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Laureano Márquez P. May 05, 2016 | Actualizado hace 8 años
Sobrevivir por Laureano Márquez

Sobrevivir

 

La Real Academia nos ofrece varias acepciones del término “sobrevivir”: i) “vivir después de un determinado suceso” (es decir seguir vivo después del suceso, digamos una calamidad, una hecatombe, etc.), ii) “vivir con escasos medios o en condiciones adversas” y iii) “permanecer en el tiempo, perdurar”. A los venezolanos de este momento nos toca insistir en la supervivencia en todas las acepciones de la palabra.

Tenemos que sobrevivir al hampa, que es una de esas desgracias que no dependen de uno (me refiero no a la que uno elige, sino a la que lo elige a uno). Hay que cuidarse más: no salga de noche y de día lo menos que pueda. Aproveche que el trabajo está prohibido en Venezuela para quedarse en casa. Les diría que pongan rejas mejores, pero hierro tampoco hay. Los muchachos adolescentes que vayan a fiestas deben quedarse en las casas del convocante o no hay fiesta (mejor si no la hay). Atento siempre a si lo están siguiendo, ponga los vidrios lo más oscuros posibles, los vidrios arriba, los seguros abajo. Desempolve el celular viejo, guarde el bueno en la casa. No lo use en el carro. No agarre caminos verdes de noche.

Tenemos que sobrevivir a la calamidad alimentaria que se avecina. Todos los que saben de la materia aseguran que en pocas semanas el desabastecimiento va a ser brutal. Lo poco que se consiga, además, será muy costoso. Sea prójimo, comparta su pan (es un decir, pan no hay: su comida, se entiende) con el que no anda bien. Almacene lo que pueda, lo que la hiperinflación le permita. Si tiene familia fuera, pídales que le manden comida puerta a puerta. Haga las arepas más finitas y más grandes, para que den la sensación de abundancia (mientras tenga harina).

Hay que sobrevivir a la crisis eléctrica. Especialmente la gente del interior que es la más castigada. Cuide y proteja su nevera que es el sanctasanctórum de la casa (imagine que es la caja fuerte que contiene sus joyas preciadas). Tenga agua, porque si no hay luz se va el agua y si no hay agua se va la luz. Ahorre electricidad porque El Niño insiste en quedarse a pesar de las firmas.

Hay que sobrevivir a la crisis sanitaria. Pídale a los que aun viajan fuera que le traigan las medicinas que necesita si tiene tratamientos que no puede suspender. Sea solidario, comparta medicinas que no usa o las que quedaron de la gente que lamentablemente se nos fue. Use las redes para ayudar a los que necesitan, pero por encima de todo, trate de no enfermarse. Cuídese, deje el cigarrillo si fuma, controle la ansiedad, duerma. Haga ejercicio (pero no en la calle, recuerde la inseguridad. Suba y baje las escaleras de su edificio … solo de día).

Tenemos que sobrevivir a la debacle institucional, insistir en las leyes, en la justicia, en el ejercicio de nuestros derechos, por más inútil que parezca. Pero sobre todo, trate de que su alma sobreviva a este “suceso”. Por más que la destrucción de Venezuela sea un extraordinario negocio, no se sume a la corrupción, no sea usted uno más de los que arruinan al país (diga: “etiamsi omnes ego non”, “aunque todos lo hagan, yo no”), sea un constructor, que es la única forma de perdurar en la memoria colectiva. Recuerde que si el país que usted sueña no nace de su corazón y de su práctica cotidiana, nunca vendrá. Mantenga su conciencia transparente. Pero sobre todo sobreviva a la indignación, a la rabia que le produce lo que está contemplando. Destierre el odio, pues como dijo el inigualable Charles Chaplin en el Gran Dictador (sin alusiones personales): “ustedes tienen el amor de la humanidad en sus corazones, no odiéis. Solo aquellos que no son amados odian, los que no son amados y los inhumanos”.

La tarea de cara al futuro para las personas, las familias, las empresas y –naturalmente- el país, será la de sobrevivir. Ya lo dijo Andrés Eloy Blanco en tiempos que creíamos superados:

Viviendo estas los años más sucios de la historia pero si sobrevives, será tu tiempo el tiempo de la bondad triunfante, de la justicia erguida, donde la voz alcance la libertad del sueño…

@laureanomar

10 estrategias para sobrevivir a la hiperinflación

Bolívares90

La crisis económica asfixia. El Gobierno parece haber perdido el control de la inflación y la población lo sufre en los bolsillos. Precios que varían cada semana erosionan rápidamente el poder de compra del bolívar.

Los economistas alertan que lo que está por venir será traumático. Las estimaciones más conservadoras apuntan a una inflación que rondará 200% al cierre de año y cada vez más cobra fuerza la opinión de que la economía venezolana está en la senda de la hiperinflación.

“La circunstancia actual ha provocado enormes pérdidas patrimoniales, y para agravar más las cosas no se vislumbra un refugio claro para guarecerse de esta tormenta cuyo fin no se ve en el corto plazo”, advirtió Econométrica en un reporte enviado a sus clientes en julio.

¿Cómo prepararse ante lo que se avecina? ¿Es posible sobrevivir ante una inflación tan volátil? ¿Se puede aprovechar mejor el presupuesto familiar? Las recomendaciones de Econométrica y de Luis Vicente León, economista y presidente de Datanálisis, permiten definir algunas estrategias.

