La gran prensa de España sigue al minuto elecciones del 7/O
HOY EL DIARIO EL MUNDO abre con reporte de sus corresponsales Jacobo garcia y Daniel Lozano desde Caracas:
Cierre de la campaña electoral
Venezuela aguarda su momento
Jacobo García | Daniel Lozano | Caracas
Desde este jueves a las 0:00 (6:30 am) Venezuela guarda silencio. Al menos oficialmente. Después de tres meses de campaña el país tiene por delante dos días antes de la votación del domingo. Se terminaron las músicas, las caravanas, los mítines y los servidores públicos acarreados. Sólo las urnas decidirán el nombre del futuro presidente de Venezuela, y el hombre que ha de condicionar la agenda de todo el continente.
Coincidiendo con el fin de la campaña, la presidenta del Consejo Electoral (CNE) Tibisay Lucena apareció en televisión para hacer un llamado a la calma y evitar la violencia. “No permitiremos excesos que alteren el buen ambiente que nos merecemos” e insistió en que el polémico Tribunal Electoral “será transparente”. La democracia venezolana “mostrará al mundo su vigor” sentenció.
Paralelamente, el último día de los candidatos dejó varias imágenes para el recuerdo. La de un Hugo Chávez bajo la lluvia hablando ante cientos de miles de personas en la Avenida Bolívar de Caracas y la de un Henrique Capriles eufórico desbordando Barquisimeto. Desde aquí Capriles insistió en que “Llegó la hora de cerrar un ciclo y abrir otro. Llegó la hora de abrir las puertas del futuro”. En la última etapa de su gira de tres meses, defendió su ‘cambio tranquilo’: “Lo bueno de la gestión de Chávez el pueblo lo agradecerá, pero las conquistas de los venezolanos son de los venezolanos” dijo en referencia a los programas sociales.
Ante la imposibilidad de pronunciar su discurso por la impresionante tromba de agua que cayó este jueves en Caracas, Hugo Chávez eligió las televisiones afines para poner punto y final a su campaña. Chávez insistió en que hay tres razones para votar por él: para no volver al modelo laboral “miren España y la situación en Europa”, dijo, para “consolidar los logros en estos 14 años de gobierno” y para “abrir la puerta a un nuevo ciclo”, insistió.
Chávez se vistió de cordero durante esta última aparición televisiva, ofreciendo abrir las puertas de Miraflores (residencia oficial) para llegar a acuerdos y autobautizándose como garante de la paz y la alegría de los venezolanos. “Quiero ser mejor presidente” insistió. En cambio durante la campaña esgrimió hasta en cuatro ocasiones la amenaza de una guerra civil si ganaba el “candidato de la burguesía”
Su mensaje incluyó el que ha sido uno de los eslóganes habituales a lo largo de estos tres últimos meses “los ricos y la clase media deberían votar por Chávez porque soy garantía de estabilidad y de paz”.
La campaña que concluyó dejó también dos iconos y dos eslóganes que los seguidores repiten como un mantra. La franela (camiseta) roja de Chávez que se autodenomina “candidato patria” y la gorra con los colores de Venezuela de Capriles quien insiste en todos sus carteles que “hay un camino”. Deja también una larga lista de ataques e insultos y tres muertos, dirigentes del partido de Henrique Capriles que fueron asesinados en Barinas por fanáticos chavistas.
