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Denuncian que PoliMiranda asesinó a su pareja por celos

Familiares de Karina del Valle Díaz Vásquez, de 42 años, denunciaron que un funcionario de la Policía de Miranda la asesinó la madrugada de este domingo tras haber decidido ponerle fin a la relación que mantenía con él desde hace dos años y tener celos de su antigua pareja. El hecho se registró en un edificio del «Complejo Juvenil Andrés Bello», construido por la Misión Vivienda, ubicado en la urbanización Maripérez, en el municipio Libertador.

El hijo mayor de la víctima, Kervin Díaz, relató que aproximadamente a las 4:00 de la mañana su hermana de 17 años –a única persona que se encontraba en la vivienda para el momento del suceso– escuchó que alguien cerró la puerta; luego de 15 minutos se despertó nuevamente, pero por el sonido del timbre.

Cuando la joven se levantó a abrir la puerta vio que era el ex novio de su mamá, Miler Monsalve. El hombre la interrogó y le dijo: ¿Dónde está Karina?, a lo que ella respondió: “Acabé de pasar por su cuarto y allí no está. Tengo información que ella había quedado en verse contigo en planta baja para abrirte el estacionamiento”. El funcionario respondió alterado: “Yo le dije que me esperara en el piso 5 (dónde se encuentra el apartamento de Karina), que cuando yo llegara la llamaba”.

 

 

El hombre se despidió de la joven y cuando habían pasado unos cinco minutos la llamó diciéndole: “Baja a planta baja. Tú madre está aquí tirada. Se lanzó del piso 5”. La menor entró en depresión y se comunicó con su hermano mayor y la anterior pareja de la víctima, quienes se encontraban en una fiesta en la otra torre del conjunto residencial.

Al llegar al sitio donde posaba Karina el hombre les aclaró que se había tirado por un hueco que hay en cerca de la estructura del ascensor. Los familiares desconocieron la versión que dio el funcionario, pues le refutaron que hace menos de tres meses un niño del piso nueve accidentalmente cayó por ese hueco y quedó en el piso ocho.

El hijo mayor de la víctima alegó: “Ese espacio es muy estrecho. Además mi madre era caderona, imposible que cayera y no quedara atrapada. Es una coartada muy mal hecha porque ella tenía hasta las cholas puestas”. Además de ello, narró que vecinos aseguraron haber escuchado una discusión entre un hombre y una mujer al tiempo en que se generó la muerte de la mujer. «Ese hombre mató a mi mamá. Es imposible que él me dijera en mi cara que no la vio ni la escuchó, si era la única persona que estaba por ahí».

Terminar una relación le costó la vida

El hijo de Karina aseguró que una amiga de confianza de su madre le confesó esta hace poco le había comentado que Miler, su pareja hasta hace un par de semanas, la estaba amenazando, pues había terminado con él tras dos años de relación por “estar cansada y ser más de lo mismo”.

Además de la venganza, Kervin informó que otra de las causas que pudo generar que Miler asesinara a su madre son celos, dado que desde hace 15 días que la antigua pareja de Karina se encontrara viviendo en su apartamento para pasar tiempo con los tres hijos que compartía con la mujer, quienes son menores de edad y están de vacaciones. Además de estos pequeños y de Kervin dejó en estado de orfandad a la joven de 17 años que fue testigo de los acontecimientos, para un total de cinco hijos.

Se conoció que Karina laboraba para el Ministerio de Alimentación y era la encargada de un comedor de niños. El funcionario acusado de su asesinato fue dejado en libertad tras realizar su declaración por falta de pruebas. El Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas se encuentra a la espera de los resultados de la autopsia para determinar su culpabilidad.

