¿Por qué se fracturó el ancla cambiaria?
El anclaje del tipo de cambio se fracturó en medio de problemas estructurales. La depreciación de la moneda comenzará a reflejarse en una aceleración de la inflación
Tras mantener el tipo de cambio fijo durante un año el Banco Central logró transmitir una señal de estabilidad que ayudó a quitarle empuje al alza de los precios, pero el ancla cambiaria se ha roto en medio de la poca confianza en la moneda, el aumento de la demanda de dólares y la falta de reservas para sostener la oferta.
En medio del desequilibrio en las últimas cuatro semanas el Banco Central aumentó el tipo de cambio oficial 16%, desde 36,8 bolívares por dólar hasta 42,8 bolívares, pero aún no logra satisfacer la demanda y calmar al mercado.
Como la oferta de dólares al tipo de cambio oficial no es suficiente la demanda insatisfecha se traslada al mercado paralelo, que funciona con mesas de cambio del sector privado. La consecuencia es que el dólar no ha dejado de aumentar en este mercado y mantiene una brecha de 20% con el tipo de cambio oficial.
La brecha genera distorsiones. Las empresas, como obliga el gobierno, venden a la tasa oficial, pero sus proveedores facturan a la tasa paralela lo que se traduce en un aumento de costos que comienza a trasladarse al consumidor.
La demanda desbordada
En un modelo de tipo de cambio fijo es clave la tasa a la que se fija el dólar porque si bien la señal de estabilidad cambiaria ayuda desacelerar la inflación los precios siguen aumentando mientras que el dólar no se mueve.
Si el promedio de los precios de la economía suben más rápido que el tipo de cambio progresivamente el dólar se convierte en un artículo barato. Para evitar esto el Banco Central ha podido anclar el dólar a una tasa superior, pero el diseño del anclaje no contempló este problema.
La inflación de Venezuela pasó de cifras de tres dígitos a niveles más terrenales pero sigue siendo mucho más alta que la de los países con los que tiene relaciones comerciales y los productos hechos en el país se encarecen más que, por ejemplo, los elaborados en Colombia.
En los doce meses en los que el tipo de cambio prácticamente no varió la inflación, según el Banco Central, acumuló un salto de 25,8% y en Colombia solo de 5,8%.
El incremento de las importaciones genera preocupación en el gobierno. Dos semanas atrás, en la Asamblea de Fedecámaras, la vicepresidenta Delcy Rodríguez admitió que “lo que nos falta es que cuando vayamos al partido de beisbol haya pinchos de carne wagyu, porque el empleo de divisas baratas para este tipo de importaciones se está dando de una manera agigantada a un paso muy acelerado”.
“Todos deberíamos estar preocupados en cómo se usan esas divisas en las importaciones, es un esquema que está revisando el Ministerio de Economía, Finanzas y Comercio Exterior. Tenemos que cuidar las divisas porque este es un país bloqueado y no puede haber divisas baratas para el champú, para que las canas no se vean doradas sino rosadas”, agregó Delcy Rodríguez.
En el pasado el gobierno recurrió a un tipo de cambio múltiple para enfrentar este problema: un tipo de cambio para las importaciones de alimentos y medicinas y tasas superiores para el resto de los productos.
Invariablemente el esquema condujo a corrupción y a una inestabilidad constante que derivó en una fuerte devaluación en el mediano plazo.
La desconfianza
Para que las empresas, los comercios y los particulares puedan comprar dólares es necesario que existan suficientes bolívares en la economía y durante los últimos doce meses la administración de Nicolás Maduro, mediante un mayor gasto en parte financiado con dinero creado por el Banco Central, aumentó la liquidez en 152% entre octubre de 2023 y octubre de este año.
Tras años en los que la moneda ha perdido capacidad de compra los venezolanos no quieren atesorar bolívares, por lo tanto, el aumento de dinero en la economía rápidamente se transforma en demanda de dólares.
