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Antirretroviral

Ene 31, 2018 | Actualizado hace 5 años
Personas con VIH optan por emigrar de Venezuela

DESDE EL AÑO 2009, las personas que han contraído el Virus de Inmunodeficiencia Humano (VIH) vienen presentando serias dificultades en el acceso a los medicamentos antirretrovirales y otros insumos de salud que garantizan su calidad de vida.

La migración de venezolanos como consecuencia de la crisis social, política y económica que vive el país se ha incrementado de manera exponencial en los últimos años, acentuándose aún más en meses recientes.

El desabastecimiento de comida, la inseguridad, el desempleo, la hiperinflación y calidad de vida se suma a la aguda crisis del sector salud que ha alcanzado proporciones abismales, prueba de ello es la falta de atención en los principales centros hospitalarios y asistenciales, los denominados “paros técnicos” o la atención a “estrictas emergencias”, lo que nos ha sumido en una emergencia humanitaria compleja.

Los Migrantes

Muchos de los migrantes presentan condiciones crónicas de salud que los ha obligado a irse en búsqueda de un país que les garantice el derecho a la salud y el derecho a la vida que en Venezuela se les ha arrebatado.

En la actualidad, el ministerio para la salud ha registrado unos 88 mil venezolanos con VIH en el programa de suministro de tratamiento antirretroviral, de los cuales más de 2 mil quinientos son niños menores de 12 años de edad.

Se estima que en el país, alrededor de un millón doscientas mil personas pudieran haber contraído el virus que causa el Sida. Oficialmente se conoce que en Venezuela al menos 11 mil personas son diagnosticadas con el VIH todos los años, nacen unos 600 niños con el virus por año y mueren al menos 2 mil trescientas personas por causas derivadas del Sida anualmente. El VIH avanza aceleradamente en un país que para la primera década del siglo XXI llegó a ser ejemplo en el hemisferio, por tener uno de los mejores programas públicos de atención y entrega gratuita del tratamiento antirretroviral.

Desde el año 2005 el gobierno nacional no desarrolla programas ni campañas de prevención del virus, aunado a esto, la escasez de antirretrovirales se ha agudizado de tal manera que ronda el 90%, lo que ha generado que la epidemia de VIH esté fuera de control.

Realidad de quienes han salido del país para “salvar su vida”

Muchos venezolanos con VIH, han emigrado en búsqueda de calidad de vida, de proteger su derecho a la salud, dada la inestabilidad que se vive en país, así como a las fallas en el suministro de antirretrovirales, al acceso de pruebas para detección primaria, monitoreo y control del virus, fórmulas lácteas para recién nacidos de mujeres con VIH que no pueden amamantar, condones para la prevención y fármacos para tratar infecciones oportunistas como tuberculosis, toxoplasmosis, citomegalovirus, sarcoma de Kaposi, entre otras.

Entre los países que no poseen leyes, políticas o prácticas conocidas que nieguen viajes o la migración basadas únicamente en la condición de salud se encuentran: Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Panamá, Colombia, México, España y Estados Unidos, entre tantos otros, por eso se han convertido en los destinos preferidos para quienes deciden irse de Venezuela.

En Venezuela las personas que han contraído el VIH no solo se enfrentan a la escasez de antirretrovirales y reactivos para las pruebas sino también a la falta de especialistas infectólogos, lo que agrava la situación, viola el derecho a la salud, el derecho a la vida, entre otros, razón por la que, activistas y defensores de derechos humanos libran una dura batalla, pues aseguran que el gobierno nacional no garantiza ni la atención médica ni el arribo al país de los tratamientos para la infección, mientras las personas pasan el tiempo sin consumirlos y esto las expone a enfermedades peligrosas.

Luis Meza

Tal es el caso de Luis Meza, diagnosticado en 2013, quien decidió emigrar a Perú, tras 6 meses sin recibir sus antirretrovirales. Manifiesta que a los 15 días de estar en su nuevo hogar, logró acceder al tratamiento de manera semi-privada y al mes entró al programa público. Asegura que es sencillo ingresar al programa, “sólo hay que seguir los pasos y dejarse guiar”. Como todos los venezolanos que han decidido salir del país, extraña a su familia y sus tradiciones. En la actualidad tiene trabajo “fijo y estable” lo cual le ofrece calidad de vida.

Carlos Vásquez

Otro testimonio lo ofrece Carlos Vásquez, quien optó por Argentina, país al que llegó en marzo de 2016. Vásquez desde 7 años tiene VIH y emigró por la alta tasa de criminalidad en Venezuela y por el difícil acceso a la calidad de vida. Al llegar al país austral, contactó al doctor Pedro Cahn, quien fungía como jefe del departamento de infectología del Hospital Fernández de Buenos Aires y Presidente de la Fundación Huésped.

Asegura que “en los hospitales públicos hay que seguir un protocolo para recibir los medicamentos pero en las obras sociales y medicina prepaga es más complejo”. Como muchos venezolanos, anhela regresar para ayudar a reconstruir su país y sacarlo adelante, pero “con la escasez de medicinas y comida es complicado, sobre todo con mi condición de salud”.

Daniel Pérez

Daniel Pérez, es otro venezolano que tomó la decisión de salir del país, su destino fue España, donde reside desde 2016. Tiene dos años y medio viviendo con VIH, y emigró por no conseguir su tratamiento en Venezuela.