Reconocer la situación

Lo primero es reconocer la crisis. “Internalizar que la crisis es una realidad, si no internalizas la crisis la posibilidad de tomar medidas de cambio es baja. Es lo que te lleva a salir de la zona de confort”, afirma León.

Para Econométrica, un punto de partida es entender que “preservar sus activos en bolívares no será tarea sencilla» y ahí la primera certeza es que «mantener grandes sumas en el sistema bancario no ha sido, ni será en los próximos meses, una buena alternativa”.

Hacer el presupuesto familiar

Antes de “recortar” gastos, se debe hacer un presupuesto familiar. “Si no lo ves claramente no sabes cuánto estás gastando”, apunta León. Debe haber un detalle completo de cuánto se ingresa y cuánto suman los gastos. En los gastos deben incluirse aquellos que son cotidianos, los que ocurren con cierta periodicidad como el pago de los seguros, y los gastos eventuales relacionados con las salidas, el cine, etc. “Hay que involucrar en la estrategia de ahorro a toda la familia, así como se hace en las empresas cuando aplican estrategias de ahorro”, agrega León.

Definir qué recortar

El análisis del presupuesto permitirá concluir si una persona está en la categoría de los “deficitarios” o “superavitarios”. A partir de allí se decide qué gastos recortar evaluando cuán necesarios son. “Hay gastos que son los chéveres de tener pero que no son indispensables, allí la recomendación en época de crisis es eliminarlos, no es bueno gastar en eso”, recomienda León. En esa categoría entran gastos de eventos sociales, regalos que no sean estrictamente necesarios y comidas fuera del hogar, entre otros.

En «época de crisis» no deben recortarse los seguros, pero León aconseja evaluar si hay duplicidades entre las pólizas familiares y las del trabajo, y así tratar de «hacer eficiente» ese gasto.

Convertirse en un caza ofertas

Otra recomendación es estar atentos a las ofertas y acudir a los sitios con mejores precios. “Te tienes que convertir en un caza precios, un caza promoción, buscar los mejores puntos de compra porque en una economía tan distorsionada puede haber grandes diferencias de precios”, indica León. Agrega que se pueden “preservar marcas” en lo estrictamente necesario, pero en lo que no es indispensable se debe “pensar más en la utilidad y no en el estatus”.

Pequeños movimientos generan ahorros

Los recortes en los gastos menos indispensables o la compra de productos a mejores precios pueden tener un gran impacto en el presupuesto familiar en época de crisis. “Hay movimientos pequeños, pero que generan ahorros”, sostiene León.

La tarjeta de crédito no es para “tapar huecos”

El uso de la tarjeta de crédito dependerá del presupuesto familiar. Como regla general el presidente de Datanálisis aconseja usarla para las emergencias o si hay la certeza de que más adelante se tendrá el dinero para pagar los consumos, pero no como un “tapa huecos” de forma permanente. “Si sabes que tu estilo de vida cambió, que te empobreciste, que no es algo puntual y lo que intentas es mantener tu estilo con la tarjeta de crédito eso no es recomendable”, argumenta.

Adelantar compras de cosas necesarias

En economías inflacionarias una buena estrategia es adelantar la compra de cosas que una familia requiere para determinada época del año.  “Cosas que sabes que vas a necesitar estacionalmente, tienes que tratar de adelantar esas compras porque hoy serán más baratas y estarías ahorrando”. Por ejemplo, una persona que requiera del carro para su trabajo puede evaluar adelantar los gastos asociados al servicio del vehículo.

“Adquiera insumos, bienes durables y semidurables. Evalúe bien las posibilidades y tenga en cuenta que lo que hoy le puede parecer caro en unas semanas puede no serlo”, plantea Económetrica.

No es momento de tener activos improductivos

No tiene sentido tener ahorro en bolívares con una tasa de interés negativa, esto es, más baja que la inflación. “Tienen que convertir ese activo en productivo como cambiarlo a otra moneda”, opina Léon. Los cupos de viajeros o comprar divisas a través del Simadi son dos opciones, aunque cada vez están más restringidas. Sí es aconsejable adquirir deuda en bolívares para comprar activos que pueden incrementar su valor. “Siempre que esa deuda sea invertida, no para quedarte con los bolívares o rumbearte los bolívares, no son activos de placer, sino de inversión”, acota el presidente de Datanálisis.

Econométrica plantea algo similar  y sugiere mantener los “saldos bancarios únicamente por motivos de gasto corriente y de precaución”. La consultora explica que en contextos como el actual los “saldos bancarios serán licuados a medida que aumente el nivel de precios”. Ni siquiera el dinero colocado a plazos es buena opción porque “el retorno real en este tipo de colocaciones ha sido negativo por años y lo será en los próximos meses”.

Invertir en educación

Si el dinero disponible no le permite adquirir activos productivos, otra alternativa es invertir en educación. “Si tienes dinero excedente una cosa recomendable en tiempos de crisis es invertir en educación”, sostiene León. Así las personas pueden prepararse con postgrados o cursos de idiomas para ser más competitivas en el mercado laboral cuando pase la crisis.

No contraer deuda en moneda extranjera

Así como endeudarse en bolívares para adquirir activos que produzcan beneficios puede ser una buena estrategia, en circunstancias como la actual es un gran error contraer deuda en dólares o en otra moneda extranjera porque aumenta al ritmo de la devaluación del bolívar.