ALTO
ESCARAMUZA FALLIDA:
El Washington Post, en el trabajo de Anthony Faiola, lo detalló así: “En las intoxicantes horas tempranas del martes 30A por la mañana, la oposición de Venezuela vio un objetivo histórico al alcance: el presidente Nicolás Maduro, estaban seguros, estaba a punto de renunciar. Pero al mediodía, un pánico sordo comenzó a surgir. Un plan lleno de intriga y traición había comenzado a deteriorarse con rapidez. Leopoldo López, el preso político más famoso del país y mentor del líder opositor Juan Guaidó, ayudó a negociar un acuerdo. Mientras aún se encontraba bajo arresto domiciliario, se había reunido en secreto con los principales cuadros leales a Maduro, incluido el ministro de Defensa, dentro de la casa de López en el este de Caracas, uno de varios lugares donde tenían lugar reuniones clandestinas. El acuerdo: los leales renunciarían a Maduro y mantendrían sus posiciones dentro de un nuevo gobierno interino encabezado por Juan Guaidó. “Creímos pues él dependía de ellos que son los que lo sostienen” dijo un diputado. El plan se puso rápidamente en acción un día antes, dicen los miembros de la oposición, luego de que surgieron conversaciones sobre el posible arresto de Guaidó. Apenas unas horas después del llamado del presidente de la Asamblea Nacional (y presidente encargado de Venezuela) para un levantamiento de los militares, se dieron cuenta de que algo había salido terriblemente mal”. Cuando el general Padrino no se presentó en el sitio acordado y salió en la TV denunciando un “golpe” se dieron cuenta del fracaso del complot. Sin embargo, quien escribe la nota en TWP observa: “Pero si la trama fracasada ilustra la falta de un punto de inflexión en el apoyo militar de Guaidó, también subraya la debilidad fundamental de Maduro. Mientras que Maduro ha declarado a Guaidó como un proscrito, sus fuerzas aún no lo han arrestado”. (Cuando esto escribo hay amenazas del TSJ de ordenar allanamiento de la inmunidad parlamentaria a mas de una docena de diputados participantes en el llamado a desconocer a Maduro). Colocan en boca del diputado Freddy Superlano estas palabras al igual que las anteriores pues fue el interlocutor con el periodista: «No es que fuéramos ingenuos. Estamos tratando de encontrar una salida pacífica. No tenemos armas. Y luego, tuvimos esta oportunidad. Si se tiene la oportunidad de salir de un punto muerto sin sangre y en beneficio de la gente, ¿no tiene sentido tomarlo, especialmente si no se tiene otro plan tangible? En otros medios informan que un misterio clave es por que Padrino y otros dos leales de alto rango se retiraron en el último momento. Algunos han sugerido que la aparición pública de Leopoldo López pudo haberlos asustado, describiendo su llegada frente a las cámaras inmediatamente después de ser liberado como un acto de gran éxito. Este detalle también lo han contemplado otros medios que señalaron que López es el opositor mas odiado por la gente del gobierno y que a muchos militares “rojo rojitos”, se les “enfrió el guarapo” y por eso recularon. Otros han sugerido que algunos de los uniformados con los que se conversó eran agentes dobles que se mantuvieron leales a Maduro. Superlano insistió en que no se habían retirado porque el plan se lanzó un día antes de lo acordado. «Padrino sabía que iba a suceder el 30», dijo. Hubo, sin embargo, elementos potencialmente controversiales para el acuerdo. En un país donde las fuerzas de seguridad han utilizado la violencia para reprimir las protestas callejeras, lo que provocó cuatro muertes esta semana, mantener a los ex funcionarios de Maduro en un gobierno de transición podría ser muy desagradable para un segmento importante de la población. Pero los dirigentes de la oposición dicen que tenían que mantenerse enfocados en un solo objetivo: sacar a Maduro. Como diría Chávez aquel fatídico 4F92: “Por ahora los objetivos no fueron cumplidos”…