 

 

De la Andrés Bello a Altamira: Entre Truman Show, El Planeta de los Simios y Narnia

parocivico

Francisco Zambrano

@franzambranor

Paola Martínez

@mpaolams

A diferencia de la semana pasada, los vecinos de Las Palmas no se levantaron con las detonaciones de las lacrimógenas; un grupo de personas se plantó en la intersección con la avenida Andrés Bello, frente al Colegio Cervantes, tomado desde ya por el Plan República para las comicios de la Asamblea Nacional Constituyente este domingo y enarboló banderas y pancartas desde tempranas horas de este miércoles.

A pesar que los centros electorales fueron declarados zonas de seguridad con un perímetro de hasta 500 metros por la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, los manifestantes ejercieron su legítimo derecho a protestar. De los tres canales que posee la Andrés Bello para circular de lado y lado, dejaron uno abierto. Funcionarios de Policaracas custodiaban la escena que estuvo marcada por la represión hace siete días. A las 10:15 am llegaron efectivos motorizados de la PNB, pero luego que vecinos mediaran se colocaron a un costado de la carretera. No sucedió incidente alguno, pero se respiraba una tensa calma. Otros agentes bajaban y subían hasta la iglesia La Chiquinquirá, donde un contingente tocaba cacerolas y gritaba consignas. Un policía se comunicaba con otro por radio informado que el tránsito fluía.

«Me estoy sumando al paro cívico, los venezolanos tenemos que expresar que no queremos esta Constituyente cubana, el pueblo está pasando mucho trabajo y esta Constituyente no va a ser la solución», dijo Jenny Caraballo, vecina de la urbanización Las Palmas.

«Vamos a permanecer aquí todo el día, por supuesto no es que vamos a dormir acá, pero queremos respetar el paro de 48 horas», agregó.

Las barricadas y la gente protestando en la calle se iba esfumando a medida que el centro de Caracas se hacía más próximo, los comercios en la Andrés Bello a la altura de Maripérez y Colegio de Ingenieros funcionaban casi con normalidad. El mercado de Guaicapuro no tenía la afluencia de costumbre, pero el grueso de sus tiendas funcionaba. «No vinieron todos los empleados, pero hay que abrir así me toque a mi solo, de lo contrario me multan», dijo el propietario de un establecimiento que no quiso revelar su nombre.

Cruzando el río Guaire parece que se pasaba de «Las Crónicas de Narnia» al «Planeta de los Simios: Confrontación», en las avenidas Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel de Colinas de Bello Monte ningún comercio estaba operativo. Las santamarías abajo y las barricadas improvisadas con muebles y viejos electrodomésticos eran el común denominador.

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«Estamos aquí desde las ocho», dijo un miembro de La Resistencia luego de preguntar a qué medio pertenecíamos. «Vamos a estar hasta mañana y hasta cuando sea necesario, la Guardia para acá no se mete, lo máximo que han llegado es hasta la principal y eso cuando intentamos ir hacia la autopista», añadió.

La avenida que desemboca en la Río de Janeiro estaba repleta de «guarimbas» y lo único que funcionaba con escasa normalidad era el Supermercado Central Madeirense, de resto parecía una escena de Camboya en los setenta.

Atravesando otra vez El Guaire se retornaba a «El león, la bruja y el armario»; en Sabana Grande un volumen de personas menos grande que el normal caminaba bajo un intenso sol, las tiendas estaban abierta con música incluso, sin embargo nadie salía con una compra, la PNB exhibiendo su nuevo y camuflajeado uniforme se paseaba en moto, atenta ante cualquier amenaza de tranca, en la frontera con Chacaito no estaba el contingente de efectivos que suele custodiar ese perímetro. Parecía un día normal, pero con poca gente y uno que otro comercio cerrado.

«Estos ya llevan dos strikes, al tercero los poncho», soltó un funcionario gubernamental, suponemos del Seniat, mientras ingresaba a una panadería que tenía solo un tímido acceso hacia su interior y no contaba con el personal habitual. Adentro los responsables alegaban que la mayoría de los empleados no había podido llegar por culpa del paro.

