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Contraloría detectó irregularidades en negocios entre Venezuela e Irán
El organismo contralor encontró un cúmulo de vicios en el contrato suscrito entre Corpivensa, empresa adscrita al ministerio de Industrias, y la compañía iraní Tarasazeh Tabriz para la producción de materiales de construcción de vivienda. En tres plantas debían producirse 8.544 kits y apenas se elaboraron 180 kits, esto es, 2,1% del total. Una de las fábricas surgidas del convenio fue inaugurada dos veces por el Gobierno nacional

 

LA CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA (CGR) sostiene que la negociación entre la Corporación de Industrias Intermedias de Venezuela (Corpivensa), empresa adscrita al ministerio de Industrias, y la compañía iraní Tarasazeh Tabriz para la producción de materiales de construcción de viviendas está plagada de irregularidades.

El Informe de Gestión de la CGR describe lo ocurrido a partir de un convenio firmado entre ambas partes en 2012. “Corpivensa suscribió un contrato con la empresa de la República Islámica de Irán Tarasazeh Tabriz, que comprendía la transferencia tecnológica, planos de construcción, de cálculo estructural, planos de galpones y planos de arquitectura, adaptados a la normativa venezolana, para la puesta en marcha de 3 plantas (Tinaquillo, Los Cabimos y Leonarda Rivas) de estructuras livianas de acero galvanizado y láminas de sofito (Sistema de Construcción de Matrices Livianas de Acero Frío y Laminados “LSF”), destinadas a la manufactura de estructuras metálicas para la elaboración de viviendas”, resume el documento de la CGR.

El organismo contralor asegura que varias de esas obligaciones se quedaron en el papel, incumpliendo así los términos de la negociación. “Se observó que no existe: documento referido a la ingeniería de detalle; planos de cálculos estructurales; detalle de despiece de máquinas; catálogos y manuales de operación, instalación y mantenimiento de las máquinas en las plantas, de acuerdo con lo establecido en la cláusula contractual correspondiente”.

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Pero hay más. La CGR constató “la ausencia de actas de control perceptivo, notas de entrega y notificaciones realizadas a la contratista, en las cuales se dejara constancia de la recepción o entrega correspondiente a la totalidad de las máquinas que conforman las 3 líneas de producción LSF, de cada una de las plantas Tinaquillo y Leonarda Rivas, a pesar de que estaba contemplado en el contrato”.

Corpivensa y la empresa iraní tampoco cumplieron con “las fechas programadas para el suministro, instalación y puesta en marcha de la línea LSF en la planta Los Cabimos” y en las otras dos plantas “no se generaron actas de control preceptivo al momento de recibir los equipos, ni se definieron hitos de control para el seguimiento de la ejecución física de la instalación de las líneas de producción”.

Ese cúmulo de irregularidades impidió el cumplimiento de las metas de producción del material de construcción que luego iría a la Misión Vivienda. “Corpivensa formuló el programa de producción consolidado de kits de viviendas para las fábricas Tinaquillo, Los Cabimos y Leonarda Rivas, el cual contemplaba que al 30 de septiembre de 2013, se producirían 8.544 kits de vivienda en las 3 plantas, sin embargo, solo se habían producido 180 kits, equivalentes al 2,1% del total planificado”, asegura la CGR.

Una planta, dos inauguraciones

En septiembre de 2012 el entonces ministro de Industrias y actual ministro de Planificación, Ricardo Menéndez, destacó las bondades de la alianza comercial con Irán y prometió durante el arranque de la planta Leonarda Rivas, en Monagas, que entre las tres fábricas surgidas del convenio con Tarasazeh Tabriz se producirían 60 mil kits para la construcción de igual número de viviendas.

La información divulgada posteriormente por el ministerio de Industrias permite rastrear que las palabras de Menéndez se quedaron en promesas. Incluso, se puede constatar que el Gobierno volvió a «inaugurar» la planta Leonarda Rivas. El 29 de junio de 2014, casi dos años después de la visita de Menéndez, el ministro de Industrias, José David Cabello, expresó en su cuenta de Twitter que estaba inaugurando la planta Leonarda Rivas.

La agencia estatal de noticias AVN reprodujo el mensaje de Cabello y añadía que ese acontecimiento iba a «potenciar» la construcción de viviendas en el país.

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Las informaciones publicadas por el ministerio de Industrias también permiten verificar el bajo ritmo de producción en la planta Los Cabimos, ubicada en Cabimas, estado Zulia. Esa fábrica fue inaugurada en abril de 2013 y tenía una capacidad para producir 20 mil kits de vivienda anualmente, pero fue sólo hasta agosto de ese año cuando entregó los primeros 8 kits de vivienda, según una nota de prensa de Corpivensa difundida ese mes.

El periodista Joseph Poliszuk publicó en septiembre de 2013 un reportaje en El Universal, titulado “Se diluyen casas iraníes”, en el que demostraba los vicios que hubo en la negociación entre Corpivensa y Tarasazeh Tabriz desde el comienzo. El trabajo periodístico reveló que el acuerdo entre Corpivensa y la compañía iraní superaba los 14 millones de dólares y que, en realidad, los iraníes subcontrataron a una compañía canadiense para traer la maquinaria, pero luego la reemplazaron por otro proveedor.

¿Quién responde?

En su Informe de Gestión 2014 la CGR sólo realizó dos recomendaciones a los responsables del proyecto de las casa iraníes. La primera de ellas es que insta a las gerencias de Corpivensa encargadas del control y seguimiento de las contrataciones públicas «para que durante el desarrollo de las mismas se efectúe una idónea supervisión y oportuna fiscalización, a los fines de vigilar el estricto apego a las cláusulas contractuales y garantizar el cumplimiento de los plazos de ejecución en términos de eficacia y eficiencia, debiendo iniciar en casos de inobservancias la ejecución de las acciones legales pertinentes».

El organismo también señala que Corpivensa «deberá suscribir un contrato marco con proveedores nacionales o extranjeros, considerando lo previsto en la Ley de Contrataciones Públicas, para garantizar la entrega oportuna de materia prima para las tres líneas de producción de LSF, de forma tal de dar cumplimiento a las metas previstas en los planes o programas de producción de kits de viviendas”.