pequeños espacios controlados, o resignarnos a seguir viendo el hundimiento de Venezuela? es el dilema que, con tapabocas y goticas milagrosas ofreció el oficialismo.

La “oposición” sucumbió de ilusión por oportunista y errática. El chavismo es producto obligado de la desdicha venezolana, conjuntamente con dominantes confundidos, enmarañados, de ayer y de hoy, que no logran escapar de su saco de gatos; mientras ciudadanos, los más perjudicados, engañados, en éxodo y sin esperanzas, perecen sin remedio.

¿Será que no aprendimos la lección y seguimos inmersos en la neblina mental del G4?

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El hambre como combustible de la protesta laboral

@froilanbarriosf

Desde el 2015 la carga de la protesta social y laboral ha estado a cargo de los gremios de la salud, de las federaciones sindicales del sector docente de educación media y universitaria y de los gremios de jubilados y pensionados, quienes como letanía han exigido al régimen tirano el derecho a una vida digna y a convenir sus condiciones de trabajo. En todos los casos tienen como respuesta las trompetillas del gabinete y la indiferencia del «presidente obrero”.

En esa dirección poco a poco a partir de 2018, se han venido sumando otros sectores, como ha sido el caso de los trabajadores petroleros. Estos pasaron de tener históricamente el mejor convenio colectivo en nuestro país, a un documento mal llamado contrato petrolero, plagado de una retahíla de cláusulas ideológicas como milicias obreras, trabajo voluntario y de fidelidad perruna a la “revolución socialista y bolivariana”. Y firmado por una federación sindical entregada en cuerpo y alma al Estado y al patrono PDVSA. 

El acicate de la protesta ha sido la pobreza extrema que estremece a trabajadores activos y jubilados de la industria petrolera nacional, quienes vieron cómo en 2002 despidieron a 22 000 compañeros de trabajo.

Creyendo que tendrían un futuro mejor, hoy los trabajadores petroleros ven pulverizados todos sus derechos de salud, vivienda, condiciones de trabajo, alimentación y, lo más doloroso aun, su salario. Muchos de ellos han vendido sus uniformes de trabajo y botas. Y, de paso, laborar en condiciones deplorables solo para devengar 10 dólares mensuales y recibir la mortadela en la cada vez más esmirriada bolsa de comida CLAP.

Ahora les toca el turno a los trabajadores de las empresas básicas de Guayana. Los mismos que, alborozados, celebraban a nivel de éxtasis en 2008 las estatizaciones de SIDOR, SIVENSA y cuanta empresa anexa expropiara el fallecido presidente Hugo Chávez. Entonces exclamaban “nos quitamos la explotación de argentinos y brasileños” y “ahora SIDOR será nuestra”.

Pues bien, las marchas que recorren los patios de empresas hoy arruinadas, convertidas en cementerios de cabillas y acero, contrastan con el jolgorio de otrora.

Ahora son miles que claman justicia en las calles de Puerto Ordaz, increpando a la Guardia Nacional “mátennos de una vez ya que no soportamos ver morir de hambre a nuestros hijos”; como tampoco aceptamos, manifiestan los marchantes, “que nuestros compañeros de Alambron y Palanquillas, unidades de producción de SIDOR, laboren sin botas de seguridad ni protección alguna arriesgando su vida, solo para recibir la caja CLAP”.

La profundidad de este movimiento hay que observarla con detenimiento cuando señalan: “esta no es una protesta de corrientes sindicales, ni de partidos políticos; es una protesta natural de los trabajadores de las empresas básicas de Guayana». En la misma se pudo identificar la participación igualmente de trabajadores de Venalum, Alcasa, Ferrominera, quienes piden como única condición concretar una unidad de todos los trabajadores de las otrora prósperas empresas básicas de Guayana para exigirle al presidente de la CVG les atienda sus planteamientos.

Este clamor laboral, que viene del fondo de la masa de trabajadores, se identifica también en CANTV y CORPOELEC. También ellos han visto desmanteladas todas sus conquistas laborales en materia de salario, salud, educación y condiciones de trabajo y seguridad social. 

El proceso de movilizaciones continuará. E indica que el régimen tiránico, a pesar de la persecución judicial y policial contra sindicalistas y trabajadores, incluso con la creación de parapetos estatales como los Consejos Productivos de Trabajadores, no ha logrado maniatar la conciencia gremial. tampoco la esperanza de restablecer la democracia y un sistema de relaciones de trabajo que dignifique la condición de vida.

*Movimiento Laborista.

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Roberto Patiño Feb 11, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Coordenadas necesarias

En medio del silencio oficial y del secuestro ideológico de la información, el trabajo de las ONG es vital para comprender la marcha de los asuntos públicos. Foto Honey Yanibel en Unplash. Intervenida por N. Silva / Runrunes.

@RobertoPatino

El régimen miente y lo hace sin pudor ante las cámaras de televisión, frente a la Constitución y delante de todo un pueblo, que parece acostumbrado a no sorprenderse con cada nueva falsedad que emite la pantalla del canal del Estado.

Nos miente con sus anuncios, sus promesas, su simplista análisis de la política y de la historia. Y nos miente, además, cuando oculta, con fines políticos, las cifras oficiales en temas de vital importancia como lo son la violación de derechos humanos, el alcance real de la pandemia y la envergadura de la crisis humanitaria que sufre Venezuela.

El empeño del régimen de ocultar los datos con fines ideológicos ha sido uno de los rasgos que lo ha caracterizado en las últimas décadas. Hay una clara vocación, en todos los gobiernos autoritarios, y en este en particular, de ocultar, deformar o “maquillar” las cifras oficiales cuando estas son contrarias a la propaganda oficial.

Los datos, cuando son confiables y abiertos a los ciudadanos, son siempre un poderoso desmentido del régimen y esto es lo que buscan evitar.

En medio del silencio oficial y del secuestro ideológico de la información, el trabajo de las ONG es vital para comprender la marcha de los asuntos públicos. Son fuente de información confiable sobre temas vitales como DD. HH., la situación de la pandemia, la crisis de los servicios, la calidad de vida de los venezolanos y la marcha de la economía.

Las ONG, las academias, universidades y medios independientes son las únicas instituciones que todavía pueden ofrecer esa información de forma sistemática y confiable; y su trabajo es fundamental para trazar las coordenadas necesarias para desplegar la ayuda humanitaria que requiere buena parte del pueblo venezolano; para registrar y denunciar abiertamente la violación de derechos humanos, y para definir las líneas de trabajo para la reconstrucción del país.

Esta es otra de las razones por las que el régimen persigue a las ONG. No acepta que sean fuente de información independiente que muestran a venezolanos y extranjeros la verdad de lo que aquí ocurre.

Se nos acusa de ser organizaciones al servicio de una parcialidad política y de estar en la nómina de intereses extranjeros, una acusación temeraria e injusta, pero suficiente para justificar la persecución a la que están expuestas todas las ONG en el país. Así lo dijo claramente Nicolás Maduro al señalar que estas, al recibir financiamiento internacional, no deberían sustentar los informes de los relatores internacionales de la ONU.

