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Froilan Barrios Nieves

Se acabó el tiempo del “dibujo libre” en la oposición
Quedando solo 3 tarjetas sobrevivientes: MUD, UNT y Fuerza Vecinal… ¿estarán dispuestas estas formaciones políticas a asumir el candidato que decida la coalición liderada por MCM?

 

@froilanbarriosf

Cuando vemos el contexto de lo que sucede en estos borrascosos días electorales en Venezuela, se nos viene al escenario procesos muy parecidos con las recientes elecciones en Rusia y en 2021 en Nicaragua. En el primer caso, las autoridades rusas, bajo órdenes del dictador Putin, descalificaron a Boris Nadezhdin, el pacifista opositor a la guerra contra Ucrania; y a Yekaterina Duntsova, siendo la fútil excusa de insuficientes firmas de respaldo para rechazar sus candidaturas.

En el caso de Nicaragua, con las elecciones presidenciales de 2021, el tirano despachó, en las primeras de cambio, a los ausentes de la cita electoral: Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Féliz Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaurre, quienes guardan prisión acusados de «traición a la patria» y otros cargos imputados por la justicia nicaragüense, controlada por Ortega.

En ambos casos, tanto en Rusia como en Nicaragua, los tiranos solo aceptaron a “rivales” cómplices de sus políticas. Como sucedió en Rusia, Putin se enfrentó al nacionalista Leonid Slutski, al comunista Nikolai Kharitonov y al empresario Vladislav Davankov, tres candidatos que apoyan indirectamente al amo del Kremlin, quien tiene asegurado otro mandato de seis años. Esto pone en entredicho la utilidad de unos comicios previamente decididos. Igual guion sucedió en Nicaragua al “aceptar” a 5 candidatos que no representaran peligro a la “revolución sandinista” y expulsar del país a ONG calificadas como “aliadas del imperialismo”.

No es tiempo de medias tintas

Por tanto, en el prólogo del escenario venezolano, insisto en el tono de mi artículo anterior al considerar que no es tiempo de medias tintas, de opinar en base al cálculo o al requiebro de la aceptación, para navegar entre dos aguas, como dijo una vez el Cristo redentor en Apocalipsis 3:15-19 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. El pasaje pone en claro que la tibieza es inaceptable ante los ojos del Señor y de la opinión pública.

Las decisiones por asumir deben partir de un hecho político del tamaño de una catedral: el resultado de las elecciones primarias del 26/10/2023. Evento donde se escogió a una candidata con el respaldo del 93 % de los votantes. Un hecho que jamás había sucedido en nuestra historia política de convenciones o de elecciones internas partidistas.

Esta decisión popular se desarrolla ante un Maduro asentado en el poder gracias a las bayonetas y al respaldo internacional del eje del mal y sus compinches del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, a quienes el surgimiento de una candidatura opositora arrolladora les asustó como un espanto en la sabana. Simplemente se desenmascaran las vergüenzas de la doble moral de sus respectivos gobiernos en política exterior.

Ante esta realidad abrumadora, la oposición tradicional ubicada alrededor de la Plataforma Unitaria, Frente Amplio o extinta MUD, debe reconocer que otra etapa de relaciones ha surgido en el liderazgo opositor, totalmente diferente a aquella prisionera de sus arrebatos excluyentes, cuando imponía sus candidatos a troche  y moche hasta para una junta parroquial, enviando al cajón del Arauca  a los demás. Anunciaban entonces, en forma arrogante, “se acabó el dibujo libre”. Así imponían sus atropellos a los socios menores, integrando incluso a delincuentes y traidores en sus filas quienes solo tenían como antecedentes un carné de militante del partido.

Este nuevo contexto, pleno de naturales tensiones, no debe excluir del escenario, de aquí al 25/3, estrategias novedosas frente a una dictadura alevosa y criminal, como señala hoy 19/3/2024 el diario El País, de España: “María Corina Machado deja la puerta abierta a una candidatura opositora alternativa en Venezuela”. Lo cual plantea que, luego de concretar todos los intentos posibles para inscribir su candidatura, de no lograrlo se debe considerar la posibilidad de un candidato sustituto.

La elección de MCM

Esto presume que la decisión del candidato debe provenir de MCM en consulta con los mencionados diferentes factores opositores; por tanto, surge la pregunta clave: quedando solo 3 tarjetas sobrevivientes: MUD, UNT y Fuerza Vecinal… ¿estarán dispuestas estas formaciones políticas a asumir el candidato que decida la coalición liderada por MCM?

Si no fuere así y estos deteriorados partidos pretendieran imponer sus candidatos trillados y desprestigiados, ni que MCM los respaldara lograrán obtener el voto mayoritario ciudadano, quien se cansó de sufrir cómo esa clase política tradicional colaboró y se sujetó al régimen, bien sea bajo Chávez y ahora con el dictador Maduro. En verdad, “se doblaron tanto para no partirse” que hoy son aborrecidos por la población

Más allá de las coincidencias o divergencias con MCM, la fuerza de su liderazgo se ubica por encima del debate ideológico entre izquierda y derecha. Ella representa la lucha entre dictadura y libertad, entre la recuperación del país perdido y el barranco al que nos ha llevado el chavomadurismo a lo largo del siglo XXI.

