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Productos y canales: el cambio que trae la nueva ley de seguros

nueva ley de seguros
Víctor Salmerón
Hace 1 año
Los microseguros y seguros inclusivos, así como las FinTech y los canales alternativos para la venta de pólizas desencadenarán un cambio relevante en el sector

Víctor Salmerón/  @vsalmeron

El próximo 29 de marzo entrará en vigencia la reforma a la Ley de la Actividad Aseguradora, un texto que introduce cambios que deberían traducirse en productos para sectores excluidos, canales no tradicionales para la venta de pólizas y el uso de nuevas tecnologías para mejorar la atención a los asegurados y disminuir costos.

Al mismo tiempo, las nuevas exigencias de capital y reservas podrían desencadenar un proceso de fusiones en un sector donde pocas empresas controlan la mayor parte de un negocio que se redujo tras la hiperinflación y el colapso de la economía.

Si bien la Superintendencia de la Actividad Aseguradora debe publicar normas específicas durante los 180 días siguientes a la entrada en vigencia de la ley, fuentes explican que ya hay un trabajo previo y en el primer semestre de este año podrían entrar en vigencia buena parte de las transformaciones.

La base de la pirámide

La nueva ley introduce los microseguros, que básicamente deben enfocarse en el diseño de pólizas para la población que está excluida o como lo define el texto, “sectores socioeconómicos vulnerables”.

Los microseguros podrán ofrecer cobertura en áreas como salud, funerarios, accidentes personales, vida individual, vida colectivo, incendio, automóvil y “otras coberturas de daños para residencias o comercios”.

La ley también crea la figura de seguros inclusivos que deberán estar diseñados para sectores “excluidos o desatendidos” como jubilados, pensionados, adultos mayores, personas con discapacidad física o mental, microempresarios, emprendedores, artesanos y población rural, entre otros.

La clave para las empresas que decidan aumentar la base de clientes será el diseño de productos estandarizados que se amolden a la economía informal, con distribución rápida y masiva para ahorrar costos porque los márgenes son pequeños.

Nuevos canales

Aparte de las empresas de seguros y los corredores las pólizas, a fin de ampliar la penetración, podrán venderse a través de “canales alternativos” como la banca, empresas de servicios públicos y privados, establecimientos comerciales como farmacias, gremios y asociaciones.

Además, se amplía el espectro con la inclusión en la ley de las FinTech, empresas que utilizan nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el machine learning, el Internet de las cosas o el Blockchain para ampliar la penetración, disminuir costos y mejorar el servicio de las empresas de seguros y los canales alternativos.

Un aspecto clave es que, por ahora, los canales alternativos no podrán vender pólizas de salud. No obstante, María del Carmen Bouffard, presidenta ejecutiva de la Cámara de Seguros, explica que la Superintendencia puede ampliar el tipo de pólizas a ser vendidas a través de canales alternativos.

“El microseguro puede ser de salud pero no está contemplado en el canal alternativo y esto limita la posibilidad de que llegue a la mayor parte de la población”, dice María del Carmen Bouffard.

Mediante la figura de la asistencia financiera, donde el cliente recibe una suma de dinero que puede emplear para cualquier necesidad en caso de ocurrir alguno de los eventos previstos, ya hay experiencias en Venezuela en el mercado de bajos ingresos.

Por ejemplo, a través de sumas pequeñas como diez dólares al mes, una familia de hasta seis miembros pude estar cubierta con una asistencia de 50 dólares diarios por cinco días en caso de accidentes, hospitalización o cirugía.

Esas empresas utilizan canales digitales para que la distribución sea masiva. Una de las tecnologías más utilizadas en Latinoamérica es la de Paralife, una compañía suiza con una plataforma tecnológica que facilita la protección financiera en sectores desatendidos.

Menos tiempo

La Ley disminuye desde treinta hasta veinte días el plazo máximo que tienen las aseguradoras para pagarle a los asegurados. Los días comienzan a contarse una vez se haya entregado el último recaudo o del informe de ajuste de pérdidas, si fuese el caso.

En el caso de retardo el asegurado podrá reclamar “la corrección monetaria que acuerde la jurisdicción ordinaria”.
Pedro Raaz, abogado experto en seguros, considera que en la ley hay un vacío importante porque no se establece plazo alguno para que las aseguradoras paguen a las clínicas y esto abre la puerta para que algunas aseguradoras incurran en retrasos.

“La Ley debería observar el tema como un ecosistema en el que también debe protegerse a las clínicas porque son una pieza esencial en la cobertura de salud”, dice Pedro Raaz.

Sector exigido

El capital mínimo para operar aumenta porque de estar fijado en 290 mil unidades tributarias pasa a estar relacionado con el tipo de cambio de referencia que es el tipo de cambio oficial de la moneda de mayor valor negociada en las mesas de cambio de la banca.

Para las empresas que aspiren a operar en ramos generales y ramos de vida simultáneamente el capital mínimo, en bolívares o títulos del estado indexados, debe ser equivalente a 590 mil veces el tipo de cambio de referencia.

Pedro Raaz resume que hay un entorno de mayor exigencia porque “hay nuevos controles y más atribuciones de supervisión para el órgano regulador, se crea una nueva reserva por insuficiencia de primas y se incrementan los capitales mínimos para constituir y operar en el sector”.

“Esto pudiera conducir a la desaparición o al redimensionamiento de muchos actores, quienes a la fecha han visto mermada su capacidad de colocación de negocios, debido a la compleja situación económica imperante en el país” agrega Pedro Raaz.

María del Carmen Bouffard explica que el sector va a plantear la posibilidad de que cada empresa de seguros presente un plan de ajuste a ser aprobado por la Superintendencia para adecuarse a las nuevas normas de capital.

El concentrado

Un termómetro para evaluar al sector asegurador es que el ingreso por las primas no es suficiente para cubrir el costo de los siniestros, los gastos de funcionamiento y las comisiones de los corredores que captan clientes. Cuando esto ocurre, las compañías registran pérdidas técnicas, es decir, la actividad medular del negocio reporta cifras rojas.

La Superintendencia de la Actividad Aseguradora registra que al cierre de octubre de 2023 las pérdidas técnicas suman 2 mil 735 millones de bolívares.

No obstante, gracias a los ingresos provenientes de la gestión del reaseguro, a las posiciones en dólares que impactan positivamente el balance cuando el Banco Central ajusta el tipo de cambio oficial y a la inversión de las reservas, el sector obtiene al final un resultado positivo por el orden de 341 millones de bolívares.

Una característica clave de los seguros en Venezuela es la concentración del negocio en pocos actores en momentos en que la torta a disputarse se ha reducido notablemente.

Las cifras de la Superintendencia indican que cinco empresas de seguros (Mercantil, Caracas, Pirámide, Internacional y Mapfre) controlan 66,8% del mercado y las 45 empresas restantes se reparten el resto.

El empobrecimiento y achicamiento del mercado queda claro al observar que 78% de las primas cobradas corresponden al ramo de salud y solo 5,9% a automóviles.

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