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Kluivert Roa

DDHH olvidados | Han pasado 8 años, pero no ha pasado nada porque no se ha hecho justicia
Kluivert Roa de 14 años fue asesinado el 24 de febrero de 2015 durante unas protestas antigubernamentales en el estado Táchira
Para Erick Roa y la familia de Kluivert la ley divina se encargará de hacer justicia
Por el caso, Javier Mora, perteneciente a la Policía Nacional Bolivariana se declaró culpable del asesinato y fue sentenciado a 18 años de prisión. Sin embargo, el padre del adolescente cree que está en libertad 

 

@yeannalyfermin

 

La mañana del 24 de febrero del año 2015 toda Venezuela conoció el verdadero rostro de la represión, esa misma que no solo era capaz de lanzar bombas lacrimógenas y perdigones a estudiantes indefensos que exigían un cambio político, sino también de asesinar a sangre fría sin distinguir género o edad. Justicia

Eran las 10 de la mañana cuando el adolescente de 14 años Kluivert Roa salía del liceo Agustín Codazzi, ubicado a pocos metros de la Universidad Católica del Táchira (Ucat). Allí se consiguió con una multitud de gente que corría de un lado a otro para resguardarse de la represión de los cuerpos de seguridad.

Al son de detonaciones y el picoso humo que desprenden las bombas lacrimógenas Kluivert, nervioso y asustado por lo que ocurría en la calle entre la carrera 15 con calle 12 y 13 del Barrio Obrero de San Cristóbal, decidió atravesar el tumulto para llegar a su casa. 

Según cuenta Erick Roa, padre de Kluivert, el joven salió del liceo se consiguió con la protesta y se quedó en una esquina observando lo que pasaba. Cuando vio que todos echaron a correr él también lo hizo junto a otros estudiantes. 

Luego de haber corrido varios metros, Kluivert pudo entrar a una casa para resguardarse del ataque policial, pero vio que afuera había quedado una muchacha que estaba herida por perdigones y decidió salir para prestarle primeros auxilios. El adolescente formaba parte de los Scouts del estado Táchira. 

El joven logró levantar a la muchacha y corrieron nuevamente hacia la casa donde se había resguardado al principio, pero esta vez no logró entrar y siguió corriendo. Fue cuando cuatro policías a bordo de dos motos lo acorralaron; uno de ellos le disparó en la cabeza y le provocó la muerte instantánea.  

Tres días antes del asesinato de Kluivert Roa, Nicolás Maduro y Vladimir Padrino López aprobaron la resolución 0086-10 la cual establecía en el artículo 22, numeral 7, que ante una situación de “riesgo mortal”, el funcionario “aplicará el método del uso de la fuerza potencialmente mortal”.

El padre de Kluivert detalló que cuando los policías se percataron que lo habían asesinado querían llevárselo para desaparecer las evidencias, pero la multitud se lo impidió.

“Cuando llegaron los primeros auxilios ya no había nada que hacer. A mi hijo le dispararon a quemarropa, a menos de un metro de distancia, le volaron la masa encefálica con perdigones de plomo. Esa fue la causa de su muerte”, agregó Erick Roa. 

 

No se ha hecho justicia

“Se me salió un disparo y sucedió lo que sucedió”, dijo el funcionario de la PNB Javier Mora Ortiz en la audiencia de presentación. Ya en la audiencia preliminar no se defendió sino que admitió los hechos, debido a que las pruebas en su contra eran contundentes. 

Los fiscales 79° nacional y 16° del Táchira, ratificaron la acusación contra el funcionario por incurrir en los delitos de homicidio intencional calificado por motivos fútiles e innobles, uso indebido de arma orgánica y quebrantamientos de pactos y convenios internacionales suscritos por la República, por lo que fue condenado a 18 años y siete meses de prisión. 

El padre de Kluivert relató que antes de la llegada de la pandemia el caso estaba muy activo, pues estaba enfocado en reactivar las visitas a la fiscalía y tribunales para introducir de nuevo las querellas en contra de los otros 11 policías implicados en el caso, pero no se logró nada.

Erick Roa señaló que “aparentemente” por el asesinato de su hijo había un hombre preso. 

