Las razones que exponen las transnacionales para retirarse de Venezuela, según Conindustria, son la profunda escasez de materia prima, la falta de acceso a divisas, las leyes y normativas que han obstaculizado la actividad económica y los precios “absurdamente” controlados, que generó fuertes pérdidas en sus operaciones.
Las ocho multinacionales que cesaron operaciones desde 2013 son: Compañía de Bebidas de las Américas, fabricante de la cerveza Brahma; Wonder de Venezuela, confección de hilos para la industria textil; Clorox, fabricante de productos de limpieza; Kimberly Clark, productora de artículos de higiene personal; General Mills, que vendió Diablitos Underwood a la firma inversionista internacional Lengfeld Inc.; Bridgestone Firestone, fabricante de neumáticos que vendió el negocio a la corporación Grupo Corimon; General Motors, fabricante de automóviles; y recientemente Alimentos Kellogg’s.
Una vez que finalizaron operaciones, tres de esas industrias fueron tomadas por el gobierno y confiscados sus activos. Kimberly Clark, ahora Casique Maracay, “prácticamente está paralizada”, dijo Carlos Larrázabal, presidente de Fedecámaras. Cloros produce para abastecer el mercado, afirmaron trabajadores.
La planta de Kellogg’s pasó a manos del gobierno el martes pasado, y la compañía aseguró que “no se hace responsable por el uso que se haga de sus instalaciones y equipos, de la seguridad de los operarios, de las comunidades vecinas, tampoco de la calidad de los productos que allí se lleguen elaborar”.
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