En su obstinación por el poder, Maduro prefiere irse al precipicio del aislamiento tal como Daniel Ortega, amparado por la internacional de las dictaduras y sus cómplices en América Latina. Pero al final no podrán impedir la aplicación de la mano de la justicia de las instituciones de la comunidad internacional. Solo le queda prometer fábulas como purificar el Lago de Maracaibo en su próxima gestión, tal como su antecesor Chávez lo hiciera en 2005 a Daniel Ortega al invitarlo para bañarse en el río Guaire.

Efectivamente, son días cruciales que permitirán medir una vez más la madera de la oposición venezolana. La misma que apostó a aventuras y desventuras en los eventos de los años 2002-2003, 2014, 2015, 2017, 2019.

Ahora, en 2024, el pueblo venezolano aprendió del sufrimiento y la derrota para separar los zorros y camaleones y apostar por un liderazgo que garantice recuperar nuestro país y la democracia. Y estas aspiraciones no se logran solos, sino con el apoyo de todos.

*Movimiento Laborista.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

 
La diáspora venezolana y la explotación laboral en América Latina
La desaplicación de los convenios 26 salario mínimo, 87 libertad sindical y 144 consulta tripartita sume a la población laboral de Venezuela la precariedad laboral absoluta

 

@froilanbarriosf

América Latina siempre ha estado bajo la lupa de organismos internacionales en materia de desigualdad social, precariedad laboral, empleo y desempleo y diferentes niveles de pobreza.

Se trata de la región del mundo que registra la mayor desigualdad de ingresos, como lo indica el informe sobre desarrollo humano 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), divulgado en diciembre de ese año. Para 2019, el 10 % más rico en América Latina concentra una porción de los ingresos mayor que en cualquier otra región (37 %), indicó el informe. Y viceversa: el 40 % más pobre recibe la menor parte (13 %).    

Entre tanto, para 2022 en América Latina y el Caribe, el 50 % más pobre de la población se lleva el 10 % de los ingresos, mientras el 10 % más rico recibe el 55 %. En términos de riqueza, la concentración es mucho mayor: el 10 % más rico acumula el 77 % de la riqueza y el 50 % más pobre solo el 1 %.

Observemos cuáles son las formas de explotación laboral, de trabajo forzoso o de trabajo esclavo que se registran en la región. Cuando hablamos de estas denominaciones señalamos que se refiere a situaciones en las cuales las personas están forzadas a trabajar mediante el uso de violencia o intimidación, o por medios más sutiles como una deuda manipulada, retención de documentos de identidad o amenazas de denuncia ante las autoridades de inmigración:

  • Promesa laboral. Explotación laboral.
  • Explotación laboral forzada. Trabajo sexual forzoso/forzado.
  • Explotación sexual. Trata de personas.
  • Trata de blancas. Economía informal.
  • Trabajo forzoso en América Latina y el Caribe
  • La inmigración incontrolada.

En su primer documento relativo al tema, el Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930 (núm. 29), la OIT define el trabajo forzoso a los efectos del derecho internacional como «todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente» (artículo 2, 1).

El trabajo forzoso es el desempeñado por una persona de manera involuntaria bajo amenaza. Mientras que en las formas modernas de esclavitud aparecen condiciones infrahumanas de trabajo, pero no ciertos elementos que definen al trabajo forzoso.

Así también la explotación laboral es causada por factores económicos, sociales y legales, y a menudo se describe como una forma de «esclavitud moderna». Los trabajadores en agricultura intensiva, minería, industria de la confección y empleo informal son particularmente vulnerables a la explotación laboral.

La información disponible sobre eliminación del trabajo forzoso muestra que los avances logrados en la región de América Latina y el Caribe no son todavía suficientes. Según datos de la OIT, en la región hay alrededor de 2 millones de personas sometidas a trabajo forzoso.

Sin embargo, existen importantes esfuerzos. Es destacable el caso de Brasil, donde hay una amplia estrategia para enfrentar el trabajo forzoso. También se han dado pasos en el Estado plurinacional de Bolivia, Paraguay y Perú. A escala internacional, el trabajo forzoso constituye una grave violación de los derechos humanos y de los derechos fundamentales en el trabajo. El informe sobre Ganancias y pobreza: aspectos económicos del trabajo forzoso (2014), dice que el trabajo forzoso genera ganancias por unos 150 000 millones de dólares en todo el mundo, de los cuales la mayor parte, 99 000 millones de dólares, provienen de la explotación sexual comercial.

Por lo expuesto, a fin de promover políticas que erradiquen el trabajo forzoso, debemos abordar el estado del empleo en América Latina y el Caribe. Las cifras de la región indican que la tasa de desempleo se redujo en 2022 a 7,2 %, luego de haber alcanzado el 8 % en 2019, el año previo a la pandemia de COVID-19.

