El asunto es que la violencia sigue siendo la realidad en Bolívar, sea a través de la violencia delincuencial, o de la violencia estructural que se desarrolla frente las manifestaciones de la población.
Es así que según cifras del Foro Penal en el estado, a lo largo de los más de 100 días de protestas, Bolívar ha reportado 259 detenciones en las manifestaciones, y 79 de ellas se generaron en el mes de junio.
A la fecha continúan una treintena de personas privadas de libertad y otro grupo importante de estudiantes han sido impuestos de medidas cautelares, pero previo cumpliendo de la presentación ante los tribunales penales de 8 o 10 fiadores por caso y cuyos ingresos sean de 2000 unidades tributarias.
El coordinador del OVV Bolívar y director de la Escuela de Derecho de Ucab Guayana, Eligio Rodríguez, indica que «el Estado posee como única agenda la violencia, esto es, la inicia, la sostiene y la cultiva. Con ella, coloca a la población en el único escenario donde sólo el gobierno puede actuar, criminalizar y justificar sus acciones. Frente a esto todo lo que legítimamente hagan los ciudadanos es delito».
«La violencia por parte de los órganos de seguridad, mediante la represión de manifestaciones legítimas, detenciones arbitrarias, ante la irrupción y ataque en las urbanizaciones de la zona, caso Isla Dorada, Los Mangos, Residencias Villa Latina, Lomas del Caroní o Isla Dorada, son el vivo ejemplo de la conjunción de la violencia ejercida directamente por el Estado o permisivamente ejercida por la estructura delincuencial», dice Rodríguez.
Así mismo, aseguró el experto que «la justicia ha dejado de funcionar en Venezuela, el sistema de administración de justicia está a la orden del Poder Ejecutivo y, sin pruebas y sin flagrancia, las personas son detenidas, imputadas y sujetas a medidas cautelares o la privación de su libertad, siendo simplemente inocentes. Se trata del juego del miedo y la búsqueda de la genuflexión de la población por parte del poder, con lo cual la crisis es constitucional, institucional y democrática».