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El centro comercial El Recreo operaba a media máquina, algunas tiendas cerradas, otras abiertas, pero con la misma constante de Sabana Grande, adentro solo estaban sus trabajadores y probablemente no el total de ellos. Poca gente transitaba por los pasillos, veían vidrieras y continuaban el camino, el grueso atestaba las agencias bancarias.

«Aquí hay más vigilantes que gente», alcanzó a decir una señora a la par que preguntaba por el precio de un smartphone y salía despavorida.

Acercándose al este, el paro se sentía con más fuerza con cada calle recorrida. Los cordones cerraban el paso a los vehículos en tres de cuatro esquinas. Las pocas calles abiertas se encontraban libres, pues no había tránsito en la zona excepto por unos cuantos motorizados, y los transeúntes observaban con curiosidad a los manifestantes que guardaban las trancas

Cerca de Chacaito, pocos comercios estaban activos y con sus puertas abiertas, especialmente establecimientos de comida, aunque ninguno tenía más de un par de clientes.

Paro 26 Jul Av. Francisco de Miranda

De allí en adelante, la densidad de las barricadas comenzaba a aumentar. Pocos de los locales comerciales de la Avenida Francisco de Miranda decidieron no acatar el llamado a paro de 48 horas, excepto ciertos bancos que decidieron trabajar. Muchas de las personas que caminaban por las aceras se dirigían a un cajero automático en la frustrante misión de retirar dinero en efectivo. A las afueras de cada sede bancaria había más de 10 personas en espera por lo mismo.

La presencia del grupo de La Resistencia se hacía notar en Chacao, especialmente en la calle Elice, donde el grupo de jóvenes se apostó con escudos y pinturas alegóricas a la lucha que hoy cumple 117 días de haber iniciado. Un grupo de personas los observaba desde la línea de espera para retirar efectivo en el Banco de Venezuela ubicado en la misma calle. Los manifestantes explicaron que estaban allí desde las seis de la mañana, y permanecerían trancando la calle por el resto del paro.

Paro 26 Jul Distribuidor Altamira

A comparación del Paro Cívico Activo del 20 de julio, este miércoles no contaba con gran número de calles trancadas. Mientras que el paso estaba obstaculizado en las avenidas y calles principales, las calles secundarias estaban parcialmente cerradas. Sin embargo, en algunos lugares –como el acceso del Distribuidor Altamira a la avenida– estaban trancados a más no poder, impidiendo el paso de cualquier peatón que quisiera cruzar. Los vecinos del sector se sirvieron de alambres, cintas de seguridad, escombros, ramas, basura y láminas de aluminio para crear la barricada, que llamó la atención de un pelotón motorizado de la GNB que observaba desde lejos.

 «Ellos estaban aquí cerca esperando a ver que hacíamos para tirarnos bombas, pero vieron que estábamos tranquilos y se fueron», dijo una de las señoras que participaba en el paro.

Kilómetros hacia arriba, tanto Altamira como Los Palos Grandes y La Castellana parecían una ciudad del viejo oeste, con calles desoladas y sin vehículos y el mismo panorama del este repitiéndose a pocos metros con cordones entre los postes y semáforos, adornados con carteles que anunciaban «Paro Cívico» y «No más dictadura». Algunos manifestantes llevaron sillas al medio de la calle, donde decidieron sentarse a conversar y jugar cartas mientras cumplían con el paro que continuará este jueves 27.

Paro 26 Jul

Bello Campo fue la zona más afectada en la jornada de este 26, sufriendo la represión que vivían los manifestantes hace semanas en Altamira. Cuerpos de seguridad hirieron de gravedad a cuatro personas con armas de fuego, entre ellos un reportero gráfico de la agencia francesa de noticias AFP. De acuerdo a las declaraciones del diputado a la Asamblea Nacional, José Manuel Olivares, uno de ellos fue operado en quirófano por una herida toraco-abdominal y se encuentra estable. La represión aún se mantenía a las siete de la noche.