Por eso es necesario que las ONG sigamos firmes en nuestro trabajo de manera coordinada; entendiendo que juntas, cada una en su campo de especialización, y con el apoyo de los medios de comunicación independientes y de las academias, somos las únicas capaces de mostrar, con suficiente transparencia metodológica, la verdadera profundidad de la crisis humanitaria.

Somos los que podemos mantener un registro de la violencia del Estado y de la violación de derechos humanos. Y somos las que podemos señalar el verdadero tamaño de la crisis social y política que enfrentamos.

Este es el compromiso que tenemos desde Alimenta la Solidaridad y Mi Convive. Seguir apoyando el trabajo organizado en las comunidades al tiempo que sistematizamos la información sobre la verdad de lo que pasa en nuestro país en asuntos de alimentación y violencia.

En este sentido, es de suma importancia que la señora Alena Douhan, relatora especial de la ONU, se reúna con las ONG y se informe, de primera mano, de lo que ocurre en Venezuela. Obtendrá no solo datos confiables, sino también testimonios de testigos y víctimas de las distintas violaciones a sus derechos, así como de la cruel calidad de vida con la que lidian las comunidades venezolanas.

Roberto Patiño / Director de Caracas Mi Convive y Alimenta La Solidaridad

www.robertopatino.com

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Pastor Heydra, jodedor de oficio, por Víctor Suárez*

Imagen: captura de pantalla del programa Vladimir a la 1, por Globovisión (intervenida por N. Silva / Runrunes).

@VV_Suarez

-¿Cuánto has gastado en reponer los anteojos desde que estabas en el liceo?

Esa cuenta no la lleva Pastor Heydra. En las lides estudiantiles y parlamentarias se distinguió siempre como personaje fornido, arrojado y vehemente, cuyas discusiones terminaban a veces a puño limpio.

A los 13 años de edad ya estaba incorporado a la lucha política. Fue dirigente de centros de estudiantes liceístas, donde fue compañero de pupitre de un muchacho apendejeado que posteriormente resultó ser Carlos Ramírez “El Chacal”, el terrorista internacional más buscado que ahora paga triple cadena perpetua en París. A la hora de entrar en la UCV, a mediados de los años 60, “la Juventud Comunista necesitaba un dirigente fogueado en la facultad de Ingeniería, porque allí los copeyanos dominaban”. A partir de entonces hasta su muerte el martes 2 de febrero en Porlamar, se le conoció como El Perro Pastor.

El Perro estaba en todos los tumultos universitarios. Contra los adecos, contra los copeyanos, contra los “anarco-aventureros” del MIR, contra los fraccionalistas de Douglas Bravo. “Por la edad de los participantes, esas confrontaciones derivaban en esgrimas físicas que casi nunca pasaron a mayores”, suaviza.

En la madrugada del 21 de agosto de 1968 hizo su debut en la arena internacional. Había estado en Sofía, capital de Bulgaria, en un Festival de Juventudes; luego pasó a Moscú y Volgogrado, en la URSS; cuando llegó a Praga (capital de Checoslovaquia), en la noche salió a pasear junto con un grupo de venezolanos y culminó en una cervecería centenaria (U-Flekus). A la hora de marcharse el grupo, que entonaba himnos y canciones revolucionarias en español, fue atacado por jóvenes radicales checos que les imprecaban al grito de Kommunists Kaputt (¡Muerte a los comunistas!). Se formó la sampablera, que debió ser reducida por la policía. “La tángana –me dice Pastor cinco décadas después, como si yo no hubiera estado con él en esa trifulca- fue para mí muy significativa, pues le había dado un golpe a uno de los checos y supongo que le partí la nariz o la boca. El individuo me veía muy calmado aunque sangrando, haciéndome señas de que iría por mí, hasta que, en un descuido, cuando apuraba a mis compañeros para abordar el último autobús, me bajó de la portezuela. De pronto me vi de frente con los adoquines. Fui rescatado por un uniformado de la milicia, que le había propinado un porrazo al hooligan”. Al despertar ese 21 de agosto, los ejércitos del Pacto de Varsovia habían tomado el país y la Primavera de Praga de súbito había comenzado a morir.

La UCV es allanada y cerrada por el gobierno de Rafael Caldera. Viaja al sur. Al volver de Chile, tras el golpe militar que derrocó a Salvador Allende en septiembre de 1973, fue electo presidente del centro de estudiantes de la escuela de Periodismo de la UCV, y más tarde, en 1975, electo presidente de la Federación de Centros Universitarios UCV. Siguió discutiendo, peleando y perdiendo espejuelos en cada escaramuza.

En enero de 1971 había surgido el MAS. A decir del periodista, analista e investigador estadounidense Norman Gall en un ensayo-entrevista a Teodoro Petkoff, publicado en 1972, “El elemento más sorprendente del grupo de jóvenes comunistas que dejaron el PCV en diciembre de 1970 y formaron el Movimiento al Socialismo, es que son un cuerpo coherente de revolucionarios profesionales, en el sentido leninista clásico del término, fenómeno acaso único en América Latina”. Un revolucionario profesional es alguien totalmente dedicado a las tareas de una organización subversiva específica, como era el caso de Pastor.

Entonces comenzó a pelear, en tono más civilizado, con lo que consideraba la cúpula neoestalinista que ostentaba el poder en la nueva formación política. A El Perro, y a un grupo de dirigentes, le rondaba en la cabeza la necesidad de reafirmar el concepto de “socialdemocracia avanzada”, que el MAS, una vez despercudido del comunismo tradicional tutelado por los soviéticos, debía seguir, como también lo hicieron otras formaciones comunistas en España, Italia, Francia, Finlandia, Japón y hasta en Nueva Zelanda. Observaba que Carlos Andrés Pérez, ya investido presidente en 1974, se había apoderado de algunas banderas que el MAS había enarbolado en sus inicios.

En un libro titulado La esperanza de una gran aurora y su arrebol, escrito en Panamá en 2018, inédito aún, salda cuentas con Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff, Freddy Muñoz, a quienes recrimina por haber aplastado y disuelto la Juventud del MAS, que había sido fuerza fundamental para su implantación como partido político en todo el país. Se salvan en su análisis apenas dos dirigentes: Antonio José Urbina (exsecretario general de la Juventud Comunista, fundador del MAS, exembajador en Suecia y directivo del entonces Consejo Supremo Electoral), a quien considera su mentor político, y Joaquín Marta Sosa, exmilitante de Copei que había dado el salto hacia los linderos indefinibles del socialismo con rostro humano que había emprendido el MAS, pero que no practicaba.

En el antiguo Congreso Nacional guerreó y entabló debates casi sangrientos. Me dice: “Las contiendas en el Congreso fueron varias. La denuncia que hice del llamado caso “Dáger-Jattar-Lamaletto” no pasó de un debate encendido, que culminó con la destitución de Douglas Dáger como presidente de la Comisión de Contraloría y el auto de detención a su asistente Braulio Jattar Alonso. Jattar Alonso fue perdonado por Caldera, coqueteó con el PSUV y a la final resultó víctima de la persecución de Nicolás Maduro”.

En la Asamblea Nacional, a partir del triunfo de Chávez en 1998, los contrincantes estaban mejor definidos.

