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Los 33: El perfil de los manifestantes asesinados en Venezuela
Jóvenes, estudiantes, deportistas, músicos, valientes y soñadores. Así puede describirse a 33 de los más de 90 venezolanos que han muerto en manifestaciones contra el gobierno de Nicolás Maduro

 

@mpaolams

HAN PASADO TRES MESES desde el inicio de las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro y 96 ciudadanos han perdido la vida en el marco de estas manifestaciones. 33 de ellos fueron asesinados por funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado o por colectivos mientras participaban en las protestas. Otros eran transeúntes que se movilizaban en las adyacencias o se encontraban en las zonas donde ocurrían los conflictos, pero no participaban en ellos.

De la cifra extraoficial recabada por Runrun.es, 33 de las personas asesinadas sí formaban parte de las protestas, de acuerdo a familiares y testigos que confirmaron a distintos medios de comunicación la participación estos ciudadanos en las manifestaciones.

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Los 33, todos hombres, eran jóvenes con edades comprendidas entre 17 y 35 años. En su mayoría muchachos próximos a entrar a la universidad, estudiantes universitarios y algunos recién graduados. En total, 22 poseían estudios o se encontraban estudiando, 9 de ellos trabajaban en diferentes oficios y 3 no tenían trabajo.

Sus buenas intenciones, querer un mejor país, construir un futuro provechoso para Venezuela y ayudar a los miles de venezolanos que sufren por escasez de comida y medicinas, los motivaron a salir a la calle y enfrentar a los funcionarios de seguridad que con frecuencia reprimen a quienes luchan por sus derechos constitucionales. En 13 ocasiones, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y oficiales de los cuerpos de Policía Estatal de Anzoátegui, Bolívar, Táchira y Carabobo -controladas por gobernaciones oficialistas- fueron responsables de la muerte de manifestantes.

 

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Querían salvar vidas

Uno de ellos recibiría su título en agosto. Se trata de David Vallenilla, de 22 años de edad. Su meta era salvar vidas, dice su papá. Había cursado un TSU en enfermería y planeaba inscribirse en la licenciatura de la carrera, pero falleció tras recibir el impacto de un perdigón en el pecho, propinado por un militar. Otros manifestantes caídos también compartían el sueño de David. Paul Moreno, arrollado por una camioneta el 18 de mayo en Maracaibo, estudiaba medicina y formaba parte del equipo de Cruz Verde que ofrecía primeros auxilios a manifestantes. En Bolívar, el estudiante de enfermería Augusto Pugas es recordado por sus compañeros tras fallecer en un fuerte episodio de represión en la Universidad de Oriente. Armando Cañizales, el joven músico de 18 años asesinado en Las Mercedes en mayo se encontraba en proceso de inscripción a medicina en la Universidad Central de Venezuela para seguir los pasos de su madre, quien es médico pediatra.

Moreno, Pugas, Cañizales

Músicos, deportistas y poetas

Armando Cañizales tenía un don para la música con su viola. Era músico formado en el sistema de orquestas juveniles Simón Bolívar. Juan Pablo Pernalete estudiaba Contaduría en la Universidad Metropolitana, pero además destacaba en el baloncesto. Su destreza en este deporte le había llevado a competir fuera del territorio nacional y le había servido para obtener su beca de estudios, y no era descartable una incursión en los tabloncillos de alguna universidad estadounidense.

Daniel Queliz, estudiante de derecho de la Universidad Arturo Michelena en Carabobo, fue uno de los primeros jóvenes asesinados en las protestas y tenía la aspiración de jugar béisbol profesional.

El don de Fabián Urbina se hallaba en las letras. El adolescente de 17 años que vivía en Aragua y cursaba la carrera de Mercadeo y Publicidad tenía un blog donde redactaba inspiradores mensajes, al igual que en sus redes sociales, a través de las que donaba medicamentos. En su blog Fabián escribió: “una de mis más grandes y principales metas es lograr cambiar al mundo aunque sea en lo más mínimo, y que a su vez, eso pueda motivar a otras personas hacer por su parte un cambio igual o de mayor impacto, pues, pienso que si no nos hacemos cargo de lo que nos importa nada nunca cambiará”.

Pernalete, Queliz, Urbina

Querían ejercer una profesión

Otros jóvenes que ya tenían una carrera universitaria no tuvieron oportunidad de poner sus cualidades y conocimientos a prueba. Miguel Castillo acababa de terminar sus estudios en Comunicación Social. Todos lo recuerdan como un “alma alegre” que quería dedicarse al periodismo deportivo.

A sus 23 años, Adrian Duque tenía dos años de haberse convertido en Contador Público de la Universidad José Gregorio Hernández. Empezaba a ejercer su profesión en Maracaibo cuando un disparo de la GNB le quitó la vida durante una protesta, a las que asistía porque “debía luchar por su país”, alegaron familiares.