Dichas cifran resaltan que Latinoamérica es un mercado laboral complejo. Como indica la directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Claudia Coenjaerts: “el problema laboral más urgente para la región es el de la calidad del empleo y los insuficientes ingresos laborales y totales generados por los trabajadores y sus familias”.

El informe destaca que la tasa de informalidad regional ya llegó al 50 %, como era antes de la pandemia, aunque en algunos países es mucho mayor. “La realidad es que una de cada dos personas trabaja en la informalidad, que suele estar acompañada de inestabilidad laboral, bajos ingresos, sin protección social”.

Según la OIT “los trabajadores informales tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de ser pobres que los trabajadores formales, a la vez que explican entre 70 % y 90 % de la pobreza laboral total”.

Además, el informe advierte que los ingresos reales de personas trabajadoras en la región están siendo afectados por una tasa de inflación regional que se habría ubicado por encima del 8 % en 2022 y que causó una pérdida del poder adquisitivo de los salarios medios y los salarios mínimos.

Esta difícil condición laboral determina que los gobiernos impulsen políticas de garantías de ingresos para quienes están más afectados por la pérdida del poder adquisitivo, en lo posible en vinculación con políticas activas para acceder al mercado laboral. “Si queremos avanzar hacía una región con mayor justicia social y menor desigualdad, será necesario adoptar medidas contundentes para generar más y mejores empleos” puntualiza el estudio Panorama Laboral 2023 para América Latina y el Caribe.

En torno al tema es fundamental incluir el efecto de la inmigración en la región, destacando el volumen de la diáspora venezolana, cuyas cifras han alcanzado para América Latina y el Caribe una cantidad cercana a los 6.5 millones de personas. Una multitud que en su mayoría labora en condiciones de precariedad laboral, de discriminación y de exclusión del trabajo formal, determinadas por políticas de regulación laboral para los inmigrantes por parte de los gobiernos de la región.

Otro caso destacado sobre la explotación laboral en la región es el de los médicos cubanos, quienes en condiciones de esclavitud laboran bajo convenios infrahumanos para Estados de la región en beneficio del régimen cubano.

En otro contexto, debemos destacar la situación de los trabajadores venezolanos, cuya situación está siendo analizada del 4 al 14 de marzo en la 350 sesión del Consejo de Administración de la OIT, en Ginebra. Allí el expediente Venezuela será revisado en torno a los resultados de la Comisión de Encuesta sobre la aplicación de los convenios 26 salario mínimo, 87 libertad sindical y 144 consulta tripartita, cuya desaplicación ha determinado que la población laboral de todo un país se encuentre en condiciones de explotación y de precariedad laboral absoluta.

*Movimiento Laborista.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

 
¿Un cambio en la narrativa sindical es posible?
Debemos ampliar la agenda sindical sin abandonar la lucha reivindicativa. Esta debe mantenerse agregándole la exigencia de las libertades democráticas, de elecciones libres y del respeto a los DD. HH.

 

@froilanbarriosf

En el contexto del 23 de enero es oportuno abordar reflexiones sobre el rol de los actores políticos y sociales en procura de reconquistar libertades democráticas. Esta fecha es reconocida por todos, desde el más docto hasta el más humilde, como emblema de la democracia.

La situación apremia en los trabajadores ante la agresión constante del régimen contra el movimiento sindical. Chávez inició con autoritarismo su descalificación a contratos colectivos y sindicatos. Limitaba su accionar, pero los aceptaba. Ahora con Maduro el ataque es despiadado. Su mote de “presidente obrero” suena a mofa. Es reconocido como el Atila de derechos laborales. 

Observamos la burla del Ejecutivo a través del innombrable ministro del Trabajo, sargento de la milicia obrera. Afirma que «en Venezuela nadie gana salario mínimo, y nadie cobra la pensión o la jubilación únicamente. Con esas realidades estamos construyendo un modelo que ha sido exitoso (…) No hay otro país que indexe el salario mínimo de los trabajadores. Hemos ido transitando hacia incrementos progresivos e indexados, que no se deprecien» (entrevista a Unión Radio 17/1/2024).

Para colmo, encarcelan al sindicalista magisterial de FENATEV Víctor Venegas, acusado de conspiración. El arsenal del fiscal incluye convertir deseos en delitos, contraviniendo a Ulpiano, propulsor del derecho en Roma, cuya máxima jurídica señala “cogitationis poenam nemo partitur” o “nadie puede ser juzgado por sus pensamientos”, principio jurídico vigente hasta el presente.

Algunos voceros del sindicalismo venezolano señalan que sus repetidas peticiones laborales se convierten en cantos de sirena ante la sordera de la tiranía, que hace caso omiso a las justas aspiraciones de los trabajadores de lograr un trabajo digno.

Por el contrario, desde el ejercicio perverso del poder las desechan alevosamente. El ultimo aumento a 100 $ del ingreso nacional lo señalan ilegalmente como salario. Y mantienen la persecución contra la libertad sindical, como lo han demostrado con los 6 sindicalistas condenados a 16 años de prisión en juicios sumarios, puestos en libertad condicional y mantenidos en ascuas al ser sometidos a régimen de presentación periódica, prohibición de salida del país y al acoso permanente que les impide ejercer plenamente sus labores sindicales.

