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Policía Nacional Contra la Corrupción

Acceso a la Justicia: El caso Azuaje es otra prueba de que las cárceles venezolanas no son espacios para rehabilitar sino patíbulos
Leoner Azuaje Urrea murió el pasado 20 de abril luego de haber sido detenido por su presunta implicación en las tramas de corrupción

 

«El Estado protegerá la vida de las personas que se encuentren privadas de su libertad» y «garantizará un sistema penitenciario que asegure la rehabilitación del interno y el respeto a sus derechos humanos». El caso de Leoner Azuaje Urrea, cuya muerte en detención se anunció el pasado 20 de abril, luego de haber sido detenido por su presunta implicación en las tramas de corrupción desarticuladas por las autoridades en las últimas semanas, revela que los mandatos previstos en los artículos 43 y 272 de la Constitución son letra muerta y que las cárceles venezolanas ya no solo son universidades para el crimen, sino que en muchas oportunidades son centros en los que está en riesgo la vida de los reclusos.

A Azuaje Urrea lo detuvieron agentes de la Policía Nacional contra la Corrupción el pasado 14 de abril y hasta ese momento ocupaba la presidencia de la estatal Cartones de Venezuela. Sin embargo, fue el día 19 cuando las autoridades anunciaron su captura y lo presentaron ante los tribunales, es decir, más allá de las 48 horas previstas en el artículo 44.1 de la carta magna .

Horas después de su imputación ante el juzgado, el fiscal general impuesto por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, anunció el fallecimiento del exfuncionario y calificó el hecho como un suicidio. Un día después, el titular del Ministerio Público (MP) aseguró que el detenido se quitó la vida usando unas sábanas para ahorcarse en la habitación donde estaba recluido y que habría dejado cartas dirigidas a sus familiares en las que informaba de su decisión y «donde a la vez asume el error cometido» (en referencia a las presuntas irregularidades que habría cometido en su gestión).

Esta versión fue puesta en duda de inmediato por los familiares de Azuaje Urrea a través de una serie de videos que difundieron por redes sociales.

«A él se lo llevaron del apartamento, de su casa, el 14 de este mes (abril). Lo dejaron detenido. Yo estuve seis días sin saber de mi hijo. Fuimos al Sebin y nos tiraron la puerta en la cara (…). Fuimos a la Fiscalía (…) y nos cerraron las puertas, nadie nos dijo nada de mi hijo».

Esta fue una denuncia de su madre, quien pidió protección para toda su familia, la cual consideró que está en «peligro».

Motivos para dudar

No es la primera vez que las autoridades sostienen que un detenido se quita la vida para evadir el proceso en su contra. El 8 de octubre de 2018 Saab dio la misma razón para explicar la muerte del entonces concejal opositor Fernando Albán, quien tres días antes fue aprehendido por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) a su vuelta de un viaje a Naciones Unidas.

Desde el primer momento, familiares y cercanos al fallecido restaron credibilidad a esta versión y denunciaron que la causa de su muerte habrían sido las torturas y malos tratos a los que fue sometido para incriminar a otros dirigentes opositores en casos como el supuesto atentado con drones contra Nicolás Maduro, ocurrido en agosto de ese mismo año.

Saab llegó a amenazar con procesar penalmente a quienes pusieran en duda la tesis oficial del suicidio, porque «estaban mintiendo». No obstante, dos años después el fiscal se desdijo y admitió que el exconcejal murió a manos de sus custodios, sin disculparse con aquellos a quienes amenazó.

Uno más y contando

Hasta 2022, once presos políticos o disidentes han perdido la vida en los calabozos de los organismos de inteligencia, una lista en la que figuran en 2019 el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo; y en 2021 el exministro de la Defensa, general en Jefe (r) Raúl Isaías Baduel; el líder indígena Salvador Franco o el expresidente de Petróleos de Venezuela, Nelson Martínez.

A Azuaje Urrea no se le puede considerar un preso político, pues su detención no se produjo en represalia por críticas a las autoridades o por su postura política. Hasta el momento de su aprehensión el hoy fallecido mantuvo un apoyo irrestricto a las posturas del Gobierno de Maduro, tal y como se constata al hacer una revisión de su cuenta de Twitter.

En consecuencia, este caso no se puede considerar como la décimo segunda muerte de un disidente, pero sí engrosa la aún mayor lista de privados de libertad a los que el Estado ha sido incapaz de garantizar el derecho más básico de todos: la vida.

Desde 2017 hasta enero de 2022, 399 reclusos habían muerto en las prisiones venezolanas por desnutrición, denunció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su informe anual correspondiente a 2022.

Por su parte, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) denunció que el año pasado 76 privados de libertad fallecieron debido al hacinamiento, las malas condiciones sanitarias y a la escasa alimentación. La tuberculosis es una enfermedad que está causando estragos en las prisiones, de acuerdo con el reporte de la agrupación.

Abultando el expediente

Lo ocurrido con Leoner Azuaje Urrea parece ir en franca violación de las obligaciones internacionales del Estado y podría acarrearle consecuencias.

En varias sentencias, algunas de ellas referidas a Venezuela (caso Retén de Catia y cárcel Vista Hermosa, la Corte Interamericana de Derechos Humanos señaló: «El Estado, como responsable de los establecimientos de detención, se encuentra en una posición especial de garante de los derechos de toda persona que se halle bajo su custodia».