La labor de Diego Arellano, biólogo de 31 años que trabajaba para la Facultad de Farmacia de la UCV fabricando suero antiofídico, se vio interrumpida cuando fue asesinado mientras protestaba en San Antonio de Los Altos.

Manifestantes - Castillo, Arellano, Vallenilla, Duque

Tenían inclinaciones políticas

César Pereira, con sus 20 años era trabajador y perseverante, rasgos que desde niño le ganaron la simpatía de los clientes del supermercado donde embolsaba productos. Era estudiante de Publicidad y Mercadeo, además de ser activista de Voluntad Popular. “Quería ser el alcalde de Lechería”, dijo su madre en una entrevista. Por eso César salía a marchar y protestar, pero fue asesinado por funcionarios de PoliAnzoátegui.

El joven Fabián Urbina también hacía vida política. Militaba en la juventud de Acción Democrática, pues su primo era secretario juvenil de la tolda blanca. Adrián Duque también era miembro de la juventud del partido Un Nuevo Tiempo en Maracaibo. Y Luis José Alviarez, el joven fallecido producto de la represión policial en Táchira, seguía los pasos de sus padres en la política al ser dirigente juvenil de Copei en su municipio.

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Amaban y cuidaban a los animales

Muchos de los jóvenes compartían su amor por los animales. Elvis Montilla estudiaba para ser médico veterinario en la Unefm de Falcón, pero la bala que le disparó un paramilitar en una manifestación le quitó la oportunidad de poder salvar más animales.

Los padres de Juan Pernalete quedaron con seis de los perros que rescató. Con los que no podía quedarse, los sanaba, bañaba y alimentaba para conseguirles un buen hogar. Fabián Urbina solía hacer lo mismo, y en sus redes sociales subía fotos de los perros que rescataba y curaba. Otro amante de los animales era Miguel Castillo, quien se fotografiaba con su perro en cada ocasión que tenía y las subía a su Facebook.

Eran idealistas y soñadores

“La lucha de pocos vale por la libertad de muchos” decía Neomar Lander. El joven de 17 años era un soñador, y luchaba por la libertad de Venezuela, por la que quería seguir luchando. La frase quedo inmortalizada en video, y su rostro pasó a ser un símbolo para los venezolanos.

Pernalete también quería seguir luchando por su país, en el que tenía una buena vida con su familia, amigos, una beca y oportunidades para mejorar su entorno. Su lista de deseos, escrita cuando era pequeño y enseñada a Runrun.es en una entrevista, tiene en primer lugar “que haya armonía y paz en el mundo”.

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Las consecuencias de salir a manifestar no eran desconocidas para ellos, ni lo son para muchos venezolanos. Miles de fotos y videos documentan los excesos cometidos por la GNB y la PNB hacia los ciudadanos que en las calles exigen al Gobierno el cumplimiento de sus derechos.

Sin embargo, cada uno de los 33 jóvenes salieron a las calles, a pesar de que sus padres les pedían no hacerlo. “¿Cómo podía decirle que no, si él luchaba por los ideales en los que creía?” comentó en una entrevista Elvira Llovera, madre de Juan Pernalete, y a pesar de que se pregunta qué habría ocurrido si su hijo no hubiese ido ese día, respondió que él “hoy estaría todavía luchando en las calles por querer un mejor país”.

Competir en Socialismo por Brian Fincheltub

Competencia

 

Trataremos de ilustrar para propios y extraños lo que significa competir en socialismo. Para ser didácticos usaremos un ejemplo deportivo, hablaremos de los Juegos Panamericanos, aprovechando que están en pleno desarrollo y cuentan con la participación de nuestro país. Todos sin excepción sentimos orgullo cuando vemos a un atleta venezolano sobre un podio, ligamos siempre al mejor resultado y nos molestamos cuando creemos que no compiten en las mejores condiciones. Es decir,  cuando pensamos que hay conductas antideportivas de parte de otros atletas o de los jueces.

Como en el deporte, en la política hay reglas del juego, cuya aceptación y respeto no es resultado de una imposición, sino que devienen del consenso de las partes para solventar sus diferencias por vías no violentas, por los canales que ofrece la democracia.

Pero  para entender más vayamos a la ficción deportiva, esa que nos ayudará mucho a dibujar nuestra realidad política. Imaginemos que están por comenzar los Juegos Panamericanos, en un país hipotético, todas las delegaciones se alistan para viajar, pero poco tiempo antes de volar, la delegación venezolana recibe una comunicación del Comité Organizador donde le notifican que varios atletas no podrán competir, las razones son absurdas y dentro de las leyes deportivas no hay nada que justifique tal decisión. Casualmente todos los atletas excluidos, son las más claras opciones del país para obtener medallas.