Ampliar la narrativa sindical

Es necesario ampliar la narrativa sindical. A la lucha reivindicativa debemos agregarle la exigencia de las libertades democráticas, de elecciones libres y del respeto a los derechos humanos.

Entre los sindicalistas existe prurito de hablar de política, creen que esta contamina la lucha sindical y pone a los sindicatos en el terreno de la oposición. Por el contrario, la situación amerita unificar esfuerzos con otros actores políticos, sociales y económicos en procura de reconquistar el Estado de derecho y las libertades democráticas.

Las marchas del 23 de enero confirman participación masiva en las capitales de la nación, en donde sindicalistas exigen libertades junto a reivindicaciones. Esto debe convertirse en el nuevo discurso de las diferentes centrales sindicales del país.

Este nuevo escenario para el sindicalismo va más allá de fronteras. La democracia enfrenta el año 2024 lleno de amenazas y retos ante el avance del populismo y autoritarismo en el mundo. Por ello es necesario que el movimiento sindical mundial, confederados e independientes, aborde esta situación a escala global.

*Movimiento Laborista.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

 
 
 
La memoria y “cuentos” de Maduro reafirman el fracaso del Foro Social de la OIT
“¿Qué refleja semejante imposición de bonos por salario por parte de Maduro? El fracaso rotundo del Foro Social convocado por la OIT

 

@froilanbarriosf

El año 2024 se inició con representativas protestas laborales. El 9 de enero hubo una exitosa jornada de movilizaciones en 20 estados del país y, una semana después, el 15 de enero, con la protesta nacional de los educadores exigiendo el contrato colectivo. Clamor que es extensivo a los diferentes sectores de trabajadores activos del sector público y a los 5.5 millones de pensionados y jubilados.

Por otra parte, para el año 2023 el INAESIN Observatorio de Conflictividad Laboral resume en un comunicado de prensa que los trabajadores, especialmente del sector público, vieron frustradas sus aspiraciones de mejoras salariales para enfrentar el alto costo de vida.

“Sueldos de hambre” y “salarios de miseria” se leyeron en manifestaciones, predominando reclamos de los sectores de educación y salud.  Los conflictos del sector público representaron al menos el 90 % del total. Distrito Capital y Bolívar concentraron la mayoría, con el 26,09 % y el 17,39 % respectivamente. En diciembre 2023, de 46 casos, el 93,48 % fueron de empleados públicos y los maestros participaron en el 36,96 % de las protestas.

Los sindicatos estuvieron en el 67,39 % de las acciones. Exigencias de sueldos decentes, condiciones laborales y negociación colectiva motivaron las protestas no solo de docentes, sino de la población en general durante todo el año.

Los cuentos de Maduro

Este contexto de conflictos sociolaborales ha tenido como respuesta el anuncio de Nicolás Maduro en su reciente Memoria y “cuentos” presentada el 15/1/2024. Ante el Parlamento Nacional indicó: “Establecimos un mecanismo de ingreso mínimo integral indexado, y pasamos de un ingreso de 40 a 70 dólares. Eso fue hace nueve meses y he decidido subir a 100 dólares a partir del 1 de febrero”.

Su respuesta no es más que la intención de «crear una ilusión» en los venezolanos, ya que no hubo aumento: el salario permaneció por segundo año consecutivo en 132 bolívares, equivalente hoy a 3,6 dólares mensuales. Por cierto, el salario más bajo del planeta y, por supuesto, a la cola de los salarios que devengan los trabajadores en América Latina cuyos montos oscilan entre US$ 200 y US$500 mensuales.

La manipulación de Maduro consiste en presentar el ingreso como salario, cuando en realidad son solo bonos (de guerra a 60 dólares y cestaticket a 40 dólares), al significar esas bonificaciones sola una «transferencia» que hace Maduro a sus trabajadores públicos, mediante el Carnet de la Patria. 

Estos bonos no los reciben todos los trabajadores, ni son regulares, ni forman parte de las prestaciones sociales. Por lo tanto, no hubo aumento. El salario en Venezuela sigue siendo de 3,6 dólares al mes. Este es excluyente, no se aplica a todos los trabajadores. Los pensionados, por ejemplo, no cobran cesta ticket y la periodicidad del Bono de Guerra Económica es discrecional, como otorgamiento de “gracia presidencial”.

Al mismo tiempo es una medida regresiva e ilegal. Regresiva porque se aplica por igual con el bono sin respetar la meritocracia laboral, independientemente de la jerarquía en los cargos o eficiencia en el trabajo, lo devengan todos por igual. Y, por otra parte, es ilegal al no ser considerado para el cálculo de los beneficios laborales, utilidades, vacaciones, horas extras, etc., tal como lo establece la Constitución y demás leyes laborales.

