Socialismo, comunismo y castrismo, la misma devastación - Runrun
Socialismo, comunismo y castrismo, la misma devastación
El comunismo sustituye la religión por un grosero culto a la personalidad, como sucedió con Stalin, sucede con el dictador de Corea del Norte y sufrimos en Venezuela con Chávez y Maduro

 

@ArmandoMartini

El comunismo castrista es una forma extrema de socialismo. Desde el punto de vista ideológico, no hay diferencia sustancial. De hecho, la Unión Soviética comunista se llamó Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; China comunista, Cuba y Vietnam se definen a sí mismas como naciones socialistas.

El castrismo se refiere al movimiento político de ideología comunista iniciado con la revolución cubana en 1959 liderada por Fidel Castro y el Che Guevara. Es más que un hombre y su clan, es una manera de manejar la política, controlar los medios de prensa, gestionar desde el sector militar la economía y estructurar la propaganda ideológica.

Comunismo y castrimos, contra la familia

La maligna y siniestra corriente viola sin clemencia la libertad personal. Su narrativa propagandística es eliminar la “injusticia” transfiriendo derechos y responsabilidades de los individuos y sus familias al Estado. Pero en el proceso, crea injusticia. Se destruye la verdadera libertad de resolver asuntos que se encuentran en nuestra competencia, siguiendo el curso mostrado por la razón, dentro de las leyes de la moralidad ética, inclusive, dictados de la justicia y caridad.

El socialismo, comunismo y castrismo, infringe la naturaleza humana, es antinatural. Destruye la iniciativa personal, fruto de nuestra inteligencia y libre albedrío, sustituyéndolo por el control y amenaza del Estado.

Y donde se implementa, expande al totalitarismo, con un régimen represivo, arbitrario, intimidatorio y policial.

El comunismo y castrismo vulneran la propiedad privada, clamando por “redistribución de la riqueza”, tomando de los “ricos” para darle a los pobres. En realidad, le roba a quienes con sacrificio estudian y trabajan para repartirlo entre sinvergüenzas, flojos y vagos. Impone impuestos que castigan a los capaces de aprovechar su talento productivo, capacidad de trabajo y ahorro. Utiliza carga y gravámenes para promover el igualitarismo económico y social, agitando un objetivo que podrá lograrse, de acuerdo con el Manifiesto Comunista, con la “abolición de la propiedad privada.”

No resiste ni acepta derechos de los padres en la educación. El socialismo da al Estado, y no los papás, el control de la enseñanza de los niños. Casi desde el nacimiento, han de ser entregados a las instituciones públicas, donde se les instruirá lo que el Estado quiere, independiente de la opinión de los progenitores.

Religión vs. el culto a la personalidad

La igualdad radical, absoluta, es la premisa fundamental. Por lo tanto, considera que toda desigualdad es injusta en sí misma. Los empleadores privados son calificados de “explotadores”, cuyas ganancias pertenecen a sus empleados, descartando el sistema salarial.

Siembra y legitima el ateísmo, desprecia la creencia en Dios, que, a diferencia de otros, es infinita, omnipotente y omnisciente. Por consiguiente, rechaza lo espiritual, afirmando que Dios, el alma, y la otra vida son solo ilusiones.

Promueve el relativismo, no hay verdades absolutas o moral revelada, establecen normas de conducta que se aplican a todos en todo lugar y en todo tiempo. Todo evoluciona, incluyendo la verdad, el error, el bien y el mal. No hay lugar para los Diez mandamientos, ni en la vida privada ni en la esfera pública.

Finalmente, se burla a placer de la religión. Karl Marx y Lenin, fundador de la Unión Soviética, coinciden: “La religión es el opio del pueblo”. Sin embargo, sustituye esta religión por un grosero culto a la personalidad, como sucedió con Stalin, sucede con el dictador de Corea del Norte y sufrimos en Venezuela con Chávez, Maduro y la ristra de altos funcionarios y hasta líderes de poca monta.

Que Dios saque a Venezuela del socialismo, comunismo y castrismo, ideologías que han arruinado al país y expulsado a casi ocho millones de compatriotas.

El socialismo salvaje

El socialismo salvaje

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