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Tugomir Yépez

INFOGRAFIA. Pérez Venta y Carlos Trejo acumulan una docena de víctimas y crímenes
Los dos hombres que descuartizaron a una mujer y entregaron a las autoridades a Araminta González, formarían parte de una red de delincuencia organizada integrada por más de 6 personas. Entre sus víctimas figuran, al menos, otras siete mujeres, que fueron estafadas, robadas y extorsionadas por estos presuntos infiltrados en partidos de oposición, además de varios dirigentes políticos y estudiantiles que están detenidos o son perseguidos por supuesta vinculación con las protestas de 2014

 

LIANA HERGUETA, MARÍA GABRIELA LÓPEZ Y ARAMINTA GONZÁLEZ comparten tres historias de terror que tienen los mismos protagonistas: José Rafael Pérez Venta y Carlos Eduardo Trejo. La primera fue estafada y descuartizada, la segunda fue maltratada y robada, y la tercera fue robada y se encuentra en prisión.

Ellas no fueron las únicas víctimas de los dos hombres que militaban, supuestamente como infiltrados, en partidos políticos de oposición. Según fuentes ligadas a la investigación por el asesinato de Hergueta, estos delincuentes confesos también robaron, estafaron, extorsionaron y secuestraron, al menos a otras siete mujeres. Incluso no se descarta que hayan cometido otros homicidios.  

El abogado José Vicente Haro, defensor de González, informó que ha sido contactado por al menos siete mujeres que, al igual que su cliente, han sido víctimas de los dos que descuartizaron a Liana Hergueta, de 53 años de edad.

“Todas sus víctimas eran mujeres solteras, divorciadas o viudas. Especialmente vulnerables. Personas ingenuas o confiadas, con algún perfil de oposición. Ellos trataban de intimar con la persona para llegar a una relación o bien hacerse amigos. A esas personas luego le pedían favores o le ofrecían ayudarle ellos en algunos favores. Se ofrecían para conseguirles carros o celulares, o les ofrecían cambiar divisas en montos altos”, explicó Haro.

Algunas de estas víctimas ya concretaron sus denuncias contra estos dos hombres, y otros miembros del grupo delictivo integrado por más de seis personas. Otras mujeres no han acudido a las autoridades por temor, pues fueron amenazadas en reiteradas ocasiones por Pérez Venta y Trejo.

La mujer que se salvó de ser descuartizada por los “patriotas cooperantes”

Con base a los testimonios de algunas de estas víctimas Haro describe la forma en que operaban: “Los dos se acercaban a sus víctimas presentándose como dirigentes de partidos de oposición. Por ejemplo, Pérez Venta se identificaba como coordinador juvenil de ABP. Luego trataban de conocer a toda la familia de estas mujeres que fueron sus víctimas. Trataban de averiguar si tenían mamá, hijos o familia. Se aprendían los nombres de estos parientes y estudiaban bien el entorno de la persona. Esa información era la que posteriormente utilizaban para amenazarlas”.

En un video publicado el jueves 20 agosto en la web de Últimas Noticias, Araminta González, también explicó el modus operandi utilizado por Trejo y Pérez Venta. «Estos muchachos se hacían pasar por perseguidos políticos para obtener beneficios económicos, ganarse la confianza y luego se llevan sus pertenencias».

La intimidación a las víctimas ocurría una vez que estas eran estafadas o robadas por Trejo y Pérez Venta, cuando les advertían que acudirían ante las autoridades a denunciarlos. “Esos datos los usaban para amenazar cuando la persona descubría que era una estafa o que había sido engañada en su buena fe. Así se lucraban”, explicó Haro, quien asegura que estos hombres formaban parte de una estructura de delincuencia organizada.

Las conexiones y los afectados

 

Una red con cómplices en el exterior

El grupo delictivo, que lideran Carlos Trejo y José Pérez Venta, estaría integrado por al menos otras cuatro personas. Una de ellas sería Tugomir Yépez, otro supuesto dirigente estudiantil, que perteneció a Alianza Bravo Pueblo (ABP) y que en este momento se encuentra en Francia. También se menciona a Humberto Pérez, alias “Tiburón”, quien es mensajero de la Alcaldía Metropolitana.

