Los duques de Cambridge han sido padres este sábado (a las 9.34 hora peninsular) por segunda vez, cuatro años y dos días después de haber contraído matrimonio. Ha sido un bebé que se ha hecho esperar más días de los programados y que ha tenido pendiente a medio mundo del hospital St. Mary de Londres.
Kate Middleton ingresó para dar a luz a las seis de la mañana (hora peninsular). La duquesa de Cambridge llegó en un discreto coche a la clínica, la misma en la que nació su primer hijo, acompañada de su marido, Guillermo de Inglaterra. El nombre de la pequeña, siguiendo la tradición de la familia real británica, no se dará a conocer hasta dentro de unos días. La niña llevará el título de princesa de Cambridge y pasa a ocupar el cuarto lugar en la línea de sucesión al trono después del príncipe Carlos, el príncipe Guillermo y el príncipe Jorge.
La llegada del bebé fue comunicada primero a la reina Isabel y después a los abuelos. A continuación se anunció a través de Twitter e Instagram y después se dispararon 62 cañonazos desde la Torre de Londres y el 41 desde Green Park. El ala Lido de hospital St. Mary se encontraba reservada desde hace días especialmente para el acontecimiento e incluso había un equipo de médicos preparado para recibir en cualquier momento a Kate.
El príncipe Guillermo y Catalina, duquesa de Cambridge, con su hija recién nacida, posan para la prensa al salir del hospital Saint Mary, Londres, sábado 2 de mayo de 2015. La duquesa dio a luz el sábado por la mañana. (AP Foto/Kirsty Wigglesworth)
Catalina (nacida Kate Middleton) y su hija se encuentran en perfecto estado, ha precisado un comunicado de palacio tras el parto en el que la duquesa ha sido atendida por el doctor Guy Thorpe Beeston, quien ya participó en el equipo que atendió el nacimiento de su primogénito. En su primer alumbramiento, la duquesa estuvo en manos del doctor sir Marcus Setchell, hoy ya jubilado. La duquesa había ingresado en el ala Lido del hospital, adonde se trasladó en coche desde el palacio de Kensigton, la residencia londinense en la que permanecía instalada desde el pasado fin de semana. Los duques de Cambridge tienen su hogar habitual en Ammer Hall (condado de Norfolk, en el este de Inglaterra), donde Guillermo ejerce de piloto del servicio aéreo de ambulancias de la región.
La noticia del natalicio, que según los cálculos errados de la prensa se esperaba inicialmente el pasado fin de semana, ha sido recibida con especial júbilo por el grupo de monárquicos que llevan varios días acampados en los alrededores del recinto hospitalario, junto a un enjambre de periodistas y cámaras. A las exclamaciones de “¡Ha sido niña!” siguieron las inevitables especulaciones sobre el nombre que recibirá la nueva princesa, siendo Alice y Charlotte los favoritos a nivel popular, aunque en círculos reales no se descarta que los padres acaben eligiendo el de Elizabeth, en honor a la monarca y bisabuela de la niña o Diana, en recuerdo de su abuela paterna. También se barajan María e Isabel.
El nacimiento de la nueva princesa se ha producido cuando faltan sólo cinco días para las elecciones generales del 7 de mayo. Los grandes partidos han decidido suspender brevemente los principales actos de su campaña, conscientes de que quedarían desplazados de las portadas de la prensa, y todos sus líderes se han aprestado a felicitar a la familia real. Uno de los estrategas del Partido Conservador admitía días atrás y con cierto cinismo que el primer ministro, David Cameron, confía en que la noticia beneficie sus expectativas electorales “porque la gente va a sentirse especialmente optimista ante la feliz noticia” y ello redundará en su percepción sobre la marcha del país.