Horas antes otro reporte de sus enviados se refería al final de los actos multitudinarios de los dos candidatos:
Chávez contra Capriles, último ’round’
Daniel Lozano | Jacobo García | Caracas
Venezuela despide una campaña apasionante con dos mítines
Los dos candidatos llegan por fin al 7-O con posibilidades de triunfo
Por Luis Prado y Maye Primera
Venezuela despide hoy la campaña más apasionante de su vida electoral con dos grandes mítines. El último ’round’ de una batalla descomunal que realmente se ha prolongado desde las primarias opositoras de febrero hasta hoy mismo.Los dos candidatos llegan por fin al 7-O con posibilidades de triunfo. Hugo Chávez, el gran favorito, golpeado por una campaña irregular, pero amparado en el chavismo duro (40% de votos) y en su gigantesco aparato ideológico y de propaganda. Y Henrique Capriles, el candidato ‘outsider’ que viniendo desde atrás ha remontado subido a la ola de un sorprendente fervor popular.Ambos apuraron la víspera en dos grandes ciudades, Valencia y Maracaibo. En la primera ciudad, el mandatario insistió en las dos ideas sobre las que ha pivotado su discurso; que “Chávez somos todos” y “está en juego la patria“, en un nuevo intento de enfatizar que el 7-O decide su destino. Cantó, bailó, tocó la guitarra eléctrica y repitió el mensaje del miedo: “Todo 11 tiene su 13”, en referencia al fracaso golpe de estado de abril de 2002, una advertencia para los planes de la oposición que “intentan desestabilizar” el país. “Vamos a evitar que Venezuela dé un salto atrás”, concluyó.En las últimas horas de campaña los anuncios de Chávez en los medios públicos inundan la parrilla. El líder bolivariano, de chaqueta y corbata, insiste en que sólo con él está asegurada “la paz” y la “felicidad”.La generación del ‘cambio’En Maracaibo, la capital petrolera del país sudamericano y bastión de la oposición, Capriles recibió el calor de miles y miles de seguidores. Y no les decepcionó: “¡Zulia me hará presidente!”. Las arengas del opositor vinieron acompañadas de una despedida para su rival: “Yo quiero que mañana (por hoy) se despida en Caracas y se vaya en paz. Le deseo larga vida porque quiero que vea a una generación cambiando a Venezuela”.Precisamente son los preparativos de la gigantesca manifestación oficialista en Caracas los que atrajeron todas las miradas durante las últimas horas. El Gobierno ha ordenado a todos sus empleados públicos que asistan a la marcha, que tendrá lugar en siete calles del centro. Además ha puesto encima de la mesa toda la financiación pública que sea necesaria. El objetivo es superar en número a la multitudinaria concentración realizada el domingo pasado por la oposición.Donde también se vive intensamente esta recta final de campaña es en Estados Unidos. Allí miles de venezolanos tendrán que viajar durante muchas horas por carretera para poder ejercer el voto el domingo. Desde que Chávez ordenó el cierre del consulado venezolano en Miami en enero, cerca de 130.000 venezolanos residentes en el sur de Florida se quedaron sin colegio de votación, aunque sólo 20.000 se encuentran habilitados para hacerlo. Caracas se apresuró a decir que no les negaba el derecho al voto y que lo podrían ejercer en el consulado en Nueva Orleans, a 15 horas de viaje por carretera.En autobuses, coches de amigos y hasta vuelos charters. Aquellos que no cuentan con recursos para ir a votar serán ayudados, gracias a una colecta entre los venezolanos más pudientes. Incluso se han montado vuelos ‘charter’ a través de la iniciativa ‘Aerovotar’ con la que pagarán el pasaje a 1.100 personas. La lista de espera alcanza ya los 3.000.
El País de Madrid igualmente sigue las elecciones con sus enviados a Caracas:
La avalancha bolivariana llega a Caracas
Chávez cierra la campaña electoral venezolana proclamando ser “la patria y la vida” ante cientos de miles de partidarios
FOTOGALERÍA Elecciones en Venezuela
Una marea roja inundó este jueves el centro de Caracas. Cientos de miles de trabajadores de empresas públicas y de simpatizantes del presidente Hugo Chávez con camisetas y gorros de color rojo ocuparon desde temprano por la mañana las principales avenidas de la capital venezolana para asistir al mitin de cierre de campaña de su líder para las elecciones presidenciales del domingo. Pasadas las dos y media de la tarde hora local, bajo una súbita lluvia torrencial, apareció el caudillo, micrófono en mano, cantando el himno nacional y dando vivas a la patria, a la revolución y al socialismo como saludo a la “avalancha bolivariana” reunida a sus pies.
Como un nuevo Mesías, como un telepredicador en estado de éxtasis o una estrella del rock en un concierto apoteósico, el presidente venezolano hizo una exhibición del caudillo populista que conecta con su pueblo al margen de las instituciones. “Va a ganar Chávez porque Chávez son ustedes, porque Chávez es la patria, el futuro, la alegría y la vida”, se arrancó, para mantener a continuación un diálogo con sus partidarios en el que les preguntaba: “¿Quién es el candidato neoliberal, el de los grandes ricachones, el de los corruptos?”, y la gente gritaba: “Capriles”, por el líder opositor. “¿Y quién es el candidato de la patria y la vida?”, y las masas enfervorecidas respondían: “¡Chávez!”.