“Ellos subcontrataban gente o le ofrecían comisiones a terceros a cambio de que los ayudaran a cometer delitos. Entre estas personas hay otros jóvenes y dos mujeres”, dijo una fuente policial.

Haro asegura que desde el 3 de julio de 2015 ha advertido la existencia de esta organización criminal. “Ese día los denuncié ante la Defensoría del Pueblo, y el 31 julio en la Fiscalía. Volví a hacerlo el 6 y el 10 de agosto”, dijo el abogado de Araminta González.

“Esto es lo que se puede denominar técnicamente un grupo de delincuencia organizada transnacional. Recibían financiamiento desde el exterior y decían que estaba destinado a familiares de presos políticos y para ayudar a actividades en las cuales estaban infiltrados. En ese sentido operaba Tugomir (desde Europa). Muchas personas fueron sorprendidas en su buena fe. Son personas particulares, venezolanos residenciados en el exterior, y pequeñas ONG que estaban en permanente contacto con ellos le suministraron alguna cantidad de dinero en divisas”, reveló una fuente ligada a la investigación.

Los montos en divisas que recibían oscilaban entre 100 dólares y 4.000 dólares o euros. Comercializaban el dinero en el mercado negro y así captaban a muchas de sus víctimas. Con esto mantenían un ritmo de vida holgado, también se dice que adquirían armas de fuego y drogas.

Los señalamientos contra Trejo y Pérez Venta, por robo y estafa, circulaban en las redes sociales desde 2012. También había denuncias en algunas delegaciones del Cicpc. Sin embargo, nunca fueron detenidos.

“Se mostraban como personas que trabaja para el movimiento estudiantil. Decían que eran amigos de los líderes y que habían participado en huelgas de hambre. Que eran amigos de los presos políticos y ayudaban a los familiares.  Así iban recogiendo plata y ganándose la confianza de la persona”, aseguró Haro.

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Pérez Venta y Trejo tendrían vinculación con tres funcionarios de bajo rango (una mujer y dos hombres) en dos cuerpos de seguridad. Ambos también amenazaban a sus víctimas con denunciarlas en el Sebin y acusarlas de terroristas.

José Pérez Venta militó primero en Voluntad Popular y luego en ABP, mientras que Carlos Trejo fue dirigente de Primero Justicia. En una investigación, sobre el caso de Araminta González, que realizó Runrunes durante tres meses se consiguieron algunos indicios sobre las conductas irregulares y sospechosas de ambos jóvenes. Incluso fueron señalados como infiltrados por miembros de algunas organizaciones de oposición.

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Imputados por descuartizamiento se infiltraron entre opositores 

José Rafael Pérez Venta y Carlos Eduardo Trejo, dos de los imputados por el descuartizamiento de Liana Hergueta, se habrían infiltrado en los círculos de los movimientos estudiantiles y en los partidos políticos de oposición. Muchos de los dirigentes a los que se acercaron fueron posteriormente encarcelados y perseguidos por el gobierno de Nicolás Maduro. ¿Simple coincidencia?

El mapa de relaciones de Pérez Venta y Trejo demuestra los movimientos de estos dos presuntos delincuentes que se presentaron como voluntarios, manifestantes y/o dirigentes juveniles de oposición que manifestaban contra el Gobierno.  El caso más emblemático es el de Araminta González, la técnica químico que fue detenida por el Cicpc el 24 de julio de 2014, luego de que Carlos Trejo amenazara con delatarla ante el Sebin cuando ella advirtió que habían hurtado pertenencias de su casa, como certifica el intercambio de mensajes de texto entre ambos. Desde entonces está presa en el Inof. En la misma causa de González, hay otras tres personas que también permanecen detenidas.