Como vemos, la distancia es sideral en cuanto a la capacidad adquisitiva de la familia venezolana de 5 personas, que necesitaría 155,5 salarios mínimos para acceder a la Canasta Alimentaria Familiar, cuyo valor en diciembre fue de 531,95 dólares, según estimaciones difundidas este lunes por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).

Fracaso del Foro Social

En resumidas cuentas, ¿qué refleja semejante imposición del mandatario nacional? El fracaso rotundo del Foro Social convocado por la OIT, instancia surgida como resultado de la Comisión de Encuesta designada por el organismo tripartito mundial para Venezuela en 2019. Este determinó la realización de sendas reuniones: dos en 2022 y una a inicios de 2023, ya que la de octubre pasado fue boicoteada por el propio gobierno utilizando a sus comisarios de la Central Bolivariana de Trabajadores. 

Todos estos eventos contaron con la presencia de una delegación de alto nivel de la OIT, de Fedecámaras, del Gobierno nacional y de tres centrales obreras (CTV, ASI, CGT) para abordar y garantizar la aplicación de los convenios laborales de la OIT: 26 de salarios mínimos, 87 sobre libertad sindical y 144 reuniones tripartitas, todos violados por el gobierno durante el siglo XXI.

Es de hacer notar que en las diferentes reuniones de Foro Social en Venezuela se firmaron acuerdos, numerosas comisiones con respectivos informes orientados a restablecer el trabajo digno y el diálogo social. 

Toda una parafernalia que ha tenido hoy como respuesta el desaguisado y unilateral anuncio de Maduro, cuyo contenido evade las aspiraciones de los trabajadores venezolanos. Este nuevo atropello requiere una respuesta urgente de las partes participantes en el mencionado Foro Social, al estar obligados a responderle al mundo del trabajo sobre el destino de sus propuestas. De lo contrario, será un rotundo fracaso y una oportunidad perdida para recuperar la dignidad de los trabajadores venezolanos.

*Movimiento Laborista.

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La aureola del mes de enero en el siglo XXI venezolano
La herencia política del 23 de enero ha generado los valores suficientes en la conciencia del pueblo venezolano para afrontar la deriva autoritaria desde los inicios del siglo XXI

 

@froilanbarriosf

Los meses del año contienen un significado notorio en la liturgia histórica de cada país, al concentrar los valores que han legitimado los cimientos de la nación y otorgar reconocimiento a los próceres que lideraron las gestas patrióticas.

Al tomar como referencia el día nacional como la fecha de mayor significación que una nación simbólicamente adopta, y por medio de la cual promueve la unidad de todos sus ciudadanos, destacamos que, entre otros, el mes de julio es característico por notables acontecimientos de impacto mundial. La toma de la Bastilla como Día Nacional de Francia y el Día de la Independencia de EE. UU. significan igualmente libertad e independencia para Venezuela, Colombia, Argentina, entre otros.

La huella del 23 de enero venezolano

Posteriormente, se reconocen en cada país otras fechas históricas que realzan el establecimiento pleno del Estado de derecho en el contexto que hoy tratamos. Para nuestro país, contiene una huella indeleble el 23 de enero de 1958 como base del fortalecimiento de los poderes públicos y de desarrollo del periodo más largo de convivencia democrática de nuestra historia republicana. 

23 de enero: 1958 y 2023

23 de enero: 1958 y 2023

Esa herencia política ha generado los valores suficientes en la conciencia del pueblo venezolano para afrontar la deriva autoritaria desde los inicios del siglo XXI, registrando el mes de enero en diferentes episodios las luchas de la sociedad civil para resistir y confrontar la estafa chavista en el poder.

Henos aquí en 2024, en otro inicio de año pleno de expectativas de cambio apoyadas por el ánimo popular, cuyos antecedentes deben ser vistos por el retrovisor de la historia para no repetir los fracasos que han determinado frustración y decepción en la mayoría de la población, al no contar con el liderazgo opositor capaz de descifrar al régimen dictatorial.

En efecto, Venezuela inició el año 2000 con una nueva Constitución aprobada mediante referéndum. Esta significaba el relanzamiento institucional, económico y social de un país sacudido por profundas tribulaciones en la última década del siglo XX.

Pronto, lo anunciado como carta de navegación para el nuevo Estado fue lanzado al cesto de la basura, generando intensas convulsiones sociales que derivaron en el paro cívico nacional de 2002 e inicios de 2003, cuyo resultado acentuó el talante autoritario del régimen y la fractura definitiva de la población hasta hoy.

Baches opositores

Luego de la aplastante victoria opositora en diciembre de 2015 en las elecciones parlamentarias, el país inició un 2016 inmerso en ilusiones de triunfo y de esperanza de desalojar del poder a la casta cívico–militar gobernante, la cual se mantuvo por las concesiones opositoras a la ofensiva de la tiranía.

El último lance se labró en enero de 2019, con el gobierno interino de Juan Guaidó, quien naufragó entre promesas y confrontaciones intestinas, las cuales permitieron a la población venezolana reconocer la manifiesta incapacidad de un liderazgo opositor que malbarató el apoyo popular durante lo que va de siglo. 

