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¿Qué es primero la devaluación o la inflación? por Ángel García Banchs

La inflación va siempre primero, y la devaluación después.

Ciertamente, la devaluación del bolívar causa inflación (del componente importado), pero, cuando los gobiernos devalúan lo hacen debido a los males causados por la acumulación previa de inflación del componente interno – i.e. la escasez de divisas, la pérdida de competitividad, y las necesidades financieras del fisco causadas por la inflación acumulada (específicamente, al exhibir un incremento de precios superior a la registrada por nuestros socios comerciales).

El gobierno nacional en mayo aumentará otra vez los salarios a un ritmo superior al de la productividad, lo cual causará inflación de costos. También, gastará la totalidad del incremento de la renta petrolera (asociada al aumento reciente del precio del petróleo), lo cual causará inflación de demanda. Y, luego, tendrá que devaluar para corregir los desbalances producidos por la inflación causada.

Así, la recomendación política es obvia, para conquistar la estabilidad cambiaria el gobierno debe estabilizar primero la inflación, lo cual jamás podrá lograr si no da al traste con las políticas de decretos de aumentos salariales superiores a los de la productividad y las políticas de inyección no suavizada de los incrementos de la renta petrolera en el tiempo (i.e. si no se ahorra durante las vacas gordas para los tiempos de vacas flacas).

Ángel García Banchs

Profesor del CENDES y FACES/UCV

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Twitter: @garciabanchs

¿Es mérito de Chávez el alza del petróleo? por Ángel García Banchs

Hay que estar ciego, babeado por el comandante o, al menos, disociado de la realidad, para pensar que Chávez ha sido verdaderamente el artífice del alza del precio del petróleo desde 1999 a la fecha. La verdad es que Chávez y también los venezolanos en general hemos sido beneficiarios de un alza de casi 1.400% del precio del crudo desde 1998, pero, ningún venezolano, incluido Chávez, es responsable de dicho aumento (de 8$/barril a unos 120$/barril).

Pensar que, en verdad, el incremento del precio del crudo es mérito de Chávez es ignorar el crecimiento de la demanda petrolera proveniente de Asia (China, India, etc.) y los nuevos países avanzados. Implica también olvidar los problemas de oferta como los conflictos que han ocurrido en el medio oriente (e.g. la guerra de Irak, la primavera árabe, la crisis en Libia, etc.), entre otros factores. Pero, sobre todo, implica no comprender el rol fundamental que tiene hoy día la economía financiera y la política monetaria de los bancos centrales más importantes (la FED, y el BCE) en la sobrevaluación artificial del precio del crudo, que hoy más que una mercancía ha pasado a ser un activo financiero (e.g. los bancos de inversión del planeta compran petróleo a diario en papel; es decir, petróleo que nunca se despacha en físico, afectando, sin embargo, su precio).

En fin, al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios. Simplemente, Chávez, el Presidente de un país petrolero que cada vez produce menos petróleo no puede ser el responsable de lo que a nivel mundial ha ocurrido con el precio de esa mercancía/activo. Pero, para muestra un botón, si en 13 años no ha podido controlar los precios internos (i.e. la inflación), ¿cómo podría haber controlado el precio internacional del crudo?

En todo caso, la ignorancia es libre: si está ciego, o babeado por el comandante y, particularmente, si ello le hace dormir mejor, siga pensando que al Presidente Chávez le debemos la bonanza petrolera.

Ya para cerrar, desde 1998 a 2011 el PIB de Venezuela creció en promedio anual 2,4%; es decir, menos que en las otras economías de la OPEP, salvo Libia cuyo PIB cayó 28% en 2011 por la guerra; menos que LA, que creció 3,0% en promedio anual en el período; y menos que el mundo 2,7%.

¿Es ésta un revolución o una involución? ¿De qué ha servido el incremento del petróleo, si venimos rezagándonos respecto al resto del planeta?

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@garciabanchs

No importa lo que yo crea, sino lo que los mercados, los bancos e inversores crean. Pero, aún así, creo que están equivocados (aunque quien podría estarlo, en la práctica, sea yo). Me refiero a aquella parte del reciente aumento en el precio de los bonos venezolanos, que se ha atribuido al efecto Capriles y el efecto Chávez, efectos que no comparto.