“Digo aparentemente porque ellos se cobran y se dan el vuelto. Hace año y medio atrás yo estaba informado por un abogado, que es familia del director de la cárcel de Coro y era quien me decía si seguía preso o no, pero por ahí me dijeron que estaba en libertad, que lo habían soltado pese a tener una condena de 18 años. El runrún que hay es que está en total libertad”, dijo. 

Para Roa, en estos ocho años que han pasado luego del asesinato de Kluivert, no ha pasado nada porque no se ha hecho justicia. 

8 años sin Kluivert

Erick Roa recuerda con un nudo en la garganta que Kluivert era un niño al que le gustaba mucho jugar fútbol, compartir con su hermano y sus amigos.

Afirma que cada año va al sitio donde lo mataron y participa en las actividades que hacen los estudiantes de la Universidad del Táchira. 

“Realmente, para nosotros ha sido muy, pero muy fuerte y para la mamá de Kluivert más, porque él vivía con ella”, dijo. 

El padre de Kluivert detalló que tiene un poder firmado por la mamá del adolescente para encargarse de todo lo relacionado con el caso. “Esa mujer no tiene vida, sufre de los nervios y vive en un mar de lágrimas. Si yo que soy el padre me pongo en sus pantalones y es muy duro, para ella como madre debe ser peor, es un dolor muy profundo”. 

Para Erick Roa y la familia de Kluivert la ley divina se encargará de hacer justicia. 

Yo tengo fe de que por el caso de mi hijo se va a hacer justicia. En algún momento los que tienen que pagar pagarán y si no pagan con cárcel pagarán con cualquier cosa, pero la ley divina se va a encargar de eso”, finalizó. 

 

 

*Con el apoyo de Justicia Encuentro y Perdón

¿Cómo es posible que ustedes hayan matado a un carajito? por Andreina Flores

 DanielTáchira

 

@andreina

Periodista Internacional

Daniel está indignado.  Está harto, arrecho, triste, conmocionado.

No mide las consecuencias  y  se quita la  camisa. Con sus manos, toma unos trazos de sangre de Kluivert Roa –  esa que quedó en plena calle – y se la unta en el pecho.  Se dirige al piquete de la Policía Nacional Bolivariana y hace la pregunta que 30 millones de venezolanos nos hacemos hoy: “¿Cómo es posible que ustedes hayan matado a un carajito de 14 años?”

Daniel inunda las redes sociales con esa imagen. Muchos se confunden y creen que es el hermano de Kluivert. No es su hermano genético, pero Daniel lo llama “mi hermano venezolano”.

Creo que el día 24 de febrero, todos nos convertimos en familia de Kluivert. En su mamá, su papá, su hermano o su compañero scout. Pero Daniel nos lleva ventaja: estuvo ahí cuando Kluivert fue asesinado. Y no tiene miedo de contar lo que vio.

Esta es nuestra conversación, en la noche del mismo 24 de febrero de 2015:

Daniel: “Desde las horas de la mañana, se había presentado una manifestación, como ya es habitual. Esta vez, la Universidad Católica del Táchira salió a las calles a protestar, por lo que normalmente se está protestando hoy en día: la escasez y tantas otras cosas.

En esos momentos, hay una arremetida por parte de la Policía Nacional Bolivariana.  Y Kluivert estaba saliendo de su liceo –  el Agustín Codazzi,  ubicado a unas cuantas calles de la Universidad Católica – y se dirigía a su casa.  Él no estaba metido en la protesta, solamente estaba transitando esa zona porque era su camino habitual hacia la casa.

Cuando viene la arremetida, Kluivert no sabe qué hacer y se esconde debajo de un auto. En ese momento, es detectado por un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana, que lo saca de debajo del auto donde se había escondido, le proporciona un golpe en la cabeza y, posteriormente, lo fulmina con un disparo.
El chico quedó muerto al instante y la Policía Nacional Bolivariana se dio a la fuga de inmediato, al haberse dado el disparo.”

Andreina:   Sólo para precisar, confirmar y reconfirmar: ¿Tú viste cuando el funcionario de la Policía Nacional Bolivariana le disparó en la cabeza a Kluivert Roa de 14 años?