El líder venezolano llamó a convertir esa “avalancha bolivariana” en votos el próximo día 7 para “dar una paliza la burguesía”. Después, enardeció a su público recordándoles que eran “hijos de Simón Bolívar y que les había costado mucho llegar hasta aquí”. “Desde 1492 hasta 1992 (fecha en la que fracasó su intento de golpe de Estado) han sido 500 años de lucha. Cuando terminaba el siglo XX salimos de una especie de muerte colectiva, pero Venezuela se levantó como Lázaro y en 2012 está viva y camina”, afirmó. Prometió que debido a la lluvia iba a ser breve y cumplió su palabra. Se despidió a la media hora asegurando que no fallará al pueblo ni permitirá “que le roben el futuro a Venezuela”.
Chávez puso fin así a una campaña marcada por una extraordinaria polarización política para las que probablemente sean las elecciones más reñidas de la historia venezolana y también por su enfermedad. En junio de 2011 se le diagnosticó cáncer y ha sido sometido a varias operaciones para extirparle un tumor maligno, lo que llegó a poner en duda que pudiese ser candidato de nuevo.
Nadie se ha referido a su estado de salud pero ha limitado sus viajes proselitistas –ha realizado 12 mítines menos que en la campaña de 2006- y tal vez ha sido la razón de algunos de sus errores estos días como cuando el pasado día 28 en un mitin en Maturín, capital del Estado petrolero de Monagas, reconoció la incompetencia de su gestión. “Alguna gente pudiera estar inconforme con fallas de nuestro Gobierno: que no arreglaron la calle, que no llegó la luz, que se fue el agua, que no consigo empleo (…), esos puede ser cierto (…) Pero lo que está en juego el 7 de octubre no es si asfaltaron o no la calle o si me han dado la casa o no me la han dado (—) No, lo que está en juego es mucho más que eso camarada, nos estamos jugando la vida de la patria”, dijo en aquella ocasión.
Pero este jueves era un día de fiesta para los chavistas, que aguantaron estoicamente el chaparrón en la Avenida Bolívar de la capital, corazón político del país. Los carteles con las frases “Comandante pa’lante” y “Chávez, corazón de la patria”, se mezclaban entre música de salsa y puestos de fritanga con las proclamas a favor del “pueblo”, la “patria” y la “revolución”. El estribillo de la canción de campaña chavista, “son 10, son 10 millones, son 10”, en referencia a los 10 millones de votos que el oficialismo se ha fijado como objetivo en las presidenciales del próximo domingo, sonaba atronador en un ambiente de confianza en la victoria.
“Vamos a ganar seguro, lo peor que podría pasar seria perder al comandante”, decía Nuria Rodríguez, una joven que llevaba una calcomanía de Chávez pegada en la cara. “Él le dio esperanza al pueblo. Ha sido el único gobernante que se ha preocupado por la igualdad y el bienestar del pueblo”, afirmaba Alfonso Serpa, de 65 años, corredor de seguros. “El pueblo está con Chávez”, insistía, “conozco a este pueblo porque estuve en la guerrilla en los años sesenta”. Francisco Niño, de 40 años, iba con su kit revolucionario, un refresco y algo de comer, un silbato, unas trompetas del plástico de colores y hasta pendientes con la cara de Chávez que iba regalando por ahí a las chicas guapas. “El comandante va a ganar”, decía sin ninguna duda. Trabajador de la compañía estatal de electricidad, aseguraba que en su empresa no habían pasado lista de los que iban a asistir a la manifestación como sí se hizo en otras compañías.
El régimen se había asegurado un lleno absoluto en el cierre de campaña, tal vez picado por el éxito de la concentración a favor del líder de la oposición, Henrique Capriles, celebrada el domingo pasado en el mismo escenario de la capital. Muchas empresas públicas, con la petrolera Pdvsa a la cabeza, dieron libre desde el miércoles para que sus trabajadores pudieran acudir desde diversas partes del país a la gran demostración de fuerza del chavismo en Caracas. Los empleados recibían además a unos 50 dólares más la comida por su entusiasmo revolucionario.
Amarilis Riera y Wuirris Sequera, estudiantes de 18 y 15 años respectivamente, habían salido por la mañana en un autobús de la ciudad de Guanare para recorrer los 400 kilómetros que hay hasta Caracas. “Venimos a apoyar a nuestro presidente, que sepan que estamos con él y que el día 7 vamos a dar la batalla contra el candidato majunche (poca cosa, en alusión a Capriles)”, dice Amarilis, que va a votar por primera vez. “¿Capriles? Ese es un hipócrita que se quiere apropiar de los bienes del pueblo”, afirma Wuirris. El viaje a Caracas, aseguran, les ha salido gratis. La fiesta la paga el Consejo Comunal, la organización social creada y financiada por el Gobierno.