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Chavismo-Madurismo

Eddie A. Ramírez S. Ago 25, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
Las tareas y sus dificultades

Las tareas a emprender son muchas y complejas. La destrucción ocasionada en todos los sectores por el régimen de Chávez-Maduro casi no ha dejado piedra sobre piedra.

Recuperar la industria petrolera, los sectores  agrícola y eléctrico, así como el suministro de agua es urgente y relativamente fácil de solucionar. Los recursos financieros se pueden conseguir con organismos internacionales y hay disponibilidad de los trabajadores y gerentes que se requieren. Depurar la Fuerza Armada también es urgente y sin mayores complicaciones. Sanear el Poder Judicial es urgente y espinoso. La salud, educación, ciencia y tecnología son más importantes a mediano plazo y más complejas de solucionar por déficit de personal.

No contamos con un Hércules que limpie los excrementos para proceder a la reconstrucción. Nos corresponde a todos contribuir a enderezar entuertos, rehacer lo que sea necesario, sembrar nuevas ideas y tecnologías que han sido exitosas en otros lares. Así como descartar las locuras que ha intentado imponer el régimen. ¿Por dónde empezar? ¿Cuál es el grado de dificultad de cada tarea?

 Sector petrolero 

La actividad petrolera se puede recuperar con un poco de voluntad. Como primer paso hay que contar con gran parte de los trabajadores que laboran actualmente en Pdvsa, sustituir a algunos gerentes y a todos los directores, reincorporar a los despedidos ilegalmente que hagan falta, reconociendo al resto los derechos violados. Así mismo, otorgar autonomía a las empresas mixtas y reducir la participación accionaria del Estado. Como segundo paso hay que permitir la participación de empresas cien por ciento privadas en toda la cadena del negocio.

 Sector agroindustrial

El sector agrícola puede responder a corto plazo si se garantiza seguridad personal y jurídica, se otorgan créditos, se eliminan los controles de precios y la intervención del Estado. El negocio de los fertilizantes y de otros insumos, así como los silos deben pasar al sector privado. Además, deben diseñarse incentivos a la productividad y reforzar los centros de investigación y de asistencia técnica.

 Sectores eléctrico e hidrológicas

El sector eléctrico está muy deteriorado, con graves problemas de generación, transmisión y distribución de electricidad. El suministro de agua tiene limitaciones de captación, conducción a los centros poblados y distribución a los hogares. Afortunadamente contamos con personal técnico capacitado que debe sustituir a los comisarios políticos que hoy están a cargo.

 Sector militar

Los atropellos cometidos por efectivos de la Fuerza Armada, así como la corrupción, justifican la preocupación de la ciudadanía sobre el futuro de la misma. Sin embargo, el problema a resolver es menos complejo de lo que piensan muchos. Al ser una organización piramidal, basta con sustituir total o parcialmente al Alto Mando, así como enjuiciar a los corruptos y violadores de los derechos humanos.

Habrá que determinar, caso por caso, la posible reincorporación de oficiales retirados arbitrariamente. Así como desagraviar a quienes se les violaron sus derechos. También habrá que sustituir a los oficiales que ocupan cargos en la administración pública sin tener las credenciales necesarias. La Fuerza Armada tiene un papel que cumplir en el desarrollo del país, siguiendo los lineamientos de los civiles que ocupan cargos de decisión.

También tienen el derecho y obligación de hacer planteamientos a través del Alto Mando, pero acatando las instrucciones del presidente de la república.

 Sector judicial

El Poder Judicial siempre ha tenido manchas. Algunos jueces llegaron a esa posición por cuotas de los partidos políticos de entonces y probablemente la mayoría de los actuales fueron designados por ser rojos. La corrupción, tanto por dinero, como por razones políticas es conocida.

Los demócratas  deseamos que, por ejemplo, sean enjuiciados una Marjorie Calderón y un Isaías Rodríguez. También los magistrados de la Sala Constitucional y la Electoral.