Se las ingeniaron para figurar en algunos momentos cruciales de los partidos de oposición. Pérez Venta aparece en una fotografía junto a Leopoldo López, justo antes de que el líder de Voluntad Popular (VP) se entregara a las autoridades en la avenida Francisco de Miranda en Caracas el 18 de febrero de 2014. También se dejó fotografiar detrás de la diputada María Corina Machado cuando se presentó en el Ministerio Público, tras su imputación el 3 de diciembre de 2014.

Pérez Venta también se acercó al ahora detenido Antonio Ledezma, alcalde metropolitano y líder de Alianza al Bravo Pueblo (ABP). El presunto infiltrado se hacía llamar director de Derechos Humanos de ese partido. Al día siguiente de la detención de Ledezma, Pérez Venta se encontraba en su oficina de la Torre EXA en El Rosal. Además, se le vio en las audiencias del juicio del líder de ABP así como también en las de Leopoldo López. Incluso se vinculó sentimentalmente con Karen Yépez, quien era abogada de la Alcaldía Metropolitana de Caracas.

Hay 2 “patriotas cooperantes” entre la mujer descuartizada y Araminta González

Dirigentes de VP recuerdan que Pérez Venta comenzó a acercarse al partido naranja en el año 2012 cuando se realizaron las primarias de las Mesa de Unidad Democrática (MUD) para las elecciones presidenciales de ese año. Llegó a relacionarse sentimentalmente con la asistente del dirigente de Voluntad Popular, Carlos Vecchio, quien salió del país luego de una orden de captura.

Los dos imputados se aproximaron al líder de la Operación Libertad y Movimiento JAVU, Lorent Saleh, quien fue acusado de promover protestas violentas en el estado Táchira, fue detenido en Colombia y expulsado, después lo detuvieron en Venezuela, y permanece preso en el Sebin.

 

La mujer que se salvó de ser descuartizada por los “patriotas cooperantes”
José Rafael Pérez Venta, uno de los detenidos por el descuartizamiento de Liana Hergueta, había sido denunciado por robo e intento de homicidio por la reportera gráfica María Gabriela López

 

@ronnarisquez

SIGUE CRECIENDO EL ABULTADO “CURRÍCULO” DELICTIVO de los dos supuestos “patriotas cooperantes” que se infiltraron en partidos de oposición, y que fueron detenidos por el asesinato de una mujer que fue descuartizada. Araminta González (presa) y Liana Aixa Hergueta (muerta) no son las únicas víctimas de la pareja delictiva integrada por José Pérez Venta y Carlos Trejo.

El 14 de junio de 2015, Pérez Venta —señalado de haber sido la persona que descuartizó a Hergueta— se encontró en Chacaíto con María Gabriela López, reportera gráfica del diario El Propio. Allí tomaron una autobús que los llevó hasta El Hatillo, donde vive la fotógrafa.

Habían acordado ver el juego de fútbol de la Copa América, entre la Vinotinto y la selección de Colombia, en el apartamento de la familia de López, aprovechado que se encontraba sola en la vivienda.

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López y Pérez Venta se conocieron en 2013, en los campamentos de Operación Libertad, pues este último participaba en las actividades del movimiento estudiantil y militaba en partidos políticos de oposición, como Voluntad Popular y Alianza Bravo Pueblo, en los que habría logrado infiltrarse, siendo en realidad un “patriota cooperante”.

“Él y yo nos habíamos conocido en las huelgas de hambre de los estudiantes. Me lo presentó Tugomir Yépez—líder de la juventud de ABP en esos días—, que era mi amigo”, explicó la joven en una conversación telefónica. Desde entonces se hicieron amigos y compartían diversas actividades.

Ese domingo 14 de junio, al finalizar el juego de fútbol, Pérez Venta recibió un mensaje en su celular. “Me dijo que era su escolta, que estaba esperándolo afuera de mi edificio y que necesitaba que le prestara el baño. Le dije que podía ir al baño de un restaurante cercano. Pero él dijo que estaba cerrado”, relató la fotógrafa.

Pérez Venta le pidió que dejara entrar al supuesto escolta y López accedió. Minutos después fue sometida por el hombre desconocido, quien la amenazó con una pistola 9 mm y la obligó a entrar al baño.