-Allí tuve varios encuentros, si se les puede llamar así. El primero fue con el teniente ® Eliecer Otaiza, quien manejaba el aparato de seguridad del gobierno. Quería hablar desde el palco de prensa de la Asamblea, donde dijo que estábamos en “estado general de sospecha”. Subí al palco y le conminé a abandonar el hemiciclo. Otaiza no pudo continuar su perorata. A la final, dos cobardones de la bancada chavista de Nueva Esparta me atacaron por la espalda.

-Hubo un encuentro frontal, el único, con el diputado Pedro Carreño, quien vino a agredirme luego de una intervención que hice donde denunciaba hechos irregulares de funcionarios del gobierno.

-Con el presidente de la Asamblea William Lara hubo una confrontación verbal, pues este al darme la palabra para plantear el affaire del Aeropuerto de Margarita, entregado írritamente a un consorcio suizo-chileno, de mala gana señaló: “Tiene la palabra “El Perro Pastor”. Ante lo cual le riposté: “Presidente, mis amigos me llaman “El Perro”, porque es el mejor amigo del hombre, pero yo a usted jamás le he dicho el sobrenombre que le ponen en los pasillos, donde no lo mientan William Lara, sino “William Rara”. Y allí terminó ese round.

En 2014, le vi todavía en forma, listo para “la esgrima”. En una emisión del programa Vladimir a la 1, por Globovisión, las flechas comenzaron a silbar desde el principio.

El periodista Vladimir Villegas, cuya historia política está colmada de saltos y sobresaltos, al presentarlo dice entre risitas:

– Eres todo una leyenda, estuviste en el MAS, luego en Acción Democrática, no sé qué estás haciendo ahorita…

– Tú también has dado tus brincos…

– Todos hemos dado brincos en esta vida…

Pero Sofía Imber y Carlos Rangel, los reyes matinales de la televisión en los 80, en su programa Buenos días (Venevisión) lo veían con otro cristal: “Antes que nada quiero decir que Pastor y yo somos muy amigos, que Carlos y yo lo tuvimos cuando él era un muchachito, él sigue siendo un muchachito pero ahora ya es ministro, anda con guardaespaldas, anda con unas mujeres bellas, etc. etc. Yo lo conocí, Carlos y yo, aquí en Venevisión hizo su primer programa y quedamos encantados de él, venía sin corbata, venías como presidente de la Federación de Centros, estabas militando en el MAS, y nos diste una gran impresión, me acuerdo yo, realmente”. Eran las 7 a. m. del viernes 24 de noviembre de 1989.

-Gracias, Sofía, mi amor…

 EL MÉTODO Y LA CREATIVIDAD

Pero el arco y la flecha, el grito y el puño, no pueden ser las únicas herramientas del político vocacional. En la Juventud Comunista y luego en el MAS, Pastor se cultivó muchísimo. Había escrito una laureada tesis de grado en Periodismo cuyo tutor había sido el exigente profesor Jesús Sanoja Hernández (“La izquierda, una autocrítica perpetua. 50 años de encuentros y desencuentros del marxismo en Venezuela”, 1981). El borrador de ese libro se lo entregó a Teodoro Petkoff para que le hiciera correcciones “y él tuvo la delicadeza de hacerlas, sin tocar los párrafos en los que disentía”.

Así se reveló su interés por las metodologías de investigación documental que luego utilizaría en su capacitación como analista político, que ejerció en El Diario de Caracas, El Nacional y El Universal. En procura de ese desarrollo personal (“Soy un libre pensador”, se definía al estilo de los doctos rosacruces) publicó seis títulos y creo que al menos tres se quedaron en sus gavetas, listos para impresión. Aunque, ciertamente, en estilo no sobresalió.

-Tuve la dicha de estar con ustedes (Víctor Suárez, “El Cojo” Lira, “El Mono” Rosales, “El Checo” Gregory Colomine…) en el trabajo político y propagandístico de la Juventud Comunista en la UCV en los años 60. Aprendí mucho. Somos buenos en propaganda, que es diferente a publicidad y marketing. Esas experiencias me tocó aplicarlas en las campañas de Lusinchi y CAP, al lado de Simón Alberto Consalvi, Armando Durán y creativos como el argentino Juan Fresán, el cubano-venezolano Bernardo Viera, Mario Ábate, Pablo Antillano, y demostramos que esos figurones, como J. J. Rendón o esos gringos que traían, eran y son un gran bluf. Otra cosa fue Joe Napolitan, pero este era asesor: un sistematizador de lo obvio, que sabía resumir y analizar lo elemental, lo que está a nuestro lado y nadie ve, pero que tiene una fuerza aplastante. El jingle “Ese hombre sí camina” es un ejemplo de una expresión popular que cogió el cojo Viera y Chelique Sarabia le puso música, y fue el centro de una campaña exitosa,

 EL DESLUMBRAMIENTO

Los objetivos que el MAS se había dibujado (“Diez años para construir una fuerza, diez años para llegar al poder”, que Teodoro Petkoff había prefigurado como estrategia), para Pastor, se habían convertido en humareda ideológica y política. La llamada Socialdemocracia Avanzada (“en la que sigo creyendo”, me dijo el año pasado) ya no la encarnaba el MAS sino Carlos Andrés Pérez.

– La política de CAP en sus dos períodos fue la de modernizar, renovar el Estado, fortalecer la descentralización y la democratización de la democracia en todos los niveles.

Tan pronto a CAP le colocan la banda presidencial por segunda vez, Pastor es llamado a Miraflores.

-Yo no me identificaba con la dirección de AD, y con esta menos. Conocí dirigentes de peso e importancia, con mucha capacidad de razonamiento, pero no eran los más. CAP me llamó la tarde anterior a su juramentación, el 1 de febrero de 1989. Había montado todo el andamiaje periodístico con una gran rueda de prensa donde la primera pregunta la iba a hacer Gabriel García Márquez y el elenco periodístico era de lujo. CAP simplemente me dijo: “Véngase bien vestido que mañana lo juramento en Miraflores”.

“Yo venía acercándome a CAP gracias a Héctor Alonso López, amigo de Mérida y secretario juvenil de AD, y a mi gestión en la FCU de la UCV que le garantizó la paz estudiantil en su primer gobierno. Trabajaba en el Diario de Caracas y le acompañé en sus giras a República Dominicana, Panamá, Costa Rica, Colombia, donde el personaje me impresionó por su audacia, claridad de propósitos renovadores, cordura y tino”.

“En el MAS habían comenzado a cortarnos el oxígeno desde la nacionalización petrolera de 1976, a cuyo acto fui como presidente de la FCU, acompañado de Eleazar Díaz Rangel, de la AVP, Germán Lairet, del Congreso, Jesús Urbieta, de la CTV, y “Caraquita” Urbina, del CNE. La dirección del MAS inicialmente se opuso, pero luego debió ceder. Me querían imponer que sacara manifestaciones contra el gobierno y yo alegaba que no había razones. Al final se impuso la Dirección Nacional del MAS, y yo acuerdo en los siguientes términos: “Si la ultra las sabotea, yo los denunció”. Dicho y hecho. Públicamente dije que los saboteadores eran de la Liga Socialista-MEUP y no los estudiantes, que habían mantenido un comportamiento cívico. Eso trajo cola larga”. “Comienza el hostigamiento para eliminar a la J-MAS hasta que “Los Halcones” (corriente interna liderada por Petkoff) obtienen mayoría y cumplen su propósito”.