¿Será factible? ¿Quiénes juzgarán a los delincuentes del régimen? ¿Habrá que constituir tribunales especiales imparciales? Quizá esta es la tarea más compleja. Sería indeseable que se repita la historia del fanatismo del Tribunal de Responsabilidad Administrativa del trienio 1945-1948.

 Salud, educación, ciencia y tecnología

Estos sectores tienen limitaciones de recursos humanos. Los de mayor experiencia se han jubilado o han emigrado. La salud de los venezolanos está deteriorada por falta de alimentación y de medicina preventiva. La educación siempre ha tenido fallas. Chávez-Maduro y su caterva de funcionarios corruptos e ineptos llegaron al poder por fallas del sistema educativo que no formó buenos ciudadanos. 

Contamos con profesionales que tienen soluciones a los problemas citados. Para emprender estas tareas requerimos el cese de la usurpación. Para ello, la unidad opositora sigue siendo requisito necesario, aunque no suficiente. El presidente (e) Guaidó volvió a convocarla. La mayoría aceptó. Otros están poniendo objeciones. La historia no perdonará

Como (había) en botica

* El poco petróleo que produce Pdvsa no lo exporta, sino lo bota en playas del Parque Nacional Morrocoy.

* Lamentamos el fallecimiento de Pedro Eloy Tineo y Francisco Pérez Santana, compañeros de Gente del Petróleo y Unapetrol

* ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Orlando Viera-Blanco Ago 04, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
Lo bueno, lo malo y lo desconocido
El chavismo-madurismo será causa de su caída. Una nueva era de liberación nacerá de una profunda valoración ética. La pregunta es si hemos construido los elementos de convicción moral, cívica y grupal que nos lleven a ese nuevo ciclo de convivencia.

@ovierablanco

Los procesos de transición de cualquier naturaleza, políticos, económicos, corporativos, individuales tienen un orden. Los hechos determinan las consecuencias. No lo contrario. En términos éticos Nietzsche (La genealogía de la moral ), nos dice que la mutación de lo bueno y de lo malo obedece a una lógica del resentimiento (malvado) contra los valores naturales o nobles de un momento.

Un episodio, un derroche de voluntad (inseparable del poder), un hecho enciende el cambio.

Pero ese hecho, ese episodio, esa voz encendida vienen precedidos de una acumulación de resentimientos que pulsan “el levantamiento de las castas”, la denominada rebelión de los esclavos contra los señores. Es la llegada de la nueva moral, del nuevo orden…

De Gómez a Betancourt. De lo malo a lo bueno

Juan Vicente Gómez representó el fin del positivismo criollo-autoritario transicional. Un mal, un gendarme necesario. Gómez puso fin a montoneras y bochinche. Los valores de la libertad o de la igualdad aún no eran suficientes para negar la vida. El “resentimiento democrático” iba en crecimiento. Las castas dominantes entre guerreros y sacerdotes aún dominaban la impotencia de los empobrecidos quienes permutaban paz, orden y trabajo por aspirar a poder, libertad y derechos.

¿Cómo superar ese estado de indigencia que no demanda libertad a cuenta de abnegación o privilegios? La cultura judeocristiana del espíritu, de la consciencia humana razonable e inteligente que se antepone a la jerarquía del poder de los nobles, produce un juicio de valor “evolutivo” (lo bueno y lo malo – Gut und Böse) donde existe otra vida después de la muerte. Y quien dispone es Dios. Ese sentimiento de liberación es el factor de racionalización colectiva que cuestiona el status quo, se rebela al opresor y conduce a la reforma.