El aumento de la demanda ocurre en momentos en que las reservas internacionales, el tanque de divisas que el Banco Central administra y permite pagar importaciones y respaldar la oferta de dólares, se ubica en montos ínfimos.
La consultora Síntesis Financiera calcula que la porción de divisas líquidas y disponibles es de solo 980 millones de dólares millones de dólares, lo que se traduce en que la oferta de dólares depende del flujo de las exportaciones petroleras que siguen siendo muy bajas tras el colapso de la industria.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco de Inglaterra no han reconocido como legítimo al gobierno de Nicolás Maduro y por tanto el Banco Central no tiene acceso a Derechos Especiales de Giro y a barras de oro depositadas en Londres.
Esto implica que el gobierno no tiene acceso a 7 mil 192 millones de dólares que ayudarían a darle un piso más firme al tipo de cambio.
Mercado incomunicado
La manera en que el gobierno estructuró el mercado cambiario es poco efectiva. Básicamente, funciona a través de tres niveles: los dólares que oferta el Banco Central y se asignan a clientes de mayor capacidad de compra, las mesas de cambio de los bancos y el menudeo.
Se trata de tres gavetas que no se comunican y un esquema en el que, debido a que el Banco Central ha mantenido una tasa muy baja para el tipo de cambio oficial, no hay mayor incentivo para que las empresas privadas oferten dólares en este mercado.
Banqueros consultados explican que el Banco Central obliga a vender los dólares a un precio que fija independientemente de la oferta y la demanda. En los sistemas de tipo de cambio fijo exitosos el Banco Central mantiene la tasa pero a través de una oferta que permite sostenerla.
La operación
El tipo de cambio que durante doce meses permaneció estático ha quedado atrás. Sobre la mesa está la opción de que el gobierno haga un ajuste importante y establezca una tasa más competitiva que reconozca la brecha con el dólar paralelo. También está la alternativa de un ajuste gradual y lento, como el que comenzó a aplicar.
“Hay un tema coyuntural que es la brecha sobre el cual ya se está trabajando con medidas coyunturales que no van a tener toda la vida, son acciones muy concretas, toca hacer una operación quirúrgica porque esa brecha como está genera todo tipo de distorsiones”, dijo Delcy Rodríguez en Fedecámaras.
Como el aumento del tipo de cambio oficial ha sido lento y no ha venido acompañado de un alza relevante en la oferta de dólares el desequilibrio continúa presente.
La consultora Síntesis Financiera señala en un reporte del 20 de octubre que “una intervención decidida (por parte del Banco Central) podría quebrar las expectativas de depreciación que se han acentuado en las últimas semanas”.
“El reciente deslizamiento del tipo de cambio del Banco Central no ha sido interpretado como una señal de corrección de su rezago y búsqueda de convergencia con el paralelo, pues no ha venido acompañada de una intervención decidida del Banco Central que quiebre el ascenso del paralelo”, añade Síntesis Financiera.
Latin Focus, que agrupa las proyecciones de 18 consultoras y bancos, indica que el promedio de las estimaciones contempla que el tipo de cambio oficial culmine el año en 54 bolívares por dólar.
Impacto en la inflación
El aumento que ya ha habido en el tipo de cambio se sentirá en la inflación porque su incremento se traslada rápidamente a los precios. Síntesis Financiera señala que “la inflación de octubre dará cuenta de la aceleración de la tasa oficial, la cual sirve de base para la fijación de precios. Incluso es probable que el efecto sea más intenso en noviembre”.
Agrega que “el deterioro de la capacidad de compra de los hogares será importante y eleva la probabilidad de un aumento salarial antes de fin de año”.
En los primeros nueve meses de este año la inflación acumula un salto de 12,1% versus 158% en el mismo lapso de 2023. Si bien se trata de una desaceleración importante los venezolanos siguen padeciendo una de las mayores tasas de inflación del mundo junto a los salarios más bajos de la región.
Crece la presión sobre el anclaje del dólar
Tras mantener el tipo de cambio fijo durante un año el Banco Central logró transmitir…