Daniel:  “Sí, señora. Lo confirmo.”

Andreina:  ¿Lo viste tú con tus propios ojos? No me lo estás inventando. Nadie te lo contó…

 Daniel: “No, nadie lo está inventando. Nadie me lo contó. Ahí estaba yo presente. Igualmente, están todos los videos y están también los compañeros de la Universidad Católica del Táchira que pueden reafirmar la información que te estoy dando.”

Andreina: Justamente hoy tuvimos oportunidad de escuchar las declaraciones de Ramón Cabeza, quien es el Jefe de Seguridad Ciudadana de la Gobernación del Estado Táchira. Y él, de alguna manera, sugería que el joven Kluivert Roa se había refugiado debajo de un carro y había sido alcanzado por una bala al azar. ¿Cómo se pueden evaluar estas dos versiones tan diferentes… la tuya y la de él?

Daniel:  “Para el Estado, siempre va a haber una razón donde nadie es culpable. Siempre va a haber una razón que lo justifique, una razón en la que ellos se laven las manos.

Yo no creo que un disparo al azar pueda llegar a la cabeza, a quemarropa, que sea capaz de atravesar la cabeza del muchacho y que los sesos hayan quedados regados en la calle. A mí no me parece un disparo al azar.”

Andreína:  ¿Qué sucedió después? ¿Qué hizo el funcionario que disparó? ¿Hubo un intento de linchamiento? ¿Qué sucedió después?

Daniel:  “Inmediatamente después de haber proporcionado el disparo, el policía se dio a la fuga, salió corriendo por la calle más cercana hacia la residencia del gobernador.

En ese momento, una gran cantidad de personas nos fuimos detrás de él.  El funcionario se montó en una de las motos  de un compañero mientras otro policía, tratando de dispersar toda la manifestación,  utilizó una bomba lacrimógena de mano. Y posteriormente, el policía que dio el disparo fue llevado a la residencia del gobernador del Estado.

En ese momento, yo tomo la decisión de quitarme la capucha, dejar las piedras a un lado y voy directamente a la residencia del gobernador, donde estaba un piquete de la Policía Nacional Bolivariana.

Voy con sangre de Roa en mis manos y en mi pecho, que agarré del sitio donde él quedó.  Y me arrodillo ante ellos. No ante ellos… ante Venezuela, exigiendo que salga alguien a hablar, a dialogar para parar esta situación.”

Andreína:  ¿Qué les dijiste a los funcionarios?

Daniel:  “Mira, yo… en una primera instancia, les expresé todo mi dolor, toda mi indignación, toda mi vergüenza, recordándoles que era un chico de 14 años, era un adolescente que tenía mucho por vivir. Que puede ser su hijo, su primo, su hermano.

Eso causó que muchos de los funcionarios soltaran algunas lágrimas. Al fin y al cabo, todos somos humanos…

Les exigí que enviaran a alguien para dialogar y para saber qué se iba a hacer porque la muerte de ese muchacho no podía quedar impune. Y sí, tres horas después , salió un representante de la gobernación del Táchira a dialogar con nosotros.”

Andreína:  ¿Tú crees que la muerte de este muchacho de 14 años, pueda ser un detonante de un estallido social en Venezuela?

 Daniel:  “Hoy, 24 de febrero, cambió la historia. Porque hoy no se asesinó a un estudiante más, hoy no se asesinó a un delincuente más. Hoy se asesinó a un chico de 14 años, un niño que tenía un millón de sueños por delante. Yo creo que hoy sí puede ser un detonante para que se dé un estallido social. Lamentablemente, Venezuela debe prepararse para un estallido social que muy pronto va a venir.”

Andreína: ¿Cuál es tu mensaje para el presidente Nicolás Maduro?

Daniel:  “Que renuncie. Para nadie es un secreto que el cargo le quedó grande. Que no se ha visto ninguna mejora y que día a día, la situación en Venezuela decae mucho.

Para mí, vale más una persona que sea capaz de asumir sus errores y que diga “Pongo mi cargo a la orden”. Vale mucho más eso que seguir dañando a un país con mentiras, con tantas vulgaridades y con argumentos que no tienen base. Mi mensaje es: Señor Nicolás  Maduro, renuncie, por favor.”