Gómez, aunque taita redentor, no era Dios. Vino a darle “sentido a la vida” a través de “paz y orden”. Pero la libertad, la voluntad de poder de los débiles, de las masas, del pueblo, fue minando el sentido moral del gendarme. El nutriente de la cultura occidental que alimenta nuestro instinto (y nuestro espíritu) y hace que los pueblos justifiquen su vida, su alegría, su propia prosperidad, de la llegada de un mesías a tierra de gracia. Mientras ello ocurre (o no), la naturaleza “del resentimiento” pulsa nuevos movimientos…

En esa espera, la crueldad, la pena y la culpabilidad nos inmolan y nos inmovilizan sobre la base del “castigo merecido”. Es aquí donde la razón sufre un segundo momento y se rebela a cualquier Dios. Vivimos un nuevo momento transicional de lo cósmico a lo ciudadano.

La Ilustración (igualdad, libertad, fraternidad) retomó su empuje a principios del siglo XX, con el fin de los mandamases. El eurocentrismo grecorromano, socrático, aristotélico, platónico y justiniano reemerge para darle un nuevo sentido a la vida: el valor de la democracia y la libertad. La generación del 28 asumió ese liderazgo. Una nueva transvaloración de lo malo a lo bueno…

López Contreras abre las puertas del pensamiento institucional no censitario. Isaías Medina ­primer soldado de la democracia- es derrocado en medio de un proceso de maduración del voto directo y universal. Gallegos paga las consecuencias de las secuelas del orden uniformado. Pérez Jiménez bebe de la prosperidad petrolera y de un proceso de urbanismo, educación y bonanza irreductible, prorrogando la “justificación” del hombre de sable, bota y sota. Y llega Jóvito Villalba -el hombre de la transición democrática- que capitaliza Rómulo Betancourt. Comenzaba un nuevo ciclo bueno: la democracia.

De Betancourt a Chávez. De lo bueno a lo malo

La victimización vicaria que aún vivimos (de Tijuana a la Patagonia, no es solo nuestro) es el resultado de procesos de reflujos históricos que hemos tratado de superar a través de la cultura del perdón, de la contrición con propósito de enmienda y la conmiseración. La democracia de la vieja Atenas, el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo, viene a convertirse en un “gobierno de los justos” que implica un acto de profunda inclusión y transformación. Ya no son los nobles, guerreros o sacerdotes en el poder. Ahora es el ciudadano y el pueblo cuya voluntad demanda poder político.

Desde un punto de vista genealógico, el Pacto de Punto Fijo fue un gran acto de redención política. Duró mientras perduró la percepción de bueno; en la medida que la democracia daba sentido a la vida, porque en ella había oportunidades, libertad y progreso. El puntofijismo se hizo bipartito y estrecho cuando nació un nuevo resentimiento devenido de la exclusión, el rechazo, el olvido, la indiferencia, y, en fin, la negación de la otredad.

El deterioro y la banalización agitaron la cultura del resentido. Y llegó Chávez desatando todos los demonios. ¿Reconocemos y asumimos tal responsabilidad?

De Chávez al nuevo orden. De lo malo a lo desconocido

El chavismo-madurismo será la causa de su caída. Una nueva era de liberación será consecuencia de un proceso de profunda valoración ética. La pregunta es si hemos construido los elementos de convicción ética, cívica y grupal que nos lleven a ese nuevo ciclo de convivencia. No es tarea de un hombre. Es una misión inmensamente colectiva y cultural. No basta salir del régimen. Es salir también de nuestros propios atavíos y prejuicios. Y seremos buenos… y libres.

*Embajador de Venezuela en Canadá

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

La revolución pernil, por José Domingo Blanco

ES CASI OBLIGATORIO EN DICIEMBRE, el último mes del almanaque, hacer un recuento de lo más trascendente del año que casi termina. 2018 está a muy pocos días de finalizar y, en resumen, el grado de putrefacción del Estado -aunado al retroceso, deterioro y pobreza que han venido arrastrando- no se detuvo. Este desgobierno no metió reversa, ni enmendó sus errores porque, lo que para nosotros son aberraciones con consecuencias nefastas; para ellos, son la garantía de perpetuidad y control.