Esa desprestigiada conducta le significó la aplastante derrota en las primarias de octubre de 2023, la ruptura definitiva de la población con ese liderazgo fracasado y el apoyo masivo a la perseverancia de María Corina Machado, quien luce hoy como el instrumento del pueblo para derrotar la dictadura.

Creo que este mes de enero también se reconoce con la e de esperanza. Para que se concrete, se requiere la más amplia unidad nacional alrededor de una dirección política capaz de leer e interpretar al enemigo gobernante, para luego promover su salida definitiva del poder. En esa dirección, la candidata triunfadora de las primarias tiene el rol primordial de integrar a todos los sectores de la sociedad civil en el objetivo de reconquistar el sistema de libertades.

*Movimiento Laborista.

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Salarios, jubilaciones, pensiones y crecimiento económico en Venezuela
Los trabajadores son víctimas del retardo en las jubilaciones del sector público, ejecutado con premeditación y alevosía por el gerente de turno

 

@froilanbarriosf

Cada fin de año los pronósticos abundan en materia de crecimiento económico. En ese contexto, el 2023 no es la excepción. Los hay para todos los gustos, desde el mandatario nacional que anuncia un crecimiento del 8 % para 2024, hasta organismos internacionales que anuncian tasas que oscilan entre el 2 % y el 4 %.

Ante estas cifras, ¿cómo les va a los factores fundamentales de la economía: el trabajo y el capital? Cada uno desarrolla un curso propio para mantenerse. En el caso del capital privado, permanece inmerso en la relación de amor-odio con el régimen, expresada inicialmente en las expropiaciones salvajes estatales, para luego convocar a Fedecámaras a colaborar en la reconstrucción de la economía.

Dicha relación no puede reconocerse solo con el simple enunciado de “la lucha es de clases, de pobres contra ricos”, sino en la simulación de adaptarse ante un proyecto político dictatorial en el poder. Este no la pudo sustituir, fracasando en sus experimentos con los parapetos de Fedevesp y Fedeindustria. Esto le conllevó a mimetizarse a la oferta económica gubernamental que, como cantos de sirena, no ha derivado en desarrollo alguno. Llámese Zonas Económicas Especiales (ZEE) o la “implantación del modelo chino”, los fundidos 14 motores de la producción, núcleos endógenos, etc. Todos derivados en disparates cuyo resumen fatal ha sido la pérdida del 80 % del PIB en la última década y la ruina de un país. 

A fin de cuentas, el capital posee una capacidad para sobrellevar su relación con el Estado. No así el factor trabajo, que ha visto cómo su principal fuente de bienestar –los salarios y los servicios públicos– han profundizado su caída libre, precarizando la condición de vida al extremo de la subsistencia.

Lo cierto del caso es que, en las sesudas premoniciones de crecimiento, solo resaltan los indicadores económicos de supuesta prosperidad. Siendo ignoradas las políticas necesarias para restablecer y reconocer la inconmensurable pérdida sufrida en la riqueza obtenida históricamente por los trabajadores, hoy depredada por un modelo económico saqueador de sus bienes.

A partir del anuncio publicado el 12/12/2023 en el diario Periodiquito de Aragua podemos actualizar la magnitud de la tragedia, al resaltarse un supuesto aumento salarial para el presupuesto 2024 del 10 %, más 70 % en los bonos, como propuesta planteada en la Comisión de Economía y Finanzas de la Asamblea Nacional. 

En resumen, luego de 653 días transcurridos desde aquel lejano 1/3/2022 hasta hoy, con una inflación acumulada entre tanto de 282 % en 2022 y proyectada hacia el 200 % en 2023 (siendo la interanual de 314 %), resulta risible la propuesta reciente a considerar para el presupuesto 2024.

La magnitud de la crueldad del régimen contra el factor trabajo, con el consecuente desmedro de los bienes salariales de los trabajadores venezolanos en el sector público, podemos observarla en la descripción de casos sucedidos todos estos años en empresas del Estado tales como la CVG, CANTV, PDVSA, ministerios, alcaldías y gobernaciones.

En cuanto a la liquidación de las prestaciones sociales, el retardo acumula hasta 2 y 3 años, violentando la Constitución. Cuyo artículo 92 señala: “Todos los trabajadores tienen derecho a prestaciones sociales que les recompensen la antigüedad en el servicio y los amparen en caso de cesantía. El salario y las prestaciones sociales son créditos laborales de exigibilidad inmediata”.

A esta anomalía se añade la exclusión del cálculo al salario integral, que determina la inclusión como remuneración de los diferentes bonos permanentes. Siendo su resultado una disminución drástica del monto final de las prestaciones sociales. El trabajador es víctima, en definitiva, del retardo en el tiempo ejecutado con premeditación y alevosía por el gerente de turno. Quien extiende deliberadamente el plazo para así abaratar el monto de las prestaciones. Con el resultado fatal para un trabajador que ha laborado hasta 30 años, de recibir tan solo 400 o 500 dólares por el servicio público prestado durante toda una vida. En lugar de una cantidad 10 veces mayor a la entregada finalmente.