Corresponsal de Táchira se quiebra al aire: Uno no termina de salir del horror

ultimoadios

La corresponsal de Unión Radio en el estado Táchira, Eleonora Delgado detalló en el programa radial de César Miguel Rondón, cómo había sido el sepelio del joven asesinado el pasado martes. La periodista se quebró en llanto cuando César Miguel le preguntó su opinión con respecto a las declaraciones Diosdado Cabello por este hecho, y dijo: «Aquí la gente no termina de salir de la sorpresa y del horror de la muerte de este joven».

Escuche la entrevista completa (minuto 8) a Eleonora delgado aquí:

Lea el reportaje de Eleonora Delgado para El Nacional

“El niño le suplicó que no lo matara”

 

Por Eleonora Delgado

«Nos atacaron a todos”, afirmó Glenda Lugo, habitante de la calle donde fue asesinado el liceísta Kluivert Roa , de 14 años de edad, el martes en San Cristóbal por el oficial de la PNB Javier Mora Ortiz. La frase resume el sentimiento de vulnerabilidad de quienes presenciaron el crimen y que se extendió por todo el país.

La mujer relató detalles de lo ocurrido en la carrera 15 de Barrio Obrero: “¿Cómo es posible que un niño venga corriendo y este policía se baje de la moto, le apunte y el niño le suplique que por favor no lo mate y este desgraciado le dispare? Después se arrodilló y le pidió perdón. Y todavía tenía la concha de llevárselo. Aquí están los golpes, miren mis brazos como están, golpeados por ese policía porque no quería que yo agarrara al niño porque ellos se lo querían llevar a rastras en la moto, y yo misma les dije: ‘Después de que lo mataron como a un perro ¿qué van a hacer… tirarlo como un perro?’. Lo que hicieron fue destapar bombas lacrimógenas y tirárnoslas para dispersarnos”, contó Lugo.

La carrera 15 de Barrio Obrero, donde murió Roa, está apenas a dos cuadras de la Residencia Oficial de Gobernadores y a igual distancia del Colegio Agustín Codazzi, donde estudiaba la víctima. Ayer fue cerrada por estudiantes y vecinos que dibujaron siluetas en el lugar donde cayó el muchacho, y levantaron un altar en su honor, donde fueron colocados los zapatos que usaba cuando fue atacado. El rastro de sangre aún estaba fresco. En las paredes de las casas colocaron banderas de Venezuela.

Aunque había expectativa de que el féretro del muchacho fuese llevado al lugar donde murió, los padres decidieron trasladarlo directamente al cementerio. No hubo velorio porque la familia no es católica. Al paso de la caravana fúnebre, las personas que estaban en las calles daban la bendición y otros se persignaban.

Un joven con sueños. Erickson Roa contó que su hermano menor medía 1,83 metros, lo que lo favorecía para jugar baloncesto. Lo veía a él como ejemplo: “En una oportunidad habló conmigo y me dijo que quería ser como yo. He luchado para seguir adelante. Él quería estudiar Educación Física. Me decía que quería tener trofeos como los míos de fútbol, pero él los quería en baloncesto”, recordó Erickson, que está por graduarse en el núcleo Gervasio Rubio de la UPEL.

Reconoce que su hermano tenía facilidad para hacer amigos, “como todo niño de su edad”.

Erick Roa, padre de la víctima, hizo un llamado a las personas que están en la calle manifestando para que no se expongan a la violencia.

 

“Disparar perdigones de goma al rostro es fatal”
El oficial Javier Mora Ortiz, de 23 años de edad, fue imputado ayer por los delitos de homicidio intencional calificado por motivos fútiles e innobles con agravante,  previsto en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, y uso indebido de arma, informó la fiscal general Luisa Ortega Díaz.

La audiencia de presentación del funcionario se efectuó en el Tribunal 4° de Control, instancia que a solicitud del Ministerio Público acordó la privativa de libertad contra Mora Ortiz, que permanecerá detenido en el Centro Penitenciario de Occidente.