Ni en 2018, ni en ninguno de los años que suma en su haber el chavismo/madurismo, han aplicado los correctivos que urgen para comenzar a enderezar la terrible situación económica, política, moral y social que vivimos en Venezuela, que empeora a pasos agigantados, causando daños muy profundos. Daños lamentables y dolorosos. La crisis la han “gerenciado” a su favor para que les produzca los réditos que los sostienen mal gobernando. Las últimas medidas, con las que Nicolás intentó hacernos creer que buscaba frenar la hiperinflación, fracasaron: el país se desangra, la corrupción sigue su escalada y el régimen se fortalece y alimenta de las ruinas que él mismo genera. Una especie de “corruptofagia” – si me permiten el término- que engorda a estos comunistas que, ¡por fin!, lograron hacerse con el poder, luego de cuatro décadas de dictadura de partidos.

Hoy, este régimen acumula 20 años demostrando por qué el comunismo es una ideología que depende de la pobreza, de la opresión, del hambre y de las limosnas a las que acostumbran a los ciudadanos que transforman en pacíficos mendigos. ¡Han tenido éxito! Porque han tenido años en el poder y muchos recursos. Porque cuando un grupo de ciudadanos sale a las calles a protestar por un trozo de pernil que no llegó en la caja Clap como les ofrecieron, en vez de rechazar al promotor del hambre y la pobreza inducida, entonces, sin duda, este régimen demuestra que ha logrado su objetivo y que, hecho el paisa, Maduro le mete la sobre marcha a su proyecto hegemónico, se pondrá de nuevo la banda presidencial el 10 de enero -¿o antes?- se juramentará donde le apetezca y seguirá imponiendo este modelo destructivo, sin importarle si los gobiernos del mundo lo desconocen. ¡Se ha dado inicio a la Revolución Pernil!

El año que terminará dentro de escasos días encierra una tragedia desproporcionada que supera a todas las anteriores. Fue un año hostil y sórdido para muchos venezolanos que, a pesar de las tristezas, la soledad y la fragmentación de las familias, nos resistimos a bajar la Santamaría o acallar nuestros reclamos. 2018 fue infinitamente cuesta arriba para quienes seguimos de pie en Venezuela. Fue una prueba de resistencia que, mes tras mes, aumentó sus niveles de dificultad hasta llevarnos casi a la asfixia. Muchos, no resistieron las manos estranguladoras del régimen en sus cuellos. Algunos se marcharon. Quizá muchos, en especial nuestros jóvenes, para aumentar el dolor de tantos hogares desmembrados. Otros, más viejos o enfermos, murieron esperando ver algo de condolencia en los ojos de este monstruo en que se ha convertido el Estado ¿Saben que es lo más inquietante? Que aún no se vislumbra la calma. Tampoco el cambio. Y entonces, es cuando todo parece indicar que nos espera un 2019 no muy diferente; a pesar, de las hojas de ruta y los planes estratégicos para la reconstrucción del país una vez que logremos extirpar este cáncer que diezma a Venezuela. Tenemos muchos “Día Después”. Y lo celebro. Celebro esas iniciativas que hablan de la reconstrucción de nuestra nación. Solo siento que falta algo importantísimo: ¿cuál es el plan para los días anteriores; el que nos lleva con éxito a ese “Día Siguiente”?

Todos los que somos dolientes, los que padecemos en carne viva estás llagas abiertas y supurantes que arden en nuestro gentilicio y en nuestro amor por Venezuela, seguimos apostando por esa sociedad civil que no quiere tirar la toalla. No es cualquier cosa la que está en juego: es nuestra Venezuela, es nuestra gente. ¡Es nuestra tierra devastada por unos delincuentes a quienes la Navidad les dura todo el año porque saquearon al país y están disfrutando el botín, que es algo más que hallacas, un pernil y un pan de jamón!