No creo que existían razones objetivas para que el riesgo país de Venezuela disminuyese, como lo ha hecho en las últimas semanas, a raíz del aumento en la probabilidad de un cambio de gobierno (i.e. a raíz de que Capriles haya ganado las primarias abrumadoramente y Hugo Chávez requiera una nueva intervención para lidiar con su enfermedad). No lo digo, en ningún momento, porque no crea que Capriles pueda reducir el riesgo jurídico y político de invertir en el país, ni porque no esté capacitado para reordenar las finanzas públicas y la política monetaria del Banco Central de Venezuela. Con los excelentes aportes de José Guerra y Ricardo Villasmil, claro que podrá hacerlo. Sólo que creo que, objetivamente hablando, si Venezuela pagará o no su deuda en los años venideros dependerá más del pasado (la deuda acumulada en 13 años de chavismo) y el precio del petróleo, que de los cambios que Capriles pueda articular. Es decir, Capriles podrá reducir, a mi modo de ver, el riesgo de impago de la deuda a largo plazo, pero, no creo que puede afectar mucho lo que pueda pasar en 2013-2014.

La razón es sencilla. Capriles no podrá afectar, ni el pasado, ni el precio del petróleo, aunque, considero que, de tener que hacerlo, los mercados y los bancos del exterior estarían más dispuestos a reestructurar la deuda venezolana con Capriles que con Chávez. Ahora bien, lo que sí creo es que, con Capriles podría producirse una entrada de capitales si inteligentemente se organiza un proceso de apertura petrolera (concesiones petroleras). En ese caso, el escenario cambiaría.

En palabras llanas, dado el enorme endeudamiento contraído durante la Administración del Presidente Hugo Chávez, si estaremos en la capacidad y disposición de pagar la deuda en los años 2013-2014 dependerá fundamentalmente del precio del petróleo. Particularmente, si el precio del petróleo tiende a infinito podremos pagar con certeza, y si tiende a cero, dado que no tenemos acumuladas reservas internacionales suficientes, con certeza, no podremos hacerlo. Es decir, por encima de cierto precio del petróleo, dadas las exportaciones en barriles, contaremos con suficientes recursos para cumplir y, por debajo de otro nivel de precios, simplemente, no podremos hacer nuestros pagos. Peor aún, para cierto rango de precios del petróleo, si Capriles pagará o no la deuda dependerá de si se prefiere honrar los compromisos, al costo de una recesión y maxidevaluación, o si se prefiere incumplirlos para evitar estos males.

En fin, ya el mal está hecho (i.e. ya el país con Chávez se endeudó demasiado para financiar la expansión del consumo, en vez de la inversión para incrementar la exportación y la generación de divisas con qué pagar la deuda). Así que en el corto plazo, poco podrá definir Capriles, y sólo nos resta a los venezolanos esperar si, una vez más, el petróleo nos salva y nos permite cumplir los compromisos.

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@garciabanchs

Si el precio del petróleo está sobrevaluado por la política monetaria de los EEUU y la UE, como en efecto creemos, existe el riesgo de que más temprano que tarde éste caiga cuando dicha política cambie (e.g. en 2014), al menos si no se produce otro conflicto en el medio oriente, que limite la oferta petrolera, o un repunte de la economía europea, que estimule la demanda. En tiempos turbulentos como el actual, es incierto si el precio del petróleo disminuirá, debido a la recaída de la economía europea, o si aumentará, debido a los conflictos políticos del medio oriente u otros. Pero, una cosa sí sabemos con certeza, dado los compromisos financieros en que el gobierno nos ha metido: de caer el petróleo a un promedio anual de 50$/barril durante 2013-2014 (escenario que no puede descartarse), nos meteríamos en graves problemas, al tener que incumplir con los pagos al exterior o, en el mejor de los casos, reestructurar nuestra deuda.

Si el precio del petróleo estuviese determinado únicamente por la economía real rondaría los 60$/barril para el WTI, o al menos eso es lo que estimamos en Econométrica luego de hacerle seguimiento a la tendencia del precio real desde el siglo pasado, así como después de medir la evolución del peso de la factura petrolera mundial sobre el PIB global. Sin embargo, en la práctica, el precio del petróleo no está determinado únicamente por la economía real (la demanda de petróleo como mercancía), sino también por la economía financiera (la demanda especulativa de petróleo como activo); de allí que sea tan difícil estimar hoy día la evolución del precio del crudo.