“CAP me nombró jefe de la Oficina Central de Información de la Presidencia de la República, OCI (Ministro de Información). Eso causó resquemores en AD y comienzan a ponerme zancadillas. El objetivo final era erosionar el equipo de CAP en el gobierno. Hago un plan de asistencia a los medios según el cual el consumo de teléfonos, seguro social, Ince, agua, etc., les era canjeado por publicidad. El Estado se ahorraba mucho dinero y los medios estaban felices. Pero no así los agentes del partido. El jefe de sus periodistas, publicista, que deseaba el cargo que yo ostentaba, comienza la campaña en contra. Con los diputados Luis Emilio Rondón y Liliana Hernández, con la venia de Alfaro Ucero y otros, me montan interpelaciones todas las semanas, en las cuales llevan, por instrucciones de Alfaro y del jefe de la fracción, a Rafael Poleo, que deseaba acuchillar a CAP”.

“El presidente me llama un día para preguntarme si yo soy militante de AD. Yo le digo: “Usted sabe que nunca he sido adeco, solo su amigo y admirador”. Me dice que tiene una gran presión para que nombre a un militante y me pide que vaya a ver con el célebre Encarnación Rivas, portero de la casa nacional de AD, en La urbanización La Florida, quien me inscribiría en el partido. Voy donde el Negro Encarnación. Me dice con una gran sonrisa: firma aquí y dame copia de tu cédula, y dile al jefe que el mandado está hecho, formas parte del Comité del Negro Encarnación Rivas”.

“Sin embargo, las cosas no terminaron allí. Sigue la guerra de que no soy adeco, y le pido, con el visto bueno de CAP, a Gonzalo Barrios que me reciba en una reunión del CEN. Allí comencé a dispararles a mis francotiradores: Dije: Yo tengo el pecado venial de no haber nacido adeco, pero veo aquí muchos rostros que me dicen lo mismo. Allí está Paulina Gamus. ¿No te acuerdas de los tiempos de la Juventud Comunista con tu hermana Raquel? Y los rostros cambiaban de color. Veo a Arístides Hospédales: ¿Tú no fuiste dirigente de Copei en Monagas? Y hasta allí llego con esta parte del cuento”.

 EL PROYECTO MÁS AMBICIOSO

Muchas han sido las condolencias virtuales que he visto ante el fallecimiento de Pastor Heydra, entre las que abundan los recuerdos de gente de medios en torno al proyecto denominado Venpres Internacional, que impulsó Heydra desde la OCI. Venpres fue una agencia de noticias del Estado que funcionó durante décadas (desde 1977) como procesadora y proveedora de información oficial a todos los medios venezolanos y a las corresponsalías extranjeras. En 2000 cambió de denominación (Agencia Bolivariana de Noticias). En 2008 Hugo Chávez emitió un decreto que la llamaba Agencia Venezolana de Noticias, pero tuvo que esperar dos años más para comenzar a utilizar la marquilla AVN.

¿Ha contado alguna vez el Estado venezolano con una política comunicacional de acción exterior? No. Hasta entonces los medios en manos del Estado habían sido VTV Canal 8, Canal 5, Radio Nacional de Venezuela y la agencia Venpres. No puede hablarse de un proyecto comunicacional específico de los gobiernos del período democrático. El chavismo sí lo ha hecho, con Telesur, el canal multiestatal, cuya idea original, dice Pastor Heydra, la tenía en cartera pero que su director de entonces el uruguayo Rubén Aharonian se la “vendió” a Chávez tiempo después.

-Quien intentó desarrollar una política comunicacional del Estado pero sin intención de capitalizarla en provecho propio–analiza Heydra-, fue Carlos Andrés Pérez durante su primer gobierno, cuando le dio especial impulso a la prensa impresa regional (con estímulos especiales a través de Corpoindustria para la adquisición de maquinaria, papel e insumos), y a los medios radioeléctricos de la provincia y un reparto equitativo de la pauta publicitaria del Estado.

Ese impulso a la prensa regional dio sus frutos. Podría resumirse en que fue descentralizada la producción de información en Venezuela. Aplicaba el exitoso eslogan de Empresas Polar “Cada región tiene su nombre, pero en todas su periódico se llama tal…”. Según estudio realizado por el sociólogo Rafael Quiñones, “la década de los 70 y 90 han sido los períodos de mayor auge de la prensa escrita en el interior del país, cuyo desarrollo se ha dado con bastante autonomía respecto a las políticas públicas incentivadas desde el Estado para estimular la actividad periodística fuera de la región capital. La mayor parte de los medios impresos tienen en su cartera de clientes a sectores vinculados al sector privado de la economía, más que al gobierno central o local donde desarrollan su actividad”. Y en otro aparte: “Los departamentos de medios de las grandes empresas del país han comenzado a recomendar a sus clientes la segmentación del mercado de acuerdo a las regiones geográficas del territorio, ya que la técnica de promocionar a través de diarios de circulación nacional estratégicamente se está volviendo menos efectiva” (Revista Comunicación, #144, 2008).

En 1989, con Heydra en la OCI y Pérez autoproclamado “hombre de mundo”, se inicia el proyecto Venpres Internacional. El soporte económico sería suministrado por las empresas que el país tenía funcionando en el exterior: Pdvsa, Viasa, CVG Internacional…

-Hicimos una selección por concurso –recuenta- de los corresponsales que inicialmente fueron a Londres, París, Madrid, Roma, New York, Miami, Berlín, Moscú, La Habana, México, Perú, Surinam… Similar al que tienen los españoles, mexicanos, argentinos o cubanos, como instrumento de proyección de sus países en el exterior. Hubo algunas resistencias. Uno de los dueños de un medio impreso se quejó de que le estaban sacando a sus mejores periodistas para debilitarlo. En ello coincidía con Luis Piñerúa Ordaz, quien consideraba que los gastos en materia comunicacional eran innecesarios. La experiencia se inició exitosamente, pero posteriormente fue boicoteada por algunos dirigentes de AD, quienes equívocamente veían en ello una plataforma de lanzamiento internacional de CAP, quien realmente era noticia por su naturaleza, funciones y razón de ser.

Los medios que hicieron a Chávez

El Nacional, El Diario de Caracas, El Nuevo País, entre otros medios venezolanos, fueron expresiones puntuales de la entente que virtualmente se armó en contra del gobierno “liberal y tecnócrata” de CAP II. Esos mismos medios fueron víctimas del gobierno de Chávez, al que le habían tendido alfombra para su triunfo electoral en 1988. Veinte, treinta años después, ¿cuál es su interpretación acerca de esos comportamientos de los dirigentes de los medios privados venezolanos?, rebusco en esa lengua pertinaz.

