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La escasez de remedios no es por bachaqueo

Tal Cual Digital
Hace 9 años

medicinas

Andrés es afortunado. No sufre de ninguna enfermedad crónica. Sin embargo, le ha tocado socorrer a dos personas que frente a él, en plena calle, han tenido episodios epilépticos. No es enfermero y ya sabe cómo dar esos primeros auxilios, aprendidos a golpe y porrazo y por pura condolencia. “La primera vez me asusté”, confiesa. Luego, “el propio chamo que tuvo el ataque me explicó cómo debe ayudarse por si acaso. Pensé que no me serviría de nada, y al mes usé las indicaciones”, dice el arquitecto de profesión. En esas conversaciones post episodio las razones son las mismas: “hermano, no consigo el medicamento”.

Según la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), el 70% del inventario de medicinas está desaparecido. Su presidente, Freddy Ceballos, denuncia que la deuda del gobierno con el sector sobrepasa los 3,5 millardos de dólares y “no liquidan ni 5% mensual” de las asignaciones de divisas.

La intermitencia en la aparición de los remedios, cuando ocurre, no es atribuible sino a los problemas de asignación de divisas. Ello afecta la importación de productos, como los anticonceptivos, pero también la producción local. “Los laboratorios venezolanos producían unos 35 tipos de medicamentos, ahora hacen 4 o 5. Aquí se hacían los antialérgicos como Loratadina o esteroides como Prednisona, pero necesitas la materia prima. Y los que llegan importados como productos terminados cubren una demanda ínfima del mercado”, afirma Ceballos.

En la Cámara Industrial Farmacéutica (Cifar) por estos días se habla incluso de “cierre técnico” de dos laboratorios nacionales, Ponde y Medifar, si no se reciben divisas en menos de dos semanas. De ellos salen medicamentos ginecológicos y la vacuna Rhogam que se coloca a una mujer embarazada cuando tiene incompatibilidad con el factor sanguíneo del feto. “En lo que va de año hemos recibido 162 millones 604 mil dólares. Si sacamos cuenta, en comparación con el año pasado, hemos recibido 30% menos”, informó Tito López, presidente del gremio cuyos afiliados aportan el 35% de medicamentos que demanda el mercado nacional.

El asunto ha buscado ser tratado en infinidad de reuniones con las autoridades. Pero la falta de respuetsas efectivas, de asignaciones de divisas, de soluciones, hace que los involucrados “ya estpan cansados” de solo sentarse en la mesa y seguir haciendo diagnósticos que no reciben respuestas por parte del Estado, dice Ceballos.

El eterno no hay

En la farmacia Cumbrera, en Baruta (Caracas), lo que más se busca es el Eutirox, junto con el Dalacin, un antibiótico, y Daflon, para la circulación. “Cuando llegan otras marcas que sirven para lo mismo, la gente se las lleva muy rápido. De hecho, se venden con límites de cantidad”. Pero son medicamentos escasos. También en ese expendio escasean otros remedios para la tensión y hasta las aspirinas, muy buscadas para tratamientos del corazón.

En la farmacia Karysma de Bello Monte, como en la Ahorro La Pastora, tampoco hay aspirinas “ni Atamel”, confirma una de las vendedoras. “Aquí no llega nada para la tensión ni para las convulsiones, ni tampoco acetaminofen”, agrega. Según su relato, es una suerte de ruleta: cuando llega antialérgico, falla el suero, por ejemplo. Tampoco aparecen anticonceptivas ni Postinor, la píldora del día después. “Cada dos días recibimos insumos desde las droguerías. Las medicinas caras sí llegan más, pero las reguladas no”.

Freddy Ceballos confirma que las fallas son muy acentuadas en materia de anticonceptivos, hipertensión arterial, sistema nervioso central, cremas para quemaduras y problemas de circulación. “Las personas muy mayores ahora tienen que recorrer varios sitios buscando medicamentos para la circulación y está ocurriendo lo nunca visto: padres y abuelos preguntando por anticonceptivos para sus hijos”.

Sigue leyendo este trabajo de Víctor Amaya en TalCual Digital.

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