Vuelven los informes - Runrun
Luis Oliveros Abr 21, 2022 | Actualizado hace 1 mes
Vuelven los informes
En las últimas semanas hemos visto un resurgir de informes sobre Venezuela, su economía y su industria petrolera

 

@luisoliveros13

Venezuela tenía tiempo que no despertaba mayor interés entre las bancas de inversión y empresas de análisis económico y petrolero. La razón es obvia: 7 años seguidos de caída en el PIB, desplome de la producción petrolera, 4 años en hiperinflación y un default en su deuda externa que se encamina a su quinto año, no son temas que a muchos en el mundo le llamen la atención. No obstante, en las últimas semanas hemos visto un resurgir de informes sobre Venezuela, su economía y su industria petrolera.

El primero ha sido una de las pocas firmas que ya había empezado a escribir sobre la economía venezolana. Tal vez lo que más ha llamado la atención es que, en su informe, proyecta para Venezuela un crecimiento de 20 % para el año 2022 (número revisado desde 4,5 % en su informe anterior) y sostienen que el PIB en 2021 aumentó en un 8,5 %.

La explicación de esa proyección está en que (según sus cálculos) el PIB petrolero crecerá un 20 %; que la producción petrolera aumentará, lo que seguirá potenciando el repunte importante que estarían teniendo las importaciones; y que los números de movilidad y actividad económica privada ya son muy favorables y se mantendrán así.

Sin duda es un informe optimista, tal vez demasiado en lo que respecta al comportamiento del PIB, teniendo en cuenta (por ejemplo) lo ocurrido en las últimas semanas con el servicio eléctrico en el país. Lo favorable es que presentan datos para soportar sus números.

Por otra parte, está otro banco, el cual es bastante más pesimista en relación a Venezuela. Considera que, como mucho, el país podría añadir apenas 200.000 bd en su producción petrolera y no espera una flexibilización en las sanciones norteamericanas hacia Venezuela. Muy por el contrario, le resulta complicado ver a EE. UU. dejando de lado sus esfuerzos por restablecer la democracia en Venezuela a cambio de muy poco petróleo. Considera que, si la economía no crece, a Maduro le costará evitar conflictos en su coalición, por lo que cataloga su situación como inestable.

Cataloga como claves las elecciones de 2024, las condiciones electorales y la situación de la oposición. Como se ve, este informe aborda más el tema político venezolano, pone dudas sobre la situación del gobierno de Maduro, pero no aporta data (no deja en claro sus proyecciones para la economía venezolana). A diferencia de este, el primer banco no hace mayor mención al tema político venezolano, solo insiste en el pragmatismo del gobierno de Maduro.

De ese segundo banco, debemos recordar su famoso informe de marzo de 2019, donde básicamente daba como inminente el inicio de una transición. Alegaban que, en poco tiempo, y por las sanciones, “la situación financiera del régimen sería insostenible e inmanejable”. También veían que la oposición se fortalecía y las consideraba que las posibilidades de mantenerse Maduro en el poder eran muy bajas.

Sus cálculos apuntaban a un crecimiento de casi 23 % del PIB para el año 2020. Y hay que resaltar las conclusiones de su informe: “si no hay un quiebre en el régimen en las próximas semanas, la probabilidad de una intervención militar extranjera se incrementa”. Como vemos, no estuvo ni cerca a la realidad.

Solo el tiempo nos dirá cuál de ambos bancos tuvo la razón.

¿La recomendación? Tomar con pinzas lo que dice cada uno, entender que no solamente hay obvios intereses en cada firma sino también hay mucha opacidad en la información sobre la economía venezolana y a veces una desconexión entre las cosas que están ocurriendo en el país vs. lo que se observa en el extranjero. Cada informe tiene elementos valiosos, tiene análisis interesantes, cifras que invitan a cálculos, pero también precedentes a tomar en cuenta.  

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