-Rafael Poleo tenía una obsesión enfermiza contra CAP. Dicen, no lo sé, que le molestó que no lo nombró ministro de Información en 1974 y en ese lugar puso a Diego Arria. De él no tengo buen concepto, es un personaje sórdido y laberíntico, me cuesta hablar de él y de sus inauditas conexiones. Sé que con Lusinchi hizo el negocio de su vida con el monopolio que logró con la venta de papel chileno a los medios de provincia (a través de una corporación creada en el primer gobierno de CAP). Es habilidoso y se supo mover en el oscuro universo de los capos de AD. No es necesario dar nombres, que muchos conocen. Los utilizó y lo utilizaron. Si lees lo que decía de Miguel Henrique Otero y de Marcel Granier, palidecerías. Hurga en la revista Zeta, allí está retratado en su pantera rosa chismográfica (columna escrita bajo el seudónimo Porfirio Pomarosa).

(Diálogo entre Sofía Imber y Rafael Poleo en Venevisión el 21 de julio de 1989:

RP: Yo no soy enemigo de Pérez.

SI: ¡Cónchale!

RP: Yo lo que soy es enemigo de la gentuza con la cual Pérez suele rodearse cada vez que llega al poder.

SI: Eso decían cuando andaba contigo, que andaba con gentuza.

RP: No, él no anda conmigo desde el año 1973 en que él se distanció de Acción Democrática y de sus amigos)

-Marcel Granier es un personaje aparentemente inmutable, de trato educado; se montó la idea que podía ser presidente de Venezuela, fundó el grupo “Roraima”, editó un libro que alguien le escribió, se guareció en El Diario de Caracas y lo quebró, en RCTV hizo lo indecible para cumplir su propósito, cuando él debía ser el personaje central de la telenovela Por estas calles. Un Doctor Valerio de bigotico y hablar más rebuscado. Qué de cosas no se pueden decir de la miseria humana. Una moneda sin cara, ni sello.

-De Miguel Henrique Otero, ¿qué te cuento? Lo conocí cuando regresó de Europa a través de un buen amigo uruguayo ya fallecido, el periodista Ernesto González Bermejo, con quien había estado en el Chile de Allende y fuimos a la llegada de Perón al aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires. Este curioso personaje venía de trabajar en la agencia Prensa Latina y tenía excelentes contactos con los tupamaros uruguayos y con los montoneros argentinos, muchos de ellos asesinados y a quienes conocí gracias a él.

-Miguel fue encumbrándose. Me dio acceso a El Nacional en la campaña de CAP, donde escribía con el seudónimo “Arquímedes” que respondía a otra columna de Rubén Carpio que atacaba al precandidato, firmada como “Pitágoras”, pero luego de yo salir del gobierno me hizo una mala pasada con Alfredo Peña, director, e Ibéyise Pacheco, jefa de redacción. Publicaron un domingo en el Cuerpo D, desplegado en primera página, fragmentos entrecortados de la transcripción de una conversación mía con el general Herminio Fuenmayor, que les había entregado José Vicente Rangel, donde le hablaba de un mensaje que este le había enviado a CAP a través de mi persona, sobre la preparación de dos golpes de Estado que estarían montando, por un lado los Comacates de Chávez y Arias Cárdenas (primera vez que oía esas siglas) y por otra los generales encabezados por el jefe del Ejército Juan Pablo Peñaloza, quien, por añadidura, era su informante en asuntos de la FAN y le había hecho llegar esa y otras cintas trucadas a JVR.

-Sin tener la delicadeza de llamarme, dado el grado de amistad que supuestamente teníamos, dispararon a mansalva sin medir consecuencias. Esto hizo que reaccionara con fuerza. Tuve con él encuentros fuertes en los pasillos del hemiciclo del Congreso. Cuando me presenté en El Nacional con un juez para que entregaran la cinta que era inexistente pues era una transcripción de Peñaloza y JVR, Peñita corría y se escondía. Un día en el restaurante Shorthorn Grill, estando yo con “Caraquita” Urbina y el abogado Mario Valdez, saqué una Sig Sauer 45 con mira laser y le pasé varias veces la luz por la frente.

-Luego hice las paces. Los disgustos no pueden ser eternos. El Nacional, coordinado por Sergio Dahbar, me publicó un libro, Las promesas de Hugo Chávez, pero hasta allí.

El Nacional y él mismo han pagado muy cara la entente con Chávez y los ministerios que le dieron a Peñita y a Carmen Ramia en ese gobierno. Sé que vive en España, que tiene una nueva esposa, a quien conozco, y espero haya aprendido la lección de lo negativo que son los caprichos en la política, que le ha costado demasiado a Venezuela y a los venezolanos.

-Ello, y muchas cosas más, condujo a Chávez, quien fue estimulado por los mismos que se conjuraron contra CAP y donde jugaron un papel relevante algunos medios de comunicación nacional. Uno impreso y tres televisivos que cogobernaron con Chávez en 1999-2000, pensando que este modificaría su rumbo anunciado en su toma de posesión. Cuando esto no ocurrió, se percataron del monstruo que habían creado, comenzaron los deslindes negociados como fue el caso de los Cisneros con Venevisión y Armas Camero con Televen, al igual que las rupturas más abruptas como las de RCTV y El Nacional.

 EL NÁUFRAGO REVELADO

Podías estar hablando con Pastor Heydra día y noche, con tragos o sin ellos, a solas o en grupo, en sus tascas favoritas o bajo el crepúsculo de Juan Griego. En cada ocasión jamás dejaba de referir, aun con nuevos detalles, lo que ocurrió la noche entre el 3 y 4 de febrero de 1992 en el triángulo Maracaibo-Maiquetía-Caracas. “Eso fue una suma de casualidades que permitieron que el presidente Carlos Andrés Pérez no fuese atrapado, vivo o muerto, en La Casona. No me considero El Salvador de CAP”. Me lo decía, y se reía, a sabiendas que ni él se lo creía.

La mayoría de los tópicos que destacaban los medios sobre su trayectoria se refiere a esa experiencia ocurrida hace 29 años. “Chávez no parece vencido y, de parte del gobierno, un solo héroe sale de su anónima condición: Pastor Heydra, el salvador de Carlos Andrés Pérez”, decía la revista Exceso en su edición #40 de abril de 1992.

“Usted fabula mucho, Pastorcito”, calculaba que le habría dicho CAP si le hubiera escuchado narrar una y otra vez las correrías de esa noche fatal.

Admiraba tanto a CAP que cuando el duende que camina estuvo preso en El Junquito, ya despojado del poder en mayo de 1993, Pastor se la jugó completa para introducir a escondidas una cámara fotográfica Minox en el retén.

Pastor Heydra, un jodedor de oficio, por Víctor Suárez.

Portada del libro La rebelion de los náufragos, cuya foto fue tomada clandestinamente por Pastor Heydra cuando CAP estaba recluido en la cárcel de El Junquito.

Según el fotógrafo Carlos Hernández, residenciado hoy en Madrid, CAP había accedido a dejarse tomar una sola foto, posiblemente la única suya que existe en esa situación: “Cuando iba a tomarle la segunda, el hombre se levantó de la silla”. Fue la elegida para ilustrar la portada del magnífico libro La rebelión de los náufragos, de la periodista Mirtha Rivero, publicado en 2010.

A la postre, Pastor fue un náufrago, sin puerto. De la izquierda insurreccional, del comunismo dependiente y supletorio, de la inconclusa socialdemocracia masista, de la socialdemocracia que AD había olvidado y que jamás lo aceptó como uno de los suyos.