En particular, si es correcto nuestro cómputo de 60$/barril como precio fundamental determinado por la economía real, entonces, alrededor de 40$/barril (la diferencia entre los, digamos, 100$/barril en promedio del WTI y los 60$/barril de precio fundamental) estarían explicados por la economía financiera; precisamente, por la actual política monetaria de los EEUU y la UE, que implica la mayor inyección masiva y simultánea de dólares y euros de la historia monetaria del planeta.

Lo anterior funciona de forma sencilla: al prometer la Reserva Federal de los EEUU que mantendrá las tasas de interés de corto y largo plazo bajas hasta mediados de 2014, y al ofrecer inyectar más dólares (a lo que se le ha llamado Quantitative Easing) en caso de caer los precios de los activos financieros (ante todo, la bolsa y los bonos públicos y corporativos), la mayoría de los bancos de inversión prefieren no apostar a una caída, razón por la cual se establece un piso alto para los activos financieros, incluido el petróleo, aunque esto último sea un resultado no intencionado, ni menos aún deseado por europeos y estadounidenses (mal podría querer la Reserva Federal de los EEUU o el Banco Central Europeo que el petróleo suba, puesto que EEUU y la UE son importadores netos de hidrocarburos).

Esperemos que las autoridades, a efectos del diseño y ejecución de sus políticas, tomen en cuenta esta sobrevaluación del petróleo, que infla su precio de 60$ a 100$/barril; aunque, lamentablemente, que lo hagan, no lo creo.

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@garciabanchs

Nuestro crecimiento económico sigue siendo pírrico; ¿cómo es posible que, a pesar del alza registrada de 51% en el precio del petróleo, durante el período III-2010 al III-2011, la economía venezolana haya crecido tan solo 2,9% anual?; ¿cómo hicieron para que la economía creciera a un ritmo menor al del PIB global, el de Latinoamérica o de la OPEP (sólo Iraq, un país en guerra, habrá crecido menos que Venezuela) durante 1998-2011, cuando el precio del crudo se multiplicó por 10, al pasar de 10,6$/barril a 100,2$/barril? Parece imposible, pero, lo han logrado.

Pregunto, ¿qué pasaría con la economía si el petróleo, por alguna razón, dejase de crecer? Evidentemente, la economía se contraería y rápidamente el malestar social aumentaría. Es en realidad un desastre que la economía venezolana tan solo haya crecido 2,9% anual ó 1,3% per cápita anual, mientras la cesta petrolera venezolana aumentó en precio 51%, de unos 67,9$/barril en el III trimestre de 2010 a 102,4$/barril en el III trimestre de 2011.

La gran mayoría de los venezolanos no siente el pírrico crecimiento económico referido, pues el consumo per cápita (o consumo por hogar, es lo mismo) tan sólo ha crecido 1,1% (usualmente, los hogares sienten el crecimiento vía el consumo más que vía la producción). Lo increíble sigue siendo el crecimiento de la acumulación de inventarios y de las importaciones en volumen, que aumentaron un 157,3% y 17,2%, respectivamente, reflejando un proceso de acumulación de existencias como protección anticipada frente a la próxima devaluación.

¿Tiene sentido seguir endeudándose al ritmo que viene haciéndolo la República y Pdvsa; es decir, para crecer en más de una década menos que el resto del mundo en promedio?

¿Tiene sentido que la deuda por familia termine multiplicándose por 5 en 13 años?

Econométrica proyecta que para el cierre de 2012, la deuda de la República y Pdvsa alcanzaría 200 mil millones de dólares; si ello ocurre, dada una población de 30 millones y una referencia de 5 personas por hogar, la deuda por familia alcanzará 33,3 mil dólares ó casi 5 veces el nivel de 1998. ¡Muy grave!