El defensor del pueblo, Tarek William Saab, afirmó que de acuerdo con las experticias del Ministerio Público el disparo que recibió el liceísta fue efectuado con una escopeta de perdigones de plástico “que no debe ser usada en manifestaciones públicas ni tampoco en el rostro, porque el resultado es fatal”.

Erick Roa, padre del joven asesinado, dijo que el acta de defunción señala que la muerte fue causada por arma de fuego, sin especificar cuál.

El reporte del Eje de Homicidios del Cicpc Táchira indica que la “evidencia incautada” a Mora Ortiz fue una escopeta, marca Remington, modelo 870, serial V539405V, calibre 12, con 2 cartuchos con perdigones de goma. Tenía inscripción de la Policía Metropolitana.

Fuentes de la Policía Nacional Bolivariana explicaron que ese cuerpo heredó las escopetas calibre 12 de la PM, que son utilizadas para controlar las alteraciones del orden público. A esas les introducen cartuchos plásticos contentivos de partículas de polietileno. Se desconoce si actualmente en vez de polietileno a los cartuchos les introducen partículas de plomo. Desde el año pasado se ha reportado el uso de metras como municiones para estas escopetas, que han causado heridas de gravedad a manifestantes.

Geraldine Moreno murió a consecuencia de múltiples heridas de perdigón en la cara, disparados a corta distancia. Según testigos, a Kluivert Roa le dispararon a quemarropa.

 

Contradicciones
* Ramón Cabeza, jefe de Seguridad Ciudadana del Ejecutivo regional, aseguró que el oficial de la PNB Javier Mora Ortiz recurrió a su arma en defensa: “Un estudiante resultó fallecido luego de una confrontación violenta de un grupo de estudiantes contra unos policías nacionales y uno de estos funcionarios, en defensa de la integridad del resto de esa comisión, tuvo que responder con su arma de fuego disparando contra el piso”. Sin embargo, la minuta del Eje de Homicidios del Cicpc de Táchira señala que el oficial “en efecto persiguió a pie al hoy occiso… y le efectuó un disparo con municiones de goma”. Además, testigos aseguran que el funcionario sacó al joven de debajo de un carro donde se ocultó para resguardarse y le disparó a quemarropa sobre la nuca.

* El reporte policial del Cicpc también indica que el estudiante fue “auxiliado por sus compañeros y efectivos policiales”. Sin embargo, un video grabado por un testigo muestra que fueron otros jóvenes los que intentaron ayudar al liceísta, y minutos más tarde se observa a rescatistas que llegaron al lugar y lo trasladaron al Hospital Central. Las imágenes también muestran a agentes de la PNB lanzando bombas lacrimógenas contra las personas que se encontraban en la calle donde ocurrió el crimen mientras el joven estaba tendido en el pavimento.

Unasur lamenta la muerte de estudiante en Táchira

EnestoSamper

 

La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) lamentó hoy la muerte del joven Kluivert Roa, ocurrida durante una manifestación en la occidental ciudad venezolana de San Cristóbal, en el estado de Táchira, durante una manifestación.

«La Secretaría General de la Unión de Naciones Suramericanas lamenta la muerte del estudiante venezolano, Kluibert Roa, y reitera la disposición de UNASUR para encontrar salidas democráticas y pacíficas a la situación de tensión que vive el hermano país», señaló el organismo suramericano en un breve comunicado.

Un policía fue detenido por su presunta responsabilidad en la muerte del joven, ocurrida tras resultar herido en la región occidental.

El secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, anunció el viernes pasado que los cancilleres del organismo celebrarán una reunión extraordinaria, en una fecha por determinar, para analizar la situación de Venezuela tras la detención, el jueves, del alcalde opositor de Caracas, Antonio Ledezma.

También se anunció que esta semana viajarán a Caracas los ministros de Exteriores de Brasil, Colombia y Ecuador para reunirse con diversos actores políticos locales.

Según Samper, la visita de los cancilleres también podría «ayudar a concitar un acuerdo nacional sobre el manejo de temas como el ajuste social de la economía, que parece ser inevitable».

A partir de esa visita «se convocará a una reunión extraordinaria de cancilleres para estudiar las posibles salidas y buscar espacios de comunicación», dijo el también expresidente colombiano.