Fue concesionario de una emisora de radio en Margarita (La Guaiquerí 96.7 FM) que le dio CAP y se la quitó Diosdado Cabello cuando fue director general de Conatel. Dirigió en Margarita una página web informativa. Editaba un compendio noticioso llamado NotiNegro, porque también le conocían como El Negro Pastor. Quiso repetir por Nueva Esparta en la Asamblea Nacional en 2015 pero no encontró apoyo en la oposición. Entonces se lanzó como candidato por iniciativa propia, el único en el país en tratar de llegar por esa vía, y apenas obtuvo 1175 votos (0.49%) en su circunscripción.

 DONDE HABLA DE SUS ANCESTROS

-Háblame de tus padres…

-Ciertamente de eso he hablado poco. Nadie me lo había preguntado antes. Mi padre se llamaba Rafael Heydra Orozco. Fue un buen hombre, cariñoso y bondadoso. Guardo sus hermosas cartas. Era hijo de Alberto Heydra, ebanista muy fino que había llegado de la isla de Bonaire (de allí sus facciones, su tez y su pelo liso y suave). La abuela paterna se llamaba Cruz Orozco Malpica, una mezcla de catiense y valenciana. Su casa, ubicada de Ceiba a Delicias, en Altagracia, sirvió de escenario a muchas películas de época.

-Mi madre se llamaba Iris Eloisa Rojas Rojas, margariteña. Éramos cuatro hermanos. Mi padre murió en Caracas, cuando yo tenía once años y estudiaba primero de bachillerato en el liceo militar Jáuregui, en La Grita. Estuve en su sepelio. Mi nombre Pastor viene de mi abuelo Pastor Antonio Rojas Villarroel, de Los Hatos, quien fue un pionero del comercio con el delta del Amacuro y Sucre, fundó haciendas de cacao en Macareo y Macareíto, traía telas, cigarrillos y licores de contrabando en medianas cargas cuando esa actividad no se consideraba delito, llegó a ser un próspero comerciante insular. Mi abuela Eloísa Rojas de Rojas, nativa de Juangriego (calle de la Iglesia), era de origen humilde, hacía dulces con su madre Isabel y su hermana Carmen, que vendían en el mercado de La Asunción. A la muerte prematura del abuelo Pastor, la abuela Eloísa se fue a Caracas a educar a sus seis hijos. El abuelo Pastor llegó a poseer 46 casas, entre otros muchos bienes que al morir desaparecieron, incluyendo tres lanchas que se las comió el mar y cajitas de morocotas que sabe Dios adónde fueron a parar. La mitad de esas casas estaban en Caracas y la otra mitad en Margarita. De la venta de esos bienes vivieron. Los Rojas Rojas se residenciaron de Aurora a Doctor González 11-7 en la parroquia Altagracia, ubicada a dos cuadras de la Iglesia de La Pastora, hacia el norte, y del Palacio de Miraflores, al sur. La casa se convirtió en una suerte de embajada de Juangriego en Caracas.

Su vida escolar fue bastante accidentada. Cursó en tres escuelas primarias, la secundaria la hizo en cinco liceos distintos y la educación superior transcurrió en dos universidades chilenas y tres venezolanas. Todo un prolongado carrerón para graduarse finalmente de periodista en la UCV en 1981. Su inscripción en Ingeniería 15 años atrás había resultado mera obligación militante.

 LAS RUMBAS UCEVISTAS

Se tomaba muy en serio su carácter siempre jovial. “Soy un jodedor de oficio”, decía como identificación personal. Efectivamente, contra todo pronóstico y apartados los rubores políticos o ideológicos, armó dos fiestones espectaculares el día de la toma de posesión de la presidencia de la FCU de la UCV. El 19 de noviembre de 1975, el Aula Magna y la Plaza del Rectorado se desbordaron. Soledad Bravo y Gualberto Ibarreto bajo techo. El Grupo Mango y La Dimensión Latina (con Oscar D´León y Vladimir Lozano), a campo abierto.

-Una situación similar –recuerda Pastor- se había presentado en 1967 en la campaña de Juvencio Pulgar (JC) a la FCU, quien derrotó a Julio Escalona (MIR), que representaba a los sectores ultraizquierdistas que seguían propugnando la lucha armada. La JC, que estaba en vísperas de participar con el PCV en las elecciones generales de 1968 bajo la fachada legal de Unión Para Avanzar (UPA), lanzó una consigna que descalabró, con un argumento simple y demoledor, la estrategia foquista: “Entre bonche y revolución, no hay contradicción”, interpretando el sentimiento mayoritario del estudiantado”.

Lo que más sonó entonces fue el éxito mundial “Pata Pata”, con la cantante sudafricana Miriam Makeba (Sat wuguga sat ju benga sat si pata pat, narra el coro: Nos dimos la vuelta y dijimos aquí está, toca, toca). Makeba había visitado Venezuela a inicios del 67, y la fuerza de su interpretación aún se mantenía en el gusto de jóvenes y adultos.

Algo parecido también, pero con menos estruendo, a lo sucedido en las carnestolendas de febrero de 1928, en época gomecista, que aun formaba parte del romanticismo juvenil.

Más o menos así creo que fue mi amigo Pastor Heydra, un jodedor de oficio hasta el fin de sus días. Ni tan santo, ni tan malvado…

Su última producción me la entregó en abril del año pasado, como epílogo a La esperanza de una gran aurora y su arrebol, referido al ocaso del Socialismo del siglo XXI y al renacer de una nueva esperanza democrática que aún no se ha concretado. Sus últimos dos años los pasó en Valencia, España. Desde allí me enviaba saludos mañaneros por mensajería, hasta el día 21 de diciembre de 2020, en que supongo regresó a Margarita.

*Víctor Suárez, periodista venezolano. Reside en Madrid, España.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Laureano Márquez P. Feb 10, 2021 | Actualizado hace 1 mes
#UnFondoPorVenezuela

Migrantes venezolanos huyen de una Venezuela devastada por la corrupción del régimen chavista. La campaña #UnFondoPorVenezuela busca recuperar lo robado para reconstruir el país. Foto onu acnur (intervenida por N. Silva / Runrunes). 

@laureanomar

Aquellos que llegaron al poder con la promesa de librarnos de las “cúpulas podridas”, se chorearon -para decirlo a la manera criolla- cerca de 300.000 millones de dólares. Escrito con todos sus ceros sería (espero escribirlo bien) 300.000.000.000,00 de $.

¿Que de dónde saco esta cifra? Buena pregunta. Son las estimaciones de Héctor Navarro y Jorge Giordani, ambos exministros de Chávez. Sin embargo, otro exministro, Rafael Ramírez, habla de un defalco de 210.000.000.000,00 de $. (sin incluir -naturalmente- los 11.000.000.000,00 de $ que la Comisión de contraloría de la Asamblea Nacional le atribuyen a él). Es decir, que por este lado serían 221 millones de dólares. Suma y sigue.

