@MariaAlesiaSosa
LOS ESPOSOS GARZÓN, HERNANDO Y SANDRA, habían recibido informaciones de que serían allanados. Los rumores se concretaron cuando el 26 de marzo, a las 4 de la madrugada, cerca de 30 funcionarios entraron a su casa a golpes y empujones, según ellos relatan. Al principio, por la hora, pensaron que era hampa común, pero al ver las patrullas y el gran despliegue, se dieron cuenta de que los estaban allanando.
Algunos iban vestidos de negro, otros de rojo. Llevaban armas largas y cortas, y sólo un grupo estaba identificado como funcionarios del CICPC.
Hernando se describe como un dirigente político de las nuevas generaciones de Barinas. Fue jefe del comando de campaña de Henrique Capriles en la parte más chavista del estado. Justamente donde queda Sabaneta de Barinas, tierra del fallecido presidente Hugo Chávez.
También fue candidato a la Asamblea Nacional por ese circuito. Reconoce que los han derrocado electoralmente, pero aun así han seguido en su lucha. “Que yo haga política le incomoda al gobernador del estado. Esto es parte de una persecución para tratar de que yo no haga trabajo político en ese territorio. Caí preso por hacer política en esa zona”, expresó.
Sandra Moreno, la esposa del joven político, recuerda que entre la desesperación y la sorpresa del momento del allanamiento, pensó sacar a su hijo de 9 años, Guillermo, por la terraza de la casa, para que pudiera escaparse, ya que no sabía de qué se trataba la situación. Pero no lo hizo. De manera improvisada, tuvieron que dejar al niño con los vecinos, porque a la pareja se la llevaron detenida. Los días posteriores, los abuelos de lado y lado se turnaron para cuidar al pequeño, durante los 99 días que sus padres estuvieron tras las rejas.
Cuentan que entraron con bolsos y morrales, pero no saben qué había en ese cargamento. Posteriormente los imputarían por posesión de explosivos, y los culparon de terroristas.
“Se presentó un funcionario, aparentemente especialista en desactivación de explosivos, pero sin ningún tipo de vestimenta ni traje protector”, expresó Garzón.
Luego pidió que se realizara la cadena de custodia que debía hacerse, sin embargo eso no ocurrió.
Ambos coinciden en que la actitud de los funcionarios era intimidante y en ningún momento, el Sebin presentó orden de allanamiento. Finalmente se los llevó el CICPC.
Del CICPC fueron trasladados a la Comandancia de la Policía Regional, donde fueron recluidos con el resto de la población carcelaria.
“Jamás había tenido problemas con la justicia, por lo tanto, nunca había pisado un centro de reclusión”, explicó Garzón.
A su hijo Guillermo pudieron verlo 25 días después de permanecer detenidos. El día de la Madre no pudieron estar con él.
Hernando Garzón relata que convivió con presos por distintos delitos. “Los mismo reclusos me protegieron. Hay un rechazo generalizado a las políticas del Gobierno, por el retardo procesal penal. Nos unía el rechazo al sistema judicial”, contó el dirigente.
Para ella, fue muy difícil mantenerse firme en la cárcel, mientras pensaba en que su hijo estaba afuera, y sin saber qué podría ocurrirles.
Al principio les imputaron seis delitos, relacionados con terrorismo, por la presunta quema de unas instalaciones de Pdvsa. Ahora están siendo juzgados por el delito de ocultamiento de explosivos.
Tras la audiencia preliminar que se llevó a cabo el pasado 2 de julio, los esposos serán procesados en libertad bajo un régimen de presentación cada 15 días. Además, tienen prohibición de salida del país, y prohibición de participar en protestas violentas.
Ese día salieron agarrados de manos, con las franelas que habían hecho con las manos estampadas de su hijo. Los esposos Garzón salieron libres, pero aseguran que no se sienten en libertad.
