La confusión y las dudas de la guerra en Ucrania se acentúan con el anuncio de Putin de convocar a 300.000 reservistas para la guerra
La confusión y las dudas sobre la guerra en Ucrania se están acentuando con el anuncio de parte de Vladimir Putin de dar inicio a una “movilización parcial” con la convocación de 300.000 reservistas y la posibilidad de reclutar a más rusos con experiencia militar para tratar de conquistar más terreno.
La medida coincide con los planes de llevar a cabo un referéndum en las partes ocupadas por Rusia en el este de Ucrania con el objetivo de permitir que Rusia plantee una razón aceptable para anexarse la región del Donbás.
Ni tonto ni perezoso Kiev ha denunciado al referéndum como una farsa que no debería convencer a ningún país democrático y está claro que no lleva ninguna buena intención.
Los mayores comentaristas internacionales a partir del The Economist de Inglaterra consideran que ni la movilización ni los referendos resolverán los problemas de Putin y más bien están mostrando signos de debilidad.
En Europa piensan abiertamente que movilizar a los jóvenes rusos para luchar podría provocar una ira generalizada contra el Kremlin y ofrecer poca ayuda a corto plazo en el campo de batalla poque no existe una forma sencilla de entrenar, equipar y encontrar oficiales para formar el “nuevo y enorme ejército” que desea Putin.
El Centro de Análisis Naval y Nueva Seguridad Estadounidense considera que el proceso tomaría más de un año y sugiere que la movilización no solucionará las deficiencias relacionadas con el equipo o la moral de Rusia y en este momento existen más incógnitas que buenas impresiones.
Caída del prestigio bélico ruso
Mientras que la fuerza armada ucraniana y sus múltiples centros de resistencia están preparando nuevas ofensivas para reconquistar el terreno perdido, Moscú está encontrando nuevas dificultades tanto del punto de vista de la aceptación del conflicto por parte de la población en general como desde el punto de vista económico.
El pueblo ruso está empezando a enfrentar importantes aumentos de precio y escaseces de artículos alimentarios mientras que en general la economía rusa está sufriendo graves pérdidas en el campo industrial y militar.
El armamento bélico ruso está sufriendo un desprestigio sin iguales. Baste decir que 16 países han cancelado las órdenes de compra para un total de 260 helicópteros rusos y unos 60 carros armados nuevos mientras que nadie quiere tocar a los carros armados y vehículos blindado rusos de vieja generación.
Mientras tanto los países europeos siguen reduciendo la compra de hidrocarburos rusos que dominaban el mercado del viejo continente a través de su distribución v\utilizando los gasoductos y oleoductos rusos.
Xi, el equilibrista
En cuanto a la política mundial, la cancillería de Pekín ha venido insistiendo en la necesidad de entablar un diálogo que conduzca a una tregua. Mientras que inicialmente China ha invocado razones humanitarias, ahora empieza a preocuparse de que las crisis económicas causadas por la guerra están convirtiéndose en lo que su líder Xi Ping llama “un caos mundial.”
Sin embargo, la ambigüedad estratégica China deja entrever que Pekín está más interesada en que ninguno de sus grandes adversarios, Rusia por un lado y los Estados Unidos por el otro, lleguen a anotarse un claro triunfo en Ucrania.
Dentro del enclave de las redes sociales mandarines aparece cierta preocupación china sobre el balance de fuerza mundial temiendo que, en el caso de un colapso ruso, Occidente podría concentrarse y lanzarse contra China.
Esta es la razón por la cual los principales comentaristas políticos europeos piensan que Xi se está convirtiendo en un equilibrista.
Finalmente, la experiencia rusa en Ucrania sirve de advertencia a Pekín de lo incierto y peligroso que sería empezar una aventura con el propósito de desembarcar y conquistar a Taiwán, especialmente luego de que Estados Unidos declarara que defendería militarmente la isla en caso de ataque.
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