Más allá de las propias estimaciones que ofrecen las autoridades anteriores del régimen, se ha investigado el tema en Venezuela con el Corruptómetro, una herramienta interactiva de datos verificados desarrollada por Transparencia Venezuela, la plataforma Connectas y la Alianza Rebelde Investiga (ARI) formada por Runrun.es, ElPitazo.net y TalCualDigital.com. (corruptometro.org).

El corruptómetro, como trabaja con hechos absolutamente comprobables, ofrece cifras mucho más conservadoras que los propios chavistas: entre 1999 y 2020 se identifican 236 casos, pero solo se conocen las cifras de lo choreado en 114 de ellos. Estamos hablando de 52.098.420.753,00 dólares (no hay información de céntimos).

Para brindar una mejor comprensión de esta cantidad, aunque con la inflación reinante ya uno maneja con facilidad cantidades de hasta veinte ceros, mejor descomponemos la cifra en el máximo común múltiplo educativo: con esa cantidad se podrían construir 194.000 escuelas de educación básica. Sacando la raíz cuadrada sanitaria: se habrían podido construir 593 hospitales tipo 4. Por último, elevando la cifra a la potencia eléctrica: 21 represas hidroeléctricas como la de Caruachi.

Dicho esto, surge la pregunta que hace ya tanto tiempo hizo el Dr. Luis Herrera Campins: “¿dónde están los reales?”. En distintos lugares, pero, buena parte de ellos, se encuentran en los Estados Unidos.

Surge entonces una nueva interrogante: ¿por qué una gente robolucionaria, que detesta al imperialismo que representan los norteamericanos, guarda allí los fondos producto de su rapiña?

La respuesta tiene varias facetas:

i) los que hunden la economía de un país, destruyendo sus reglas y violando el ordenamiento jurídico que le sirve de base, buscan para sus fondos sustraídos exactamente lo contrario: una economía segura, estable y con garantías de que sus bienes no sean expropiados por el capricho de un tirano;

ii) los que acaban con la seguridad personal de un país, demoliendo su sanidad pública y su sistema educativo, guardan los capitales birlados en un país en el que su familia pueda gozar de la seguridad personal, la salud y la educación que ellos han arrebatado a sus conciudadanos (por ello no llevan su dinero a Cuba, Irán o Turquía)

y iii) los constructores de dictaduras prefieren vivir con sus dineros robados en sociedades libres y democráticas, donde puedan disfrutar, a la hora de las chiquitas, de respeto a sus derechos humanos, de cárceles seguras, si fuera el caso y de posibilidades de negociar con las autoridades.

Una última pregunta que ya los lectores se estarán haciendo: ¿es posible recuperar la totalidad o parte de esos fondos? La respuesta es sí.

Afortunadamente, el hecho de que esta gente haya escogido un país serio con leyes y estado de derecho para esconder su botín, favorece de alguna manera a la colectividad venezolana. Para conseguirlo, es menester la presión ciudadana a objeto de que los dineros incautados por los EE. UU. a los corruptos venezolanos vayan a algún fondo protegido de acreedores para su rescate cuando retornemos a la democracia; y que haya una lista pública de dichos bienes para el escrutinio colectivo.

En las próximas semanas se estará haciendo una campaña #UnFondoPorVenezuela (inrav.org) para invitar a los venezolanos residentes en los Estados Unidos a contactar a los representantes legislativos de sus lugares de residencia y hacerles la petición para la creación del citado fondo, así que oído al tambor.

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#10DocumentosBolivarianos | Mensaje a la Convención de Ocaña, o la muerte anunciada de la república

Iglesia de Ocaña, donde se celebró la Convención de Ocaña. Acuarela de Carmelo Fernández (1809-1887). Imagen de wdl.org.es (intervenida por N. Silva / Runrunes)

@eliaspino

Colombia vive una crisis política desde 1826, que conduce a la reunión de una Convención Nacional en Ocaña en la cual predomina el interés de las facciones interesadas en el control del poder. Se pretende la reforma de la ley fundamental para buscar caminos de salvación en un ambiente de fricciones y acusaciones. El enfrentamiento entre diversos entendimientos de la república, pero especialmente una hostilidad  enconada entre los partidarios de Bolívar y los seguidores del general Santander, entre venezolanos y neogranadinos, impiden la posibilidad de acuerdos sobre reformas institucionales. La pugnacidad hace que el Libertador, sin votos suficientes para el control de las decisiones, no se presente ante los diputados. La posibilidad de su comparecencia  provoca reacciones de protesta. Permanece en Bucaramanga, resguardado por sus tropas, y envía con edecanes su Mensaje como jefe del estado, fechado en 29 de febrero de 1828. El contenido se analizará someramente ahora.

Es un documento de especial importancia, debido a que refleja una crisis a través de la cual se demuestra la imposibilidad de mantener una república nueva y heterogénea.

Las observaciones del presidente demuestran que se está ante una realidad sin posibilidades de mantenimiento por razones esenciales, frente a un choque de intereses y ante una fricción legal cuyos resultados debían conducir a la disolución del establecimiento. Se debe insistir en este primordial punto para desechar la manida versión que atribuye el desmantelamiento de Colombia a intereses mezquinos, a la traición de la idea magna e impoluta que tuvo su fundador, cuando en realidad las circunstancias imponían la desmembración de las sociedades que la formaban.

Las afirmaciones que escuchan a través de mensajero los diputados de Ocaña anuncian la cercanía de una disolución irremediable.

La siguiente generalización avala lo señalado:

Debo decirlo: nuestro gobierno está esencialmente mal constituido. Sin considerar que acabamos de lanzar la coyunda, nos dejamos deslumbrar por aspiraciones superiores a las que la historia de todas las edades manifiesta incompatibles con la humana naturaleza. Otras veces hemos equivocado los medios y atribuido el mal suceso a no habernos acercado bastante a la engañosa vía que nos extraviaba, desoyendo a los que pretendían seguir el orden de las cosas, y comparar entre sí las diversas partes de nuestra constitución, y toda ella, con nuestra educación, costumbres e inexperiencia para que no nos precipitáramos en un mar proceloso.

Muestra el desacoplamiento entre las aspiraciones de los líderes y las peculiaridades de las circunstancias, o entre las metas fijadas y la inexperiencia de quienes las fijaron, que ha conducido a una situación calamitosa en sentido institucional. Tal es el punto esencial del testimonio, sin aludir expresamente a los intereses partidarios. Prefiere insistir en el desacoplamiento de los poderes públicos, anomalía dentro de la cual destaca la preeminencia del congreso frente a la autoridad del Ejecutivo.

Veamos su crítica del parlamento:

Hemos hecho del legislativo sólo el cuerpo soberano, en lugar de que no debía ser más que un miembro de ese soberano; le hemos sometido el ejecutivo, y dado mucha más parte en la administración general que la que el interés legítimo permite. Por colmo de desacierto se ha puesto toda la fuerza en la voluntad y toda la flaqueza en el movimiento y la acción del cuerpo social.

El derecho de presentar proyectos de ley se ha dejado exclusivamente al legislativo, que por su naturaleza está lejos de conocer la realidad del gobierno y es puramente teórico.

El arbitrio de objetar las leyes concedido al ejecutivo, es tanto más ineficaz cuanto que se ofende la delicadeza del congreso con la contradicción. Este puede insistir victoriosamente, hasta con el voto de la quinta o con menos de la quinta parte de sus miembros; lo que no deja medio de eludir el mal.