Frente a esto se genera un desconcierto general entre los deportistas, muchos se indignan tanto que plantean boicotear los juegos y no asistir, afirman se trata de un irrespeto inaceptable y que participar es avalar la injusticia. Otros, aunque no menos molestos, consideran que el boicot no es la mejor forma de protesta, que el país puede demostrar sus potencialidades, incluso, dándole sendas sorpresas a quienes creían que descabezar un equipo es sacar de juego a sus caras más visibles.

Al final gana la opción de participar, son mayoría quienes afirman que las injusticias se vencen en el terreno y frente a la convicción de triunfar no hay trampa posible. Pero tal como todos esperaban, la cita empieza con visibles privilegios y ventajas para la delegación local, quien será la única autorizada para usar las instalaciones de entrenamiento, manejará inmensos recursos y además contará con jueces y árbitros que harán todo para favorecer a la casa.

Obviamente que en medio de estas condiciones, cualquier atleta de desmoraliza, el país entero también, viendo como frente a cada atropello no podemos actuar en defensa de nuestra representación. Pero contrario a la creencia de todos, el equipo nacional no baja los brazos, no se entrega, no se rinde, da lo mejor de sí y triunfa. Logran una victoria que derrota no solo el ventajismo, sino la desesperanza. Más allá de la estrategia de desmovilización, frente a un triunfo claro y contundente, no era posible arrebatarle su medalla a ningún atleta.

Demostrando que aunque el equipo local tenía todo servido para ganar, la ultima la palabra la tenía su competidor. Quien no iba a perder por el abuso y la injusticia, sino por entregarse y no luchar hasta el final.

 

@Brianfincheltub
Encontacto@brianfincheltub.com

En España, el deporte tiene una importancia muy especial, basta ver un noticiero o «Telediario» como los llaman ellos o ver la prensa para darse cuenta el lugar que tiene en la sociedad española, sobre todo después de los últimos logros del país ibérico en diversas ramas.

Pero en los últimos días es extraño ver como, los humanos fueron desplazados de las secciones deportivas del noticiero o de los diarios, y no es que los robots comenzaron a ser fichados en la Liga BBVA o en la Liga ACB de Baloncesto, es que unas marionetas de látex llamados Guiñoles muy usados en Europa para hacer humor ocupan las primeras planas de deportes en la península.

Todo surgió después que el Canal + francés en su programa «Los Guiñoles de Canal +» hiciera una serie de sketchs burlandose de la noticia de que Alberto Contador dio positivo en el consumo de sustancias prohibidas y fue suspendido de la actividad deportiva por dos años y también se le retiró el titulo del Tour de France 2010.

Si la broma hubiese llegado hasta ahí de repente los españoles lo hubiesen dejado pasar, pero la cosa se puso difícil, cuando a la burla de Contador le agregaron al tenista Rafael Nadal, al capitán de la selección española de fútbol Iker Casillas y a Pau Gasol integrante de los Lakers de Los Angeles, en situaciones donde daban a entender que todos, o la gran mayoría de los logros españoles eran gracias al dopaje finalizando con la frase «Los deportistas españoles no ganan por casualidad».

La respuesta del país ibérico entero no se hizo esperar, desde el propio presidente Mariano Rajoy, pasando por ministros, federaciones, atletas, medios de comunicación y hasta el propio fanático de los deportes salieron a sus deportistas de los ataques galos. Los noticieros dedicaron esta semana un promedio de 20% a la polémica, deportistas como Sergio Ramos le enviaron mensajes a los franceses y hasta un camión con unas pantallas pasea por las calles de Madrid mostrando los mensajes que envían los españoles al Twitter con el hashtag #GanamosPor.

Del lado de los franceses no hacen mucha alharaca del tema, no temen represalias ni a las demandas de los españoles y se defienden en que el humor francés siempre ha sido así y ellos hasta de sus atletas se burlan de esa manera. Inclusive uno de los autores de la broma le echó mas leña al fuego exclamando «En España la gente se pasa todo el día hablando de deporte porque es de lo único que pueden sentirse orgullosos, con un 25% de desempleo».

Como dice el título, los atletas se han convertido en nuestros próceres de hoy en día, despiertan admiración, furor y en muchos países como por ejemplo, de quienes estamos hablando antes, España, son parte de una nueva realeza en la que muchos casos su pueblo se siente orgulloso de tener y cualquier falta de respeto, agresión o burla hacia nuestros símbolos será reprimida con el la mayor furia patriótica.

Basta solo recordar durante la Copa America 2011 como reaccionaron los venezolanos ante las burlas del Hugo Sanchez de mentira o las criticas del periodista mexicano David Faitelson hacia nuestra Vinotinto.

Esperemos que el conflicto entre España y Francia se resuelva tranquilamente, si es posible en una cancha de juego y que no mezclen política con el deporte… De eso casi nunca sale nada bueno.

Geissler Paúl

@geisslerpaul