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Jimmy Morales asume este jueves la presidencia de Guatemala

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GUATEMALA (AP) — La ilusión que generó la victoria del comediante Jimmy Morales en las elecciones presidenciales de fines del año pasado dio paso una sensación de desconfianza y ansiedad bastante palpable a 24 horas de la juramentación del nuevo mandatario.

El triunfo de Morales parecía representar el inicio de una nueva era tras décadas marcadas por la inestabilidad política, la pobreza, la corrupción y la violencia.

En la víspera de la ceremonia de traspaso de poder no se sabe cuál será su gabinete ni cómo piensa hacerle frente a los grandes desafíos que tiene por delante. Además, Morales sufrió un fuerte revés político cuando unos fiscales pidieron que se le quitase la inmunidad a un legislador y asesor aliado, acusado de violaciones a los derechos humanos durante la sangrienta guerra civil.

«Es un presidente que llega sin partido, sin cuadros y con un aparato estatal realmente en ruinas financiera e institucionalmente», dijo Edgar Gutiérrez, coordinador del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad Estatal de San Carlos de Guatemala.

Gutiérrez dice que la expectativa sobre el gobierno de Morales nunca fue muy alta. Morales, un comediante y actor, llegó al poder en medio del rechazo de la población a la clase política y en particular al entonces presidente Otto Pérez Molina y a su vicepresidenta Roxana Baldetti, quienes renunciaron ante la presión social y hoy guardan prisión acusados de corrupción.

Morales ganó la presidencia el 25 de octubre pasado de 2015, luego de que enormes movilizaciones contra la corrupción derribasen al gobierno y desde entonces no se le ha visto mucho, con excepción de una gira por los países miembros del Sistema de Integración Centroamericana y una visita a organizaciones de inmigrantes guatemaltecos en Estados Unidos.

Los últimos 15 días ha estado recluido, sin presentaciones públicas ni declaraciones a la prensa hasta el miércoles cuando reapareció junto al Presidente en la entrega de 30 casas a personas damnificadas al deslave de tierra ocurrido en octubre pasado.

El presidente electo no cumplió una promesa de cubrir varios ministerios clave para diciembre, incluidos los de educación, economía, salud, defensa y del interior. Mientras no se sepa quiénes son los elegidos, persistirá la sospecha de que Morales puede acudir a la vieja clase política.

Según Gutiérrez, Morales debió aprovechar los últimos dos meses para forjar alianzas que facilitasen la gobernabilidad de este país, «pero no lo hizo».

El líder indígena Daniel Pascual pronostica un «gobierno débil».

Pascual, líder del Comité de Unidad Campesina, una de las organizaciones más grandes del país que aglutina a indígenas y campesinos, dice que Morales no ha sellado acuerdos con las agrupaciones indígenas y campesinas y que eso provocaría problemas para responder a las demandas sociales.

«Ha dicho que hay algunos indígenas con él, pero no los que hemos venido a hacer propuestas de cambios estructurales», manifestó.

El vocero del presidente electo Heinz Heimann dijo, vía mensaje de texto a The Associated Press, que el equipo de gobierno de Morales «estará a la altura de las expectativas y las necesidades» de Guatemala.

«Instamos al pueblo guatemalteco, a los diferentes sectores, a que se integren al desarrollo nacional desde los diferentes áreas de acción, en lo público y en lo privado», expresó.

Pero no anticipó programas ni dio nombres de los nuevos ministros.

«No hay suspicacia en nuestro actuar, el gobierno se reserva el derecho de dar información de manera pertinente para mantener informada a la población», se limitó a decir.

A Morales se le complicaron las cosas cuando la fiscalía solicitó el retiro de la inmunidad de uno de sus principales asesores, el militar retirado Edgar Justino Ovalle, elegido diputado y quien ha sido vinculado con violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil de 1960-1996.

En el mismo caso fueron detenidos 13 militares retirados, muchos de ellos miembros activos de la Asociación de Veteranos de las fuerzas armadas, una agrupación que apoyó al partido Frente de Convergencia Nacional que llevó al poder a Morales. Ovalle es fundador de su partido.

Aunque Morales ha negado su vinculación con militares, numerosos observadores opinan que las últimas novedades lo han dejado sin un sector cercano a él, que influía en sus decisiones.

Para Gutiérrez, las detenciones de los militares constituyeron un llamado de atención. Fue como decirle «mire, señor Morales, seleccione mejor sus aliados, a las personas con las que va a gobernar, porque son personas que no califican, que tiene señalamientos graves», dijo el experto.