Prohibida la libre entrada a los secretarios del despacho en nuestras cámaras, para explicar o dar cuenta de los motivos del gobierno, no queda ni este recurso que adoptar para esclarecer al legislativo en los casos de objetarse algún acuerdo.

Debe recordarse que habla ante parlamentarios, es decir, ante los controladores de una supremacía que se extralimita en su papel de freno y contrapeso propio de las repúblicas, según considera, y que puede promover disputas para estorbar la marcha de la administración. Estamos ante una preocupación evidente en torno al papel de los políticos, que coloca en primer plano cuando quiere hablar de rectificaciones para provecho de la nación; pero, en especial, sobre la necesidad de reforzar el poder que representa. 

Sobre ese punto, crucial en sus críticas, destaca lo siguiente:

El ejecutivo de Colombia no es el igual del legislativo (…) viene a ser un brazo débil del poder supremo, que no participa en la totalidad que le corresponde, porque el congreso se ingiere en sus funciones naturales sobre la administración judicial, eclesiástica y militar. El gobierno, que debería ser la fuente y el motor de la fuerza pública, tiene que buscarla fuera de sus propios recursos, y que apoyarse en otros que le debieran estar sometidos. Toca esencialmente al gobierno ser el centro y la mansión de la fuerza, sin que el origen del movimiento le corresponda. Habiéndosele privado de su propia naturaleza, sucumbe en un letargo, que se hace funesto para los ciudadanos y que arrastra consigo la ruina de las instituciones.

A nadie escapa que arrima la brasa para su sardina ante quienes la alejan del calor, pero también refiere la precariedad de una república descabezada. La guillotina parlamentaria la mutila con tajos en el cogote, señala en un discurso destinado a fortalecer la administración central, pero que también puede nacer de su posición cada vez más frágil en el palacio de gobierno.

Como su autoridad nace de sus hazañas bélicas y se sostiene en la plataforma militar, el análisis del papel del poder judicial se detiene en los excesos de los jueces cuando intervienen en asuntos castrenses.

Hemos dado por leyes posteriores a los tribunales civiles una absoluta supremacía en los juicios militares, contra toda práctica uniforme de los siglos, derogatoria de la autoridad que la constitución atribuye al Presidente y destructora de la disciplina que es el fundamento de una milicia de línea.

Agrega otras fulminaciones sobre el predominio del poder civil ante la autoridad y los hábitos militares, pero el fragmento parece suficiente para apreciar la profundidad de las críticas contra el entramado legal que conspira contra la salud de Colombia.

Hay más reparos que el lector puede conocer a través de la investigación de una fuente que no se ha revisado en forma exhaustiva, pero de las partes que se han mostrado puede afirmarse que estamos frente a un prólogo de la agonía de Colombia. Sus mismos creadores se ocupan de la liquidación, sin excluir al autor del Mensaje de Ocaña. Seguramente en sus regulaciones esté la razón del quiebre, sin que metamos en el saco de las explicaciones a factores como la perversidad de los políticos de la época, o como la traición a los ideales de un grande hombre. Entre todos levantaron un edificio condenado al derrumbe.

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Brian Fincheltub Feb 09, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Si no me meto en política…

@BrianFincheltub

Hagamos un ejercicio de memoria. Un ejercicio quizás difícil para quienes tengan poco más de veinte años, pero para quienes como yo, que pasamos (¡¡aunque sea por poco!!) de los treinta, estoy seguro de que no será tan complicado. Recordemos qué se decía antes de la llegada del chavismo al poder sobre lo que, para entonces, era considerada la última dictadura militar de Venezuela. Recordemos qué era lo que el venezolano común decía del régimen del general Marcos Pérez Jiménez.

Si rebobinamos un poco, estoy seguro de que dos frases saldrán de manera casi inmediatamente de nuestra memoria, la primera: “la gente podía dormir con la puertas abiertas”. Otra muy conocida era: “quien no se metía en política vivía muy bien”. Aquellas frases eran repetidas sin cesar cada vez que el tema Pérez Jiménez salía a relucir. Y no solo de la boca de quienes pudieron haber vivido durante aquellos años, sino de mucha gente que había nacido y crecido en democracia.

Frente a lo que sin duda se había enraizado en la cultura política y popular nacional, el sistema educativo edificado a partir de 1958 prefirió abordar nuestra historia adoptando una narrativa consensuada, alejada de lo que podía dividirnos como venezolanos. Y sin duda Pérez Jiménez, y lo que representó su régimen, era uno de esos temas que nos dividían. Fue así que el valor de lo que representaba la democracia para el país fue perdiendo cada vez su plaza frente a lo que podría calificarse como la nostalgia por el pasado, por el orden, por la llamada “mano dura”. Un pasado en el que no entraba el sistema naciente, incapaz de ofrecer orden y de responder eficientemente a la crecientes demandas ciudadanas, cada vez más visibles, pues la democracia también era eso, libertad de expresión.

Todo aquello fue caldo de cultivo para lo que hoy vivimos, para que algunos prefirieran el militar que gritaba revolución que el civil que prometía transformación pacífica.

Para la generación que llevó a Chávez al poder, el tiempo de los civiles había pasado. Y aunque los asesores del otrora candidato del MVR-200 le sugirieron abandonar el uniforme militar en campaña y vestir de flux y corbata, la gente votó por el militar radical, no el fallido ensayo de hombre moderado vestido de Giovanni Scutaro.

Si todo aquello sucedió así, fue en parte por los errores del sistema de Puntofijo, que lejos de limitarse a la corrupción y la captación de los todos los espacios de la sociedad por los partidos, le debe su desplome a su incapacidad de lograr que los venezolanos valoran la libertad antes que cualquier otra cosa.

Y es que sin libertad política no hay gran cosa que puede ir bien, al menos no por mucho tiempo.

Lo que escribo tiene mucho que ver con el estado de las cosas en nuestro país. Una inmensa mayoría de los venezolanos no está contenta con lo que sucede en nuestra nación; en ese grupo muchos se han opuesto desde el inicio a lo que el chavismo y el madurismo representan, han protestado de todas las formas posibles, pero hoy eligen el aislacionismo, como gran parte de los venezolanos.

Algunos han llegado a pensar que es posible la supervivencia en este sistema, que simplemente basta con “no meterse en política”, como si una cosa parecida fuese posible, como si la política hace mucho no estuviera metida en todo, como si ser indiferente a lo que pasa con las libertades públicas, con nuestra democracia, representa un salvoconducto. En mi opinión no lo es ni lo será. No estamos frente a una dictadura clásica, sino algo mucho peor, que tiene vocación hegemónica y totalitaria.

En regímenes como este no hay apertura real, sino repliegue táctico para arrasar con todo con más fuerza.

Y para que se emocionen con el llamado “modelo chino”, les digo que la única receta china que fue adoptada con éxito en Venezuela es el arroz frito con camarones; así que no esperen mucho tiempo para que los dogmas vuelvan a marcar la agenda del madurismo. Lamentablemente de esta política no escapa nadie, aunque haya algunos que no se quieran meter en ella…

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