Esta práctica delincuencial se reafirma en la campaña agresiva actual de jubilaciones forzadas. Al obligar al trabajador activo a retirarse, aun cuando en los contratos colectivos existen cláusulas que establecen el carácter voluntario de la decisión.

Una tendencia similar se observa en los trabajadores activos con el pago de vacaciones, de aguinaldos o utilidades. Cuando en 2022 el monto alcanzaba, por ejemplo, 400 dólares con una cotización de 10 bolívares por 1 dólar. Retrasan el pago a la espera del aumento de la inflación para abaratar el monto a pagar por los rubros mencionados.

En el caso de las utilidades, fueron pagadas fraccionadas, cuando el dólar se cotizaba en 10 bolívares en 2022. Hoy, al cotizarse en 35 bolívares, cancelan inmediatamente los 4 o 5 meses faltantes. Al ser un monto cercano a los 60 dólares y pretender “impresionar” al trabajador.

En definitiva, se deriva en un gigantesco “negocio” esperar a que la inflación devalúe la moneda para pagar obligaciones laborales. Por tanto, es un derecho a ser restituido para los trabajadores contra quienes se han apropiado ilegalmente de lo obtenido por décadas de servicios prestados al sector público.

Este drama transcurre en todas las ramas del sector público. Ocurre con los profesores universitarios, con salarios de 18 dólares para titulares de dedicación exclusiva luego de 30 años de labor. O en el caso más crítico: con los 20.000 trabajadores de PDVSA despedidos en 2002 y 2003, a quienes expropiaron de todos sus beneficios. Siendo extensivo a los millones de jubilados y pensionados del sector público que subsisten con un monto menor a 4 dólares mensuales. 

Esta cruenta realidad amerita en los trabajadores afectados en el sector público, primero, despertar de la parsimonia y reconocer el delito cometido por quienes representan el poder. Siendo oportuna la ocasión para unir esfuerzos con los trabajadores activos y reconquistar los beneficios.

*Movimiento Laborista.

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Un referendo sin pueblo y sin país
Maduro y su corte subestimaron una vez más al pueblo venezolano. Pretendieron comprar la conciencia nacional con bolsas CLAP corroídas de gorgojos

 

@froilanbarriosf

De nada valió al régimen la multimillonaria campaña para hostigar a la población con un falso nacionalismo, que en la soledad dominical del pasado 3 de diciembre nadie compró. Esto a excepción del fecundo Consejo Nacional Electoral, manejado como agencia del Ejecutivo nacional y experto en multiplicar votos en lugar de panes, que bien hacen falta a un pueblo sumido en la incertidumbre.

En efecto, el cuerno de la abundancia del Estado fallido se hizo presente con el financiamiento de costosos conciertos de artistas del tremedal. También con la implantación de vallas publicitarias hasta el cajón del Arauca y propaganda masiva por medios de comunicación y redes sociales. Todo esto con tal de presentar un “país unido” y enrolado en defensa del Esequibo ante la comunidad internacional. Esto porque la población local no se tragó el cuento de la “postura antiimperialista” del régimen, dejándolo plantado más solo que la una.

En ese fracasado show político, el régimen se hizo acompañar de una oposición variopinta.

Esta no cesa de atarse un yunque a su maltrecho perfil de colaboradores de la tiranía, quien le señaló el camino del Gólgota al presentar sus candidaturas presidenciales en 2024 como póstumo destino al cementerio de los elefantes. 

En definitiva, Maduro y su corte subestimaron una vez más al pueblo venezolano. Pretendieron comprar la conciencia nacional con bolsas CLAP corroídas de gorgojos, con bonos de guerra miserables y con promesas de redención a un país al que han enterrado en orgías de corrupción. Este hoy, en forma valiente, manifestó su rechazo al no votar masivamente en la consulta caricaturesca. Esta ha sido centro de las burlas de las instituciones políticas y académicas del escenario internacional.

Ningún razonamiento atrajo al ciudadano. Ni de quienes manifestaron sesudos análisis por el voto a ciertas preguntas y el rechazo a otras, ni de aquellos que se arroparon descaradamente al falso nacionalismo madurista. Solo privó el aborrecimiento y el desgano a un llamado gubernamental, que incluso amenazó con despidos. Todo, para enrostrarle al régimen su desaprobación ante su pésima gestión.

En resumidas cuentas, en materia de consultas plebiscitarias no le ha ido bien a las tiranías en nuestra historia nacional. El 15 de diciembre de 1957, el dictador Pérez Jiménez realizó una consulta que luego lo llevó a su caída el 23 de enero. Luego, en diciembre de 2007, mordió el polvo de la derrota el extinto Chávez con su pretendida reforma constitucional. Y en 2023 es de mal augurio para los tiranuelos de turno el plantón del pueblo venezolano a la mascarada con el Esequibo. 