“José buscó tirrap que llevaba en el bolso y me amarraron las manos y los tobillos. Me dicen que es un secuestro y un robo, y me dejan en el baño”, contó López.

Los hombres se colocaron guantes quirúrgicos y cargaron con un celular, una computadora, cámara fotográfica y otros objetos de valor que estaban en la vivienda. Además se llevaron un vehículo Toyota Corolla de la madre de López.

Lea más sobre este caso: Hay 2 “patriotas cooperantes” entre la mujer descuartizada y Araminta González

“Antes de irse me colocaron una media en la boca y luego tirro. También me pusieron tirro de embalaje en la nariz para que me asfixiara—hace una breve pausa y el tono de su voz cambia de inmediato—. Me trataron de matar como mataron a la señora que descuartizaron”, sentenció la joven, en la entrevista realizada un día después de haber sido citada por el Cicpc para ratificar su denuncia contra Pérez Venta e identificar sus pertenencias, entre lo incautado en la vivienda del presunto “patriota cooperante”.

Explicó que logró salvarse porque comenzó a sudar por la desesperación. “El tirro que me pusieron en la nariz y la boca comenzó a perder la pega. Me moví como pude y salí del baño”. Finalmente el vigilante del edificio y algunos vecinos auxiliaron a María Gabriela López.

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Desapareció la denuncia

El 15 de junio, López acudió a la delegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas en El Llanito para colocar la denuncia. “Los que hicieron la experticia en mi casa me dijeron que era un autorobo y que iría al Inof”.

Unos días después, la fotoperiodista volvió a la dependencia policial acompañada de un familiar que conocía a un funcionario del lugar. “Cuando hablamos con el comisario del Cicpc en El Llanito (López no recuerda el nombre) nos dijo el caso no aparecía. Que no había denuncia. Cuando ya nos íbamos, nos llamaron para que regresáramos porque apareció la denuncia”, dijo la reportera gráfica.

“Presumo que el supuesto escolta que me robó tenía algún tipo de relación con gente del Cicpc. Porque no pasó nada más con mi caso, hasta que me llamaron del Cicpc de La Urdaneta el martes -11 de agosto- en la mañana. Ahí estaba Pérez Venta esposado. Me dio miedo. Me vio con cara de asesino en serie. Creo que pudo haber matado a otras personas”. contó la joven.

María Gabriela López describió a José Pérez Venta como una persona común y corriente “como para llevarlo a mi casa. Yo no esperaba que él me hiciera eso”.

La reportera gráfica recuerda haber conocido a Araminta González, unos días antes de que la técnico superior en procesos químicos fuera detenida. “Bajé a su apartamento en Guarenas. Pérez Venta me dijo que fuera para conversar y tomar un café. Cuando llegué también estaba Carlos Trejo. A él lo conocí allí”, dijo. Una hora después llegó Araminta.

“Nos presentaron. Almorzamos y nos tomamos un café. Recuerdo que comimos una pasta con salsa de tomate”, relató López.

La fotógrafa recordó que cuando conoció a José Pérez Venta, este le comentó que había trabajado en Voluntad Popular y se había salido de ahí. “Y después me dijo que estaba trabajando en Alianza Bravo Pueblo, con Richard Blanco”.

Actualmente a Pérez Venta se le relacionaba sentimentalmente con Karen Yépez, una abogada de la Alcaldía Metropolitana. Además continuaba manteniendo contacto con Tugomir Yépez, quien fue dirigente juvenil de ABP y luego de las protestas de 2014 «exilió» en Francia.    

“Tugomir me comentó que Pérez Venta era su mano de derecha cuando estaba aquí. Yo hablé con Tugomir y le conté lo que me había robado. Y sé que hasta hace unos días tenía contacto con él porque, después de que me robó, él llegó con el carro de mi mamá a su casa. Tugomir le escribió le preguntó por el carro y él le dijo que no lo tenía porque lo había mandado a un taller en Catia”, explica María Gabriela López, quien dice haber aprendido la lección, y agradece estar viva y poder contar su historia.