Asimismo, ha indicado que las autoridades están en «la obligación especial de diseñar y aplicar una política penitenciaria» que prevenga situaciones en las que los detenidos puedan estar en peligro. Dichas políticas deben incluir la adopción de

«medidas de seguridad necesarias para la protección de los mismos, manteniendo los establecimientos carcelarios en condiciones dignas de higiene, sin hacinamiento, separar los reclusos de diferentes categorías según su razón de detención, evitar la presencia de armas en poder de los internos, proveer personal capacitado y en número suficiente para asegurar el adecuado y efectivo control, custodia y vigilancia del centro penitenciario, además de proteger la violencia, que en ausencia de control estatal, pueda ocurrir entre los reclusos y con ello ocasionar muertes».

Piden procesar por corrupción a funcionarios de la CVG
Un comunicado de la Policía Nacional contra la Corrupción, que no detalla el número o las identidades de los funcionarios para los que piden judicialización, se solicita «el encausamiento judicial de un conjunto de funcionarios y empresarios que, violando el sagrado juramento de honestidad y ética, podrían estar incursos en graves hechos de corrupción administrativa y malversación de fondos»

 

La Policía Nacional contra la Corrupción hizo este 30 de marzo una nueva solicitud al Ministerio Público (MP) de procesar judicialmente a un «conjunto de funcionarios» de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), quienes estarían «incursos en graves hechos de corrupción administrativa y malversación de fondos».

En un comunicado, difundido por VTV, el cuerpo anticorrupción informó que «como resultado de las rigurosas investigaciones y las declaraciones rendidas por la banda criminal que está siendo procesada, el día de hoy se procedió con la segunda fase del operativo especial ‘Caiga quien Caiga’ en la Corporación Venezolana de Guayana (CVG)».

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En el texto, que no detalla el número o las identidades de los funcionarios para los que piden judicialización, se solicita «el encausamiento judicial de un conjunto de funcionarios y empresarios que, violando el sagrado juramento de honestidad y ética, podrían estar incursos en graves hechos de corrupción administrativa y malversación de fondos».

El cuerpo policial aseguró que la «lucha implacable», contra la corrupción emprendida por el gobierno este mes, y que ha dejado un saldo, hasta el momento, de 25 detenidos, -14 funcionarios del Estado y 11 empresarios- «continúa dando resultados».

«No nos detendremos en el deber de enfrentar el flagelo de la corrupción y castigar de manera ejemplar a quienes incurran en estos actos criminales, sean quienes sean los responsables», finaliza el escrito.

Despliegue policial

Medios locales del estado Bolívar, entre los cuales se encuentra Correo del Caroní, reportaron un despliegue policial en las afueras de la sede de la CVG.

De acuerdo con lo reseñado por este medio, fue allanado el lugar y, durante el operativo, se impidió el ingreso o salida del personal.

«Más tarde informaron sobre el arresto de seis personas que pertenecen a la directiva de la CVG, incluido su presidente Pedro Maldonado», se lee en Correo del Caroní, que advirtió que hasta el cierre de ese nota ninguna autoridad se había pronunciado sobre estas detenciones.

Con información de EFE

Envían a Ramo Verde al fotoperiodista Jesús Medina

 

EL DIRECTOR DE FORO PENAL, GONZALO HIMIOB, informó este viernes 31 de agosto que el Tribunal 13 del Área Metropolitana de Caracas dictó privativa de libertad contra el fotoperiodista Jesús Medina tras ser imputado por cuatro delitos.

“Termina audiencia de presentación de Jesús Medina. Tribunal le dicta prisión preventiva por supuesta Legitimación de Capitales, Asociación para Delinquir, Lucro Ilegal de Actos de la Administración e Instigación al Odio”, escribió el abogado en su cuenta de Twitter.

En ese sentido, la abogada del Foro Penal, María Fernanda Torres, informó que la Tribuna 13 de Control le decretó una medida privativa de libertad en el centro penitenciario militar Ramo Verde.

Torres refirió que el procedimiento fue llevado a cabo por la Policía Nacional Contra la Corrupción.

Medina se encontraba desaparecido desde el 29 de agosto, según denunció el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa. El Sebin lo habría detenido en Plaza Venezuela cuando estaba en compañía de dos reporteros peruanos.

Una de las periodistas, Juana Avellan, relata que estaban almorzando cuando un funcionario del Sebin le apuntó con su arma y le preguntó si los conocía. Pidió a las organizaciones internacionales que lo apoyen.

 

En 2017 el reportero gráfico estuvo retenido por varias horas mientras realizaba un reportaje en la cárcel de Tocorón. Semanas después de publicar el trabajo donde mostraba la vida de los presos y las flexibilidades para ingresar armas al penal, fue secuestrado por unas 48 horas. Luego de ser dejado en libertad migró a Colombia y hace meses habría regresado a Venezuela.

Medina sería el segundo trabajador de la prensa acusado de legitimación de capitales y el tercero presentado ante tribunales del país. El primero en ser acusado de legitimación de capitales fue el director del portal digital Reporte Confidencial, Braulio Jatar, quien cumple casa por cárcel desde mayo de 2017. Y el segundo fue Carlos Julio Rojas, presentado en tribunales militares e imputado por traición a la patria. Fue liberado en agosto de 2017.

 

*Con información de Jesús Medina