Los venezolanos hemos sido testigos –incluso protagonistas- de lo que, espero, dentro de unos años será parte de una historia oscura y muy dolorosa que debe ser contada para que nunca jamás se repita. Y, por favor, léanlo con el énfasis que quiero imprimirles a esas palabras: ¡nunca jamás! Así que, quizá no será ésta; pero, vamos a enfocarnos y a trabajar para que la Navidad de 2019 no se parezca a esta, y por fin, después de 20 años, recibamos un año venturoso y feliz, como merecemos.

Qué el Niño Jesús escuche nuestras súplicas y nos sorprenda con el regalo país que todos anhelamos. Nos reencontraremos en 2019, mis apreciados lectores. Tengan todos, la mejor Navidad posible.

@mingo_1

 

¿Nos están animalizando? por José Domingo Blanco

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Venezuela transita por la crisis más cruenta jamás vista en nuestra historia. Quizá, por eso llamó mi atención un término que acuñó el abogado Juan Carlos Sosa Azpúrua, en la entrevista que le hice el pasado lunes, para explicar la razón por la cual hemos llegado a niveles tan deplorables. El régimen, a su juicio, en estos largos y miserables 17 años, logró la “animalización de la Sociedad Civil”. Si a ello le sumamos el éxodo masivo de venezolanos (en su mayoría clase media, profesional, trabajadora y productiva) cansados del juego político que han llevado adelante el régimen y la dirigencia opositora, obtenemos el caldo de cultivo perfecto para que el desgobierno “siga usurpando el poder”, como aseguró mi entrevistado.

 

De nuestra conversación, rescato algunos de sus planteamientos porque son un llamado a esa población que, en momentos puntuales de estos años de Chavismo-Madurismo, logró frenar sus intenciones. “Nuestro problema surgió cuando le entregamos el testigo a la dirigencia opositora, y ésta comenzó a cohabitar y cogobernar con el régimen, legitimándolo”.

 

En más de una ocasión, he escuchado a algunos voceros asegurar que nuestra crisis actual puede solventarse con las próximas elecciones del 6 de diciembre. Sin embargo, para Juan Carlos Sosa Azpúrua, ese tipo de comentario es nocivo porque, “cuando a los electores se les vende una ilusión, y esa no se ve satisfecha, lo que viene después es mucha rabia, depresión y decepción. Eso condimenta aún más el caldo de una situación intolerable a punto de estallar”.

 

Sosa Azpúrua advierte que el asunto con las parlamentarias es “que se le han creado a los electores unas expectativas que no se pueden cumplir. Porque en esa Asamblea, en un país gobernado por un régimen totalitario, no se puede hacer nada de lo que están prometiendo los candidatos al parlamento”.

“El país no está para elecciones en el contexto que estamos sufriendo. El régimen ha demostrado, después de 17 años en el poder, que no tiene ninguna capacidad para corregir los problemas, sino que, por el contrario, los crea conscientemente. Los que están en el poder, no tienen ninguna intención de que el Bolívar recupere su valor, de que el aparato productivo se reactive, que la gente tenga empleo, que Venezuela esté en la comunidad internacional como un país serio y no como uno forajido. El objetivo de esta gente –la que usurpa el poder, porque ellos perdieron la legitimidad de ejercicio y la legitimidad de origen cuando se ′robaron′ las elecciones pública y notoriamente- es empobrecer a la sociedad, volvernos completamente miserables”.

 

Porque, para el abogado, volvernos miserables, es característico de los regímenes totalitarios y comunistas. “Cuando la gente de la supuesta oposición le da trato y legitimidad, y están dispuestos a cohabitar y a cogobernar con el régimen, te das cuenta que, en ese aspecto, la política está entregada. Tampoco vemos una lucha por salir del problema de raíz, sino, básicamente, el planteamiento es seguir poniéndole pañitos calientes a un enfermo que está en etapa terminal.  Se lucha solo en el plano electoral. Y como el régimen ha sido muy astuto, crea elecciones todos los años. Los circos electorales se montan anualmente y entonces todo se cubre con una gran cortina de humo, donde el único objetivo del país se reduce a votar o no votar. Y la dinámica de la discusión política y la de los problemas pasa a un tercer plano. Aquí no hay debate político. Sólo se escucha el argumento de que hay que salir a votar porque, en la medida en que la MUD vaya conquistando espacios políticos, vamos a tener posibilidades de salir de esta pesadilla a través de una vía bonita, democrática y pacífica. Simplemente, manchar el dedo de morado: esa es la gran lucha por Venezuela”, reflexiona.