Ángel García Banchs

@garciabanchs

Si eres buhonero o trabajador de la economía informal, te beneficiarás porque el capitalismo popular te formalizará: tendrás acceso a microcréditos y servicios públicos, tales como seguridad personal y jurídica, alumbrado, aguas blancas y negras, capacitación técnica (elemental) para el manejo financiero y contable de tu negocio, facilidad para la constitución de empresas y microempresas (mediante la taquilla única), eso sí, a cambio de que pagues impuestos y contribuyas a tu propia seguridad social. Lamentablemente, no disponemos acá del espacio para explicar cómo se lograría todo. Pero, sólo por dar un ejemplo, tu acceso a microcréditos le interesa a la banca privada, que tan sólo ha manifestado requerir la información de tus records de pago de servicios, como el gas o la electricidad (para saber cuán cumplido eres, y poder prestarte; lógico, sólo si pasas a formar parte de la economía formal).

Igualmente, si eres comerciante, por ejemplo, el capitalismo popular te garantizará que el Estado, en vez de producir cemento, cabillas, o arepas, se dedicará plenamente a producir bienes públicos claves, como la seguridad (para que no te atraquen o te maten), salud (para que puedas contar con hospitales públicos, superiores a clínicas privadas), educación y capacitación gratuita (para que tú y tus empleados estén bien preparados para el trabajo y el manejo de los negocios), y seguridad jurídica (para que si tú o tu empresa tiene una disputa, puedas resolverla en cuestión de meses; así, se respetarán los contratos, y pasaremos de una sociedad de la mala fe a una de la buena fe, paso fundamental para generar confianza y desarrollar el crédito). De lo anterior, también se beneficiarán los jóvenes y los emprendedores.

Si eres, por ejemplo, un médico, maestro, profesor universitario, ingeniero, economista, o, en fin, un profesional o técnico, te beneficiarás, porque en el capitalismo popular las remuneraciones irán en línea con tu productividad, esfuerzo, mérito y años de estudio. Quien más se esfuerce y más estudie más ganará en el capitalismo popular. Pero, eso sí, el Estado en el capitalismo popular garantizará que las escuelas y los liceos públicos sean mejores que los privados (los mejores maestros y profesores terminarán trabajando en las escuelas públicas por las mejores remuneraciones y beneficios), además de garantizar los incentivos económicos y de otra índole para que todas las madres prefieran enviar a sus hijos a las escuelas, en lugar de enviarlos a la calle a trabajar, pedir o, peor aún, delinquir.  En el capitalismo popular, el Estado garantizará que: decidir ser un profesional o técnico no dependa de si se nace rico o pobre; de igual forma, que quien llegue a la universidad sea aquel que se esfuerce; y así, que quien lave el toilet en la sociedad no sea el pobre, sino quien, a pesar de haber contado con la oportunidad, haya decidido desaprovecharla.

Más aún, los jóvenes, los emprendedores, los profesionales y los técnicos se beneficiarán del capitalismo popular, porque el modelo de reparto rentístico que requiere del desempleo y subempleo como base político-clientelar se acabará, facilitando no sólo que, en general, se consigan puestos de trabajo (objetivo de pleno empleo productivo), sino, también que, en específico, el profesional y técnico consiga uno en su área de formación (objetivo de asignación eficiente).

Lamentablemente, por motivos de espacio no puedo extenderme mucho más. Pero, a juzgar por lo conversado con María Corina, en el capitalismo popular se contemplaría el diseño y ejecución de políticas específicas para lidiar con los problemas puntuales que, hoy día, enfrentan las mujeres, los gremios, los extranjeros de distintas nacionalidades, los jubilados y pensionados, los empleados públicos y los consejos comunales.

Si el capitalismo moderno implica acumulación de capital para producir, generar riqueza y satisfacer necesidades materiales y, por qué no también, hasta parte de las emocionales, el capitalismo popular implica, en un marco de instituciones y preocupación por lo ético, hacer llegar la acumulación de saberes, salud, libertades y riqueza al ciudadano de a pie, en vez de sólo a pequeñas burguesías bajo protección del Estado. El capitalismo popular, bajo esta perspectiva, implica la potenciación de las libertades y capacidades del individuo y de los hogares, de forma tal de que el ciudadano deje de depender del Estado y sea un problema de su propia elección determinar hasta dónde quiere llegar.

Ángel García Banchs

@garciabanchs