Asegura que en menos de una semana recibió tratamiento y atención médica a la vez que manifiesta que “no es nada difícil, es un derecho humano aquí en España y lo respetan”. Pérez tiene claro que fue una decisión acertada, pues cuenta con empleo y mejor calidad de vida, comenzando porque tiene Salud. “Me siento súper bien y seguro que es lo más importante, no tengo intenciones de volver a Venezuela”.

 

 

 

 

 

Una niña consigue vivir sin señales de VIH tras dejar la medicación

sida

 

En la lucha contra el sida, cada cierto tiempo surgen hallazgos sorprendentes. Son casos raros y, a priori, no generalizables para la mayoría de portadores del VIH, pero abren ventanas de esperanza por las que los investigadores pueden mirar para encontrar nuevos enfoques contra la enfermedad. En el congreso de la Sociedad Internacional del Sida, que se está celebrando estos días en Vancouver, se acaba de presentar uno: el de una adolescente francesa que ha controlado los niveles del virus después de 12 años sin terapia antirretroviral.

Es el primer caso en la historia de un niño que deja el tratamiento y consigue una remisión del VIH-1. Aunque la chica sigue infectada, puede hacer una vida perfectamente normal sin tomar ningún medicamento. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de un solo individuo, así que no se pueden sacar conclusiones firmes por el momento.

El hallazgo ha sido anunciado este lunes en Vancouver por el Instituto Pasteur, cuyos investigadores comenzaron a rastrear todos los casos pediátricos con VIH que habían recibido un tratamiento temprano al nacer. Lo hicieron tras otros dos de esos hallazgos que aportan nuevas perspectivas en la lucha contra el sida: el primero, la llamada investigación Visconti(2012), en la que esta misma institución mostró que existen grupos de adultos capaces de controlar el virus tras dejar la medicación si la comenzaron a recibir muy poco tiempo después de infectarse. El segundo, la famosa bebé de Misisipi (2013), una recién nacida de la que se creía había conseguido vencer al virus tras dejar los antirretrovirales, aunque sufrió un rebote dos años después.

En los archivos sobre casos pediátricos, los científicos del Pasteur comprobaron que una niña cuya madre no se trató durante el embarazo (algo que evita el contagio) recibió tras nacer un fuerte tratamiento profiláctico que fue retirado poco después. Al abandonarlo, los niveles del virus se dispararon, por lo que le aplicaron una potente terapia antirretroviral. Unos cinco años después, el sistema de salud francés perdió el contacto con esta familia, hasta que, cuando la niña tenía seis y medio, acudió al médico para confesar que había dejado la terapia hacía unos meses. Los análisis demostraron que la carga viral continuaba muy baja, así que se decidió no reanudar la medicación y hacerle un seguimiento observacional muy próximo para comprobar si los niveles se mantenían. Eso ocurrió en el año 2003. Hoy, 12 años después, el virus sigue controlado, algo que abre la puerta a investigar qué hay detrás de este fenómeno y cuán frecuente puede ser.

Asier Sáez-Cirión, español que lidera el estudio del que ha resultado el hallazgo, explica que lo primero que muestra es que una remisión prolongada es posible en niños. “Hemos visto que funciona con mecanismos similares a los adultos y que los mecanismos son muy distintos de aquellas personas que controlan el virus de forma natural (lo hace alrededor de un 0,5% de los infectados), en quienes se dan unos extraños parámetros genéticos. Aquí se vio que al dejar la profilaxis aumentó la carga viral, así que no es algo innato y parece clave el posterior tratamiento precoz. Lo que sucede es que no hay muchos niños que hayan empezado una medicación fuerte y mantenida durante cierto tiempo y luego la hayan interrumpido. Es raro y sabemos que la mayor parte de los niños y adultos que cesan no van a ser capaces de mantener bajos los niveles del virus. Así que es un primer paso, pero no suficiente. Tenemos que entender mejor por qué hay ciertos pacientes que controlan el VIH con terapia precoz, por qué otros no, y buscar marcadores para predecir quiénes se pueden beneficiar”, explica.

La transmisión de madre a hijo, que entre la gestación, el parto y la lactancia oscila entre el 15% y el 45%, se puede evitar si la madre sigue un tratamiento durante el embarazo. En la mayoría de los países desarrollados ya es casi inexistente y, recientemente, Cuba fue reconocido como el primer país del mundo en haber erradicado esta transmisión. Sin embargo, en otros lugares la infección de los recién nacidos sigue siendo frecuente.

La comunidad científica se muestra muy cauta ante este descubrimiento y hace énfasis en que hay que investigar más para conocer cuáles son los mecanismos que hay detrás de esta remisión y hasta qué punto puede ser frecuente. Sharon Lewin, responsable del Departamento de Enfermedades infecciosas de la Universidad de Melbourne y reputada investigadora en el campo del VIH, asegura que hallazgos como este pueden ser “muy inspiradores” para los enfermos, porque se comprueba que es posible una remisión, pero que no se debe perder de vista que se trata de un caso individual. “No sabemos cómo puede ser de común. Para eso hace falta poner en marcha ensayos clínicos que nos muestren la naturaleza de este fenómeno. Es necesario ensayar con dos grupos que hayan recibido tratamiento temprano y retirarlo en uno de ellos para comprobar la tasa de remisión sin medicamentos con respecto al otro”, explica la investigadora. Ya hay algunos estudios de estas características en curso. En alrededor de un año se empezarán a conocer los primeros resultados (en adultos) y se podrán sacar conclusiones más sólidas.