La juramentación de Morales es seguida de cerca desde Washington y contará con la presencia del vicepresidente estadounidense Joe Biden, lo que tiene un significado especial: será la primera vez en 30 años de gobiernos civiles y democráticos que Estados Unidos envía un representante de ese nivel a un cambio de mando.

«Está claro que no es por Morales que viene, es porque el Triángulo Norte ha pasado de ser una de las cinco prioridades de seguridad nacional de Estados Unidos en el mundo», dice Gutiérrez, aludiendo a Guatemala, Honduras y El Salvador, países sacudidos por la violencia del narcotráfico, que está generando grandes oleadas migratorias de gente que intenta llegar por cualquier medio a suelo estadounidense. «Es una advertencia clara de que Guatemala ya está en el filo de ser calificado como estado fallido y la potencia más cercana y grande no está dispuesta a permitirlo».

Biden visitó el país el año pasado para participar en conversaciones con líderes de la región sobre un pedido de asistencia por 1000 millones de dólares destinado a mejorar la seguridad y la calidad de vida y a reducir las tasas de emigración.

Quienes quieren reformas profundas se muestran impacientes y convocaron para el sábado a una manifestación para recordarle al nuevo presidente que debe cumplir su promesa de campaña «Ni corrupto ni ladrón».

«A Jimmy Morales puede ser que le toleren la inexperiencia, la mala selección a unas gentes, que se equivoque, pero no le van a perdonar que haga oídos sordos o tolere casos de corrupción, ni sospechas de que él se involucre en eso», dijo Gutiérrez.

 

Evo Morales asume su tercer mandato en Bolivia

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Con información de EFE

El presidente Evo Morales asumió este jueves por tercera vez consecutiva la Presidencia de Bolivia tras jurar su cargo en la ceremonia oficial de investidura celebrada en el Parlamento boliviano.

Morales inició un nuevo mandato para el periodo 2015-2020, en un acto al que asistieron los gobernantes de Brasil, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Trinidad y Tobago y Venezuela, entre otros invitados internacionales.

Con este tercer periodo en el Gobierno, el presidente boliviano se convertirá en el mandatario que más tiempo ha regido el destino de este país suramericano.
Minutos antes de jurar el cargo, Morales recibió a cinco dirigentes indígenas y sindicales leales a su Gobierno en el Palacio Quemado de La Paz y les entregó simbólicamente la banda y medalla presidenciales para que las llevaran al Legislativo.
«Espero cumplir dignamente este mandato, un mandato sagrado (que) tengo la obligación de depositar al pueblo, y ustedes representan al pueblo boliviano», señaló el mandatario.
Vestido con un traje oscuro adornado en la pechera y cuello con motivos andinos y con camisa blanca sin corbata, Morales se dirigió después a la Asamblea Legislativa para su investidura.
Previamente, Álvaro García Linera juró como vicepresidente de Bolivia, cargo que también conlleva la Presidencia del Parlamento, en el que el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), tiene la mayoría.Tras la lectura de la ley de proclamación del presidente y vicepresidente, Morales juró su cargo por «la patria y el pueblo boliviano» con el puño izquierdo en alto, la señal que identifica al MAS.
Evo Morales y García Linera fueron reelegidos para un tercer mandato hasta 2020 en los comicios generales celebrados en octubre pasado con el 61,3 % de la votación.
Asisten a la tercera investidura del gobernante boliviano los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff, quien visita este país por primera vez; de Costa Rica, Luis Guillermo Solís; de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Horacio Cartes; de Trinidad y Tobago, Anthony Carmona, y de Venezuela, Nicolás Maduro.
También han arribado los vicepresidentes de Argentina, Bielorrusia, Cuba, Nicaragua y Perú, además del presidente del Congreso de los Diputados de España, Jesús Posada, entre otros representantes internacionales.

 

Un día antes de asumir oficialmente, Evo Morales vestía como un emperador inca, el presidente boliviano juró  para su tercer mandato en una ceremonia ritual andina en la ciudadela arqueológica de Tiwanaku.

La ceremonia, la tercera que realiza desde que llegó al poder en 2006, fue oficiada en este poblado altiplánico ubicado 57 kilómetros al este de La Paz en un complejo arqueológico de piedra ante cientos de invitados nacionales y extranjeros..

Morales en el primer indígena que gobierna el país y con estos gestos busca reforzar lazos con los indígenas, cuyas reivindicaciones relegó en los últimos años, dijo a The Associated Press el profesor universitario de ciencia política Marcelo Silva.

En las elecciones de octubre ganó con 61% de los votos gracias la extraordinaria bonanza que vivió el país durante casi una década por los buenos precios de las materias primas, lo que amplió su popularidad.