 

Le comento, en medio de la entrevista, que cifras recientes le dan a la oposición MUD una gran ventaja en las parlamentarias; e indican que el oficialismo estaría perdiendo por 30%. Le recuerdo que 70% de los encuestados evalúa negativamente la gestión de Maduro, sin dejar a un lado su popularidad, la cual alcanza tan sólo un 24%. ¿Con estos escenarios, se puede ganar unas parlamentarias?  Pero, Sosa Azpúrua responde que estas cifras son la repetición de lo que siempre hacen las encuestadoras: vender un triunfalismo. “Siempre se genera el momentum para hacer creer que por la vía electoral se puede lograr el objetivo. Si revisamos los más recientes estudios, nos hacen creer que en el 2010 perdimos las elecciones, cuando en realidad, la oposición logró 51% de los votos. Sistemáticamente, hemos venido siendo mayoría. Desde el año 2004, cuando se robaron el referéndum revocatorio, hemos sido mayoría. Han venido ocurriendo fraudes sistemáticos que la MUD ha decidido silenciar. No ha dado el golpe a la mesa para romper el juego macabro que controla el régimen. Porque la dinámica que está en este momento en marcha le permite a la MUD tener una participación política activa. La Asamblea es un símbolo de poder muy importante y dudo que el régimen vaya a perderlo. Cuando eso ocurra, los analistas dirán que Maduro logró cohesionar al país, gracias al sentimiento nacionalista que despertó. Y le echarán la culpa a la abstención. Mareando a la gente con una matriz de opinión en la que solo importa si votas o no votas. Si votas eres bueno. Si no votas eres malo”.

 

“En el 2002, cuando la sociedad tenía el poder, su fuerza hizo que cayera el régimen. En el 2004, también con la sociedad civil al frente, ganamos el Referéndum Revocatorio. Ese triunfo y el fraude que se cometió como consecuencia, fue lo que hizo que se produjera la famosa abstención del 2005; pero, la sociedad civil se organizó y demostró que más del 75% del país quería salir de esa pesadilla. Con esa acción se deslegitimó a la Asamblea y al Consejo Nacional Electoral. El problema estuvo en que le pasamos el testigo al sistema político. Y éste nos traicionó porque no desmanteló al CNE, ni pidió la depuración del sistema electoral. Por el contrario: solicitó el cronograma para las elecciones presidenciales, se puso en campaña y reconoció a los diputados del PSUV que fueron electos con menos del 15% de los votos”, señala.

 

En momentos difíciles hay que pedir propuestas. Soluciones. Sin titubear, responde que la Sociedad Civil tiene que reorganizarse, aun cuando se encuentre debilitada. “Hay que pedir la renuncia de Maduro del cargo que usurpa. Establecer un gobierno de transición, depurar al país y limpiar sus instituciones. La Sociedad Civil tiene que despertar de nuevo y quitarle el testigo a la dirigencia de los partidos, porque ellos entregaron la política. Ellos cogobiernan con el régimen. Estamos secuestrados por un régimen al que le interesa mantenernos animalizados. La Sociedad Civil tiene que solicitar la restitución del orden constitucional. Como venezolanos tenemos el derecho de reaccionar y trascender el tema electoral. No podemos seguir entrampados en lo electoral, porque seguimos metidos en el terrero de un juego que controla completamente el régimen. No estamos solucionando el problema. Están reduciendo nuestra dignidad de seres humanos. Nos están tratando como animales y esa es la mayor violencia que puede haber”.

 

mingo.blanco@gmail.com

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