Diciembre para los venezolanos es sinónimo de democracia. En esas jornadas históricas, votó masivamente durante más de medio siglo por candidatos surgidos en nombre de la libertad de expresión, de los derechos humanos y del sistema democrático. Por el contrario, lo del domingo fue solo una opereta burda de un régimen que se ha quedado sin pueblo y sin país.

*Movimiento Laborista.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

La mortalidad global en el mundo del trabajo
Si está comprobado que las jornadas laborales prolongadas causan muertes prematuras, debemos resaltar el peligro latente y creciente en Venezuela por la situación del país

 

@froilanbarriosf

Del 27 al 30 de noviembre tendrá lugar en Sídney, Australia, el 23.° Congreso Mundial sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, una de las mayores conferencias internacionales sobre este tema. En esta edición analizará la realidad laboral de 187 países integrantes de la Organización Mundial del Trabajo, cuyos Estados miembros pueden libre y abiertamente confrontar experiencias y comparar políticas nacionales.

Es fundamental señalar que para la OIT y la OMS el seguimiento al cumplimiento de los convenios internacionales en la materia es un objetivo permanente, observándose en América Latina, Asia y África la tendencia marcada a la precariedad laboral, tanto por las condiciones de trabajo como por la ampliación de la jornada hasta más de 50 horas semanales.

Destacamos a continuación algunos de los elementos centrales de este informe, cuyo contenido señala que casi 3 millones de personas mueren por accidentes y enfermedades laborales.

Así también, la OIT refiere que 395 millones de trabajadores en todo el mundo sufrieron lesiones laborales no mortales durante el año 2022, representando un aumento de más del 5 % en comparación con 2015. El número de víctimas subraya los desafíos persistentes para salvaguardar la salud y la seguridad de los trabajadores en todo el mundo.

Por otra parte, la mayoría de estas muertes relacionadas con el trabajo, las cuales suman un total de 2,6 millones, se deben a enfermedades relacionadas con el trabajo. Los accidentes laborales suponen 330.000 muertes adicionales. Las enfermedades circulatorias, las neoplasias malignas y las enfermedades respiratorias se encuentran entre las tres principales causas de muerte relacionadas con el trabajo.

Jornadas laborales prolongadas, en el foco de la OIT y la OMS

Para impulsar los esfuerzos globales a fin de garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable a analizarse en este evento mundial, se presentará la Estrategia Global sobre Seguridad y Salud en el Trabajo para 2024-2030. Su objetivo es priorizar el bienestar de los trabajadores en línea con la dedicación a la justicia social y la promoción del trabajo decente en todo el mundo, en el contexto del diálogo social.

Igualmente, en el desarrollo de la agenda del Congreso se incluirá el tema relativo a las jornadas laborales prolongadas y su influencia en el aumento de las defunciones por cardiopatía isquémica o por accidentes cerebrovasculares. Se destaca que las jornadas laborales prolongadas provocaron 745.000 defunciones por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica en 2016, una cifra 29 % superior a la del año 2000.

La preocupación es creciente por los resultados conocidos del análisis mundial de la pérdida de vidas y de salud derivada de las largas jornadas de trabajo. Sus datos indican que, en 2016, 398.000 personas fallecieron a causa de un accidente cerebrovascular y 347.000 por cardiopatía isquémica como consecuencia de haber trabajado 55 horas a la semana o más. Entre 2000 y 2016, el número de defunciones por cardiopatía isquémica debidas a las jornadas laborales prolongadas aumentó en 42 %, mientras que el incremento en el caso de las muertes por accidente cerebrovascular fue del 19 %.

Estas cifras demuestran que alrededor de una tercera parte de la morbimortalidad estimada total relacionada con el trabajo se debe a las jornadas laborales prolongadas, las cuales son el factor de riesgo que más contribuye a aumentar la carga de enfermedades ocupacionales. El estudio concluye que trabajar 55 horas o más a la semana aumenta en un 35 % el riesgo de presentar un accidente cerebrovascular y en un 17 % el riesgo de fallecer a causa de una cardiopatía isquémica con respecto a una jornada laboral de 35 a 40 horas a la semana. 

En resumen, el 9 % de la población mundial trabaja muchas horas al día. Cada vez son más los trabajadores con jornadas laborales excesivamente prolongadas, una tendencia que da lugar a un incremento en el número de personas que corren riesgo de sufrir discapacidades o fallecer por motivos ocupacionales.

Por tanto, siendo un deber de gobiernos, empleadores y trabajadores de adquirir plena conciencia de que las jornadas laborales prolongadas pueden causar muertes prematuras, debemos resaltar el peligro latente y creciente en Venezuela por la situación del país.

Al reconocerse que la precariedad laboral desatada como política gubernamental, asignando salarios miserables y bonos discrecionales, determina que el trabajador deba adicionar a la jornada normal laboral de 40 horas de trabajo adicional para garantizarse un ingreso extra que permita la sobrevivencia del grupo familiar, resaltando la responsabilidad directa del Estado en la condición de vida de la población trabajadora. En Venezuela los trabajadores laboran en 2 o 3 trabajos para la subsistencia.

*Movimiento Laborista.

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