¿Sabrá el gobierno de Venezuela aprovechar este segundo chance de recuperar su producción petrolera en la crisis energética actual?
En cuanto a Venezuela se refiere, el famoso consejo de los observadores políticos extranjeros a un gobernante: “¡concéntrate en la economía estúpido! (en inglés: “it is the economy stupid!”) debería cambiarse a “concéntrate en la energía estúpido”. Porque nuestros gobernantes han “perdido el autobús” o la guagua, como dicen en Cuba, en los últimos veinte años al rehusarse de aprovechar nuestra mayor riqueza para dedicarse al tráfico de drogas.
Esta necesidad, que resolvería el problema económico del país, es decir, tanto del pueblo como del Estado, se descartó simplemente por no tener que lidiar con y compartir las ganancias con las grandes empresas energéticas del extranjero.
Gran parte de los fracasos en la explotación de energía del país con las empresas extranjeras se deben a la falta de seriedad en las relaciones con las multinacionales y del incumplimiento de los pagos, que se han venido acumulando.
Los rusos, los chinos y los mandatarios y amigos de los gobiernos del Medio Oriente, han sabido enriquecerse a su gusto y al mismo tiempo producir grandes cuantidades de gas y petróleo a través de acuerdos respetados con las mayores empresas de tecnología energética y productoras de energía tanto de los Estados Unidos como de Europa.
La construcción de los larguísimos oleoductos y gasoductos de Rusia que ahora suplen a gran parte de Europa fueron construidos y su construcción supervisada por técnicos americanos y europeos; y los grandes yacimientos petroleros de Arabia Saudita y demás países del Medio Oriente han sido explotados gracias a la tecnología extranjera.
Ahora que la invasión rusa de Ucrania ha empujado a Europa y otros países a boicotear los productos de Rusia, se ha creado una crisis energética que requiere urgentemente nuevas fuentes, sobre todo de gas y también de petróleo.
¿Sabrá el gobierno de Venezuela aprovechar este segundo chance de recuperar su producción petrolera y, aun mas importante, explotar los grandes yacimientos gasíferos del país tanto de la zona del Delta del Orinoco en el este como la zona del Lago de Maracaibo en el Oeste?
En primer lugar, el gobierno tendrá que acordar un sistema de pago a cambio de gas o petróleo para amortizar las deudas pendientes; y en segundo lugar garantizar que las grandes inversiones que precisamente deben hacer las empresas extranjeras sean debidamente respetadas, reconocidas y recompensadas.
¡Recuérdense del centro de refinación de Amuay que se dañó y que lleva más de 10 años sin ser reparado!
La recién misión a Venezuela autorizada por el presidente de Estados Unidos Joe Biden es precisamente para averiguar si el gobierno venezolano está dispuesto a cumplir estas obligaciones libres de trampas y rescatar la industria venezolana y la credibilidad del país.
Se trata de un paso reconciliador importante porque además de reconocer de facto a Nicolas Maduro como jefe de Estado, tiene pensada una reducción de las sanciones políticas impuesta por Estados Unidos y abre la puerta a una nueva fase de colaboración USA-Venezuela en el campo energético.
¿Qué podemos esperarnos? Un estudio de la British Petroleum (BP) indica que el subsuelo y las plataformas submarinas venezolanas cuentan con una reserva estimada de la bicoca de 5590 millardos de metros cúbicos estándar de gas, así como para alimentar las riquezas del país por unos 190 años, y equivalen tanto como o más de las reservas de crudo pesado de la Faja Bituminosa del Orinoco.
¡Manos a la obra!
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